El nombre Urbasa significa en euskera
"bosque húmedo" (de ur "agua" y basa "bosque").
El nacedero del Urederra es un rincón espectacular de la Sierra de Urbasa. Tiene la consideración de reserva natural y supone la mayor evacuación de las aguas del acuífero de Urbasa. El nacedero aparece al pie del anfiteatro rocoso denominado Balcón de Pilatos, en la llamada Pared del Capellán, que se eleva vertical y abruptamente por encima del río.
La sierra de Urbasa está atravesada de sur a norte por la carretera NA-718 la cual, partiendo de Zudaire y cruzando el Puerto de Urbasa, llega a la localidad de Olazagutía.
Unos kilómetros después de dejar Zudaire sale un desvío a la derecha hacia Baquedano, lugar de acceso a la Reserva Natural del Nacedero del Urederra. En la localidad hay habilitado un aparcamiento regulado y obligatorio para los visitantes.
Comienza la ruta en el pueblo de Baquedano. A la entrada misma está el acceso al aparcamiento. El Gobierno de Navarra ha decidido limitar a 450 personas el aforo de visitantes al Nacedero en un mismo momento, pero llegando temprano no hay problema de acceso. Se paga 3€ por el aparcamiento y la entrada es gratis.
Iniciando la ruta se atraviesa la población y, en descenso, vamos atravesando un bosque de encinas que no anticipa el entorno al que nos dirigimos.
La ruta está perfectamente
marcada y balizada y casi de sopetón la senda se pone a ras de río, y la primera poza sorprende con sus azules y quietas aguas.
A continuación vendrán una serie de cascadas, con sus
consiguientes pozas de color azul turquesa o verde esmeralda, que hacen que
este río sea bautizado con el nombre de Urederra (cuyo significado en euskera
es "agua hermosa")
Si bien el agua es incolora porque todas las longitudes de onda la atraviesan, cuando se trata de una gran cantidad de agua, a la luz le cuesta más atravesarla y refleja cierta tonalidad azul.
El agua absorbe con mayor facilidad las longitudes de onda larga (rojo, naranja y amarillo) que las longitudes de onda corta (azul, violeta); éstas últimas, al reflejarse parcialmente, son captadas por nuestro ojo, originando el fenómeno óptico de ver al agua de color azul-turquesa.
Las cristalinas y límpidas aguas de las claras pozas calcáreas del rio Urederra reproducen este fenómeno.
Observas con más atención y
descubres que hay vida en su interior.
En adelante, todo un rosario de
ellas componen un espectacular itinerario. Pueden verse directamente o a través
de los entramados que forman ramas y hojas.
Es un recorrido para realizarlo
lentamente, permitiendo que los sentidos se embeban del ambiente. Pozas,
cascadas, vegetación; allá donde se dirija la mirada, ésta se detiene captada
por un rincón, un contorno, una transparencia o un reflejo.
Las hayas, aferradas firmemente
al terreno y abocándose sobre las aguas, predominan sobre otros árboles.
Las umbelíferas dan cobijo a
multitud de ajetreados insectos.
El suelo rojizo y tapizado de
hojas caídas, amortigua los pasos.
La pendiente se endurece a partir
de un cierto momento. La senda se acerca al pie de la Pared del Capellán por un
entorno agreste y primitivo.
Dejamos de lado el entronque de
un sendero de ascenso hacia el Balcón de Pilatos (con letrero de “prohibido el
paso a personas ajenas al parque”) y llegamos a la cascada inicial del
Urederra. Ya no se puede ir más allá. El farallón lo impide.
Llegando al nacedero |
Nacedero del Urederra |
Pared del Capellán |
Lugar éste para hacer un alto y
tomar algo, bajo la atenta mirada del pájaro (Arrendajo) que espera alguna sobra que llevarse
al pico.
Y retornamos por la misma senda, contemplando de nuevo los reflejos, siguiendo las tranquilas aguas de un río que, a lo largo de un corto tramo,
hemos acompañado dejándonos embelesar por un entorno bien merecedor del nombre
“agua hermosa”.
A través de los arces podemos
apreciar, a pie de farallón, las primeras pinceladas de un otoño que ya se
anuncia en lontananza.