domingo, 10 de marzo de 2019

Cabeza de Hierro Mayor por las Cerradillas y el Empalotado. Una circular con esquí de travesía.



Rodear por su base la cima de la Cabeza de Hierro Mayor recorriendo el bosque de las Cerradillas, ascender al pico por el Nordeste, confluyendo con la Cuerda Larga, y descender por el corredor Noroeste, desde el collado entre las dos Cabezas, constituye un circuito muy montañero y poco convencional que permite saborear en toda su plenitud la llamada de la montaña invernal, allí donde los crampones o las cuchillas de los esquíes apenas dejan huella sobre la blanca superficie en la que, durante el invierno, se transforman las altas y solitarias campas del Empalotado y Valhondillo.

Pocas horas de sol a lo largo del día, temperaturas habitualmente bajo cero y viento casi permanente, hacen que la vertiente de las Cabezas de Hierro sobre el circo de las Cerradillas sea “una norte” de las de verdad. Un lugar con “seguro” de nieve mientras que en el resto de vertientes de Guadarrama se encuentra en franca retirada.

El itinerario circular que nos fijamos para el día de hoy es el siguiente: Parking de Cotos (1.830m) – Refugio del Pingarrón (1.836m) – Arroyo de las Cerradillas (1.700m) – Base del Tubo Norte de Cabezas (1.850m) – Loma del Empalotado (2.050m) – Cabeza de Hierro Mayor (2.381m) – Collado de Cabezas (2.328m) – Canchal Noroeste – Circo de las Cerradillas (1.800m) – Parking de Cotos. En conjunto resulta un recorrido de 14km de longitud, con un desnivel acumulado en ascenso de 850m de D+.


Está amaneciendo cuando, desde el aparcamiento de Cotos, iniciamos la marcha hacia el refugio del Pingarrón. Comienza el tramo de porteo de los esquíes, que la escasez de nieve obligará a llevar a cuestas hasta el entronque con el Arroyo de las Cerradillas.

Las laderas norte por las que más adelante deambularemos permanecen a la espera del sol que aún tardará en alcanzarlas.

Cara Norte de las Cabezas de Hierro: la Mayor (izq) y la Menor (dcha); entre ambas, el Tubo Norte
Tras dejar a un lado el refugio del Pingarrón descendemos hasta el Arroyo de las Guarramillas. A partir del puente de madera que lo cruza la traza en la nieve está muy  dura a consecuencia de las múltiples pisadas. Si bien todavía no es el momento de ponerse los esquíes, sí lo es para los crampones. Claramente es un itinerario mucho más frecuentado por los montañeros que por los esquiadores de montaña.

Arroyo de Guarramillas


Hacia el bosque de las Cerradillas
En un recodo del camino, donde éste gira claramente hacia el Oeste para adentrarse en el agreste rincón de las Cerradillas, las principales montañas que delimitan el Circo se muestran en toda su dimensión.

Cara Norte de la Cabeza de Hierro Mayor
A partir de este mirador el sendero desciende suavemente en dirección al Circo de las Cerradillas. En un punto determinado de la senda hay un poste indicador con varios letreros de madera: las marcas blancas y amarillas guían hacia las Cabezas de Hierro; las balizas azules, hacia Rascafría. Tomamos estas últimas porque son las que nos llevan hacia el cruce del Arroyo de las Cerradillas.

Por el bosque de las Cerradillas
Tras cruzar el arroyo por un cómodo puente de madera la continuidad de la nieve permite que, por fin, me pueda calzar los esquíes. Nos internamos de nuevo en el bosque trazando una diagonal que nos llevará al pie del tubo Norte de Cabezas.

Puente sobre el Arroyo de las Cerradillas
Los crampones guían barranco arriba del arroyo que baja directamente del Tubo Norte de Cabezas, los esquíes les siguen. Ascendemos por él hasta alcanzar la cota de 1.950m.

Vista hacia atrás, ascendiendo el barranco del Tubo. Al fondo el Macizo de Peñalara

Saliendo del barranco del Tubo
Enfrente el Tubo se enfila; a la izquierda, según se mira, los Pulmones de Cabezas presentan su habitual aspecto helado. Algunos ya están “trabajándoselos”.

Detalle de los Pulmones de Cabezas
Remprendemos la marcha girando claramente al Este, salimos del Tubo y nos dirigimos hacia la loma del Empalotado internándonos en el tramo más infrecuente del circuito de hoy. Son pocos los que optan por recorrer estos parajes, helados en invierno y cubiertos de incómodos pedregales en verano.

En nuestro camino hacia la loma del Empalotado dejamos atrás, aún a la sombra, el Tubo de Cabezas
Transitamos entre pinos cada vez más solitarios y ralos, por pendiente sostenida y sobre nieve muy dura. Avanzamos imbuidos de la gran serenidad que transmite el ambiente luminoso y espectacular por el que vamos.


Tanto los crampones como las cuchillas chirrían sobre la brillante superficie blanca.


La Cabeza de Hierro Mayor muestra su reluciente cara Norte.

La Cabeza de Hierro Mayor (cara Norte)


A partir de los 2.200m de altitud la pendiente aumenta y el hielo toma el relevo de la nieve dura. Los esquíes pasan a la mochila y ambos continuamos en modo crampones.


Alcanzamos la Cuerda Larga y la cumbre de la Cabeza de Hierro Mayor se ve ya cercana.


Alcanzamos la cima de la Cabeza Mayor (2.381m) y, protegidos del viento, tomamos algo de alimento antes de iniciar el descenso ¡Qué contraste, al Norte hielo cristal, al Sur apenas algunos parches de nieve!

Panorama hacia el Sur, desde la cima de la Cabeza de Hierro Mayor
Descendemos a pie seco al cercano collado entre ambas Cabezas, donde la helada superficie toma el relevo de nuevo.

Cabeza de Hierro Menor, desde el collado de Cabezas
Y continuamos bordeando la Cabeza de Hierro Menor hasta encarar el empinado Canchal de la cara NE de la Cabeza Menor ¡Trescientos metros de desnivel esquiando / rebotando!

Dejando atrás el collado de Cabezas
En el hombro que desciende directamente de la Cabeza Menor el estado de la nieve cambia, dura pero no helada. Los esquíes encadenan los giros que ojalá durasen más y más, completando trescientos cincuenta metros de desnivel que saben a poco, mientras que los crampones trazan una línea recta y descendente hacia el fondo del Circo de las Cerradillas.

Un breve alto para reagruparnos mientras la tarde cae sobre el recoleto Circo. A lo largo de nuestro recorrido de hoy tan sólo hemos coincidido con un grupo, ha sido en la cima de la Cabeza Mayor. 

Atardece sobre el valle de las Cerradillas. En el cetro, el Cerro de Valdemartín
Tras un corto tramo por el bosque alcanzamos de nuevo el puente de madera sobre el Arroyo de las Cerradillas. Hacemos una corta parada para que los esquíes vuelvan a la mochila, y con ello a ser transportados a cuestas, así como para fijar en las retinas el entorno en el que nos encontramos.

De vuelta en el puente que cruza el Arroyo de las Cerradillas
Transitando por un tramo de bosque de altos ejemplares aprovechamos cualquier ventana en la vegetación para echar miradas evocadoras a las laderas por las que nos hemos esforzado durante el ascenso, en lo que parece que será una despedida “hasta las nuevas nieves del próximo invierno”

Llegados al Arroyo de las Guarramillas lo atravesamos por el amplio puente de madera y, sin detenernos, seguimos hacia el Puerto de Cotos. Las nubes en el cielo anuncian un cambio de tiempo que, con suerte, puede que traiga algo de nieve, y que ello permita hacer durar un poco más la que todavía queda en las caras Norte de la Sierra de Guadarrama, a la que las borrascas le han sido tan esquivas este invierno.

2 comentarios:

  1. Hola Carmar,
    Da frío ver esas fotos, pero qué paisajes tan bonitos! Me hacen recordar pasadas subidas y bajadas por aquellas montañas, que ahora quedan lejos.
    Que sigas disfrutando a base de bien de Guadarrama y que nos lo cuentes aquí y así lo vemos
    Mucha salud y montaña!

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    1. Bien conoces, querido Francisco, de los hielos del Tubo Norte y sus alrededores; nada de ello ha cambiado. Tampoco el pedregal infame en el que se transforma la Norte de la Cabeza Mayor, en cuanto se va la nieve, te resulta desconocido.

      Procuraré continuar realizando recorridos y publicándolos, que es otra manera de compartirlos.

      Gracias por seguirlos y por comentarlos.

      Salud y montaña.

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