Vertiente Este de la Peña Ezkaurre, sobre la Foz de Veral (desde el Espelunga) |
Ezkaurre, en la zona de Isaba, es una mole caliza orientada de noroeste a sureste. Dos barrancos / valles, el barranco de Berroeta, al Sur, y el valle de Belabarze, al Norte, flanquean su lomo calcáreo. Este espinazo tiene más de tres kilómetros de longitud y sus alturas oscilan entre los 1.700m (la peña más occidental) y los 2.045m de la cumbre más oriental (la propia Peña Ezkaurre) cuya cima es el límite entre los valles de Ansó (Aragón) y Roncal (Navarra).
Tanto Berroeta como Belabarze
están cubiertos por frondosos bosques, mayoritariamente de hayas, cuyo enorme atractivo
supone un plus al de la propia cima, de manera que nos planteamos un recorrido
que, con origen y llegada en la población de Isaba, los integre en una circular
que resulta exigente (por su longitud: 26,3 km y desnivel acumulado en ascenso:
1.485m de D+), pero espléndida a nivel “sensorial”.
Hitos más característicos de la ruta:
Isaba – Barranco de Berroeta –
Sierra de Arrigorieta – Solano de Ezkaurre – Ibón de Ezkaurre – Peña Ezkaurre –
Collado Abizondo – Collado de Argibiela (Zuriza / Belabarze) – Valle de
Belabarze – Barranco y Cascada homónimos – Ateak (puertas) de Belabarze – Isaba.
Es temprano cuando iniciamos la
marcha en Isaba y nos encaminamos hacia las “ateak” (puertas) de Belabarze por
un sendero bien marcado que al poco se transforma en pista.
Dolmen en Isaba |
Ermita en el camino hacia las "ateak" de Belabarze |
Por suave pendiente y por la
derecha orográfica del arroyo de Belabarze, alcanzamos al cabo de un par de
kilómetros una bifurcación con puente: a la izquierda la señal marca el
comienzo del ascenso a la cascada de Belabarze por un estrechamiento entre dos
peñas (las "ateak") por donde pasa el arroyo, que no tomamos,
pues es por donde retornaremos a la vuelta; en su lugar continuamos por la
propia pista en un giro pronunciado hacia la derecha para, siguiendo el GR-11
que ya no dejaremos hasta la propia cima, enfilarnos hacia el barranco de
Berroeta, por donde ascenderemos.
Al poco la pista llega a una
explanada dando fin a su trazado. De aquí, y siempre guiados por las marcas
blancas y rojas del GR-11, nos internamos en el frondoso bosque que cubre el
barranco de Berroeta, ascendiendo a la sombra de los árboles hasta que estos se
acaban a la altura de los 1.400m.
Ocasionales ventanas en la vegetación dejan contemplar las calizas que conforman las montañas en esta zona.
Ocasionales ventanas en la vegetación dejan contemplar las calizas que conforman las montañas en esta zona.
La salida a campo abierto permite tener una perspectiva completa de lo que todavía nos queda, con la alargada mole de la Peña de Ezkaurre visible en lontananza. A partir de aquí caminaremos a la descubierta por el cordal cimero, flanqueados por árboles solitarios (pinos y hayas).
Barranco de Berroeta con la alargada mole de la Peña de Ezkaurre, al fondo. |
La Peña Ezkaurre cada vez más próxima. |
A la izquierda se ve el claro en el que hemos abandonado el bosque que cubre el barranco de Berroeta, en primer plano. |
En un momento determinado el sendero se orienta francamente hacia el Norte, enfrente la poderosa muralla calcárea de la Peña Ezkaurre.
Vamos siguiendo las marcas del GR que nos guían hacia un altiplano bajo su cara Sur, donde está el ibón de Ezkaurre, hoy sin agua y ocupado por ovejas.
Las señales rojiblancas nos llevan hasta el mismo pie de una canal que supera en línea recta los 300m de desnivel que nos separan de la cima. Salir del prado y entrar en la roca es todo uno.
Canal de acceso a la Peña Ezkaurre |
Los primeros doscientos metros son de pronunciada pendiente si bien al final se suaviza hasta llegar al ancho lomo cimero de Ezkaurre el cual, una vez alcanzado, hay que seguir en ligero ascenso y en sentido este hasta llegar a la cima de la Peña Ezkaurre (vértice geodésico), lugar “adornado” por unas características lajas que forman una curiosa composición. Hoy está la cumbre muy concurrida.
Cima de la Peña Ezkaurre |
Cara Oeste del Pico de Espelunga desde la Peña Ezkaurre, entre ambos, la Foz de Veral |
Finalmente decimos adiós a Lidia
y Bea, ellas permanecerán más rato de contemplación, y emprendemos el descenso
hacia el Collado Abizondo.
La bajada de Ezkaurre por su
vertiente norte abandona la cima por una pendiente moderada, las marcas del GR
indican el camino, hasta que al poco éste empieza a bajar bruscamente hacia el
boscoso collado de Abizondo a través del karst. La pendiente es tan pronunciada
y las rocas están tan pulidas que bajar por ella requiere de una atención
constante para evitar los resbalones que acechan.
Y así hasta llegar al collado
de Abizondo, donde súbita y
momentáneamente la pendiente se modera y uno se da de bruces con el
comienzo de un hayedo. Aquí hacemos un breve descanso para recomponernos tras
la tensa bajada.
Iniciando el pronunciado descenso hacia el collado de Abizondo |
En los momentos de descanso durante la fuerte bajada, la mirada se va hacia el grupo de los Alanos, en Zuriza. |
Amable inicio del hayedo tras la delicada bajada por rocas pulidas |
Finalmente la pendiente se modera y las marcas se orientan hasta desembocar en la carretera que une Isaba con el camping de Zuriza, por la que continuamos en dirección ascendente unos cien metros, hasta llegar al alto del puerto o Collado de Argibiela, límite entre Navarra y Aragón. Nos quedan todavía 9,5km de recorrido hasta Isaba.
Desde este collado parte una pista
en dirección oeste que tomamos para, a unos doscientos metros, abandonarla y seguir por un sendero a la
derecha que sale de la misma. Como siempre, las marcas del GR lo indican
¡Conviene ir atento a ellas!
Hacia Isaba por Belabarze |
Por el valle de Belabarze |
Por el bosque de Belabarze |
Llegados al final del valle, y junto a unos prados, vadeamos el cauce y pasamos a la margen derecha orográfica. Perdemos momentáneamente las marcas y damos unas cuantas vueltas hasta que las volvemos a encontrar; siguiéndolas y claramente hacia la izquierda (en sentido de la marcha) nos conducen enseguida al barranco de Belabarze.
El barranco es bastante estrecho,
y el evidente sendero discurre por un entorno de hayas centenarias que inducen
a contemplarlas con respeto.
No tardamos mucho en escuchar el ruido que produce la Cascada de Belabarze, lugar, éste sí, bastante concurrido.
Cascada de Belabarze |
La luna comparte la tarde.
Mientras tanto, los tendidos rayos del sol poniente aún iluminan los densos arbolados que componen estos bellos bosques navarros por los que hemos deambulado, habiendo trazado una larga ruta que nos ha llevado por una gran diversidad de terrenos y paisajes, tocando la cima de la Peña Eskaurre y recorriendo íntegramente sus vertientes Sur y Norte, respectivamente.
Magnífico recorrido y exigente.
ResponderEliminarFenomenal reseña. Gracias.
Jose.
Gracias José Antonio. El recorrido es de una gran belleza. Es lo que tienen los bosques navarros.
EliminarSalud y Montaña.
Que pena da ver la pesada huella humana de todo aquel que, por no sé qué motivo, tiene que dejar una señal de su estancia en un determinado lugar. Encontrar cúmulos de piedras que no son para identificar cruces de senderos etc. o simplemente lajas levantadas como el la cima de la Peña Ezkaurre deja de manifiesto la agresión sufrida al paisaje por estos ejemplares empeñados en ser mas protagonistas que el entorno.
ResponderEliminarPor lo demás, una ruta de gran belleza relatada con amenidad suprema.
Saludos.
A la cima del Ezkaurre llega mucha gente partiendo del collado de Arguibiela, al que se accede con coche desde Zuriza. Desde el collado son 700m de desnivel que se atragantan a cualquiera, dada la inclinación, pero que muchos excursionistas "de ocasión" emprenden decididos.
EliminarCuando llegan a la cima están para pocas alegrías, y allí se quedan un rato hablando por el móvil, recuperándose, amontonando piedras, etc.., hasta que se animan a emprender la bajada por donde subieron. Pocos recorren unos cientos de metros más y se acercan a ver la imponente cara Oeste del Espelunga y el tajo del río Veral.
La ruta por los bosques navarros resulta preciosa.
Un abrazo, Javier
Hola Carmar.
ResponderEliminarGran circular la que realizasteis que espero poder realizar más adelante. Los pirineos navarros no tienen cimas tan altas como los aragoneses, pero ofrecen unos bosques especialmente de hayas, espectaculares!
Otra de las cosas que llama la atención de esta Peña Ezkaurre, es la diferencia entre las subidas por Aragón, (corta y vertical) o por Navarra (larga y más moderada), aunque ambas merecen la pena.
Las vistas hacia la sierra de Alano, resultan impresionantes, al igual que ver la Peña Ezkaurre desde la cima del Espelunga, estos valles occidentales mercen muchas más visitas de las que hacemos, habrá que solucionarlo en los próximos veranos.
Un saludo.
Pongamos manos a la obra en solucionar "la cuestión navarra". Los baños de bosque son cada vez más atractivos.
EliminarUn saludo.
Clásica e imprescindible circular siguiendo en parte el itinerario de la Camille Xtreme. Muy muy chula.
ResponderEliminarEl entorno por el que discurre es muy bonito en todos sus tramos.
EliminarUn abrazo, Carlos
Uma rota muito bonita, apesar do achado sinal deixado por tolos no caminho.
ResponderEliminarAmei a fotografia das margaridas na rocha e as belas cabras tão simpáticas (e afoitas) que com certeza alegraram o caminho dos animados montanheiros. :)
Um beijo
Cualquier sustrato vegetal es bueno y aprovechado por las margaritas que, en plena y áspera roca, encuentran acomodo y alegran la sobriedad de la caliza.
EliminarEn cuanto a las cabras, perspicaces y curiosas, siempre atentas a lo que ocurre en su entorno, pocas se resisten a una mano sosegada y tendida, en tanto en cuanto sostenga unas almendras o un puñado de sal. Sólo hay que tener paciencia, dejar que se den cuenta del contenido y no moverse demasiado, para que el recelo inicial dé paso a la curiosidad y ganas de tomar lo que se les ofrece.
Un abrazo, Teca, y gracias por visita y comentario.