La Bola del Mundo desde el Cerro del Telégrafo |
El río Manzanares, tras nacer al pie del collado de Guarramillas, continua
por el barranco del mismo nombre hasta entroncar, unos cientos de metros más abajo,
con el torrente que viene del ventisquero de la Condesa.
Esta cuenca alta, en tiempo de invierno, acumula gran cantidad de nieve y
permite esquiar por nieve virgen en un entorno próximo al puerto de Navacerrada,
recorriendo unos itinerarios poco frecuentados (para más detalles: Cinco itinerarios de esquí de travesía en la Sierra de Guadarrama)
Es temprano cuando mi amigo Manuel y yo emprendemos la subida en el Puerto
de Navacerrada (1.858m) hacia la Bola del Mundo. La pista de acceso está
totalmente cubierta de nieve dura y helada. Vamos deslizándonos a la sombra.
Comienza a salir el sol tras el pico de la Maliciosa. La nieve se encuentra
desigualmente repartida: acumulada en las zonas resguardadas, con los piornos y
las rocas asomando en las partes sometidas a la acción del viento.
Al fondo, el pico de la Maliciosa |
Agradecemos salir al sol. Estamos aproximándonos a la primera cima de hoy:
la Bola del Mundo (2.258m), con sus inconfundibles antenas. La nieve está dura,
dura.
Desde ella, las palas nevadas con la Maliciosa al fondo incitan a descender
cuanto antes hacia el Collado del Piornal (2.074m). Nieve en buenas
condiciones, no demasiada pendiente, en suma: suave deslizamiento que, con los
primeros rayos del sol caldeando la mañana, contribuyen a aminorar el impacto
del persistente viento.
Pluviómetro sobre el Collado del Piornal |
Desde el collado podemos casi alcanzar la cima de la Maliciosa (2.227m) con
los esquíes puestos. Pero casi, porque a medida que nos aproximamos a ella el
hielo sustituye a la nieve, y las rocas afloran por doquier.
Llegando a la cima de la Maliciosa |
El poco rato que pasamos en la cumbre lo hacemos al resguardo de su cara
Sur, menos sometida al azote del aire.
Abrupta cara Sur de la Maliciosa |
Tenemos a la vista los siguientes objetivos de la jornada: los barrancos de
Guarramillas y de la Condesa, con sus respectivas cimas, el Cerro del Telégrafo
y la Cabeza de Hierro Menor.
De izquierda a derecha: La Bola, Coll de Guarramillas, Cerro del Telégrafo, Coll de Valdemartín y Cabeza de Hierro Menor. |
El descenso por la Norte de la Maliciosa hasta la confluencia de los
arroyos que conforman el río Manzanares constituye un agradable esquiar por
amplias palas en un entorno solitario ¡Qué pronto se acaba! Son algo más de
400m de desnivel que se esfuman en un suspiro.
La fijación de uno de los esquíes lleva dando la lata desde el comienzo de
la jornada. Los giros han de ser lo más suaves posibles para evitar que salte
la puntera, y aun así, en cuanto se fuerza algo, acaba uno en el suelo.
El imprevisto técnico nos obliga a reconsiderar la ruta y acortarla; en
lugar de ascender por el ventisquero de la Condesa, para abordar las Cabezas de
Hierro, optamos por encarar el barranco de Guarramillas y subir a la loma que
lo separa del de Valdemartín para, siguiéndola por lo alto, llegar al Cerro del
Telégrafo.
Remontando el barranco de Guarramillas |
La limitación técnica nos ofrece a cambio la oportunidad de transitar por
un entorno que, de otro modo, se nos hubiera escapado. Soledad, belleza, buena
nieve, con algún que otro tramo inicial sobre los piornos, y pendientes
moderadas hasta alcanzar la parte alta del cordal.
El aire, que en la zona baja se notaba poco, azota fuerte en cuanto
alcanzamos la loma.
Los esquíes crujen y resquebrajan las “heladas olas” a medida que, con la
cabeza agachada y los ojos entornados, vamos surcando esta irregular
superficie, con el fuerte viento del Norte dándonos de cara.
Las Cabezas de Hierro asoman sobre "las olas" |
El “mástil” que marca el Cerro del Telégrafo (2.270m) anuncia que ya está
próximo el pequeño murete sobre el que se levanta y que proporcionará temporal
resguardo del fuerte viento.
Tras él, agazapados, contemplamos las antenas de la Bola del Mundo mientras
tomamos una barra energética y agua.
La mirada resbala sobre la helada superficie a la par que se dirige hacia
la cima de la Maliciosa, sobre la que ya son visibles las nubes que se van
consolidando, empujadas por la ventisca del Norte.
Nubes formándose sobre el pico de la Maliciosa |
La visibilidad comienza a empeorar, las nubes cada vez son más densas, así
que el descenso hacia el Collado de Guarramillas (2.158m) es rápido. La niebla
se ha espesado ahora y cuesta no perder el rumbo. Las antenas de la Bola,
referencia buscada con ahínco en estas condiciones, se hacen visibles sólo
momentáneamente. Suficiente como para ajustar la marcha y alcanzar el comienzo
de la larga y empinada pista de esquí que acaba en el Puerto de Navacerrada.
Jornada de esquí de travesía, salvando un desnivel acumulado de unos 1.000m
de D+, por una zona próxima y escasamente frecuentada, que pudo haber sido más
larga pero que, debido al imprevisto técnico con la fijación, no lo fue tanto,
aunque sin embargo nos dio la oportunidad de recorrer en detalle un entorno
bello y que, de otra manera, se nos habría escapado.
La mirada resbala sobre la helada superficie...de olas congeladas por el azote del viento, cómo Aguirre..., aquella película.
ResponderEliminarMolan ésas. ¿Así que haciendo poesía sobre esquís y travesías?
Ando recuperando tiempo y reponiéndome de tanto proyecto. Cuando, también, me reponga de la espalda regreso a la carga aunque con calma.
[Por cierto¿Qué sabes de esos robos que se producen en los aparcamientos de canto Cochino, Tranco y/o Navacerrada? Últimamente decían que habían aumentado y te fastidiaban el día y algo más. Parece que, según rumores, eran unos tipos del pueblo cercano, o de Manzanares. Lo que me parece una falta de honestidad absoluta es que se produzcan estos en esos lugares ya que parecen llevar muchos intereses o/y ser disuasorios. ¿Sabes algo?]
Bueno, pues eso, lo hablamos si quieres por teléfono.
Salud, Libertad y Monte, amigo Car.
Unha aperta
Azotado y azotando anduvo Dn. Lope por el Amazonas, que yo sólo azotado fui por el fuerte viento. Mi destino resultó algo menos dramático que el suyo.
EliminarDe los robos me habían hablado y mi opinión es la misma que la tuya, y la de la mayoría, supongo. La montaña, cuando demasiado humanizada, pierde gran parte del encanto y tranquilidad que se buscan en ella.
Recupérate pronto, que la primavera está a la vuelta de la esquina y alguna ruta hemos de hacer juntos.
Un abrazo fuerte amigo Deicar. Salud y Montaña.
Da gusto ver esta entrada tan guapa, aunque también algo de envidia ya que llevo dos findes en dique seco por curro. Velas fotos. Guapísima las sombras de la bola...
ResponderEliminarSalud y mucha montaña.
Gracias Luís. Que el curro no te haga desesperar; tras dos findes ya estás más cerca de la próxima salida; además, hay nieve y hielo para unos cuantos días, esperando a tus bonitas fotos. Salud y Montaña.
EliminarCaminos de nieve hacia las cumbres del Guadarrama, tan distintas en esta época del año, por donde deslizar las tablas, y girar por sus pendientes, si las fijaciones no devienen en dejar de cumplir su función, como así ocurrió ese día. El cambio de planes nos llevó a explorar un nuevo barranco tan a la mano, y a la vez dejado de lado en otras ocasiones. El agua bulliciosa que discurre por este curso alto crea un contraste de colores y estados, y nos evoca los territorios pirenaicos. Salud y Montaña.
ResponderEliminarAdaptarse al entorno y a sus circunstancias es facultad de los que aman la naturaleza por sí misma. Algo de frustración, sí, pero enseguida se abre paso un horizonte diferente que ofrece más alternativas. Esto, siempre y cuando no haya lesión grave de por medio, que entonces las prioridades se fijan solas y de qué manera. Salud y Montaña.
EliminarCar, escribes en tu reseña sobre las desgracias de Peñalara de dos fallecidos, cuando la noticia reciente es sobre uno de los dos encontrados. ¿Te refieres también a la noticia del mes pasado?
ResponderEliminarEn cualquier caso todo esto es una gran desgracia y no llego a comprender cómo es que se exponen a esas situaciones desaconsejables de tiempo tan variable, y mucho más en las cumbres. Por otro lado el hecho de escoger justamente los canales y callejones de acceso con más dificultades aunque sean expertos. No me considero un gran experto aunque sí con la suficiente. Desde que era una criatura he estado en el monte, pero me parece que se lanzan a metas demasiado imprudentes aunque estén próximas a la megalópolis. Hay muchas ciudades próximas a los Alpes y no por ello se consideran cercanos sus picos y amables aunque allí suelen fallecer muchísimos montañeros y escaladores, principalmente en hielo. Ése es uno de los grandes problemas, considerar por su altura en invierno a Los Montes Carpetanos un lugar de fácil acceso. Lógicamente no lo son, ni tan siquiera el del Nevero y siguientes, los cuales he recorrido en solitarias andaduras de punta a punta después de dos días de marcha. Y justamente las zonas más abruptas son las que suben desde La Granja, con el mayor desnivel y helada por ser cara norte y bajo la Ceja, la sur, de entre Dos Hermanas y la subida al Peñalara. Donde sus cascadas parietales de hielo se asemejan a muchas concreciones de muchas simas cercanas. Unas zonas donde el viento cambia constantemente y produce desestabilizaciones en las placas y en su cima que se vuelven imprevisibles.
Subir con gran cantidad de nieve en días bonancibles es bueno, pero buscando rutas hiperseguras y de mínimo riesgo es una forma de entender y disfrutar del paisaje e incluso de lo deportivo si se tercia; pero subir en condiciones de tiempo inestable es exponerse, además de sufrir innecesariamente donde nadie es dueño de la situación y donde sólo la fortuna invita a la reflexión desconociendo cuando sobrepasas el límite de lo irreversible, a estos resultados que dejan una gran cicatriz en aquellos que vivos tendrán que cargar con el amargor de por vida de otras intrépidas, sí, pero algunas veces imprudentes. Ésa es la diferencia entre el precio a pagar y el que se cobra la montaña, aunque sea el Peñalara o Las Lomas de Pandasco.
...
El otro incitador está en la propia altitud y cercanía de nuestras montañas que durante, y a partir de abril se hacen mucho más accesibles, unas temporadas del año son amigables y lugar de encuentro de infinidad de montañeros que creyéndose ya conocedores del terreno piensan es poco lo que algunos invierno puede deparar. Otro factor importante es la poca capacidad en el material que sí sirviendo para determinadas actividades se encuentra limitado al verse superadas las expectativas en momentos extremos, ropa, calzado, equipamiento en general y/o conocimientos.
ResponderEliminarfinalmente un dato muy importante es saber entender el tiempo y su evolución para saber en qué momento se debe emprender el regreso y dejar de avanzar hasta ese punto sin retorno en el cual convergen los desencadenantes que sobrepasan los límites que rompen el equilibrio entre conocimientos, fuerzas, resistencias y probabilidades; más allá es cuando sobreviene la revelación apocalíptica del mundo de cada uno y el sentimiento de soledad se ve invadido por la desesperanza que bloquea la capacidad de reacción paralizando pies, manos, pensamiento desde el cual pensar con lógica y soltura. El frío contrae entonces toda posibilidad y la esperanza se vuelve lejana por ser ésta una abstracción impalpable e inalcanzable, quedando relegada al sitio de donde nunca debió a haber partido, del deseo y el anhelo humano.
Si fuéramos más concretos y realistas y dejásemos a un lado corazonadas y pálpitos que nada bien hacen y de los que muchos de los dirigentes actuales suelen hacer uso para alentar hacia sus intereses en el pueblo que creyéndolos preparados al esbozar sonrisas y pequeñas lágrimas conducen equivocadamente a muchos a agujeros sin fondo. Expectativas crueles que por cercanas nos parecen familiares y que no se adecuan a las necesidades normales e impide ver la verdadera dureza del día a día.
Estando limitados por nuestras fuerzas muchos se aventuran pensando que ante éstas son capaces de solventar y esquivar las situaciones difíciles en esos medios cuando desconociéndolo se baila en la cuerda floja que conduce al límite entre la locura y la cordura; rotos ambos ya no hay nada. Sólo regreso a las estrellas, a la nieve en polvo y de ahí a la tierra que trasladándose por el espacio se deja de apreciar el bello viaje por entre ellas. Después la humanidad continuando con menos lo hace sin saber hacia dónde.
Descansen en paz quienes han sufrido tanto y que llegue a quienes más los sienten en imagen grata de sus sonrisas...RiP
Salud, Libertad y Montaña, meu... :[´
Reflexión extensa y profunda a la vez que comparto. Es la montaña un mundo en el que a menudo nos adentramos, y siempre con el máximo respeto y cautela. Hay riesgos objetivos, los que se derivan del propio medio y sus condiciones, y subjetivos, los que dependen de la técnica, preparación (física y mental) y experiencia de quien por ella deambula. La combinación y correcta evaluación de ambos es la ecuación que hemos de ir resolviendo en cada momento. Tras muchos años deambulando por la montaña sé que en ella se producen muchos más "milagros" (no pasa nada, cuando lo más lógico hubiera sido lo contrario) que accidentes. Lamento profundamente el sufrimiento por el que estos dos compañeros han pasado y aún más la muerte de una persona tan joven, así como el dolor que deja tras sí en los que le aprecian. Un abrazo, amigo Deicar.
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