Dejo el coche a unos 2km del Tranco, en una zona habilitada para aparcamiento. No hay apenas gente a las 9:45h, cuando comienzo a caminar. Enseguida llego al Tranco, comienzo del trayecto; al comienzo es bastante plano, con lo que se puede mantener un tranco vivo; voy recorriendo la margen izquierda del río Manzanares que baja con abundante caudal . Las zancadas van ligeras y cunde.
Al llegar al entronque del arroyo de la Majadilla (breve curso de agua cuyo nacimiento está en el bosque de la Pedriza posterior), lo sigo por su margen izquierda.
Peña Sirio |
Echo una mirada a la conocida pendiente hacia el Mataelvicial, a mi izquierda; tomo un plátano mientras un buitre otea el horizonte desde lo alto; hoy toca ir hacia la derecha, hacia la niebla, emprendiendo empinada subida para remontar una ladera de unos 200m, por terreno aguantado por abundante gayuba y brezo.
Tras algún que otro paso para “zancada de envergadura”, te conduce a la zona ya pedregosa y más plana de las Cuatro Damas, antesala del Acebo, última forma nítida de la excursión de hoy.
Aquí la nube me envuelve, arrecia la lluvia fina y fría que ha comenzado al final de la subida, lo que me incita a de nuevo a tranco largo y marcha rápida.
Las Cuatro Damas custodian el paso hacia la niebla |
Llego a la pradera S del Yelmo, lo intuyo, porque no se ve ni un ápice de su espléndida cara S, escenario de numerosas vías de escalada en típica adherencia del granito “pedrizero”, nada que hacer en el día de hoy, y continúo a saltos por la aguada pradera, tratando de evitar las pozas.
El propósito a partir de aquí es “bajar todo tieso” hasta el Tranco, para lo cual he de andar atento, tanto a la pendiente (qué fácil es escurrirse por estas empinadas y estrechas trochas transformadas en torrentes), como a encontrar el inicio de la senda que me llevará allí, sin volver por Canto Cochino.
La lluvia se ha intensificado y los pantalones empapados me pesan bastante. Cubro la mochila con el plástico, me pongo el gorro para evitar el agua sobre las gafas, aclarando la visión, y sigo bajando.
Llego sin problemas al mirador del Tranco, titubeo hasta encontrar la empinada trocha y emprendo los 280m de bajada continua hasta llegar al Tranco, la lluvia se ha moderado ligeramente pero llego al coche empapado, contento y sin torceduras, cosa importante en el día de hoy.
Itinerario muy agreste, variado, solitario (especialmente hoy, y en general desde el mirador del Tranco), sin agobio del sol (en verano hay que pensárselo dos veces antes de venir por aquí), con la pena de haber perdido unas cuantas vistas hermosas a causa de la nube, pero muy contento por haber “salido con bien” de estas traicioneras torrenteras.
En total, 3h 15m de excursión, recorrido de unos 14km y 750m de D+. Una forma de aprovechar la estrechita ventana de tiempo tolerable que ha ofrecido este primer fin de semana de primavera.
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