Afirmar que es un territorio desconocido sería exagerado, pero que es menos
transitado que la vertiente madrileña es pura realidad. De hecho, salvo en los
escasos recorridos típicos, sigue siendo posible perderse, literal y
eufemísticamente hablando, por los hermosos pinares que cubren la falda Norte
desde abajo, en los 1.300m de altitud, hasta los 1.900m, sin apenas encontrrse con
otras personas.
En lo que a mí respecta, la conexión con la naturaleza se produce en el
mismo momento en el que comienzo la marcha por cualquiera de las solitarias
sendas que se adentran en el pinar. Lo importante es el recorrido en sí mismo;
el ascenso a las cimas que forman parte de él, en este momento, me resulta
secundario.
Como las cumbres son relativamente modestas (la altura más elevada son los
2.428m de Peñalara), si se empieza desde muy abajo la mayor y mejor parte del
itinerario discurre por el bosque, lo cual, además, permite ir a la sombra (de
agradecer en verano) y protegido del viento (muy conveniente en invierno).
El circuito de hoy es el siguiente: Fuente de la Canaleja (1.324m) – Fuente
de la Reina (1.636m) – Horcajo de los Testeros – Pinareja (2.198m) – Montón de
Trigo (2.161m) – Cerro Minguete (2.024m) – Puerto de la Fuenfría (1.792m) –
Fuente de la Canaleja. En resumen, un recorrido de 24km de longitud salvando un
desnivel total de 1.225m de D+.
Son las 8:30h cuando inicio la marcha cruzando el Puente de la Cantina
siguiendo las claras indicaciones del GR.10.1, atravesando el torniquete y
accediendo a la pista asfaltada que se adentra entre los altos pinos. Frescor,
cantar de pájaros y el sol colándose entre los árboles acompañan mi caminar en
solitario hacia el Sur.
Sigo la pista hasta que a la altitud de 1.475m las marcas del GR señalan
una senda hacia la izquierda (por ella descenderé a la vuelta); yo tomo el
ramal que se desvía hacia la derecha y por el que enlazaré, en la Fuente de la
Reina, con el Camino de Santiago y Calzada Romana que pasa por el Puerto de la
Fuenfría.
La marcha es viva y la pendiente suave. La orientación ahora es Este –
Oeste.
Alcanzo la Fuente de la Fuenfría y continúo hacia el Norte por la Calzada
Romana. Durante unos centenares de metros el terreno se despeja y la Calzada
atraviesa una hermosa pradera. Me cruzo con algunos ciclistas.
Voy en ligero descenso; en un punto determinado el Camino de Santiago
continúa recto y un ramal de la pista se desvía hacia la izquierda; la tomo y
sigo por ella hasta encontrar un claro entronque de otra secundaria que,
saliendo a su izquierda, se adentra aún más en el pinar. Me encuentro al Norte
de los Testeros de los Horcajos, estoy a unos 1.500m de altitud y me encamino
hacia el Collado del Río Peces.
Atravieso varios arroyos, resbalo y “lavo” sin
querer ambas zapatillas al cruzar uno de ellos, ya se secarán, y en un ensanche
tomo, para mi equivocación, una senda ascendente hacia el Suroeste que abandona
el camino principal que venía siguiendo. A partir de este momento ya no
alcanzaré el Collado del Río Peces (¡Qué lástima!), y en su lugar ascenderé por
los Testeros de los Horcajos hasta el Collado de Tirobarra (1.979m) ¡Pero qué
poco transitado está todo!
A medida que gano altura tomo conciencia del despiste (ya visitaré el Río
Peces en otra ocasión) y me centro en el entorno. Clarean los árboles y el
amarillo de los piornos luce con fuerza.
Alcanzo al nacimiento del Arroyo de los Horcajos y
continúo ascendiendo en dirección al Collado de Tirobarra.
Nacimiento del Arroyo de los Horcajos |
Me adentro en el territorio del piorno.
En la distancia, la redondeada cima de Peñalara; en la proximidad, una vaca
y yo nos contemplamos mutuamente.
Dejo atrás el collado de Tirobarra mientras recuerdos del invierno, frío,
nieve, esquíes y compañero acuden a mi mente. Supero los últimos metros que
faltan para llegar a la cima de la Pinareja. Pedregoso lugar, que se
corresponde con “la cabeza” de la Mujer Muerta, desde el que contemplo el valle
del río Moros y el vecino pico del Oso. Las nubes comienzan a cubrir el cielo.
Desde la cima de la Pinareja, el Pico del Oso. A la izq., el valle del río Moros |
Sin más demora enfilo hacia el Montón de Trigo, lo alcanzo, echo la vista
atrás y continúo la marcha. No sé por qué, pero con la aparición de las nubes
me han entrado las prisas.
Desde la cima del Montón de Trigo, en primer término el collado de Tirobarra, detrás la Pinareja; a la izq. el Pico del Oso |
Emprendo el descenso hacia el Cerro Minguete entre enebros, rocas y
retorcidos pinos negros de altura.
En primer plano, los Siete Picos (cara N); tras ellos, la Maliciosa |
No me detengo en el Cerro y continúo hacia el Puerto de la Fuenfría. Atrás
queda el Montón de Trigo. Terreno de enebros, piornos y pinos. Me cunde la
marcha.
El Montón de Trigo (cara S) |
Descendiendo del Cerro Minguete al Puerto de la Fuenfría |
Una vez en el Puerto sigo hasta la Fuente de la Fuenfría y, a su altura,
tomo la empinada senda que, señalizada con las marcas rojas y blancas del GR.10.1,
se separa del Camino Schmidt. Por este GR, tras un descenso de unos 300m de
altitud por fuerte pendiente, entronco con el punto en el que por la mañana me
desvié para dirigirme hacia la Fuente de la Reina.
Los últimos kilómetros por el bello y silencioso bosque se me hacen cortos.
El entorno y la quietud que desprenden me tonifican sobremanera.
De la Fuente de la Canaleja, en el Puente de la Cantina, mana abundante
agua. Imágenes grabadas en mi mente que, una y otra vez, me llaman y atraen.
Fuente de la Canaleja |
Não sei qual vertente, mas há tempos tenho vontade de conhecer essa serra.. já comentei com um amigo espanhol sobre isso...
ResponderEliminarLindas imagens de um percorrido precioso... com uns bosques fenomenais!!!
Beijo.
Más dura y áspera la vertiente madrileña que la segoviana. Los pinares de Valsaín (zona segoviana) son únicos; sus bosques merecen la pena tanto en invierno como en verano. "Fenomenales" es un calificativo que los describe muy bien. Salud y Montaña, Teca.
ResponderEliminarUna Sierra que no conozco y que me gustaría visitar, al igual que la Pedriza. La verdad que es un recorrido muy bonito, en el que se mezclan las zonas de bosque, que tanto se agradece a partir de ahora, la soledad y el entorno. Un saludo
ResponderEliminarCon gusto te acompañaré en tu descubrimiento de estas sierras, si es que encuentras el momento adecuado para deambular por ellas y decides hacerlo en compañía. Merecen mucho la pena. Salud y Montaña, Eduardo
EliminarMe han encantado las fotos de los bosques, y como se debe agradecer pasear por éstos ahora que el calor empieza a apurar.
ResponderEliminarUn saludo Carmar!
Distinto entorno del que estamos habituados a encontrar en Guara y en el Pirineo. Hay que aprovechar la belleza de cada lugar. Ánimo en tu particular caminar de ahora, que me da que difiere un poco del que hasta hace poco practicabas. En ambas situaciones, creo yo que andas siempre bien acompañada / acompañando ;) Salud y Montaña, Silvia.
EliminarSolemos emplazarnos a menudo y si el tiempo coincide, coincidir; pero mientras tú ibas, yo venía. O al revés.
ResponderEliminarEl martes pasado, coincidiendo con esa otra nueva estancia decidí, cómo casi siempre, emprender mi marcha a los pies del Quintanar, en el apeadero de Los A. de S. Rafael... Traspasando la vía en busca de una red rota o levantada pude pasar a su otro lado. Asunto complicado fue la subida que en ausencia de trochas las hice con mis pasos y saltando muros fui perdiendo de vista mi partida y ganando altura. Así, de frente, sin más apuré encaramarme despacio a la primera cumbre y cubrir en las bajadas el estómago y en los collados moderadamente beber.
Ya habíamos hablado de ello hace tiempo y en otras ocasiones que en ésta no me faltó tiempo aunque tampoco iba sobrado. Tras los collados y un poco antes del puerto de Pasapán me rompió el ritmo uno bien fondeado y al que no tenía por tan bajo ni tan empinado. Poco a poco y rodeando a un grupo de reses negras donde diferenciar una vaca de un buey es cuestión de ángulo alcancé las peñas del mismo nombre y remonté a la del Oso. Antes, descendiendo, un grupo de vetustos me atropelló en la trocha de llegada y sin educación montañera alguna ni saludos ni permitiendo el paso al que sube. Son los nuevos domingueros a los que la vejez les ha dado de todo menos eso, cordura u oído pues cuando llegan a muchos sitios tan alto hablan que parecen chiquillería de guardería.
En cada bajada comía, en cada collado bebía y así tras pasar Pinareja, con las manos llenas de cherry, y el próximo collado de Tirobarra, donde las trichera de aquella maldita guerra, fui llegando al Montón de Trigo al que pasé por sus rocas y de ahí al Minguete y finalmente a la Fuenfría donde di cuenta de unas cerezas enormes que me supieron a gloria; nunca mejor dicho. Tomé agua en el inicio de la República, dónde ya sabes, y partiendo a su base, bajando los escalones, me fui por la calzada XXIV. Así hasta las Dehesas y ya a la estación del tren.
Esperé algo más de una hora y. mientras con buena cerveza, al no tener que conducir, alivié la sed y subí al de las veinte y ocho para partir al lugar de origen donde en buen haiga me recogieron. Un viaje por viejos apeaderos, en total cinco, y que con dos euros y cinco me llevó en veinte minutos.
El tiempo lo tenía previsto y sabiendo que no disfrutaría de tanto, no hice paradas nada más que para los fotogramas.
Una cuerda, cómo bien sabes, mucho mayor que la Larga, y buena rompepiernas
Sin quererlo solemos coincidir en la zonas y eso es porque sabemos cuándo ir a unas y a otras.
Nos vemos con calma para finales o en la primera del siguiente.
[Salí tranquilamente a los nueve y llegué a la estación alrededor de las diecinueve. En búsqueda de esa línea recta por ambas sierras segovianas, El Quintanar y Mujer Muerta...aproximadamente 28 km y tres litros de agua en el aljibe de la mochila.Y por ser día diferente no coincidimos. A veces pasa]
http://carmar-zancadasligeras.blogspot.com.es/2013/10/la-mujer-muerta-y-la-sierra-de-quintanar.html
Salud, Libertad y Monte d:)´
Muy buen recorrido, en verdad, realizado como solemos, tú en un sentido, yo en el otro, pero ambos con sentido y tiento. Las piernas se quedan bien, pero que bien calentitas tras tamaño circuito.
EliminarLas cerezas no podían saber más que a gloria, que de otra manera cerezas no habrían sido, a lo más manzanas. Mucha agua transportaste, pero imagino que poca te sobraría. Pronto nos vemos amigo mío. Salud y Montaña, con un fuerte abrazo.