domingo, 19 de agosto de 2018

Por la Garganta de Escuaín y el Circo de Gurrundué en Ordesa. Paisajes sin cuento.



Parajes de la Garganta de Escuaín
La Garganta de Escuain, junto con el  Circo de Gurrundué, dentro del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, son dos lugares alejados y no demasiado frecuentados que regalan un espectáculo visual a quienes se adentran por ellos, ofreciendo escenarios diversos cuyo recorrido, con origen y llegada en el pueblo de Escuaín, permite una circular magnífica.

Puntos reseñables de la circular:

Escuaín (1.202m) – río Yaga (900m) – Revilla (1.250m) – Miradores sobre la Garganta de Escuaín (1.350m) – Cruce del barranco de Angonés (1.350m) – Plano Pinar hasta cruzar la canal del Puerto de Revilla (1.620m) – La Bocera ( 1.620m) – Mirador del Circo de Gurrundué (1.650m) – Puente de los Mallos (1.550m) – Escuaín.

Durante el recorrido, de poco más de 23 km salvando una altitud total en ascenso de 1.130m de D+, se atraviesan diversas franjas vegetales: entre los 900m y los 1.200m, es decir desde el río a los dos pueblos, transitamos por un bosque húmedo de vegetación abigarrada; seguidamente, durante el tramo de los miradores sobre la Garganta de Escuaín y después al Circo de Gurrundué, son los pinos mayoría, con gran abundancia de acebos entre los 1.500m y los 1.650m. El boj está omnipresente.

Comenzamos la marcha una mañana de cielo muy cubierto dejando atrás Escuaín, descendiendo por la misma carretera por la que hemos accedido en coche, hasta encontrar el punto en el que un cartel indicador señala la bajada hacia el río Yaga. Nos internamos en un bosque muy húmedo. El sendero tiene bastante pendiente.

Descenso hacia el río Yaga
El caudal que trae el río Yaga va en función de la época y cruzarlo es cuestión de cada uno y del número y situación de las piedras que sobresalen del agua. Nosotros lo encontramos crecido, así que sin dudarlo un instante hacemos uso de la versatilidad de las zapatillas de trail y lo vadeamos sin descalzarnos, tal como entra el agua después de un rato acaba saliendo.

El río Yaga hay que vadearlo


Si la aproximación al río desde Escuaín resulta bella, el entorno por el que se asciende hasta Revilla supone un "baño" de bosque fascinante




En las proximidades de Revilla, pero sin entrar en el pueblo, seguimos la indicación que señala el recorrido de los miradores y la ermita de San Lorenzo. Es éste el tramo más frecuentado de todo el itinerario, entre Revilla y el último y principal de los miradores.

Enseguida, y muy próximos al camino que seguimos, bajo un escarpe, se encuentran los restos de la ermita de San Lorien de Revilla, datada en el siglo XI, y unos curiosos petroglifos tallados sobre la roca: parrilla del martirio de San  Lorenzo, la bóveda de un templo, y muchos otros.

Petroglifos de la ermita de San Lorien
A continuación alcanzamos el mirador principal desde donde la contemplación del paisaje resulta impactante.

Abajo, el cañón del río Yaga.

Garganta de Escuaín
A la derecha, una gran panorámica del barranco de Os Sacos y su cabecera el circo de Angonés.

Barranco de Os Sacos
Seguimos nuestro recorrido, de nuevo solitario, y continuamos por la buena senda ganando altura por una fuerte y corta pendiente.


Al fondo, el collado Vicendo
El camino se dirige hacia el barranco de Angonés, cuyo arroyo se cruza por un puente metálico.

Barranco de Angonés
Al otro lado hay a un desvío donde continuamos en dirección a Foratarruego y ascendemos hasta los 1.600 m de altitud.

El paisaje se amplía; hacia atrás vemos que las nubes siguen cubriendo el entorno de la Peña Montañesa.

Entorno de la Peña Montañesa
Mientras que a nuestra izquierda, sobre el collado Vicendo, empiezan a disiparse. El tiempo va mejorando.

Collado Vicendo
Continuamos y llegamos a un nuevo desvío. En esta ocasión nuestra dirección es Bocera y Gurrundué Medio. La senda nos adentra en el bosque, y la buena evolución del tiempo se hace evidente. Las nubes que han encapotado el cielo durante la mañana se van retirando.


Caminamos por el Plano Pinar, zona de acebos y bojes, fascinados por las amplias panorámicas que se divisan desde esta altura.

La Peña Montañesa, a la dcha., y sus alrededores ya sin nubes
Finalmente llegamos a otro cruce, uno triple; a él volveremos tras visitar el Circo de Gurrundué. Apenas serán tres cuartos de hora entre ida y vuelta.

La senda se hace trocha y se interna en un bosque de pinos. Ambiente agreste y primitivo. El entorno se torna menos amable y exige más atención a medida que la pendiente se acentúa. Las piñas caídas tapizan el suelo y propician los resbalones.

Hacia el Circo de Gurrundué por un bosque primitivo


El bosque se abre, aparecen los erizones y se acaba la trocha. Alcanzamos el final de la misma sobre un espolón de áspera caliza tapizado de estas punzantes matas. A nuestra derecha se abre el espectacular Circo de Gurrundué.


Empequeñecidos por el entorno contemplamos el Circo. Intercambiamos pocas palabras; hay más que percibir que de decir.

Circo de Gurrundué
Nos alzamos con precaución, un tropiezo sería nefasto, y retornamos al cruce triple por la misma trocha por la que hemos accedido.

El Castillo Mayor desde el otero erizónico del Circo de Gurrundué
De vuelta junto al poste indicador iniciamos el pronunciado descenso hacia el Puente de los Mallos. De nuevo entramos en la humedad del bosque.

A lo largo de la senda la vegetación es abigarrada y abundan los detalles.



Tanto los acebos como la  belladona todavía tienen los frutos verdes, aún falta algún tiempo para que maduren.

Acebo

Belladona
Un empinadísimo descenso por el hayedo exige nuestra atención. Suerte que los abundantes bojes proporcionan unos asideros de primer orden.

Tramo pendiente en el que los bojes sirven de perfectos asideros
Tras unos cincuenta metros haciendo de Tarzán la pendiente se suaviza y el camino conduce hasta el Puente de los Mallos, que salva una impresionante grieta en el fondo de la cual emerge el río Yaga.

El Puente de los Mallos permite cruzar el estrecho barranco en cuyo fondo aflora el río Yaga
Sólo nos falta llegar a la pista que nos devolverá hasta Escuaín, a lo largo de la cual podemos volver a contemplar los grandiosos paisajes por los que nos hemos movido a lo largo de una circular que ha resultado magnífica.

Escuaín, en primer plano; al fondo el macizo de Lierga y Cotiella.


6 comentarios:

  1. Oi Carmar,
    acho as fotos dos seus passeios muito lindas e impressionantes. Parece que consegues descubrir muitos lugares maravilhosos…aproveite o tempo!
    Grande abraço da Alemanha, Lennart

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    1. Hi Lennart, my friend. Thanks for visiting this corner of nature.

      Dicovering and wandering through beatiful mountain places, intrincate; thus, not crowded most of the times, is a very pleasant activity. Wealthy Oxigen is everywhere.

      All the best to you.

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  2. Hola Carmar.

    Bueno, "poco más de 23 km salvando una altitud total en ascenso de 1.130m de D+" ya es una distancia considerable no apta para cualquiera, jaja, que lo dices y parece que es un paseo.

    Muy bonita la circular por una zona que si bien el Cañón de Añisclo, acapara a la mayoría del turismo, esta de Escuaín poco o nada tiene que envidiarle en cuanto a paisaje y vistas, donde además me han resultado muy curiosos los Petroglifos de la ermita de San Lorien.

    Por cierto, en tiempos había un tramo de sendero que se había cerrado por la vegetación, sigue así o esta abierto al 100%.

    Un saludo.

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    1. El"paseo" no es corto, no, sin embargo la variedad de paisajes es tal que, contando con que las piernas respondan, se hace muy llevadero. Los tramos de bosque son espectaculares. La contemplación de Gurrundué desde el espolón erizónico hace contener el aliento.

      Muy poco frecuentado y muy bien balizado ¡Hay que recorrerlo!

      Todos los senderos por los que anduvimos están muy bien mantenidos, se nota que es Parque Nacional.

      Salud y Montaña.

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  3. De tudo que vi e senti nesta tão distante margem do outro lado do oceano, o que mais me chamou a atenção nesta rota foram estas deliciosas e preciosas letras gravadas nesta entrada tão fascinante e cheia de detalhes naturais: "un "baño" de bosque fascinante."
    Gracias, gracias!
    Um beijo

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    1. Los "baños de bosque" confortan el espíritu. Cada vez los busco más. Las letras del pasado nos llevan a compartir con nuestros antecesores lugares comunes. Inspira respeto y sentimiento de especie darse cuenta de ello, de que somos meros transeúntes deambulando por sitios donde otros ya estuvieron y habrá más que aún pasarán por ellos.

      Desde este lado del océano, un abrazo Teca.

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