“La contemplación de
la grandiosidad de la naturaleza confiere nobleza a los pensamientos, haciendo
que se olviden las preocupaciones cotidianas.” (Mary Shelley)
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El Cañón de Mascún es considerado
por muchos uno de los entornos más bellos de la Sierra de Guara. Tras
posponerla en varias ocasiones, Eduardo y yo materializamos por fin la idea de realizar
una ruta circular por las alturas, observando y admirando los entresijos que el
agua cincela en la roca caliza con el paso del tiempo.
La hacemos en sentido contrario a
las agujas del reloj, esto es, remontando el Mascún por su lado izquierdo
orográfico, hacia Letosa, descendiendo al fondo del Mascún superior en el
Saltador de las Lañas y retornando por su derecha, por el barranco de Raisén,
cruzándolo, y continuando por el Mascún por un sistema de cornisas y fajas
hasta alcanzar el pueblo abandonado de Otín, desde donde ya descendemos al
fondo del barranco para remontar finalmente a Rodellar. En total 22km de
recorrido con un desnivel en ascenso de 1.200m de D+.
La travesía de estas sendas invisibles
hasta que uno se adentra por ellas, colgadas sobre los abismos, es de las que dejan
huella.
Son pasadas las 9:30h cuando, en
Rodellar, iniciamos la marcha en dirección a Cheto y la Virgen del Castillo. El
día es claro y luminoso. Caminamos por un amplio sendero enlosado, entre
muretes de piedra. Boj y carrascas componen la vegetación preponderante de esta
zona.
Marchando a la sombra, hacia el
Norte, los barrancos y las formaciones rocosas se van sucediendo, mostrando un
anticipo de lo que hallaremos después.
Andamos rápido en las subidas y
trotamos en lo plano; de momento más bien andamos, porque es ahora cuando toca
ascender el 70% del desnivel que compondrá el recorrido de hoy. Rodellar y la plana van quedando
atrás.
Rodellar queda allí abajo |
En un momento determinado
alcanzamos un mirador y, de sopetón, damos vista al Mascún. La combinación de castilletes,
terrazas, paredones, pináculos y profundidades, es una visión que nos hace
detener el paso. La mitad del barranco a la sombra, la otra mitad recibiendo la
luz de la mañana, en medio, lo hondo.
Barranco y entorno de Mascún |
Resulta inverosímil que haya un
camino que surque los farallones, pero lo hay, y bastante fácil de transitar en
todo momento, sólo que realmente vertiginoso.
El trazado de la senda hace que
temporalmente demos la espalda al espectáculo pétreo que nos ha retenido
durante unos instantes. Hemos de continuar.
Llegamos a una pedrera en la que
un cartel indica el camino hacia Letosa, una marca roja sobre el tronco de una
carrasca, algo más abajo, señala el punto exacto para adentrarse en un bosque por el que se camina bien.
El sendero, bien marcado, se
orienta claramente hacia el Oeste. Dejamos los rodeos y vamos ya hacia el
Mascún. En las zonas a la sombra persiste
la rosada, vamos atentos a no resbalar. Unas huellas anticipan otras
presencias.
De pronto, tras un recodo,
salimos al sol y nos sorprendemos mutuamente. Con naturalidad y sin
aspavientos, nos miramos, ella se aparta parsimoniosamente y nosotros
continuamos contentos por el encuentro.
Manteniendo siempre el rumbo
hacia Letosa, y desestimando las demás alternativas, alcanzamos los restos de los corrales de Letosa. Tan sólo
quedan las ruinas de lo que hubo antaño.
Corrales de Letosa |
Los dejamos atrás y llegamos al punto más alto de la ruta de hoy, poco
antes de comenzar el descenso hacia el cauce del Mascún.
Salimos del embeleso y
continuamos. Ante un nuevo cartel dejamos la indicación de Letosa y tomamos la del
Saltador de las Lañas. Instantes para la
contemplación de la maravilla natural por la que nos estamos moviendo.
Entrañas del barranco de Mascún |
Cascadas de Peña Guara |
Ahora sí que iniciamos el
transitar por las fajas y sus sendas. Abrupto descenso hacia el fondo del
Mascún superior. Vamos pegados al paredón por sendero estrecho pero bien marcado:
a la derecha, pared de roca; a la izquierda, de momento boj que tapa el precipicio. Nos estamos adentrando en las
entrañas del Mascún.
Descendiendo hacia el Saltador de las Lañas |
Ya salimos al sol, dejamos atrás
el tupido boj y encaramos la gran repisa que permite alcanzar el Saltador de
las Lañas.
Corriendo por la gran repisa |
Lugar quieto, donde tan sólo se
oyen el caer del agua y nuestros pasos. Nadie hasta ahora hemos encontrado.
Buscamos un lugar al sol para tomar alguna barrita energética.
Saltador de las Lañas |
El rincón tiene un encanto
especial, sus aguas transparentes y quietas en lo plano fluyen lentamente hacia
las sucesivas cascadas; se requiere un acto de voluntad para reanudar la marcha
y dejarlo atrás, pero aún estamos a mitad del recorrido, por lo que hemos de
continuar.
Abandonando el Saltador |
A partir de este punto todo es fajas inverosímiles y vertiginosas
caídas, que iremos transitando con atención y admiración a partes iguales.
Mirada hacia atrás para observar, al otro lado del barranco, la repisa por la que hemos accedido al Saltador |
En el farallón se aprecia "la senda" de acceso al Saltador |
Volvemos a encontrarnos con las
cabras en estos sus dominios. Ellas algo más alto que nosotros, pero no tanto,
que sitio para moverse tampoco sobra.
Con cuidado en los tramos más
expuestos y corriendo en los más amplios, el caos kárstico y sus formaciones no
dejan de maravillarnos.
Alcanzamos la cabecera del
barranco de Raisén, desechamos la cómoda pista que, por lo plano, comunica con
Otín, nosotros hemos venido a recorrer las fajas, así que lo cruzamos,
siguiendo la indicación de un cartel que indica “Faja de Mascún”, y continuamos
a pie de farallón por un camino suspendido sobre el vacío.
Buitres, pináculos, castillos de
piedra, vistas interminables.
Peña Los Moros, que culmina con dos torres unidas por un puente: el Castillo |
Damos por concluida la ración de
fajas y cortados para descender a Otín,
Descendiendo a Otín |
Pueblo abandonado, a partir del cual
emprendemos el descenso final hacia el cauce del Mascún por un camino entre
quejigos (robles) y bojes.
El sendero se torna pedregoso, y
en franco descenso llegamos a otra zona bien impresionante de agujas y
formaciones rocosas.
La "Cuca de Bellosta" (dcha.) y demás formaciones de "la Ciudadela" |
Mientras contemplamos las formaciones rocosas, otros
ojos nos miran emboscados. El olor acre delata su presencia.
Ya en el fondo del barranco, marchamos
junto al cauce, camino de Rodellar. Vemos a un escalador en “el
Delfín” de Mascún.
El Delfín de Mascún |
Tomamos unos frutos secos junto a
la Surgencia del Mascún. Hay que subir unos 200m de desnivel para llegar a
Rodellar y, a estas alturas de la ruta, conviene afrontarlos con un poco de
energía fresca.
Finalmente estamos de vuelta en
el punto de partida de la circular de hoy habiendo transitado por un paraje
espectacular, de tal manera que una sola visita se hace corta para asimilar
cada uno de los detalles que ofrece.
Llegamos a Rodellar al caer de la tarde |
Hola Camar.
ResponderEliminarTienes toda la razón, en una sola visita, no da tiempo a asimilar tan espectacular paraje, y eso que por fotos y paradas no fue.
Veo que te has documentado bien, y le has puesto nombre a algunas formaciones, como la Peña Los Moros. La entrada muy bien detallada, y grandes fotos, leyéndola ha sido como volver a recorrerla.
Salud, Montaña y Caña de Lomo.
Una visita bien aprovechada sin duda. No ha resultado sencillo descartar las fotos que, finalmente, no aparecen, pues todas ellas tienen una pizca del recorrido. Hay que volver en algún otro momento. Seguro que encontramos cosas nuevas.
EliminarSalud y Montaña, Eduardo.
Vaya paseo fantástico!! Espectaculares esas imágenes de los barrancos y las cornisas o fajas por las que habéis ido... Y encima os sale un día soleado y de cielos azules, enhorabuena!!
ResponderEliminarFantástico en el más literal sentido de la palabra. El día fue "esperado" y "buscado", y el azul del cielo sobre semejante maravilla natural conforma un conjunto impactante ¡Has de ir, si todavía no lo conoces!
EliminarUn abrazo
El Mascún, tanto por arriba como por abajo, es la "joya de la corona" de la Sierra de Guara. Os habéis hecho con una de las mejores rutas de toda Guara, ahora a seguir "investigando" y a seguir "descubriendo" que Guara está lleno de joyas ocultas.
ResponderEliminarAh, ya he visto que corregiste lo que te dije.
Salud(os) a ti y a Eduardo.
El afán y la perseverancia en la búsqueda de las bellezas de la naturaleza es lo que caracteriza a los que por estos vericuetos nos internamos. La recompensa es, sencillamente, maravillosa.
EliminarSalud y Montaña.
Hola Carmar¡
ResponderEliminarA final de año también estuve haciendo esta vuelta y realmente es como comentas: espectacular. De las imprescindibles para hacer en Guara y una de las mejores...
Salud¡¡
Fer.
Recorrido de los imprescindibles para hacer, y para repetir también, que esto hay que saborearlo en distintas épocas del año, para verlo en todas sus manifestaciones.
EliminarSaludos, Fer.
Sin palabras deja al más curioso de la naturaleza este incomparable paraje dominado por las calizas más caprichosas que uno se puede imaginar. Sencillamente, alucinante, acogedor y bestial paisaje para deslizar la mirada a todos los puntos disponibles de esta particular fortaleza natural.
ResponderEliminarSiempre que veo este barranco, me sigo asombrando.
Saludos
Tal y como dices, asombrados y epatados por tal manifestación de naturaleza es como hicimos todo el recorrido. Suerte que el disco duro de nuestro cerebro parece que tiene cabida ilimitada y todo entra. Aún así, habrá que volver para acopiar nuevos detalles y sensaciones.
EliminarSalud y Montaña, Javier.