miércoles, 30 de agosto de 2017

Sestrales Alto y Bajo desde Plana Canal. La cara amable de la montaña al borde del precipicio.


Los Sestrales, desde Puértolas
A poco menos de dos kilómetros pasado Puértolas, en la carretera que une esta población con la de Belsué, arranca una pista, indicada “Monte de Sesa” que, tras 9km de recorrido, finaliza en la Plana Canal, junto a una barrera que corta el paso a vehículos no autorizados.

En este punto, con los Sestrales a la vista y al alcance, encima del Cañón de Añisclo, existen parajes de una belleza y tranquilidad sorprendentes.

Durante el recorrido de la pista forzosamente pausado por el estado de la misma, bajo un cielo inicialmente nublado van cobrando forma las siluetas de unas montañas calizas desafiantes y cortadas, en una sucesión fascinante de planos y contraluces.


Peña Montañesa
Perdido, Soum de Ramond y Pico de las Olas (izq). Zona de las Tres Marías (dcha)
Desde el lugar donde se deja el coche, a pocos metros del Refugio de Plana Canal, ya es visible el Sestral Alto. Nos planteamos una circular que corone primero ambos Sestrales (el Alto y el Bajo) para después, en descenso, recorrer el borde del Cañón de Añisclo en dirección al Collado Viceto (sin alcanzarlo), hasta cruzar el barranco de Malló Sasé, y desde él cerrar el circuito pasando por el Refugio de Plana Canal. En resumen, un itinerario matinal de 12km de longitud salvando un desnivel total en ascenso de 760m de D+, por senderos o trochas evidentes y fáciles de caminar, a lo largo del cual las vistas sobre el Cañón de Añisclo y de la zona del Perdido hasta la Brecha de Roland y de las Tres Marías son sorprendentes, y sobre todo alejadas de la masificación de otros lugares del Parque Nacional de Ordesa, a pesar de la facilidad de acceso que esta zona tiene.

Iniciamos la marcha optando por coronar el Tozal de Fueva teniendo a nuestra izquierda el Castillo Mayor.

Descendemos seguidamente al collado de Fueva donde aún se mantienen en pie los restos de una borda. Comienzan a intuirse los cortados del cañón de Añisclo.

Collado de Fueva
Zona de contraluces y formas recortadas sobre el horizonte, durante este tramo de sube y bajas.

 
 
Panorámica sobre la cadena del Perdido: desde la Brecha de Roland (izq) al Pico de las Olas (dcha)
Brecha de Roland y el Casco
Alcanzamos los 2.101m de altitud del Sestral Alto, totalmente en solitario elevado más de 1.000 metros sobre la entrada del Cañón de Añisclo.

El Sestral Alto
Pico Mondoto, "al otro lado" del Cañón de Añisclo
 
Continuamos hacia el Sestral Bajo, con su gendarme, el Fraile, atravesando un mini lapiaz mientras unas cabras nos observan atentamente.


El Sestral Bajo y su gendarme, el Fraile
Mini lapiaz
 
 
El Sestral Bajo, con sus 2.075m constituye el punto de retorno de la circular de hoy.

Espectaculares vistas desde el Sestral Bajo
El Fraile aparenta ser pequeño ante esta inmensidad
Mientras comemos algo las mariposas y los saltamontes se posan alrededor.

 
Nos ponemos en pie e iniciamos el regreso contorneando en altura, y lo más próximos posible al borde del cañón de Añisclo, cuyo precipicio atrae y pone en alerta en más de un momento. En caso de niebla este recorrido, tan sencillo con buen tiempo y visibilidad, puede ponerse muy complicado.
Dejando atrás el Sestral Alto
Bordeando el Cañón de Añisclo
Asomándonos a sus múltiples ventanas 





Cruzado el seco barranco de Malló Sesé, donde un grupo de vacas pastan tranquilamente, lanzamos una última mirada hacia la continuación del Cañón de Añisclo.
 
 
Y nos encaminamos a entroncar con la pista que, pasando junto al Refugio de Plana Canal, nos permite alcanzar el coche, coincidiendo con alguna de las pocas personas que se mueven por estas zonas.

Refugio de Plana Canal
Al fondo el Sestrales Alto y en primer plano el Tozal de Fueva, desde el lugar donde se deja el coche, próximos al Refugio
Un recorrido donde caminar resulta sencillo, desde el que se tienen unas vistas inéditas de lugares conocidos, que continuaremos explorando con toda seguridad cuando el momento sea propicio.

domingo, 20 de agosto de 2017

Pico Palas desde la Sarra, por la Chimenea Ledormeur.


Pico Palas (izq) desde el ibón de Arriel inferior
No encuentro mejor manera de introducir esta excursión que parafrasear la entrada que ya reseñé en el año 2012:

Si elegante resulta subir al Balaitous por la Gran Diagonal, no lo es menos el ascenso al Palas por la Chimenea Ledormeur. Podría decirse que el hermano pequeño emula al grande.

El Palas, con sus 2.974m de altura se queda a un corto paso por debajo de los tresmil, a los que por porte, escenario y ascensión nada tiene que envidiar. De hecho, estando junto al coloso de la zona, el Balaitous, no sólo no pierde su individualidad sino que contribuye notablemente a crear el marco de alta montaña que, junto con el pico de Arriel, ofrece este recoleto lugar.

Un "casi-tresmil" que Eduardo y yo teníamos en la lista de “preferentes” desde que al año pasado el mal tiempo nos impidió realizarlo.

Un recorrido exigente que supone 22km de longitud salvando un desnivel total en ascenso de 1.630m de D+, típicamente pirenaico: bosque de pinos y hayas hasta los 1.800m; abundantes arroyos que desaguan tumultuosamente en el barranco de Aguas Limpias; pedrera, anticipo de las que vendrán después, hasta alcanzar la cubeta lacustre de los ibones de Arriel, cuyas quietas aguas reflejan las rocosas cumbres que los circundan y donde los gigantes de la zona se yerguen aparentemente inalcanzables.  

Desde la Central de la Sarra arranca el sendero que se dirige al embalse de Respomuso, frecuentado y muy bien trazado, discurriendo junto al río de Aguas Limpias en sentido Sur – Norte hasta alcanzar el Llano Cheto, punto en el que gira hacia el Este para ya acceder al embalse.

Hay 4ºC de temperatura cuando Eduardo y yo iniciamos la marcha y nos sorprende ver que varias de las personas que comienzan a la par vayan en bañador. El color de sus piernas delata la baja temperatura ambiente.

La belleza del paraje atrapa desde el primer momento. El Gran Arriel es visible desde el comienzo.


Sendero, río Aguas Limpias y Gran Arriel (dcha)
El camino, unas decenas de metros por encima del embarrancado río Aguas Limpias, se estrecha y vadea los arroyos que vierten sobre aquel. El hayedo conforma un paraje acogedor y sereno.

Atrás, cada vez más alejada, queda la inconfundible silueta de la Peña Foratata.
La Peña Foratata
Nos aproximamos al Paso del Onso, ducha natural que en verano ni se siente pero que en invierno lo convierte en una coraza helada cuyo paso requiere toda la atención, antesala del Llano Cheto. 


El río Aguas Limpias desde el Paso del Onso
Llegando al Llano Cheto
El Llano Cheto, lugar de vegetación exuberante y de cascadas, donde el sendero da un giro de 90º para iniciar su remonte final hasta el embalse de Respomuso, cuyos primeros metros ascenderemos hasta encontrar un cartel indicador “hacia los ibones de Arriel”.

Torrente de los Arrieles, desde el Llano Cheto
En este punto una senda estrecha abandona el sendero principal y se interna en una ladera boscosa muy empinada que, a medida que asciende, ofrece unas bellas perspectivas del barranco de Aguas Limpias que acabamos de abandonar.

Salimos del bosque y damos vista a la parte alta del barranco de Arriel y al torrente que desciende de los ibones; enfrente a la izquierda una buena “pechada” hasta alcanzar la entrada a la cuenca lacustre de los lagos. Zona de frambuesas y rocas. Aquí coincidimos con Ainoha y Josu que, tras una breve charla cambian su plan original de llegar a los ibones de Arriel por el de subir con nosotros al Palas.

Caminando por la pedrera hacia los ibones de Arriel
Siguiendo unas marcas rojas vamos superando la pedrera (no es tan fiera como parece) hacia la cada vez más próxima entrada a la zona lacustre superior.

Ya tenemos al alcance la embocadura hacia la cubeta de los Arrieles
El Balaitous asoma ya en el horizonte, el Arriel muy próximo, y poco más adelante también el Palas se deja ver.

El pico Gran Arriel sobre uno de los ibones del mismo nombre
Tras recorrer varios centenares de metros alcanzamos el ibón superior de Arriel, y el punto en el que diverge el itinerario hacia la Gran Diagonal del Balaitous (derecha) y el de la Chimenea Ledormeur del Palas (de frente, derivando a la izquierda).  Cubeta ferruginosa, de color rojizo, base de la incómoda pedrera de bloques que hay que recorrer a partir de este punto, en diagonal y hacia la base del Piton Von Martin (espolón Sur del Palas). Estamos a 2.239m de altura; por delante, 735 metros hasta la cumbre. Son abundantes los hitos que, por diferentes trazados, jalonan la pedrera hasta la base de la pared del Palas. Si tenemos suerte y no perdemos las escasas y desvaídas marcas rojas que se dirigen hacia el collado de acceso a Arremoulit, la pedrera sólo será penosa de subir, si por el contrario las perdemos, como nos pasó a nosotros, la pedrera de grandes bloques se torna muy penosa. 

Cara Sur del Palas desde el Arriel Superior. A la izq. de la cima, el Pitón Von Martin. De frente, la "amedrentadora" pedrera.
Finalmente alcanzamos la base de la muralla del Palas. Hay que caminar al pie de la misma desechando las chimeneas que aparecen (son más expuestas y difíciles de lo que aparentan desde abajo), hasta encontrar unas marcas rojas que, por sencilla trepada, guían para alejarse de la pedrera y encaramarse hasta alcanzar la base de la verdadera Chimenea Ledormeur.

Al pie de una de las chimeneas que NO ES la Ledormeur.
Hasta hace unos años, para evitar que los montañeros se embarcaran en otras chimeneas, había un cartel amarillo donde se podía leer: Chimenea Ledormeur-Palas. Indicación muy de agradecer y que ya no está porque alguien ha decidido arrancarla. Sin ella los que no estén familiarizados con la zona es bien probable que pasen más de un mal rato si se encaraman por la que no es.

La Chimenea Ledormeur asciende inclinada hacia la izquierda, la roca es sólida y la trepada no pasa de II inf. El casco es recomendable.

Ascendiendo por la Chimenea Ledormeur
 
Tras salir de la chimenea aún quedan unos 100 metros más hasta la cima.

Qué agradable resulta contemplar el paisaje desde lo alto. Recorrerlo todo con la vista mientras descansamos y comemos antes de iniciar el descenso.

Desde la cima del Palas: el pico Lurien (en primer plano) y el Midi, al fondo
Las nubes nos impulsan a no demorar el retorno.

El pico Balaitous entre la bruma
El descenso de la chimenea es entretenido y requiere elasticidad, pero no es técnicamente complicado.

Descendiendo la Chimenea Ledormeur
De vuelta en la base de la pared tan sólo queda bajar por la “indigesta” pedrera hasta llegar al ibón alto de Arriel.

Las luces de la tarde contribuyen a que los parajes muestren su belleza de forma diferente.

Atrás queda el Palas, oculto en la bruma
Ibón  inferior de Arriel
Ainoha y Josu toman el camino de herradura que, desde el Arriel inferior, enlaza con el refugio de Respomuso, lugar donde van a pasar la noche. Eduardo y yo continuamos nuestro camino de vuelta hacia la Sarra.

A la izq. se aprecia el inicio del camino de herradura que comunica con el embalse de Respomuso
Tras dejar atrás la cubeta lacustre de los Arrieles la pedrera para descender al bosque parece hasta cómoda, comparada con la del Palas.

 
Un sarrio, camuflado entre las piedras, nos observa
Alcanzar la mullida senda del bosque se agradece de veras.

Retornamos por el bosque de hayas cruzándonos con los que suben a pasar la noche en las alturas, llegando finalmente a la Sarra tras haber ascendido a una cima de las que dejan un recuerdo perdurable en la memoria.