Interior del Bosque de la Herrería |
Partimos de una zona de
aparcamiento junto al km 30,5 de la carretera M505, próximos a la Ermita de la
Virgen de Gracia, con la intención de internarnos en el Bosque de La Herrería,
conjunto arbóreo de castaños, robles, arces y fresnos que fue declarado Paisaje
Pintoresco en 1961.
La incipiente primavera hace que
los árboles comiencen a vestirse de hojas, anunciando una frondosidad a la que
todavía le falta unas pocas semanas.
Nos encaminamos hacia la puerta
de la Finca de El Castañar, lugar de acceso prohibido por tratarse de una
propiedad particular y que bordearemos por la derecha, siguiendo su sólida
tapia de piedra. El sendero, paralelo a la misma, atraviesa una zona poco
humanizada en la que el bosque luce sus mejores galas: castaños, robles,
fresnos, arces y grandes rocas desgastadas y cubiertas de líquenes y
musgos.
De vez en cuando las piedras que
componen el muro delimitador de la Finca intercalan una celosía que, de seguro,
precisaría de llave, maña y fuerza para moverla.
Celosía metálica integrada en el muro de piedra. |
Y así vamos recorriendo esta
hermosa senda, tratando ocasionalmente de otear por encima de la pared que separa
lo público de lo privado.
Finalmente entroncamos con una
senda asfaltada, que tomaremos hacia la izquierda. Un gran bloque desencajado
jalona uno de sus laterales.
Llegamos a la Fuente de la Reina,
lugar donde da comienzo la llamada Senda Ecológica, que siguiéndola nos llevará
hasta la Silla de Felipe II. A lo largo de la misma encontramos carteles descriptivos
de las especies de fauna, flora y del entorno. La recorremos bajo una granizada
densa y fina que nos obliga a abrir los paraguas (sí, los llevábamos en las
mochilas porque íbamos advertidos).
Las hojas de los robles están más
avanzadas que en la zona inferior, coexistiendo las recientes con las del año
anterior.
Observamos los grandes bloques de granito, colonizados por musgos y líquenes.
Y así, bajo el granizo que no
cesa, pasamos junto a la Cueva del Oso, siguiendo luego la Fuente de los Dos
Hermanos y un mirador a la izquierda en el que no nos detenemos porque ¿Qué
veríamos desde dentro de la nube en la que nos encontramos?
Cueva del Oso |
Continuamos caminando, la nube
empieza a marcharse y el cielo a abrirse. Dejamos de lado el sendero de tierra
que conduce a la Casa del Sordo y entroncamos con la calzada por la que los
coches llegan hasta el área de la Silla de Felipe II, que alcanzamos enseguida.
Ascendemos a la Silla por unos
escalones labrados en la roca que están entre dos grandes árboles, a la
izquierda un roble, y a la derecha un arce de Montpellier, declarado árbol
singular por la Comunidad de Madrid, y que está protegido por un cercado.
A la izquierda, un roble. |
A la derecha, un arce de Montpellier. |
Subimos al mirador con cuidado,
porque los mojados peldaños están resbaladizos, desde donde se divisa con
nitidez la Serrezuela de las Machotas porque se ha retirado la borrasca que,
sin embargo, sigue ocultando el Monasterio y el Monte Abantos.
Serrezuela de las Machotas, desde la Silla de Felipe II |
Descendemos de la Silla y tomamos
el GR-10 dirección Norte, retornando hacia el punto donde hemos dejado el
coche.
Iniciando el retorno por el GR 10 |
Al poco de comenzar nos detenemos
para echar la vista atrás, hacia el hermoso arce de Montpellier, y seguidamente
continuamos internándonos entre los árboles por una senda clara y zigzagueante.
Arce de Montpellier junto al bloque granítico de la Silla. |
Las nubes en retirada, que poco antes
lo cubrían todo, van ahora dejando paso a cielos cada vez más claros. La
vegetación y las rocas rezuman humedad. Hay que andar con cuidado para evitar
resbalones.
La belleza del bosque nos atrapa.
Casi al final de la bajada, desde
una zona rocosa y despejada, vemos, ahora sí, el monasterio de San Lorenzo del
Escorial.
Un poco más adelante alcanzamos de nuevo el coche, tras haber completado una bella circular por el Bosque de La Herrería, conjunto arbóreo de castaños, robles, arces y fresnos que fue declarado Paisaje Pintoresco en 1961. Todo ello a apenas 40km de Madrid.
Hola Carmar.
ResponderEliminarPaisaje pintoresco, precioso y variado en especies, a cada cual más especial, que conforman un bosque de ensueño, en el que perderse una y otra vez, mezclando nuevas localizaciones con otras ya conocidas, como la silla de Felipe II o la fuente de la Reina, a poco más de media hora en coche de la puerta de casa.
Un saludo.
Las diferentes manifestaciones que ofrecen los bosques en las distintas épocas del año los hacen nuevos cada vez.
EliminarNo hace falta irse muy lejos para verlos.
Gracias por el comentario y un saludo.
Estar em contato com um bosque tão variado de espécies é um prazer inenarrável! Ainda me lembro do frescor da primavera e o aroma delicioso que senti passeando por árvores da sua terra em plena estação tão frondosa e florida... inesquecível viagem!...
ResponderEliminarBonita rota compartilhada, carmar, uma paisagem fenomenal com tanta vida ao redor e uma certa dose de história que não pode faltar nestas descobertas e incursões pela natureza... um encanto!
Um beijo
Si mantenemos nuestra la capacidad de asombrarnos por lo que naturaleza nos ofrece a cada paso, para mí es señal de que estamos vivos y viviéndola.
EliminarMe agrada poder compartir estas vivencias con quien las percibe de similar manera.
Un abrazo.