Las cuatro Peñas de Herrera. Se numeran de izq. a dcha. |
En las estribaciones del Parque Natural del Moncayo se alza, de Noreste a
Suroeste, un espinazo calizo que a duras penas protege a Talamantes de los
airados humores que el tirano de la comarca le envía desde el Oeste. Son cuatro
peñas de aspecto fiero numeradas del I al IV en función de la
altura. Las dos más bajas: la IV o de la Gotera y la III o del Medio llaman
menos la atención, que tiende a concentrarse en la I o Picarrón y la II o del
Camino, siendo esta la más espectacular.
Espacio para correr, aire para respirar y unos cuantos riscos a los que
trepar, es lo que llevo en la cabeza cuando inicio la marcha en Talamantes a
las 9:30h de una mañana en la que, de momento, ha dejado de llover. Los restos
de su castillo templario se alzan sobre las casas.
Bonito pueblo Talamantes, con estrechas calles y características perspectivas,
que constituye la entrada al Parque Natural. El ambiente huele a lluvia y la
vegetación se muestra exuberante.
Sin problemas para seguir las indicaciones y las marcas rojas y blancas, el
camino se dirige hacia la embocadura del barranco de Fuendeherrera. Las Peñas
II y III se yerguen en el horizonte.
La senda se adentra en el verdor de la barranquera, discurriendo muy
próxima al arroyo. La carrera es rápida, los sentidos van captando el
primaveral espectáculo de cada rincón y el tramo se hace sumamente corto.
Blanco del guillomo |
Salgo a terreno despejado, atrás queda lo frondoso, por delante, las Peñas
y lo ralo.
El sendero cruza el arroyo, gira a la derecha y asciende hacia el collado
de Valdelinares, lugar desde donde, a media ladera, se dirige claramente hacia
el amplio paso que se abre entre las Peñas II y III.
Las cuatro Peñas de Herrera se numeran de izq., a dcha. |
Aportando belleza al áspero entorno: amarillas aliagas y sonrosados tomillos |
Finalmente la marcada senda pasa a la otra vertiente y continúa bordeando
por el Oeste la Peña II, o del Camino. A merced de la ventolera ya tengo
asumido que hoy no será el día de realizar la integral de las Peñas (cuestión
de equilibrio;). Esto quedará para otra ocasión, así que opto por ascender a la
II, la única que comporta un tramo de escalada de unos 20 metros (II+ / III-)
en forma de encajonada fisura.
Con la vista voy buscando la cueva desde la que arranca la vía. La localizo
y observo que hay personas ascendiéndola.
Peña número II o del Camino. A la vista la chimenea de subida; en su comienzo, algo a la izq., la cueva |
Cueva, desde fuera (arriba) y desde dentro (debajo) |
Chimenea de acceso a la cima de la Peña del Camino |
Desde la cima de la Peña II se observa, en la proximidad, la Peña I |
En la cima, apenas unos minutos para ver el paisaje, constatar que ya caen
gotas, que los nubarrones lo cubren todo, y que toca bajar a toda prisa.
De vuelta en la cueva recupero la mochila, me despido de mis ocasionales
compañeros, y a descender a la carrera por donde he venido para que “la
remojada” sea lo menor posible.
Tal es la fuerza del viento que “llueve de lado”, y las gotas que se
estrellan contra las mejillas y el cogote las siento cual perdigonadas. Voy
lanzado cuesta abajo en busca del amparo del barranco.
De vuelta en él torno a la placidez, hasta amaina la lluvia, lo que me impulsa
a desviarme unos metros para visitar la Fuente del Despeño, enmarañado entorno donde
medran los acebos.
Poste indicador hacia la Fuente del Despeño |
Allí queda el muérdago medrando sobre los almendros,
Muérdago sobre almendros; al fondo el Moncayo |
Viento foam
ResponderEliminarcon nube cubre
encima la cima
no la descubre
Y cubierta la mantiene a resguardo de miradas indiscretas. Es muy habitual "la boira" en el Moncayo, ello y el fuerte viento habitual en la zona, hacen de esta "fácil" montaña una de las bien duras cuando toca un tiempo así. Salud y Montaña.
EliminarLa integral la tengo pendiente, la idea es hacerla desde Añón, pero no se si será mejor desde Talamantes ... que yo sepa antes, una de las Peñas, estaba equipada con cuerda ¿aun esta?.
ResponderEliminarPues nosotros este fin de semana estuvimos haciendo la circular al barranco de la Morana y Horcajuelo, y con esa misma boina, pero no nos llovió.
Una lastima el tiempo, así que ya sabes, a intentarlo de nuevo, pero como no te des prisa, ya para el otoño, que dentro de poco hará un calor por esa zona, que no hay quien este. Un saludo
Yo también llevo la idea de hacer la integral desde Añón, es una vertiente que todavía no conozco.
EliminarEn cuanto a si estaba la cuerda, creo que sí; y digo creo porque cuerdas había unas cuantas, ya que el grupo que me precedía las había montado para asegurar el paso del resto; de hecho, lo difícil era no pisarlas o tocarlas. Una blanca era suya y creo recordar que, además había tb un cabo de color azul, que me pareció más antiguo.
Igual coincidimos alguna de las veces. Salud y Montaña, Eduardo
É impressionante a sua determinação e gana de caminhar até o objetivo pretendido. Que bonitas vistas... ufffffffff... valeu a pena o vento cortante e a suave chuva incessante. E que graciosas flores você encontrou pelo caminho... esses detalhes das trilhas é que trazem encanto (gostei muito da terceira imagem, não me desfazendo das demais, claro).
ResponderEliminarBeijo.
Si te ha agradado particularmente la tercera imagen, igual encuentras atractiva la entrada: http://carmar-zancadasligeras.blogspot.com.es/2014/10/vestigios-de-vidas-preteritas.html. Espero que sí. Salud y Montaña.
EliminarOutra preciosa reportagem das suas andanças pela natureza... gostei muito. Obrigada.
EliminarBeijo.
Definitivamente tengo que sacar tiempo de algún lado para ir al Moncayo, esa "vueltecita corta" que me indicaste y que aún no he hecho....
ResponderEliminarSalud y mucha montaña!
Con vueltecicas cortas o largas, el Moncayo nunca defrauda a quien se le acerca con los sentidos abiertos, dispuesto a que su naturaleza le entre a raudales. Salud y Montaña, Francisco
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