Vertiente Sur de los Montes Carpetanos, desde Lozoya |
Los Montes Carpetanos es el
nombre que recibe la parte norte de la alineación montañosa principal de la
Sierra de Guadarrama. Forman un cordal de lomo mayoritariamente redondeado, que
tiene una longitud aproximada de 50km, extendiéndose en dirección
suroeste-noreste desde el puerto del Nevero o Collado de Quebrantaherraduras en
la base norte de Peñalara (extremo suroeste), hasta el puerto de Somosierra
(extremo noreste). Los Montes Carpetanos definen el límite entre las provincias
de Segovia y Madrid (valle del Lozoya).
La montaña más alta de Estos Montes es El Nevero (2.209 m), ubicado en la zona central de los mismos. La
parte noreste del cordal, a partir del Nevero, está formada por montañas
algunos de cuyos nombres hacen alusión a su forma, tales como Reajo Capón
(2.092m; en el término de Lozoya) y Reajo Alto (2.100m;en el término de Navarredonda)
(“reajo” significa “prado pequeño”).
Hoy tenemos el propósito de
completar una circular que, con origen y final en la localidad de Lozoya (1.150m),
nos llevará, siguiendo caminos y pistas, primero a través de la zona boscosa
que cubre la vertiente Sur de la Sierra hasta alcanzar el punto culminante del
Reajo Capón (2.092m), descendiendo luego hasta el Puerto de Navafría (1.774m) cordal
abajo por el PR-33, para finalmente bajar a través de las escondidas sendas que
atraviesan el bosque por el que discurre la carretera M-637, pasando por la
Ermita de la Fuensanta justo antes de llegar a Lozoya de nuevo. En total un
recorrido de 20km de longitud, salvando un desnivel total en ascenso de 960m de
D+.
Para llegar al lugar de inicio salimos
de Lozoya siguiendo la M-637 a Navafría por espacio de 1.2km hasta una
pronunciada curva a izquierdas, punto en el que la abandonamos para tomar la
pista (Calle nº 4) que entra en las urbanizaciones que hay encima de la
población de Lozoya, en la que se puede dejar el coche. El recorrido a pie se
inicia tomando la primera pista hormigonada hacia la izquierda que hay tras
haber dejado la M-637.
Son las 8.30am cuando comenzamos
la marcha. La aplanada cima del Reajo Capón es perfectamente visible desde la
distancia, así como la boscosa ladera por la que accederemos a ella.
La omnipresente Peñalara capta
nuestras miradas.
Conforme vamos ascendiendo el
robledal se hace más denso al tiempo que van quedando atrás las explotaciones
ganaderas que hay próximas a la población. La visión del embalse de Pinilla
(que se tiene durante buen rato), junto con los robles que ya comienzan a "pintarse" del otoño recién estrenado, proporcionan un agradable y sosegado entorno.
Embalse de Pinilla |
Paulatina y suavemente vamos
ganando altura por la zigzagueante pista (Camino del Carretero) flanqueada por robles,
helechos y alguna que otra zarza cuyas moras nos atraen y retienen (un buen
alimento natural que no despreciamos en absoluto).
La pendiente se acentúa por la
zona de los Collados Gordos (1.530m) y la pista enfila hacia el Camino
Horizontal (1.800m) que, manteniendo dicha altitud, recorre el perfil de la
Sierra por su vertiente Sur, entre el Puerto de Navafría hasta casi llegar al
de Somosierra. Los panoramas son cada vez más extensos.
Muy abajo ya el Embalse de Pinilla |
Cortafuego hasta el Reajo Capón |
Son frecuentes los cortafuegos que lo conectan con el cordal
cimero, constituyendo éstos, las más de las veces, un modo expedito de acceder
a la parte alta de forma directa, sin el obstáculo para el avance que la
abigarrada vegetación (pinos, piornos y enebros rastreros) suele presentar en
estos lugares tan poco frecuentados, donde ni trochas de animales se encuentran.
Chicharra macho |
El pinar “homogéneo” da paso al
más “variopinto” a medida que ascendemos. Cruzamos y dejamos atrás el Camino
Horizontal y, siguiendo una senda hasta los 1.880m entroncamos con otra
superior y con aspecto de “poco utilizada” que deriva paralela al Camino.
Varios puestos de caza la van jalonando.
El paso hacia la parte alta de la
cuerda está totalmente asilvestrado, así que optamos por derivar nosotros hacia
el Sur (izq) por la pista de cazadores, en busca del cercano cortafuego que ya vimos desde la distancia.
Vegetación demasiado tupida que nos induce a buscar el cortafuego |
Que nos
facilitará el acceso al cordal tras una empinada remontada de unos 100 metros
de desnivel (es lo que tienen los cortafuegos) hasta alcanzar el Llano del
Reajo Capón (2.000m) desde donde fácilmente llegamos a la aplanada cumbre del
Reajo Capón (2.092m).
Un murete de piedras en forma de
circunferencia encierra en su interior un amplio espacio en el que se aprecian
los restos de antiguas trincheras.
Las vistas son extensas desde
este punto elevado.
Sierra de la Cabrera desde el Reajo Capón |
Un solitario pino muestra
claramente que estos lugares están habitualmente azotados por los vientos del
Norte.
Tras un rato de contemplación
emprendemos la marcha hacia el Puerto de Navafría, para llegar al cual antes
pasaremos por el Pico del Reventón (1.925m) y el Alto de la Pinarilla (1.867m), siguiendo durante unos 3km el cómodo PR-33 que discurre pegado
a una ininterrumpida alambrera que separa las dos provincias (Segovia y
Madrid), al que se accede tras atravesar una puerta metálica.
El cómodo camino permite ir
observando los panoramas y los detalles del entorno.
Rectilíneo PR con el pico del Nevero al fondo |
Al Sur la vertiente madrileña del Lozoya |
Al Norte la vertiente segoviana de Navafría |
El mirador que constituye el Alto
de la Pinarilla anuncia la proximidad del Puerto de Navafría al que llegamos
seguidamente.
Alto de la Pinarilla |
En el Puerto hacemos una breve
parada antes de emprender el descenso final hacia Lozoya por la extensa y poco
frecuentada zona boscosa por la que discurre la carretera M-637 que une esta
localidad con la de Navafría.
Tres veces cruzaremos
obligatoriamente el asfalto para, “al otro lado”, internarnos de nuevo en el
bosque y seguir transitando aprovechando sendas más marcadas, en el pinar
superior, y más difusas, en el robledal de la parte más baja.
Tras dejar atrás el Puerto de Navafría la senda se adentra de nuevo en el bosque |
Hacia los 1.450m de altitud el
rectilíneo y esbelto pino comienza a dejar paso al roble.
Hay que ir prestando atención
para escoger la trocha debida si queremos evitar salir innecesariamente a la
carretera, y no siempre se acierta a la primera.
El sotobosque de helechos cubre
de verde las laderas. Las ortigas “aderezan” el entorno dejando su impronta en
las piernas del descuidado. Muy poco frecuentadas se ven estas sendas.
Finalmente caminamos junto al
arroyo de la Fuensanta llegando enseguida a la Ermita del mismo nombre. Lugar
agradable y solitario cuya fuente hoy no mana. Habrá que esperar a que las
próximas lluvias de este otoño vuelvan a traer el agua.
Ermita de la Fuensanta |
Salimos a la carretera M-637 por
la que caminamos apenas unos metros hasta llegar a la Calle 6ª e internarnos por
ella en las urbanizaciones que hay en la parte alta de Lozoya, a través de las
cuales, tras el correspondiente “callejeo”, alcanzamos el punto de partida.
Agradable y extenso recorrido, aproximadamente el cincuenta por ciento por bosque (lo que viene muy bien en verano), por sendas y caminos bien trazados, a la par que poco frecuentados, que surcan la vertiente del Lozoya de los Montes Carpetanos.
Quanta delicadeza nos detalhes... conforme lia suas letras e concomitantemente admirava as imagens, tive a plena sensação de perceber o aroma e a textura desta rota tão simples e intensa... teria o maior prazer de percorrê-la... delicioso outono ensolarado!
ResponderEliminarUm beijo
Es el otoño una estación especialmente hermosa en lo que a la naturaleza se refiere. Todo eclosiona antes de apagarse durante el invierno. Y ahora está comenzando. Toca no perdérselo.
EliminarGracias por tu visita y comentario, como siempre tan sentido.
Un abrazo
Puestos de caza mayor de ungulados y, antiguas trincheras de caza humana; cuidado Carmar, estás pisando terreno peligroso.
ResponderEliminar- Maldita sea sheriff, juraría que vi pasar por el Collado de Quebrantaherraduras a Johnny Destripaterrones...
El lugar, como siempre, maravillo pero, ándate con ojo forastero.
(Disculpa mi falta de seriedad)
Un abrazo
Y con el otoño, tras el Pilar, se levanta la veda. Atentos y bien atentos hemos de andar ahora por el monte, que escopeteros y canes campan por sus fueros ahora. Oído y ojo avizor, que más vale prevenir que recurrir al sheriff, que vaya usted a saber por dónde andará.
EliminarAh, y no dices nada del bonito macho de chicharra, tan encarado él.
Un abrazo, Javier
Mis mas sinceras disculpas para el señor macho de chicharra por ser tan desconsiderado con él, pero, con esa mirada tan afilada, he pensado que sería mejor pasar de puntillas.
EliminarUn abrazo
Ahora sí, que ya con esto se ha ido tranquilo a sus quehaceres.
EliminarUn abrazo
Hola Carmar.
ResponderEliminarCualquier estación es buena para recorrer esos preciosos bosque de la sierra de Guadarrama, en el que a paso agigantados el otoño va entrando. Veo que ya pones hasta el track de wikiloc :)
Un saludo
El Otoño viene poco a poco y de repente explota en colores.
EliminarPues sí, estoy publicando ya.
Un saludo
Qué sitios te sabes! Claro que te gusta la aventura de no saber a ciencia cierta por dónde vas a salir una vez que te metes en faena. Una vez quise subir por ahí hasta el Nevero, pero me perdí en la subida por no ir a la carretera, la cosa se complicó un poco y yo no acabé en el Nevero...
ResponderEliminarUn saludo y mucha montaña!
Es tan larga la cadena de los Montes Carpetanos que siempre encuentras una forma novedosa de acceder a ella, bien desde la vertiente del Lozoya como desde la segoviana. Ahora sí, en cuanto se sale uno de lo trillado, la aventura comienza; ¡Y qué agradable resulta trazar nuevos itinerarios!
EliminarSalud y Montaña, amigo Francisco