Bajo su influencia añoramos lo que ya existió. Evocamos unas situaciones en
las que nos sentimos especialmente bien. Vívidos momentos vividos se suceden
uno tras otro en nuestro pensamiento. No tienen cabida en ella las penurias
pasadas que, si acaso, asoman muy tímidamente y amortiguadas.
La nostalgia se alimenta de recuerdos. De airosos picos, de deslumbrantes
paisajes, de exigentes recorridos, de fríos intensos, de descensos
vertiginosos, de todas esas cosas que ocurren en el silencio: creer, compartir,
reconocer, ayudar, percibir, sentir,...
Apoyados en ella olvidamos las fatigas pasadas, nos evadimos también de las
que nos rodean, y encontramos la manera de seguir con nuestro caminar, en la convicción
de que iremos generando nuevos recuerdos que, a su vez, nutrirán nostalgias
futuras.
Para comenzar con un Año Nuevo, deseo:
- Que descubramos la serenidad y la tranquilidad, encontrando momentos para integrarnos en la naturaleza que nos rodea,
- Que sepamos contemplarlo todo como si fuera la primera y la última vez, con miradas largas y espaciosas, apreciando el valor de la sombra que da cobijo, del agua con la que apaciguamos la sed, y del precario abrigo en invierno.
- Que vivamos, en fin, nuestro tiempo y nuestras circunstancias ya que, si vividas, serán nuestra vida.
Welcome to this bittersweet
longing for persons, things, or situations of the past.
Happy Year 2014. Salud y Montaña!
Salud y montaña! Y que la disfrutemos juntos, aunque sea de vez en cuando! Nos vemos......en breve.
ResponderEliminarNos vemos, y que la nieve, aunque tan solo sean "dos dedicos", cubra las laderas y picos para que los podamos esquiar. Juntos la vamos a seguir viviendo. Salud y montaña!
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEchar la mirada atrás, rememorar hechos, repasar vivencias, revivir sensaciones, disfrutar de momentos pasados es un ejercicio saludable que permite comprender para avanzar, y que nos acerca al futuro por escribir. Es conveniente parar un instante, y dejarse llevar sin prisa a ese estadio, donde uno empieza a evocar, no sabe muy bien porqué, recuerdos borrosos que van tomando forma. Las imágenes pasan a toda velocidad, y de repente se detienen en un punto. ¡Qué lugar! ¡Qué panorama!...sigamos. La remembranza de lo vivido es más fuerte cuando se comparte camino, cuando las zancadas “a grandes trancos o con esquíes” van acompasadas y acompañadas. Las imágenes rezuman vida. Seguro que vendrán muchas más. Gracias Carlos/CIA por conformar esa “cordada”, que no sólo traza sino que también vive cada latido. Me uno a tus deseos para el nuevo año: descubrir, saber y vivir. Salud y Montaña
ResponderEliminarDa mucho la montaña a quienes en ella se adentran como forma de vida. Autoconocimiento y serenidad son fundamentales para un longevo deambular por sus entornos. Ambientes similares proporcionan posibilidades múltiples de encontrar y experimentar cosas nuevas y distintas en cada ocasión. Y de vez en cuando, raras veces, te ofrece así, como por azar, la posibilidad de “formar una cordada”. Dichosos aquellos que, con la más absoluta naturalidad, son capaces de asir cada uno de los extremos de dicha cuerda, anudarlos a la cintura con un “as de guía” y marchar acompasados para continuar viviéndola en sintonía. Salud y montaña, amigo Manuel.
EliminarQue la nostalgia no nos impida seguir mirando hacia el futuro, y no nos haga olvidar vivir intensamente el presente. Un abrazo
ResponderEliminarSiendo como somos seres de presente, sirva la nostalgia como anhelo y acicate para continuar nuestra marcha en la búsqueda de la plenitud. Un abrazo.
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