El Pico de Peñacabra forma parte
de la alineación de cimas redondeadas que componen los Montes Carpetanos (parte
norte de la sierra de Guadarrama comprendida entre Peñalara y el puerto de
Somosierra) cuyas montañas presentan siluetas que son, en la mayoría de los
casos, poco abruptas.
C onstituye nuestro objetivo de hoy, no tanto por la cima en sí, sino como atalaya desde la que contemplar en la proximidad los dos encajonados Hoyos (nombre con el que en Guadarrama se conocen a las concavidades o zonas planas situadas al pie de un entorno vertical, de los cuales hay bastantes en la misma, y que suelen constituir rincones recoletos) que, unos trescientos metros por debajo, se encuentran en la vertiente Sur: los Hoyos Cerrado y Borrascoso, respectivamente.
En lo que a la vegetación se
refiere la flora de esta sierra se caracteriza por los bosques de pino
silvestre (entre los 1.400m y 1.800m de altitud, respectivamente), los robledales de rebollo (por debajo de los 1.400m / 1.500m de altitud), y los encinares
en las zonas más bajas. En las cumbres predominan los pastizales y arbustos de alta
montaña, de los cuales los dos más abundantes son el piorno y el enebro
rastrero.
Como notable excepción a lo
anterior, el tramo de sierra de apenas cuatro kilómetros de longitud entre Peña
Crecientes (2.004m) y Alto del Parrinoso (2.169m), que incluye el Peñacabra, presenta una cara Sur (donde se encuentran
los dos Hoyos y por la que discurre este recorrido) en la que la franja de
pinar es inexistente, habiendo sido remplazada por piornos y enebros
rastreros.
Si durante el estío y partiendo
de Alameda del Valle, basándonos en su bonancible aspecto desde la distancia,
confiamos en encontrar una placentera ascensión a Peñacabra por verdes laderas,
nos llevaremos una buena sorpresa.
Siendo cierto que las laderas son
verdes, es tan extenso y abigarrado el
tapiz vegetal que conforman piornos y enebros a partir de los 1.500m de altitud,
y tan poco transitado el paraje, que la
inexistencia de trochas o sendas con continuidad, aparte de las erráticas
que el deambular del ganado ha trazado, obliga
a un trabajoso progresar.
La situación en invierno, con la
nieve cubriéndolo todo, facilita enormemente la tarea.
Hitos más relevantes del recorrido:
Alameda del Valle (1.115m) – El
Palancar (1.500m) – Peñas Blancas (1.730m) – La Risca (1.830m) – El Saltadero
(2.000m) – Pico de Peñacabra (2.159m) – Pico Crecientes (2.004m) – Puerto
Malagosto (1.953m) – Collado Vihuelas (1.731m) – Alameda del Valle.
Circular de algo más de 22km de
longitud salvando un desnivel total en ascenso de 1.165m de D+ a lo largo de la
cual no encontramos lugar alguno donde reponer agua. Ni con nadie nos cruzamos.
Son las 8:30h cuando iniciamos la
marcha en Alameda del Valle encaminándonos hacia nuestro objetivo, claramente
visible desde la distancia.
Vamos por un amplio camino de
tierra hacia el Palancar, dejando a mano izquierda la confluencia con otra
pista que se orienta hacia las Lomas de Crecientes, que es por donde
retornaremos.
El día, aun con las nubes que
hay, promete ser caluroso.
En la distancia se alza el macizo
de Peñalara.
Macizo de Peñalara |
De momento caminamos por una
cómoda pista que, en sucesivas lazadas, discurre por un robledal ganando altura
hasta salir finalmente a terreno abierto en el Palancar.
A la dcha., el pico de Peñacabra. Hacia la izq. , siguiendo el cordal, los Hoyos Cerrado y Borrascoso, respectivamente. |
Desde la explanada continuamos por
un incipiente sendero que pronto desaparece, hasta llegar al amontonamiento de
piedras que conforman el pico Peñas Blancas, que en todo momento está a la
vista.
Desde Peñas Blancas hasta la
siguiente altura relevante, la Risca, se puede ir por la cuerda sin más inconveniente
que el incremento de los obstáculos vegetales en forma de leñosos piornos. Las
estrechas y discontinuas trochas de ganado están semi ocultas por la exuberante
vegetación.
A lo largo de la subida hasta la
Risca son frecuentes los apostaderos de caza hechos con piedras.
En la parte superior hacemos un
alto que aprovechamos para vaciar las zapatillas (¡Uf, por fin!) de las
numerosas y punzantes semillas que hemos embarcado en los tramos anteriores.
En la solana el calor aprieta de
lo lindo. El tramo que sigue hasta Peñacabra se vislumbra con nitidez, si bien
la cobertura vegetal nos exige trabajar más de firme todavía. Caminamos entre y sobre
la densa alfombra formada principalmente por entrelazados enebros rastreros, bien
perfumado el ambiente por sus olorosas bayas. Alcanzar la parte alta del cordal
supone una actividad de puro desgaste.
Los enebros rastreros lo cubren todo |
Abajo y lejos queda el embalse de Pinilla |
En la cima del pico Peñacabra
(2.159m) compartimos las amplias vistas con los abundantes saltamontes que
pueblan la zona. A partir de aquí caminaremos cómodamente por el PR-32.
Durante un rato contemplamos y
bordeamos en altura el Hoyo Cerrado, primero de los dos que veremos hoy.
El Hoyo Cerrado |
A continuación subimos a la cota
2.157, tras la cual nos acercamos al borde del cordal para observar el segundo
de los Hoyos, el Borrascoso.
Nos aproximamos al borde del cordal para ver el Hoyo Borrascoso. Una pétrea cara lo observa también, "sin parpadear" |
Hoyo Borrascoso |
Continuando hacia el Puerto de
Malagosto pasamos previamente por el pico Crecientes, desde el que somos observados con cierta curiosidad y disimulo.
Para enseguida hacer un
alto en el siguiente y último montículo antes del puerto, la Cruz del Puerto de
Malagosto (apenas unos metros por encima de él) lugar donde sí paramos para
tomar un tentempié. Con respecto al agua vamos en modo racionamiento; dos
litros por persona hay que administrarlos.
La Cruz del Puerto de Malagosto y detalle del rústico altar |
Alcanzamos la portera metálica
(1.953m) y la gran piedra que constituye la mojonera entre las provincias de
Segovia y Madrid. En el mojón hay una inscripción: Puerto Malangosto o Puerto del
Libro del Buen Amor. Año 1330.
La atravesamos y empezamos el
largo descenso hacia Alameda siguiendo un amplio camino que enseguida hace un
giro hacia la izquierda enfilándose visiblemente hacia las Lomas de Peña
Crecientes, que cierran por el Este el amplio barranco surcado por el arroyo de
Entretérminos ¡Solana y ladera tapizada de arbustos en este lado, mientras que
en el otro los pinos sombrean la ladera! Pero es la tónica de hoy.
Las Lomas de Peña Crecientes y la senda que la recorre |
Barranco de Entretérminos: solana a un lado y sombra de pinar en el otro. |
A pesar de que los altos
matorrales cubren la senda en casi toda su anchura, señal de lo poco
frecuentada que está, la marcha cunde mucho ¡Nada mejor que tener una trocha a
disposición!
Muy atrás se ve ya el Puerto de
Malagosto, mientras nos aproximamos y superamos el collado Vihuela. No tiene
pérdida. La senda es inequívoca.
Arriba quedan las soledades por
las que hemos transitado hoy, cubriéndose de las nubes que nos han respetado
durante la jornada.
Cerca ya del final del recorrido
desviamos la vista hacia el macizo de Peñalara, que se nos antoja más lejano
que cuando lo mirábamos por la mañana. Suponemos que la larga marcha que ya
llevamos influye en la apreciación.
En la aparente lejanía, el macizo de Pañalara |
Al llegar a Alameda no podemos
menos que beber abundante agua, reponiendo la perdida, tras haber completado
una circular atípica e infrecuente, de algo más de 22km de longitud, superando
un desnivel total en ascenso de 1.165m de D+ que, si a finales de verano supone
un desgaste importante, en invierno, cuando la nieve cubre las extensas zonas
de piornos y enebros rastreros a partir de los 1.500m de altitud, promete una
esquiada perfecta.
Cómo debiolo pasar el arcipreste en su encuentro con la del Malagosto, que por pura Serrana hizo con él fiesta y prosiguió luego el día ligero y con clara luz de los sus ojos...camino a ronda segoviana. Y no sagovió
ResponderEliminarUn viaje intercarpetano así merece un apunte de cuantas hoyas fueron mucho antes glaciarismos recónditos, uno tras otro en cadena-2 hasta la Somosierra ya casi próxima. Cuántos recuerdos de aquellas andanzas que las hice en unas cuantas horas hasta llegar al otro extremo. No sé si hoy por hoy hubiera podido pernoctar a la fresca o al pairo por cuanto can o seudo andan danzando por esas cumbres; pero, tal vez, en buena compaña aún lo reintente y finalice con ello mi regreso a esa larga cuerda; tal vez la más larga del sistema.
Una mano de finas y cuidadas uñas es la más agradable para tan buen recorrido, saltamontes a parte...
(Ando algo convaleciente; en cuanto me recupere, regresamos al monte y ese ágape campestre...sin que se nos pase)
Salud, Libertad y Monte, dilecto meu Carlos :)´
PD: Casi le pondría este tema para esa marcha:
https://youtu.be/lD-AqRXba6k
Finas y cosquilleantes son las patas del saltamontes cuando, asiéndose, recorre las falanges lentamente, para saltar luego y desaparecer dando brincos.
EliminarRecupérate pronto, no tanto por el ágape, que también, sino por el placer de la compañía.
Salud y Montaña, querido amigo.
¡Que buena pinta tiene para ir en invierno! casi dan ganas de empezar a "afilar" las raquetas jijiji
ResponderEliminarSalud!
En invierno, con todo tapado por la nieve y unas raquetas con puntas afiladas, y si no, ¿Qué tal esquíes con cantos afilados? Está ya incluido en la lista.
EliminarGracias Pirene por tu visita y comentario
Y quién pensabas tu que ibas a encontrar por esos lares? Alguna vaca si acaso, ya te dije que por ahí no había caminos transitados...
ResponderEliminarTengo entendido que los "hoyos" son antiguas cubetas glaciares en pequeño, pero lo mismo no es esto correcto.
Salud y mucha montaña!
No hay soledad en las soledades buscadas, sino comunión con el entorno. Ahora que, cuando el sol aprieta, alguna que otra sombra ya se hubiera agradecido.
EliminarSalud y Montaña.
Tremenda y e interesante ruta, conociendo a otros amigos especiales durante el viaje.
ResponderEliminarDe todos modos, te dejo la prueba del saltamontes por si te puede ser útil.
https://www.youtube.com/watch?v=xf9BDF3_7wI
Un abrazo
Muy útil en verdad la prueba ;-) ;-) y muy científica también.
EliminarUn abrazo
Entonces, ya poseemos la sabiduría del dragón; que no es poca para nuestras aficiones.
EliminarBuena semana.
Un abrazo.