Las Machotas desde la Silla de Felipe II. A la izq. la Baja, a la dcha, en la nube, la Alta |
La Serrezuela de las Machotas es
uno de los enclaves poco conocidos de la Sierra de Guadarrama y
una atalaya desde donde mirar; en su ladera Noreste se encuentra el Bosque de
la Herrería.
Las Machota Alta (al Norte),
también conocida como Pico del Fraile, tiene una altura de 1.466 m. La Machota
Baja (al Sureste), de relieve más abrupto, tiene 1.410 m de
altura. El collado entre ambas se llama de Entrecabezas.
Visitar el Bosque de la Herrería
en cualquier época del año "oxigena" el espíritu.
Hacerlo en otoño y tras las lluvias aporta un "plus" adicional.
El único inconveniente del Bosque
de la Herrrería es que sabe a poco, pues se circunscribe a una franja de unos
ciento cincuenta metros de desnivel, los que hay entre la zona de aparcamiento
junto al km 30 de la M-505 y el emplazamiento de la Silla de Felipe II. Robles
y castaños conforman mayoritariamente el conjunto de árboles que aquí se
encuentran, salpicados de arces y encinas.
Para hoy opto por trazar una
circular en el sentido de las agujas del reloj (resulta más corredera que en
sentido contrario) que, coronando ambas cumbres, me permite recorrer el bosque
tanto en altura como en longitud, bordeando la Machota Baja por el Este hasta
la Casa Vedado del Monte, ascendiéndola "ladera a través" por el
Sureste. Resulta este ascenso algo intrincado, pero no presenta problemas
especiales para quien tenga un mínimo de intuición y práctica en andar por la
montaña.
Seguidamente, y por senda ya muy
bien marcada, se pasa por el Collado de Entrecabezas para, a continuación,
ascender hasta la Machota Alta. Entre ambas, el itinerario habitual y
concurrido.
Con la idea de la circular, una
vez en la Peña del Fraile (que sigue a la Machota Alta), rápido descenso por la
amplia ladera Norte (el Ortigal) hasta alcanzar un bosquete de pinos, que no se
toca, lugar en el que pongo rumbo al Este para bordear por su base la Machota
Alta, manteniendo los 1.100m de altitud, entrando de nuevo en el Bosque de la
Herrería, con cuyo recorrido Norte - Sur se completa un itinerario
"envolvente" que resulta de lo más atractivo. En total 15,5km de longitud
salvando un desnivel acumulado en ascenso de unos 700m de D+.
Son las 9h de la mañana cuando
emprendo el trote en la zona de aparcamiento a la altura del km 30 de la M-505, aparece la indicación Silla de Felipe II, encaminándome hacia la Ermita de la Virgen de Gracia. Un
calentamiento de apenas ciento cincuenta metros por pista asfaltada hasta
llegar a ella.
Inicio de la marcha junto al aparcamiento |
El ambiente rezuma humedad y las
nubes cubren las alturas por encima de los 1.500m.
Un par de formas de granito
parecen marcar la entrada de las sendas en el robledal.
"Puerta" de acceso al bosque |
Tomo la que sale justo a la derecha, aunque cualquier otra hubiera
valido, ya que el propósito es recorrer el bosque dejando a mi derecha la finca privada llamada “El Castañar”, cuyo espléndido interior se puede
contemplar ocasionalmente asomándonos por encima del murete que la circunvala.
La suave pendiente permite
progresar rápidamente. El entorno, silencioso y solitario todavía, resulta de
lo más atractivo.
Por encima las nubes siguen
cubriendo el cielo.
Y así, casi sin darme cuenta,
alcanzo junto a la Cueva del Oso una pista cerrada al tráfico que, a los 1.050m
de altitud, enlaza el km32 de la M-505
con la Silla de Felipe II.
Tan sólo oigo el rítmico sonido
de las zapatillas sobre la gravilla granítica y la acompasada respiración.
Alcanzo el enclave de la Silla de
Felipe II. Una escalinata de granito entre dos grandes bloques da acceso a lo
alto de ella.
Desciendo de la misma, contemplo
el conjunto, con soberbios roble y arce de Montpellier flanqueando el
monumento, y continuo la marcha hacia la Casa de los Ermitaños, a partir de la
cual sigo el Camino de Zarzalejo que, en sus distintas formas de senda o pista,
bordea por la base la cara Este de la Machota Baja manteniendo la altitud en
torno a los 1.000m.
Algo más de dos kilómetros que
permiten ir contemplando los colores con los que el otoño pinta estos rincones,
sin perder nunca de vista la cima de la Machota Baja.
Castaño |
La Machota Baja |
A la altura de la Casa Vedado del
Monte dejo la plácida pista para, en un abrupto giro de 90º, internarme ladera
arriba junto al murete de la edificación. Apenas una veintena de metros más y
enfrento el, a tramos intrincado, ascenso hasta la Machota Baja
por su ladera Sureste. Por delante 400m de desnivel por sendas intuidas la
mayor parte de las veces (¡Ojo con empecinarse en pasar ente los rosales
silvestres, que no veas cómo se enganchan y lastiman! Vale más dar un rodeo
aunque aparente ser más penoso).
Con algo de intuición y tesón se
superan los primeros trescientos metros de desnivel, que resultan los más
incómodos.
Tras ellos los hitos se hacen
presentes, la pendiente se suaviza y se entra en un entorno de bloques de
cómodo caminar por el que se accede al pie del resalte que constituye la cumbre
de la Machota Baja.
Ascender al punto geodésico de
ella requiere una corta trepada (II).
Vértice geodésico sobre la Machota Baja |
Sopla un viento frío y la meteorología no acaba de decantarse. Puede que llueva, así que enfilo hacia el
Collado de Entrecabezas. El sendero ahora es muy definido y encuentro varias
personas en él.
¡Aún acabará por despejarse! La
Machota Alta ya no está cubierta. Me animo y acelero la marcha.
La Machota Alta y, a sus pies, el Collado de Entrecabezas |
Sin detenerme en el collado
emprendo la última subida de la jornada. Por delante apenas doscientos metros
de desnivel por ladera tendida.
Atrás ha quedado la Machota Baja.
La Machota Baja, en la distancia |
Delante ya tengo al alcance la
Machota Alta y su Peña del Fraile (¿Verdad que parece un clérigo con hábito y
capucha?)
La Peña del Fraile |
Murete, roquedo y una “vaca
camuflada” por toda compañía.
Un trago de agua al pie “del
Fraile” y hacia abajo, de nuevo por ruta infrecuente, sólo que en este caso
nada intrincada, más bien al contrario, pues la trocha desciende por la amplia
ladera del Ortigal cubierta de enebros y jaras, con el objetivo a la vista,
permitiendo una carrera continuada.
Entorno de "siluetas y contornos" desde la ladera del Ortigal |
Alcanzo un bosquete de pinos, que
no toco, lugar en el que pongo rumbo al Este para bordear por su base la
Machota Alta, manteniendo los 1.100m de altitud.
A la izq. el bosquete de pinos desde el que se enfila de vuelta hacia el Escorial |
La vista del Monasterio de San
Lorenzo del Escorial anuncia que estoy próximo al final. Continúo y entro de nuevo en el Bosque de la
Herrería alcanzando la pista que tomé por la mañana, solo que más al Norte y
que ahora sigo hacia el Sur.
A la altura de la finca del
Castañar, cuyo murete delimitador toca la pista, la abandono y en su lugar tomo
una senda que, hacia el Norte, se adentra entre los árboles, discurriendo
paralela y pegada al muro de la finca.
Apenas un kilómetro y medio más
para aprovechar los rincones que este tramo boscoso ofrece y que me obliga a
frecuentes altos para no perder detalle.
Finalmente cierro el círculo en
la explanada de la Ermita y enseguida de vuelta a la zona de aparcamiento habiendo
completado un itinerario "envolvente" que resulta de lo más
atractivo.
Pertenece esta circular al género de "Ruta inusual con un punto de intrincada :)"
Eu que o diga: visitar seu blog em qualquer época do ano oxigena o espírito. ;)
ResponderEliminarAinda mais quando o entorno é silencioso e solitário, resultando em atrativos inigualáveis!
Me fez muita graça ler "Murete, roquedo y una “vaca camuflada” por toda compañía."
Enfim, mais uma entrada em que me diverti e me inteirei, agora com uma rota incomum com um ponto complicado.
Um beijo, montanheiro
Hay veces en las que la composición de un determinado lugar te resulta algo cómica y hace que la sonrisa aflore en tu rostro. Esto me pasó al ver a la vaca entre las rocas, cuando me parecía que estaba solo, y no era así.
EliminarGracias, como siempre, por tu comentario.
Un abrazo
Unha aperta, Teca.
EliminarEi, meu, vuelves a tener el blog en "no es seguro"
ResponderEliminarÉchale un vistazo, algo cambió...
Salud y Libertad :)´
[De las Machotas hablamos hace un mes, desde otra cumbre
y te fuiste pensando en ellas...]
En ellas pensando me fui y después a ellas fui, que el otoño siempre se me hace corto.
ResponderEliminarMiraré lo del blog.
Unha aperta, querido amigo.
Puertas al campo, escaleras entre peñas de granito, y un sillón en lo alto del cerro; la mano del hombre en su versión más natural e integradora del paisaje. El paseo formidable y, como siempre, lleno de detalles. Parece que a la vaca la pillaste tragando y, tal vez, con apuros por la sorpresa de encontrarte repentinamente ¿Le tocó manzana...?
ResponderEliminarUn abrazo.
Esta vez la manzana me la comí yo al pie del Fraile, a la par que procuraba dejar en paz a la res en su habitáculo ;-)
EliminarUn abrazo.
Hola Carmar.
ResponderEliminarPara uno que no este habituado este recorrido claramente entraría dentro "Ruta inusual con un punto de intrincada", pero es tu caso, es lo habitual, ya que rara vez vas por donde va todo el mundo :)
Un recorrido precioso por el bosque de la herrería (imagino que en sus tiempos habría una y de ahí el nombre), aprovechando los últimos coletazos del otoño y que los robles siempre aguantan más las hojas y con su dosis de suerte, ya que el tiempo al final en fue a mejor, pudiendo disfrutar de las vistas.
Lo que yo no tengo tan claro es lo del fraile, imaginación hay que echarle, eso o tomarse una copita de parcharan antes.
Un saludo
Dicen que el nombre de el Escorial es porque antaño en este mismo bosque hubo minas de hierro, de ahí la palabra Herrería, y el escorial era dónde se acumula la escoria o desecho de las fábricas de hierro.
EliminarAlgo de imaginación hay que echarle para "ver formas" particulares en las rocas de Guadarrama, pero una vez te habitúas, vaya si las ves. El pacharán ayuda y mucho ;-)
Un abrazo, Eduardo
De nuevo otra gran ruta de Carmar, aunque no nos podíamos esperar otra cosa. En este caso tenemos “el corazón partido” ya que no la hicimos al 100%. A pesar de las indicaciones de wikiloc y de las mismas que recibí en persona, realizamos otro recorrido hacia la Machota que nos hizo agotar casi todas nuestras energías. De todas formas, fue un gran reto que conseguimos superar con ayuda de unas cadenas en las rocas durante la subida, en compañía de buitres merodeando y hasta una calavera de una cabra en el camino,...Pero, a pesar de las dificultades, llegar a la cima fue muy gratificante. Ya que en esta ocasión no pudimos completarla en su totalidad, ¡prometemos que volveremos para hacerla de principio a fin!
ResponderEliminarUn saludo,
AOrtiz
Es curioso cómo una pequeña deriva en un punto determinado hace que, sin pretenderlo, nos "embarquemos" en lo abrupto.
EliminarSe llega al mismo sitio, pero tras denodados esfuerzos, lo cual no es sino una oportunidad para explorar los característicos roquedos graníticos de la Machota Baja.
Ahí seguirán para cuando decidáis volver a intentarlo.
Gracias por el comentario, AOrtiz.
Salud y Montaña.