Pinar de Valsaín |
Parece ser tendencia natural y
extendida el no valorar suficientemente lo que se tiene al alcance de la mano.
Contrarrestar activamente tal propensión, a la que nos vemos instintivamente
abocados, se ha convertido en nuestro modus
operandi desde hace tiempo,
siendo éste el propósito que nos impulsa a buscar, diseñar, y a la
postre realizar, itinerarios por entornos intimistas y/o intrincados, a la par
que novedosos, dentro del restringido entorno de nuestras montañas próximas,
tratando de combinar entorno y estación del año de la manera más conveniente.
La singularidad y la extensión
del Bosque de Valsaín son notables ¡Tenerlo cerca constituye un privilegio! Aprovecharlo
es cosa de cada uno.
Para hoy nos planteamos un paseo
mañanero por el Bosque de Valsaín, buscando
percibir sus sonidos y el fluir de las transparentes aguas del río Eresma en
una fría y soleada jornada.
Iniciamos la marcha en La Boca
del Asno siguiendo el río Eresma aguas abajo.
El Eresma baja bravo junto a la Boca del Asno |
El frío resulta más intenso de lo
previsto y no acabamos de entrar en calor. Tanto es así que estamos deseando
llegar a la fuerte cuesta arriba que nos espera para acceder al Cerro Pelado,
como recurso para calentarnos, pero para ello aún falta, así que avivamos el
paso todo lo que podemos sin dejar de admirar el bello y silencioso paraje
junto al río.
Aguas abajo del río Eresma |
Tras un kilómetro escaso desde la
salida llegamos al puente de Navalacarreta, por el cual cruzamos a la margen
izquierda, y nos alejamos del cauce para adentrarnos en el pinar.
Puente de Navalacarreta |
Al poco nos acercamos a ver la
Fuente del Tío Linos de la que mana abundante agua.
Seguidamente deshacemos durante
unos metros el camino hasta la fuente para encontrar el entronque con un
arrastradero de madera, e iniciamos el ascenso por muy pendiente ladera al
Cerro Pelado. Recta y hacia arriba es la senda que atraviesa el pinar. Ahora,
por fin, sí entramos en calor.
En lo alto del Cerro Pelado,
bonito enclave cubierto de pinos, se contempla el Cerro de la Camorca,
doscientos metros de desnivel entre ambos y separados unos tres kilómetros que
se recorren por la amplia pista del Cordal de la Fuenfría.
Enfrente el Cerro de la Camorca, tras él, al fondo, el Montón de Trigo |
Antes de proseguir dejamos vagar
la vista hacia las familiares cumbres que se divisan entre los pinos a la par que nos fijamos en los detalles.
El Montón de Trigo, al fondo, desde el Cerro Pelado |
Las "peladuras" naranjas son características de los pinos de Valsaín |
Sin más demora descendemos unos
metros hasta entroncar con el Cordal de la Fuenfría, buena y amplia pista
todavía a la sombra por la que marchamos hasta colocarnos al pie y unos metros
por debajo del Cerro de la Camorca. Es este un tramo habitualmente muy
transitado por ciclistas.
En el Cerro de la Camorca:
refugio, buenas vistas y todo el desnivel de la jornada ya ascendido.
Desde el Cerro de la Camorca: a la izq. el Montón de Trigo, a la dcha. la Pinareja. |
Peñalara (izq) y las Cabezas de Hierro (dcha) desde la Camorca |
Dejamos la cumbre y emprendemos
la bajada hasta encontrar, a la altitud de 1.685m, el inicio de la Vereda de
Valbuena, que “se precipita” por la Divisoria de los Berciales a encontrar,
trescientos metros más abajo, el cauce del Eresma.
Tras esta nava y a la izq. se toma la Vereda de Valbuena |
Rápido y cómodo descenso por
un bosque de pinos silencioso y apenas frecuentado donde “los habituales”, a
los que procuramos no importunar, nos miran con cierta curiosidad.
Montaraz entorno por el que discurre la Vereda |
Uno de los "habituales" |
Alcanzado el río Eresma lo
recorremos junto al cauce, aguas abajo por el Camino de las Pesquerías Reales,
contemplando las transparentes y rápidas aguas, hasta alcanzar de nuevo el
punto de partida en La Boca del Asno.
Camino de las Pesquerías Reales, junto al Eresma |
Bonita circular mañanera por el
bosque de Valsaín, un espectáculo en sí mismo en cualquier época del año. Toda
una experiencia para el recuerdo.
El Bosque de Valsaín, uno de los emblemas y joya de la Sierra de Guadarrama, por su belleza y conservación. Transitar por él, sea cual sea el recorrido, es un deleite para los sentidos. Solo un "pero" a vuestro paseo, teníais a tiro la Casa Eraso con mucha historia en lo que queda de sus muros. Un abrazo. Rafa
ResponderEliminarRazón tienes, amigo Rafa, que la Casa Eraso es un atractivo bastión que esta vez dejamos de lado, que íbamos de tiempo no sobrados. No obstante ya la conocemos, y en invierno, entre profundas nieves, constituye un paraje especialmente bello.
EliminarUn abrazo
Hola Carmar.
ResponderEliminarQue bonito es Valsaín! y más aún cuando se recorre en compañía de un río. Veo que las cumbres ya blanquean, imagino que este fin de semana mojarás los esquíes.
Un saludo
Gracias Eduardo, en cuanto al Bosque de Valsaín, me remito a lo dicho al comienzo de esta entrada: ¡Tenerlo cerca constituye un privilegio! Aprovecharlo es cosa de cada uno.
EliminarEste fin de semana concretamente no será cuando inicie la temporada de esquí de travesía, esperaré a que el manto se consolide y a que le caiga la segunda capa, que pronto la tendremos encima.
Salud y Montaña.