El Pico Peiró desde el embalse de Árguis |
El Pico Peiró, de 1.586m de altitud, está situado en el extremo Noroeste de
la Sierra de Gratal, en la divisoria de las cabeceras de los ríos Garona e
Isuela. Éste último fluye de Oeste a Este, entre la Sierra de Gratal, al Sur, y
la Raya de las Tiñas, al Norte, remansando sus aguas en el embalse de Árguis, cuya
presa data de 1704, una de las más antiguas de Aragón.
Su ascensión desde el embalse de Árguis permite recorrer los bosques que
cubren la cara Norte de la Sierra de Gratal, descubriendo el escondido y
singular Hayedo Peiró, pequeño y recoleto, al pie del collado de Sarramiana.
Los hayedos en otoño son, sin duda, los reyes de los bosques y no quería
dejar pasar esta estación sin visitar alguno, así que diseñé un recorrido
circular que incluyera paisaje otoñal junto con la ascensión a varias de las
cimas más características de la sierra de Gratal.
Son las 9:30h cuando dejo el coche en el embalse de Árguis, cruzo la
pasarela de la presa y comienzo la carrera por buena pista hacia el Peiró,
monte que se ve allí “al fondo”. La sombra y la humedad de esta cara Norte,
junto con la suave pendiente ascendente, contribuyen a que el ritmo sea vivo. Van
levantando las brumas de la noche y las telarañas de los arbustos están cubiertas
de gotitas de agua.
Huele a pino y a boj. El silencio tan sólo es roto por el sonido de mis
zancadas. Paso de largo los dos desvíos hacia las Calmas y a sus Pozos de Hielo
(bajaré por uno de ellos a la vuelta, pienso ahora), más adelante también dejo
a mí izquierda el gaseoducto (subida hacia la Peña de Gratal) y casi sin darme
cuenta me encuentro en el inicio de la ascensión hacia el Pico Peiró.
Pico Peiró |
Clara senda hacia el Sur que sale de la buena pista que venía siguiendo,
con muy pronunciada pendiente (en torno al 30% - 35%) y derecha
hacia arriba. Atención aquí al cambio de ritmo. Los bastones ayudan sobremanera
a que la marcha no decaiga y a que el resbaladizo y húmedo terreno no suponga
un obstáculo mayor.
Boj y pino en el comienzo que van dando paso a ocasionales hayas, todo ello
en un ambiente de humedad extraordinario.
Tan deslizante resultan algunos de
los tramos que están “equipados” con troncos atravesados conformando verdaderas
“vías de ascenso”.
Al cabo de unos 200m de D+ la pendiente se suaviza algo, el sendero gira
hacia el Oeste y se adentra en el hayedo.
Altos árboles de tronco gris, hojas
verdes la mayoría, tornando a rojizas por el otoño sobre un suelo negro y
húmedo ¡Qué belleza! La senda bordea el bosque en su dirección hacia el collado
y pico de Peiró. Enseguida paso por un
cartel indicador que señala hacia la izquierda la subida al collado de
Sarramiana por una empinada cuesta que cruza el hayedo; a la vuelta la seguiré.
Al poco salgo de nuevo al sol y encaro la subida hacia el collado de Peiró.
El Pico Peiró |
Ninguna dificultad técnica, pero hay que ver lo empinadas que son estas
cuestas. Reino del erizón que cubre las laderas hasta alcanzar la fácil cresta
que lleva al Pico. El Peiró es un mirador de primer orden en los 360º.
Hacia la cima |
Voy bien de tiempo, el collado de Sarramiana y la Peña de Gratal se
muestran atractivos, así que a por
ellos.
Desde la cima del Peiró, abajo a la dcha, el collado Peiró, enfrente, a la izq., la Peña Gratal |
La Peña Gratal, al fondo, se destaca sobre el collado de Sarramiana. En primer plano, el Hayedo de Peiró |
Desciendo rápidamente y de nuevo en el hayedo llego junto al cartel
indicador. Ahora sí que me interno entre las hayas y las setas que la gran
humedad hace proliferar como tales. Las hay de todos los tamaños.
El otoño y sus colores enmarcan la marcha.
Al alcanzar el collado y tras haber recorrido unos quinientos metros por la
pista en dirección a la Peña de Gratal, una inoportuna torcedura me obliga a
cambiar de planes y lo mejor que puedo hacer es retornar por donde he venido
para llegar a Árguis por terreno conocido. Otro día completaré el circuito.
A la dch., el Pico Peiró, a su izq., el collado Peiró, desde el collado de Sarramiana |
Setas al sol |
Tiña (oruga) y seta |
El descenso por las empinadas cuestas hasta alcanzar de nuevo la pista que
lleva de vuelta a Árguis resulta bastante penoso; entre el barrillo y la
inclinación el pie se resiente a cada pisada.
De nuevo en la buena pista y en caliente continúo la marcha hacia el
embalse. Lo que a la subida me pareció una gratificante carrera, en esta bajada
me está costando el doble. En fin, a aguantar porque son gajes del oficio y el
entorno es tan bonito que voy distraído y pensando que bien merecerá la
siguiente visita.
En total, cima del Peiró, collado de Sarramiana, hayedo en ida y vuelta,
unos 15km de recorrido, siete de ellos renqueando, desnivel total acumulado de
unos 800m de D+ y a las 13:30h de vuelta en el coche para comer un bocadillo y
estirar todo lo posible antes de iniciar el retorno a Zaragoza, con la suerte
de que en carretera el embrague se usa poco, pensando tanto en los preciosos
parajes recorridos como en los que me quedan para la próxima visita.