La cueva de Cueva Valiente |
Luego de la magnitud del Pirineo regresamos a lo más cotidiano, es tiempo
de reajuste y asentamiento. Dejamos atrás unas semanas y encaramos meses de ahondar
en el abanico de posibilidades que ofrece la Sierra de Guadarrama.
Teníamos un hueco reservado para los rincones que ofrecen los montes de San
Rafael. Reencuentro con un lugar donde la paz y el recogimiento están
garantizados. Teníamos asimismo una búsqueda inacabada por encontrar la cueva
de Cueva Valiente.
La noche ha sido fresca, pero también es natural por la fecha en la que
estamos; una vez más todo está tranquilo, muy calmado; nos adentramos en el
bosque observando los árboles y vegetación que lo constituyen, transitando serenamente
por las sendas que lo cruzan, procurando atinar con la que buscamos, aunque
poco nos preocupa errar y tomar otra. Todas son atractivas.
Deambulamos en dirección a la Peña de Cueva Valiente, sin descartar
encontrar esta vez la cueva, para luego visitar los cerros de la Salamanca y
Cabeza Líjar. Pero no nos agobian estos hitos, más bien pretendemos redescubrir
las pasadas sensaciones de marchar por el bosque que cubre esta cara Norte de
la Sierra de Malagón: silencioso y amortiguado caminar, frescura y sombra que
ya darán paso luego al sol y los guijarros de las partes más altas. Los cerros
y las puntas se irán acercando a nosotros a medida que nuestros pasos nos
lleven hacia ellos.
Por más empinadas que resulten vamos tomando las trochas y barranqueras que
apuntan a acceder a la Peña de Cueva Valiente por su ladera Norte, donde está
ubicada la cueva. Pero alcanzamos la cima sin haberla encontrado.
Llegando a la cima de la peña de Cueva Valiente |
Como sí sabemos que está a 1.800m de altitud optamos por hacer una batida
en su búsqueda, descendiendo de nuevo hasta esa cota, ampliando el
reconocimiento, mirando tras cada roca o peñasco. De nuevo sin éxito retornamos
decepcionados al punto geodésico de la cumbre. Al llegar entablamos
conversación con Ana, solitaria
caminante que acaba de llegar. Nos corrobora cuán difícil resulta de encontrar
la cueva y se brinda amablemente a mostrarnos el camino, desviándose de su recorrido
prefijado.
Agradecidos por el generoso ofrecimiento nos ponemos en marcha sin demora ¡Realmente,
no hubiéramos atinado con el itinerario!
Descenso muy pendiente ladera a
través, encontrando exiguas y ocasionales trazas de trocha en el tupido pinar
que, a la altitud de 1.800m, nos conduce ante una frondosa concentración de
helechos por la que Ana se introduce decididamente, accediendo, tras unos pocos
metros más, a la cueva Valiente ¡Por fin logramos dar con ella!
Tras los helechos se encuentra la entrada de la cueva |
A punto de alcanzar la cueva |
La cueva de Cueva Valiente |
Vistas del Peñoncillo, desde la cueva |
Dejamos la cueva atrás, para seguir con la marcha |
Nuevamente retornamos a la cima de la Peña (¡y van tres visitas en el día
de hoy!), Ana continúa con su ruta y nosotros con la nuestra, agradecidos por
la amabilidad y deferencia recibidos.
Emprendemos la segunda parte de la actividad del día poniendo rumbo al
Collado del Hornillo, transitando por un bosque claro con ejemplares de altos
pinos en diversos estados de su existencia: Extintos, abatidos pero pugnando
por sobrevivir, y lozanos.
Ya hace calor cuando alcanzamos los ruinosos restos del refugio que hay
sobre el cerro de la Salamanca. Nos detenemos a la sombra de una de sus paredes,
lo justo para beber un poco de agua, antes de reemprender la marcha hacia el
cerro de Cabeza de Líjar siguiendo la loma que los une. Vamos flanqueados por
un murete de piedras, divisorio de provincias. Nos detenemos en la Cabeza de
Líjar, atalaya desde la que damos una mirada en 360º, y seguimos la marcha
hacia el collado Lagasca. El tramo ahora se hace más entretenido, entre bloques
de granito que, poco a poco, nos aproximan otra vez al bosque.
De nuevo en el pinar seguimos ocasionales marcas rojas sobre los árboles,
que nos hacen transitar por pistas y sendas, devueltos al arbolado y a sus
luces y sombras del mediodía.
Alcanzando finalmente la luminosidad de San
Rafael tras unos 16km de recorrido, habiendo salvado un desnivel de 1.100m de
D+, donde gracias a la amabilidad de Ana pudimos localizar y visitar la cueva
de Cueva Valiente.
Bello día soleado el que habéis tenido y bonita excursión. Siempre sorprendente esa sierra. Ánimo brother para la semana que nos comienza!!!
ResponderEliminarIncluso a mí me sigue sorprendiendo poder seguir encontrando itinerarios nuevos, ajenos a lo trillado, y mantener el gusto y la satisfacción por recorrerlos. Que no nos falte el ánimo. Salud y montaña, brother.
EliminarToda la razón del mundo!!!
EliminarUna pregunta típica ... "¿pero a donde vas? ... después de tantas salidas te lo conocerás todo!"
En mi caso ... hace tiempo que evito las respuestas a este tipo de preguntas ... ¿para qué? nunca sería entendida por "el/la oponente".
En este caso, bonita descripción de una zona totalmente desconocida para mi, siempre agradables de recorrer y conocer ... claro está ... siempre que "no nos falte el ánimo" ;-)
Seguid recorriendo montañas.
S2 y un abrazo
Trasgu
Recorrer las montañas forma parte de nuestra vida, lo difícil y duro sería no recorrerlas, pero claro, esto no es para explicarlo, como tu dices, sino para hacerlo.
EliminarLa dichosa cueva bien mereció las repetidas intentonas, y la zona en sí misma espera a ser conocida todavía. Es algo así como la "hermana pequeña" de la Sierra de Guadarrama, y bien que compensa adentrarse por sus bosques, bien fríos en invierno y frescos en verano. No en vano es Cara Norte. Un abrazo y a ver si coincidimos. A lo mejor te animas con el esquí de travesía este año ¿no?.
Toda la razón ... Carmar ... a ver si coincidimos en alguna, no debe ser difícil.
EliminarYa el año pasado me crucé contigo a los pies de las Cabezas de Hierro, en aquella ocasión no te "tenía fichado" ... ahora será más sencillo.
Sobre el esquí de travesía ... es mi "cuenta pendiente". La verdad es que nunca me puse unos squies. Lo tengo en la cabeza ... pero no se cuando me dará la "locura" de ponerme a ello. Eso si, ... tendré que empezar desde cero ;-).
S2
Trasgu
Hola!!!
ResponderEliminarLo mejor de la cueva es su ubicación, lejos de los desaprensivos que visitan los que fueron los refugios de La Salamanca, Naranjera y Valle de Enmedio. Me llevaron a la Cueva, pero tengo que volver por mi mismo, que esa visita no cuenta jejeje. Los serbales preciosos, tanto este como el del canalizo del Pajarito.
Un abrazo
También yo he de volver por mí mismo, a ver si, de paso, la ubico también desde abajo, desde el Peñotillo. Bendita la hora en que está tan escondida, así pasa desapercibida a los que siguen trayendo la ciudad y sus hábitos a las montañas. Un abrazo, Rafa.
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