Rodear por su base la cima de la Cabeza de Hierro Mayor recorriendo el
bosque de las Cerradillas, ascender al pico por el Nordeste, confluyendo con la
Cuerda Larga, y descender por el corredor Noroeste, desde el collado entre las
dos Cabezas, constituye un circuito muy montañero y poco convencional que
permite saborear en toda su plenitud la llamada de la montaña invernal, allí
donde los crampones o las cuchillas de los esquíes apenas dejan huella sobre la
blanca superficie en la que, durante el invierno, se transforman las altas y
solitarias campas del Empalotado y Valhondillo.
Pocas horas de sol a lo largo del día, temperaturas habitualmente bajo cero
y viento casi permanente, hacen que la vertiente de las Cabezas de Hierro sobre
el circo de las Cerradillas sea “una norte” de las de verdad. Un lugar con
“seguro” de nieve mientras que en el resto de vertientes de Guadarrama se
encuentra en franca retirada.
El itinerario circular que nos fijamos para el día de hoy es el siguiente: Parking
de Cotos (1.830m) – Refugio del Pingarrón (1.836m) – Arroyo de las Cerradillas
(1.700m) – Base del Tubo Norte de Cabezas (1.850m) – Loma del Empalotado
(2.050m) – Cabeza de Hierro Mayor (2.381m) – Collado de Cabezas (2.328m) – Canchal
Noroeste – Circo de las Cerradillas (1.800m) – Parking de Cotos. En conjunto
resulta un recorrido de 14km de longitud, con un desnivel acumulado en ascenso
de 850m de D+.
Está amaneciendo cuando, desde el aparcamiento de Cotos, iniciamos la marcha
hacia el refugio del Pingarrón. Comienza el tramo de porteo de los esquíes, que
la escasez de nieve obligará a llevar a cuestas hasta el entronque con el Arroyo
de las Cerradillas.
Las laderas norte por las que más adelante deambularemos permanecen a la
espera del sol que aún tardará en alcanzarlas.
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Cara Norte de las Cabezas de Hierro: la Mayor (izq) y la Menor (dcha); entre ambas, el Tubo Norte |
Tras dejar a un lado el refugio del Pingarrón descendemos hasta el Arroyo
de las Guarramillas. A partir del puente de madera que lo cruza la traza en la
nieve está muy dura a consecuencia de
las múltiples pisadas. Si bien todavía no es el momento de ponerse los esquíes,
sí lo es para los crampones. Claramente es un itinerario mucho más frecuentado
por los montañeros que por los esquiadores de montaña.
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Arroyo de Guarramillas |
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Hacia el bosque de las Cerradillas |
En un recodo del camino, donde éste gira claramente hacia el Oeste para
adentrarse en el agreste rincón de las Cerradillas, las principales montañas
que delimitan el Circo se muestran en toda su dimensión.
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Cara Norte de la Cabeza de Hierro Mayor |
A partir de este mirador el sendero desciende suavemente en dirección al
Circo de las Cerradillas. En un punto determinado de la senda hay un poste
indicador con varios letreros de madera: las marcas blancas y amarillas guían
hacia las Cabezas de Hierro; las balizas azules, hacia Rascafría. Tomamos estas
últimas porque son las que nos llevan hacia el cruce del Arroyo de las
Cerradillas.
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Por el bosque de las Cerradillas |
Tras cruzar el arroyo por un cómodo puente de madera la continuidad de la
nieve permite que, por fin, me pueda calzar los esquíes. Nos internamos de
nuevo en el bosque trazando una diagonal que nos llevará al pie del tubo Norte
de Cabezas.
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Puente sobre el Arroyo de las Cerradillas |
Los crampones guían barranco arriba del arroyo que baja directamente del Tubo
Norte de Cabezas, los esquíes les siguen. Ascendemos por él hasta alcanzar la
cota de 1.950m.
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Vista hacia atrás, ascendiendo el barranco del Tubo. Al fondo el Macizo de Peñalara |
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Saliendo del barranco del Tubo |
Enfrente el Tubo se enfila; a la izquierda, según se mira, los Pulmones de
Cabezas presentan su habitual aspecto helado. Algunos ya están
“trabajándoselos”.
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Detalle de los Pulmones de Cabezas |
Remprendemos la marcha girando claramente al Este, salimos del Tubo y nos dirigimos
hacia la loma del Empalotado internándonos en el tramo más infrecuente del
circuito de hoy. Son pocos los que optan por recorrer estos parajes, helados en
invierno y cubiertos de incómodos pedregales en verano.
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En nuestro camino hacia la loma del Empalotado dejamos atrás, aún a la sombra, el Tubo de Cabezas |
Transitamos entre pinos cada vez más solitarios y ralos, por pendiente
sostenida y sobre nieve muy dura. Avanzamos imbuidos de la gran serenidad que
transmite el ambiente luminoso y espectacular por el que vamos.
Tanto los crampones como las cuchillas chirrían sobre la brillante superficie
blanca.
La Cabeza de Hierro Mayor muestra su reluciente cara Norte.
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La Cabeza de Hierro Mayor (cara Norte) |
A partir de los 2.200m de altitud la pendiente aumenta y el hielo toma el
relevo de la nieve dura. Los esquíes pasan a la mochila y ambos continuamos en
modo crampones.
Alcanzamos la Cuerda Larga y la cumbre de la Cabeza de Hierro Mayor se
ve ya cercana.
Alcanzamos la cima de la Cabeza Mayor (2.381m) y, protegidos del viento,
tomamos algo de alimento antes de iniciar el descenso ¡Qué contraste, al Norte
hielo cristal, al Sur apenas algunos parches de nieve!
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Panorama hacia el Sur, desde la cima de la Cabeza de Hierro Mayor |
Descendemos a pie seco al cercano collado entre ambas Cabezas, donde la
helada superficie toma el relevo de nuevo.
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Cabeza de Hierro Menor, desde el collado de Cabezas |
Y continuamos bordeando la Cabeza de
Hierro Menor hasta encarar el empinado Canchal de la cara NE de la Cabeza Menor
¡Trescientos metros de desnivel esquiando / rebotando!
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Dejando atrás el collado de Cabezas |
En el hombro que desciende directamente de la Cabeza Menor el estado de la
nieve cambia, dura pero no helada. Los esquíes encadenan los giros que ojalá
durasen más y más, completando trescientos cincuenta metros de desnivel que
saben a poco, mientras que los crampones trazan una línea recta y descendente
hacia el fondo del Circo de las Cerradillas.
Un breve alto para reagruparnos mientras la tarde cae sobre el recoleto
Circo. A lo largo de nuestro recorrido de hoy tan sólo hemos coincidido con un
grupo, ha sido en la cima de la Cabeza Mayor.
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Atardece sobre el valle de las Cerradillas. En el cetro, el Cerro de Valdemartín |
Tras un corto tramo por el bosque alcanzamos de nuevo el puente de madera
sobre el Arroyo de las Cerradillas. Hacemos una corta parada para que los
esquíes vuelvan a la mochila, y con ello a ser transportados a cuestas, así
como para fijar en las retinas el entorno en el que nos encontramos.
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De vuelta en el puente que cruza el Arroyo de las Cerradillas |
Transitando por un tramo de bosque de altos ejemplares aprovechamos
cualquier ventana en la vegetación para echar miradas evocadoras a las laderas
por las que nos hemos esforzado durante el ascenso, en lo que parece que será
una despedida “hasta las nuevas nieves del próximo invierno”
Llegados al Arroyo de las Guarramillas lo atravesamos por el amplio puente
de madera y, sin detenernos, seguimos hacia el Puerto de Cotos. Las nubes en el
cielo anuncian un cambio de tiempo que, con suerte, puede que traiga algo de
nieve, y que ello permita hacer durar un poco más la que todavía queda en las
caras Norte de la Sierra de Guadarrama, a la que las borrascas le han sido tan
esquivas este invierno.