Bosque característico de la Sierra de Guadarrama |
Daniel quería conocer "algo" del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama y yo, que conozco bien este bello entorno, me apresté a trazar un circuito por el que ambos compartiéramos las singularidades que el amplio paraje ofrece.
Para ello planteo el siguiente circuito en el macizo de Peñalara:
Para ello planteo el siguiente circuito en el macizo de Peñalara:
Fuente de la Canaleja (1.300m) – Peña Citores (2.181m) – Peñalara (2.428m)
– Senda del Batallón Alpino – Puerto de Cotos – Camino Viejo del Paular –
Fuente de la Canaleja. Recorrido de 17,5 kilómetros de longitud salvando un
desnivel total en ascenso de 1.150m de D+.
La circular reseñada incluye “muestras” de cada una de las esencias típicamente
guadarramistas: extensos bosques de pinos altos y enhiestos, ascensión
al punto más elevado de la Sierra (el Pico de Peñalara), recorriendo para ello sendas
y caminos plenos de historia (Batallón Alpino y Camino Viejo del Paular), amén
de trochas muy poco frecuentadas y arroyos de aguas cristalinas.
Merece la pena hacer un primer apunte sobre el origen del nombre de la zona
que centrará nuestro recorrido de hoy:
El contorno del macizo de Peñalara es, en general, redondeado y sin grandes
puntas sobresalientes. Sus cimas están unidas entre sí por lomas aplanadas y
tan sólo los riscos de Claveles y Pájaros, al Norte del propio pico, se
desmarcan de esta uniformidad, presentando una cresta de dificultad media. Una teoría sobre la etimología del nombre
'Peñalara' dice que viene de la unión de las palabras latinas 'Penna' y 'Lara',
que significan 'cabeza' y 'llanura' respectivamente. Equivaliendo "Penna
Lara" a "cabezas planas".
Incluida en la circular está la Peña Citores, una de esas cumbres/atalayas
privilegiadas que, por su cercanía a otras más importantes, suelen pasar
desapercibidas.
La zona de aparcamiento de la Fuente de la Canaleja, mirada de frente,
tiene dos poternas, a derecha e izquierda respectivamente. Son las 8:30h cuando
Daniel y yo cruzamos el torniquete de la que está en la izquierda y comenzamos
la marcha recorriendo un centenar de metros de amplio sendero, hasta encontrar
los mojones que marcan el inicio de una trocha que, monte arriba, se interna
claramente en el bosque en sentido Noreste.
Es ésta la forma más directa de
subir a la Peña Citores, primera cima del recorrido. También es la más
empinada, pues la pendiente hasta alcanzar los 2.000m de altitud alterna entre
fuerte (la primera parte) y bastante fuerte (los últimos 200 metros de
desnivel).
Al poco de dejar la pista accedemos al robledal, que enseguida es
sustituido por el pinar.
A lo largo de todo el recorrido los mojones nos guían a través de un
sotobosque de helechos y piornos.
Vamos atentos a los hitos porque se nota que no es éste un recorrido muy
transitado, y la abundante vegetación dificulta la marcha por fuera de la
traza.
Poco a poco nos aproximamos a zonas que la luz del sol está a empezando a
alcanzar.
Los espigados "mástiles" tan característicos de los altos pinos de Valsaín captan
nuestras miradas.
Echando la vista atrás contemplamos en la distancia la conocida estampa del
Montón de Trigo y la silueta de la Mujer Muerta.
Nos desviamos unos metros para visitar la Fuente de los Ceniceros, que no
mana en estas fechas, y luego tornamos a la senda.
La trocha se interna seguidamente en un bosque de pinos retorcidos cuyas
formas atestiguan las duras condiciones atmosféricas a las que se ven sometidos
en esta altitud.
Peñalara en la distancia |
Por delante unos doscientos metros de ascensión hasta alcanzar la parte
superior de la loma de Citores y llegar al refugio del Mirador del Cancho, que
se encuentra en la punta misma del cordal que continúa hacia Peña Cítores.
Hasta el refugio, la fuerte pendiente, a partir de él, la aplanada loma de
altura azotada por ráfagas de viento.
El refugio se encuentra en la punta del montículo que aparece al fondo |
El refugio es una construcción bien conservada, pequeña y limpia, que sirve de apreciado abrigo en los días de invierno, cuando la helada nieve lo cubre todo y el vendaval azota inmisericorde.
Refugio del Mirador del Cancho |
Hoy lo
encontramos ocupado, por lo que seguimos marcha hasta alcanzar la zona de
trincheras junto a la cima de la Peña Citores, donde hacemos un alto
contemplando la cumbre de Peñalara que aparenta estar cercana, si bien su
proximidad resulta engañosa, pues aún queda algo más de lo que parece.
Trinchera sinuosa y Peñalara al fondo |
Nos ponemos de nuevo en movimiento dirigiéndonos directamente hacia el Pico
de Peñalara, entroncando al poco con el camino habitual de subida desde Cotos. Si
hasta aquí hemos ido solos, a partir de ahora nos convertimos en unos más de
los aproximadamente 135.000 visitantes anuales que Peñalara recibe.
En la cima permanecemos el tiempo justo para, desde un lugar algo apartado,
observar la afilada cresta de Claveles y la cara Norte de la Cuerda Larga.
Cresta de Claveles |
Al frente la silueta de la Cuerda Larga |
Pero hemos de continuar, así que nos ponemos en pie y comenzamos un trote
descendente hacia el collado entre la Hermana Menor y la Peña Cítores,
alcanzado el cual tomamos la Senda del Batallón Alpino que lo une con el Puerto
de Cotos.
En el Collado de Citores |
Bello camino, inexplicablemente poco frecuentado, desde el que se tienen
hermosas vistas de las montañas circundantes, así como de las cada vez más
abundantes nubes que van cubriendo el cielo rápidamente.
Desde la Senda del Batallón Alpino, vista sobre la sierra de Navacerrada (izq) y Siete Picos (dcha) |
Amenazadoras nubes de tormenta |
De las que todos buscamos ponernos a cubierto |
El bosque se hace más denso a medida que nos aproximamos al Puerto de Cotos.
En el Mirador de Lucio, en el Puerto, hacemos un alto viendo la cara Norte
de las Cabezas de Hierro mientras tomamos un ligero avituallamiento.
Cara N de Cabezas de Hierro desde el mirador de Lucio |
Estamos poco rato parados, porque el cielo se pone cada vez más amenazador,
así que nos adentramos de nuevo en el pinar a través del Camino Viejo del
Paular por el que, espoleados por la lluvia que comienza a caer suavemente,
mantenemos un trote sostenido.
Por el Camino Viejo del Paular |
Cuando quiere, llueve |
El poco frecuentado camino es amplio y cómodo lo que nos permite imbuirnos
del bosque y de sus detalles.
Puente sobre el Arroyo del Puerto del Paular |
Lustroso acebo |
Con ocasionales altos, en función de la intermitencia de la lluvia, retornamos finalmente al punto de partida, la
Fuente de la Canaleja, cerrando el círculo al acceder a ella, esta vez por la
poterna de la derecha.
Fuente de la Canaleja en el Puente de la Cantina |
Atractivo recorrido por los hermosos pinares de Valsaín deambulando de espaldas a los circuitos habituales, por lugares en los que
siempre resulta posible encontrar algo nuevo y diferente, completando una circular
que, como "introducción" al Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama hemos hecho
en el día de hoy. Sin duda que hay otras alternativas “primerizas”, pero ésta
incluye en sí misma una buena muestra de las esencias que atesora este lugar
privilegiado.
La montaña del Guadarrama, protegida con la figura de Parque Nacional, contiene un paisaje singular a preservar. Un bosque de pino autóctono que da paso a un terreno glaciar con muestras de zonas lacustres. El cambio experimentado en la protección y la subsiguiente reconversión de los espacios de montaña muestra en esta zona un ejemplo claro con la eliminación de antiguas instalaciones de arrastre de esquí y la restauración de áreas de valor natural ganando ese espacio para la naturaleza. Disfrutemos y no dejemos huella de nuestro paso. Salud y Montaña
ResponderEliminar“Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente; enfrentar solo los hechos de la vida y ver si podía aprender lo que ella tenía que enseñar. Quise vivir profundamente y desechar todo aquello que no fuera vida... Para no darme cuenta, en el momento de morir, que no había vivido.” Walden (1854) Henry David Thoreau.
Frecuento cuanto puedo los bosques para darme un baño de ellos. Transito por entre sus árboles porque por ellos me siento acogido. En invierno me resguardan del gélido viento y en verano su sombra me ampara. Los altos pinos de Guadarrama emergiendo de las laderas cubiertas de nieve virgen nos proporcionaron un recuerdo imperecedero.
EliminarSalud y Montaña.
buena captura de ese macho de chicharra de montaña que, parece estar fatigada, no sé si por el desgaste del celo en pleno auge este mes y, que tal vez, ya no le queden fuerzas ni para esconderse.
ResponderEliminarParece que va bien servido.
Un reconfortante paseo, como siempre.
Un abrazo montaraz.
Buen matiz el tuyo, que a mí también me pareció parsimonioso su desplazamiento. Muy distinto del vivaracho y retador aspecto que encontré en otro macho que vi la semana pasada (ya aparecerá en escena).
EliminarUn abrazo, Javier
Hola Carmar.
ResponderEliminarNo esta nada mal el recorrido para una primera vez, que esperemos le haya gustado al primerizo para que sean muchas más.
Como siempre bello recorrido, atravesando preciosos bosques, por lugares poco frecuentados, en el que por más veces que se haya pasado siempre se ve algo nuevo, aunque está vez parece que si te mojaste.
Un saludo
Algo sí me mojé, sí, pero vamos, cualquier cosa no pasa de llovizna frente a lo que nos tocó en Alanos ;-)
EliminarSalud y Montaña
Hola Carmar¡
ResponderEliminarCuanto más leo tus entradas más me doy cuenta de la cantidad de sierras y lugares que quedan por conocer. Todo va a una lista que ya casi se torna infinita...
Gracias por compartirlos¡¡
Salud¡
Fer
Es mejor tener mucho donde elegir que lo contrario, así que seguiré intentando alargar esa tu lista :-)
EliminarUn abrazo, Fer.
Gran día, magnifico paisaje. Excursión sin duda para repetir!
ResponderEliminarDaniel
La llamada de la Naturaleza, podría decirse que es.
EliminarUn saludo
Carlos foi um excelente anfitrião neste excelente passeio para quem procura estar perto da natureza. É uma zona de rara beleza paisagística com desníveis montanhosos impressionantes onde podemos viver intensamente o silêncio das alturas. E aproveitar esses momentos de comunhão com a natureza para observá-la. Daniel
ResponderEliminarFue septiembre cuando juntos recorrimos esos bellos parajes. El silencio te envuelve cuando la naturaleza está en calma y hasta el rumor de los propios pasos y algún que otro resoplido que la pendiente arranca suenan armoniosos.
EliminarDistinto resulta cuando la ventisca azota laderas y cumbres, que entonces el rugir del viento se impone a cualquier otro sonido. Ya está casi a la vuelta de la esquina el momento en que esto tenga lugar. Fuimos afortunados de aprovechar septiembre.
Salud y Montaña, Daniel