La Peñota, cara Sur. A su izq, al pie, el Collado de Gibraltar |
Entre el Alto del León (1.511m) y
la Peñota (1.945m) se extiende un cordal con orientación Sur – Norte / Noreste a lo largo de unos 6km,
separando las provincias de Segovia (al Oeste) y Madrid (al Este). Bosque
espeso de altos pinos en la vertiente segoviana, umbría y húmeda; y solana
densamente poblada en la vertiente madrileña.
El inusual trazado de esta
circular nos lleva a recorrer el ondulado cordal, pasando por sus numerosos
collados ¡Hasta seis toca la ruta de hoy!, sin dificultad técnica alguna, oteando
a derecha e izquierda los extensos panoramas que se divisan sobre las vecinas:
Mujer Muerta, Siete Picos, Maliciosa y valles del Río Moros y de la Fuenfría,
respectivamente.
Pisando una de las cumbres más
atractivas de Guadarrama (La Peñota) para, luego de alcanzar el recoleto
Collado de Cerromalejo, adentrarnos en el frondoso bosque que cubre íntegramente
el valle del Río Moros.
Retornando a través de un pinar
apacible y solitario a pie de cordal, por pistas de nombres atractivos: Cordel
de las Campanillas y Camino del Agua, hasta cerrar el círculo de nuevo en la
Peña del Arcipreste.
Esto es lo que ofrece este circuito
a quien desee deambular apartado del trajín que supone el itinerario habitual
de ida y vuelta por la cuerda. En total un recorrido de poco más de 18km de
longitud salvando un desnivel total en ascenso de 765m de D+.
Son las 9h cuando iniciamos la
marcha en el Alto del León. Una densa niebla cubre la vertiente segoviana,
mientras la madrileña, sin rastro de nubes, se muestra luminosa bajo el tibio sol
invernal.
El Cordal muestra los efectos de
la severa cencellada nocturna. Hace mucho frío y vamos con todas las prendas de
abrigo puestas. Acompasando el paso, la helada senda cruje bajo las zapatillas. Iniciamos el recorrido hacia la
Peñota por un entorno blanquecino y muy frío bellamente iluminado por un
tempranero sol todavía rasante.
Por delante un sube y baja que
nos ha de llevar hasta el punto culminante de la Peñota, siempre caminando
junto a una alambrera de espino delimitadora de provincias.
Tras un kilómetro y medio desde
el comienzo alcanzamos la Peña del Arcipreste a la altitud de 1.529m, punto en
el que cruzamos la alambrera por un paso habilitado, y ya en la vertiente
madrileña ascendemos unos metros por trocha muy definida hasta llegar al pie
del Monumento al Arcipreste de Hita, gran apilamiento de rocas graníticas.
Monumento al Arcipreste de Hita |
Unas frases alusivas al
Arcipreste de Hita talladas en la roca y un pequeño arcón de madera en una
oquedad al pie de la parte más alta, conteniendo un ejemplar del libro del Buen
Amor, constituyen lo más característico del Monumento.
Retornamos al cruce de la
alambrera y continuamos la marcha ascendente por la loma divisoria de
provincias que consiste en un prolongado sube y baja, mayormente por la
vertiente segoviana, que pasa sucesivamente por los distintos collados y puntas
que jalonan el cordal, ganando progresivamente altura, encontrando restos
bélicos y apilamientos rocosos.
El sol va templando el ambiente,
si bien las umbrías mantienen los restos de las heladas nocturnas.
La característica cara Sur de la
Peñota, rocosa y abrupta, se ve cada vez más próxima elevándose decididamente
sobre el Collado de Gibraltar.
A la dcha, la Peñota; A la izq. la Mujer Muerta; En el centro, el Montón de Trigo |
Viene ahora la parte más sinuosa y áspera del
itinerario, que lleva desde el Collado a la cumbre de la Peñota. Las marcas
blancas y rojas del GR se siguen perfectamente.
Los contornos de las rocas evocan
“formas” en la imaginación. En nuestro fuero interno lo denominamos “el tramo de las faces” ya que pétreas
y diversas “caras” es lo que vemos a alrededor.
La senda discurre al pie de unos
paredones graníticos, sin dificultades técnicas pero precisando de alguna que
otra zancada amplia.
Próximos a la cima las marcas nos
llevan por la vertiente segoviana, desde donde vienen habitualmente las rachas
de viento, como atestigua la inclinación de la mayoría de los pinos.
Alcanzamos el punto geodésico de
la Peñota (1.945m), buena atalaya desde
la que, mientras comemos algunas almendras, contemplamos los perfiles de las
montañas próximas.
En el centro, los Siete Picos. Al fondo, el pico de Peñalara |
La mirada se ve atraída por
el denso pinar que cubre la vertiente por la que vamos a deambular
seguidamente, en el camino de vuelta.
Un denso pinar cubre la vertiente de Segovia. |
Sin más demora dejamos la cima, a
la que cada vez van llegando más personas, y nos encaminamos hacia el Collado
de Cerromalejo. Si han sido contadas las personas con las que hemos coincidido
hasta llegar a la Peñota, con ninguna nos encontraremos a partir de ahora.
Perdemos rápidamente altura y
alcanzamos el Collado de Cerromalejo (1.775m). Lugar recoleto, agreste y
generalmente silencioso al que habitualmente se accede desde las Dehesas de
Cercedilla.
Buscamos y encontramos el inicio
de la senda que nos ha de conducir, arroyo de la Gargantilla abajo, hasta las
proximidades de la pradera de Navalatienda, trescientos metros de desnivel más
abajo. A los pocos metros de iniciada encontramos que la misma ha sido
recientemente transformada en arrastradero de pinos que desciende todo tieso.
La Peñota, durante la bajada desde el Collado de Cerromalejo |
Tras una rápida bajada llegamos a
la pista transversal que, a la altitud de 1.500m, recorre el perímetro del cordal
adentrándose incluso en el valle del Río Moros. Es la que buscamos para
retornar al punto de partida, así que la tomamos en sentido Sur.
Tan sólo a las partes más altas
de los pinos llega el sol, el resto permanece en la sombra y bajo los efectos
de las bajas temperaturas. Nos imbuimos de bosque y sosiego.
En lo alto toca el sol |
A ras, los efectos de la helada son visibles |
Desestimamos los caminos que,
abandonando la pista, tiran hacia los collados superiores; el que buscamos está
al final de la misma, que de momento continúa en ligero descenso hasta alcanzar
los 1.380m de altitud en un punto en el que confluye con otras. El pinar se ha
hecho menos denso y la zona más soleada.
De las varias alternativas
seguimos la indicación hacia el “Monumento al Arcipreste de Hita” yendo por la
pista “Cordel de las Campanillas”, primero, enlazando luego con el “Camino del
Agua”, dejándolo al poco para, siguiendo la indicación del Monumento, enfilar
hacia el cordal al que llegamos tras superar cómodamente los 100m de desnivel
que nos separan de él.
De nuevo en la cuerda tan sólo
nos queda retornar por ella hasta el Alto del León por un sendero en el que,
ahora sí, nos cruzamos con bastantes
personas.
En resumen, una circular a lo largo de la cual, si se realiza en sentido contrario a las agujas del
reloj, con pocas personas uno se encuentra (sólo coincidimos a lo largo del
cordal), que permite ir contemplando los extensos parajes de la Sierra de
Guadarrama, para después internarse en las soledades del característico y bello
pinar segoviano percibiendo su sosegado y acogedor entorno.
Te digo yo que un día de estos me tengo que alargar a esos montes... pero esque están tan lejos!
ResponderEliminarSalud!
Lejos o cerca depende del punto de partida :-), pero vamos, que desde Aragón quedan algo retirados, sí; que para un finde también pueden ser, así que, si te (os) animáis y queréis guía, ya tenéis uno.
EliminarSalud y Montaña
Hola Carmar.
ResponderEliminarBellos paisajes para combatir el frío. Bosques, monumentos naturales, roca e imaginación, es un buen cóctel para una bonita circular.
Un saludo
Gracias Eduardo, sí que fue bonita. De las que a ti también te agradan.
EliminarSalud y Montaña.