Este invierno está trayendo mucha nieve, que a veces coincide con fin de semana, entonces se van al traste los planes hechos (al Pirineo y a Manumar los tendré que ver en otra ocasión), es la segunda, así que hemos de buscar alguna alternativa que nos permita aprovechar las pocas horas "entre borrascas". Eso es lo que describe esta salida, un recorrido completito, que me gusta hacer a largos trancos o zancadas, y que te adentra por parajes recoletos de la Pedriza que, con nieve son aún más solitarios y turbadores.
No madrugo mucho, pues tengo "in mente" un horario en torno a las 3h. A las 9h 30m estoy listo en Canto Cochino, esta vez sustituyo las botas de travesía de las últimas salidas por las zapatillas.
No hay apenas gente por la autopista del bosque. Enfilo hacia el refugio Giner, enseguida llego al desvío, por entre las jaras sigo trocha arriba hacia el collado de la Dehesilla. El agua baja a raudales por el camino.
Alcanzo el collado y la niebla. Estamos a unos 1.650m. Bebo un trago y me dirijo hacia la buena subida que comienza ahora, camino a la pared de Santillana.
El ambiente es cada vez más invernal y solitario por esta pendiente boscosa, con robles hibernando, musgos lustrosos y nube cada vez más densa. La visibilidad, aunque limitada, alcanza.
El musgo apunta al N, el mojón marca el camino |
Poco antes de coronar ya aparece la nieve, estamos a 1.750m. No me abandonará hasta comenzar a descender desde el collado de la Ventana.
El aspecto de las rocas que cierrean el acceso al jardín de Santillana es bien distinto ahora de cuando hay sol. Supero el paso trepando por la derecha y entro directamente en el jardín. Aquí comienza a nevar. Estamos a 1.800m.
Hay mucha nieve, suerte de la huella. Voy rápido, a largos trancos. De pronto, me hundo en la huella, se me engancha el cordón de la zapatilla en una ramita de brezo y me encuentro de bruces en la nieve, aturdido. Todo pasa rápido. Me recompongo y sigo hacia la pared.
El "otro lado" se ve difuso |
Sigue nevando, así que apuro más la marcha, con cuidado, que la nieve es abundante. Llego al punto más alto del recorrido de hoy, 2.250m, y sin parar, bajo hacia el collado de la Ventana. Ahora voy corriendo; ayuda la cuesta abajo.
Sigo unos metros el camino hacia la Pedriza posterior; lo abandono tras una revuelta, siguiendo unas huellas que me encaminan al sendero de bajada, hacia el bosque.
Son varios las animalitos que frecuentan estos parajes, a pesar del día y de la nieve, que no para de caer. Nos vemos, nos miramos, y cada cual sigue a los suyo.
Lo mío es bajar lo más deprisa posible, a ver si en el bosque deja de nevar, ah, y con cuidado, que los resbalones están a la orden del día.
El entorno es mágico, el agua baja violenta por el torrente,.
Una salamamquesa reposa entre las hojas caídas, luego emprende la marcha; voy muy rápido y enseguida llego al punto de cruzarlo.
Cuatro saltos de piedra en piedra, bien medidos eso sí, y ya estoy al otro lado, en el entronque con la senda que va hacia el collado del Miradero (cada vez que salto este torrente, o cualquier otro, recuerdo pasos similares cuando antaño íbamos dos por estos parajes).
Cuatro saltos de piedra en piedra, bien medidos eso sí, y ya estoy al otro lado, en el entronque con la senda que va hacia el collado del Miradero (cada vez que salto este torrente, o cualquier otro, recuerdo pasos similares cuando antaño íbamos dos por estos parajes).
El sendero ahora discurre limpio entre brezos y jaras. El aroma característico de la Pedriza me envuelve, y sin darme cuenta, llego al aparcamiento, calado pero contento con la excursión. Nunca defrauda este entorno que, los que vivimos en Madrid, tenemos la gran suerte de alcanzar en tan sólo 1h de coche.
En total, 800m de D+, y 3h15m de marcha. Bonito, bonito. Hasta pronto, esquí de travesía.
Es la gran suerte que tenemos, los planes B pueden ser tan satisfactorios como los A. Preciosas fotos.
ResponderEliminarHola Carmar,
ResponderEliminarY yo en casa limpiando. Vaya vaya...Me alegro que disfrutaras de la actividad.
Hasta la vista.
Manuel.-