miércoles, 9 de octubre de 2019

Valhondillo: Tejo milenario y barranco, como vía de acceso al Asómate de Hoyos en la Cuerda Larga.

El Tejo de Barondillo no se ve de lejos, tan sólo cuando se está frente a él 
Algo tan normal como acceder a la Cuerda Larga puede transformarse en una atractiva rareza sin más que cambiar las coordenadas habituales.

En este sentido decidimos iniciar la marcha en la zona de La Isla (1.250m), próxima a Rascafría para, de esta forma, realizar un recorrido fuera de lo común que nos permita contemplar los tejos de Barondillo y su ejemplar más señero. El tejo milenario de Barondillo / Valhondillo (entre los 1.500 y los 2.000 años), está ubicado a 1.630m de altitud junto al arroyo del mismo nombre, en un denso bosque de pinos silvestres, en una zona bastante recóndita de la cara N de la Loma del Pandasco.

Visitarlo y admirarlo es el detonante para la circular de hoy, que incluye además en su trazado alcanzar la Cuerda Larga a la altura del Collado de Peña Vaqueros, ascendiendo por el atractivo y solitario barranco de Valhondillo, recorrer el tramo de la Cuerda hasta el otero de Asómate de Hoyos, descendiendo luego monte a través por la loma de Navahondilla. En total unos 22km de longitud, salvando un desnivel total en ascenso de 1.000m de D+, a lo largo de los cuales tan sólo en la parte de la Cuerda Larga se coincide con alguien.

No se encuentran dificultades técnicas, si bien la loma de Navahondilla, monte a través, sí requiere manejarse entre piornos que, afortunadamente, no son muy altos y permiten ir encontrando el mejor paso entre ellos sin más que un poco de sentido de la orientación. Los mojones ayudan en este tramo.


Apenas son las 8h de la mañana cuando emprendemos la marcha desde el vacío aparcamiento de la Isla orientando los pasos hacia el Puente de la Angostura.

Hace frío (3.5ºC), con lo que avivamos la marcha contemplando, al pasar, las aguas tranquilas de la Presa del Pradillo, todavía a la sombra.

Presa del Pradillo
Transitamos por un bosque acogedor, sin apenas ganar altura hasta llegar junto al Puente de la Angostura.

Puente de la Angostura
Entroncando con una pista que tomamos hacia la izq. (al E) y cuyo trazado y revueltas seguimos hasta alcanzar la cota 1.480m punto en el que cruza, por segunda vez, el arroyo de Valhondillo. Sin llegar a vadearlo esta vez, la abandonamos y en su lugar tomamos una senda que se interna en el bosque, aguas arriba del arroyo.

Entramos en un bosque de pinos que cada vez se hace más montaraz. La senda se estrecha a medida que ascendemos, manteniéndonos siempre con el arroyo a nuestra dcha. y vadeando un par de cursos de agua menores que se cruzan en el camino.


Poco a poco, a medida que subimos, el bosque ofrece un aspecto cada vez más añoso, los altos y viejos pinos alternan con los tejos. De pronto alcanzamos el lugar donde se halla el Tejo Milenario (1.630m), descollando entre todos los demás.


Tejo Milenario de Valhondillo
Cuando nos encontramos ante un ejemplar de estas características nos invade una sensación de reverencia hacia una longevidad que contrasta poderosamente con nuestra inmediatez. El tiempo parece detenerse durante los instantes en que, mudos, nos dejamos imbuir de su presencia, absortos en la contemplación de su viejo y ajado tronco que, sin embargo, sustenta ramas verdes.

Sacudimos la cabeza, tomamos de nuevo conciencia de que debemos seguir, y continuamos aguas arriba hasta, al poco, cruzar el arroyo de Valhondillo para acceder al final de una pista escondida entre los árboles de la otra orilla.

Queda el Tejo milenario en su escondrijo, viviendo sin prisas, mientras nosotros, a partir de este momento, seguiremos ascendiendo manteniendo el cauce a nuestra izq. a lo largo del recorrido íntegro del barranco de Valhondillo, hasta el mismo nacimiento del arroyo, a los casi 2.200m de altitud, al pie de la Cuerda Larga.

La senda, a veces difusa, discurre por un entorno agreste y luminoso.


A la altitud de los 1.800m el pinar se abre y el barranco de Valhondillo se ensancha notablemente, dando paso a la tasca y a los enebros, mientras ejemplares aislados de pinos, tejos y algún acebo completan el cuadro.

El barranco de Valhondillo se abre

Cruzamos la mirada con una cabra que pasta tranquilamente.


La ascensión es sostenida, hay hitos que marcan la mejor trocha, y el agua de Valhondillo, por cauce cada vez más estrecho, nos guía hacia el ya muy visible y próximo Collado de Peña Vaqueros, al pie de la Cabeza de Hierro Mayor.

Cabeza de Hierro Mayor apuntando al final del Valhondillo
Donde aflora el agua hacemos un alto para tomar unas almendras. Por los abundantes restos de plumón que hay deducimos que es éste un lugar frecuentado por los buitres y sus pollos.

Nacimiento del arroyo del Valhondillo
Continuamos y enseguida accedemos al tramo de la Cuerda Larga entre la Cabeza de Hierro y Asómate de Hoyos, que delimita la vertiente N y S de la Loma de Pandasco, dando vista a la Pedriza.

Cuerda Larga adelante, en un transitar cómodo y sin apenas altibajos, vamos recorriendo el tramo de cordal que menos hemos frecuentado en ocasiones anteriores. Peña Lindera y las Torres de la Pedriza cada vez más próximas. El zoom nos permite localizar “la punta” del Dedo de Dios, en la zona de las Torres.


Y así llegamos a Asómate de Hoyos (2.242m) desde donde se desprende hacia el Norte la loma de Navahondilla.

Desde esta atalaya observamos la Cuerda Larga, tanto hacia el Este (Collado de Pedro de los Lobos, Bailanderos, La Najarra,…) como hacia el Oeste, de donde venimos (Cabeza de Hierro Mayor,….), también el Hoyo Cerrado se intuye al pie del Collado de Pedro de los Lobos.



Toca ya bajar, para lo cual trazamos mentalmente el itinerario descendente todo a lo largo de la loma de Navahondilla, hasta una nítida línea de pinar que se ve más abajo; 500m de desnivel por una ladera de pendiente moderada, sin pedreras complicadas y con una cobertura vegetal fundamentalmente de piorno que, dado que no son muy altos ni muy densos, permite transitar sin más que ir buscando la mejor trocha, guiándonos por los hitos que de vez en cuando se encuentran.

Un buitre negro, sorprendido en su caza, se agazapa entre los matorrales, con su presa retenida, mientras no nos quita ojo de encima.


Alcanzamos una amplia pista que bordea el pinar: a un lado árboles, al otro terreno diáfano de pasto agostado; en la distancia, hacia el Oeste el macizo de Peñalara, hacia el Sur el tramo de Cuerda Larga que hemos recorrido, claramente visibles tanto Valhondillo como Navahondilla. Al lado de la pista, un refugio junto al que realizamos una pausa antes de continuar.


Macizo de Peñalara


Lo que resta de recorrido es cómodo y simple; vamos recortando campo a través tanto como podemos, procurando no disturbar,


Hasta desembocar, finalmente y tras seguir el rectilíneo trazado de un murete en el pinar, junto al acceso en la alambrada que comunica con la Isla, cruzando el río de la Angostura.

Río de la Angostura a su paso por la Isla
Y dando por terminada una circular infrecuente, sosegada y muy gratificante, con encuentros imprevistos con "los habituales" del lugar, que incluye la visita al recóndito emplazamiento de un tejo espectacular.

Bayas de enebro


8 comentarios:

  1. Buena captura del buitre negro (joven) pero, mas llamativo que los adultos por su coloración mas oscura.
    Esta rapaz estaba bastante castigada por la baja población pero, ahora, parece que tiende a reconquistar antiguas áreas de nidificación que les fueron arrebatadas.
    Un abrazo.

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    1. Contaba con tu comentario cuando fotografié al buitre, y con los detalles que estaba seguro de que aportarías. Gracias por ellos.

      Un abrazo

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  2. Bonitas vistas desta exuberante rota acompanhada por bichos amigos e vegetação vibrante! Que graciosa fotografia das bagas de zimbro!
    Um beijo

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    1. En otoño la naturaleza se muestra pródiga en ofrecer sus frutos, en forma de bayas de todo tipo, para que los animales puedan ir haciendo acopio y encarar el duro invierno, cuando poco hay para comer, con la suficiente reserva de energía.

      Siempre me han parecido especialmente interesantes las distintas bayas y su valor en el ciclo vital.

      Gracias Teca por tu visita y comentario.

      Un abrazo

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  3. Hola Carlos,
    Siempre es interesante comprobar las diferentes variantes que puedes disfrutar de un sitio conocido, parece que me hubieras leído la mente con esta.... una vez más! :-)

    Un abrazo y mucha montaña!

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    1. Gracias Francisco, celebro la sintonía.

      Valhondillo y estos parajes de la Cuerda Larga son unas zonas de especial atractivo por las que deambulamos a gusto y a las que acudimos puntuales con bastante asiduidad.

      Salud, Montaña y un abrazo

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  4. Hola Carmar¡

    Que bonito ese tejo milenario¡¡. Me apunto esta excursión a una ya interminable lista de pendientes...

    Gracias por compartirla¡

    Fer

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    1. Este Tejo de Valhondillo es el más espectacular de los que llevo vistos (y no son pocos). Tengo por él un aprecio reverente que me impulsa a acudir a presentarle mis respetos cada cierto tiempo. El entorno en sí mismo transmite unas sensaciones difíciles de encontrar en otros lugares.

      Salud y Montaña, Fer.

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