Sierra del Estepar |
Granito, encinas, jaras y otros arbustos aromáticos conforman y pueblan ésta
sierra, en cuya falda se asienta la población de Hoyo de Manzanares, a resguardo de los vientos y el frío que con frecuencia se enseñorean de la de Guadarrama.
A las 9:30h comienzo la carrera en un día revuelto que pronostica lluvia
sobre la próxima Cuerda Larga y que mantiene nubes y claros en la pre-sierra de
Hoyo de Manzanares.
Recorrido circular que inicio en la Berzosa y que me llevará a bordear por
la base el cordal que,en sentido Este – Noroeste, une el Pico del Estepar (el de
mayor altura de la sierra de Hoyo de Manzanares y más próximo a ésta población)
con el Cerro Hastial (el más occidental y que da vista a Colmenar), ascendiendo
al extremo Oeste de la cuerda por el barranco del Endrinal y recorriéndola
posteriormente en sentido inverso y por lo alto, cerrando el circuito
descendiendo por las empinadas torrenteras que, por el Suroeste, suponen la comunicación
directa del Pico del Estepar con la Berzosa.
Circuito de algo más de 16km de longitud salvando un desnivel total en
ascenso de 800m de D+.
Ejemplares aislados jalonan un recorrido mayormente solitario, bajo un cielo
que da cabida a nubes y claros mientras la amenaza de tormenta se mantiene en
la vecina sierra, más alta y más expuesta.
Ocasionales fogonazos de color y solitarios individuos afanándose de flor
en flor, ponen notas de vida y luminosidad en un ambiente que apunta hacia el
verano.
La avena loca y las jaras, más altas que las personas, acogen y envuelven a
quien entre ellas se lanza siguiendo la trocha.
Avanzo apartándolas con los antebrazos (la avena) o pegando los codos al
cuerpo (bajo las jaras), saliendo al terreno despejado entre cima y cima atento
a no tener una torcedura, que los guijarros abundan y la arena granítica es de
lo más deslizante.
Encaramado en la Peña del Diablo (1.353m), situada a la mitad del cordal y la
única que requiere algunos pasos de trepada, observo en la distancia los picos
que jalonan esta sierra de Oeste a Sureste, sobresaliendo unas decenas de
metros del cordal que se recorre a la carrera: Canto Hastial (1.370m), primero
al que he ascendido hoy, Peña Covacha (1.349m), la Peña del Diablo, donde
estoy,para terminar en el Estepar (1.403m).
Desde la Peña del Diablo, al fondo el Cerro Hastial |
Desde la Peña del Diablo, al fondo y a la izq. el Pico del Estepar |
Peña del Diablo |
Formación característica al pie de la Peña del Diablo |
Excelentes vistas las que voy teniendo mientras troto de cerro a peña y de
peña a pico, grupos de rocas elevadas sobre granito fiable que permite acceder
a todos ellos, cada cual ofreciendo un panorama diferente.
Vista de la Sierra del Dragón (Siete Picos) |
Vista de la Pedriza |
Dejando atrás el Estepar,
Pico del Estepar |
Paso de largo la trocha hacia el Picazo, lanzo
una mirada al último solitario de la jornada y continúo el rápido descenso que
me retornará al coche y a la urbe.
Hermosa Cuenca Alta del Manzanares, antesala del Parque Regional, que ofrece
un escenario ideal para soltar las piernas, la oxigenación de los pulmones y la
paz del espíritu de todos aquellos que encontramos en la naturaleza lo que
nuestras raíces andan permanentemente buscando.
Y si encontramos un hueco, entre tanto asunto, hacemos sitio para regresar por esa zona ya que al pie de la Peña hay una formación curiosa que tiene su réplica en una ciudad costera, al noroeste...De eso estoy seguro. Pura escultura y atlántica.
ResponderEliminar[Y nos veremos con calma. Ya prepararemos el tiempo para esos espacios]
Un abrazo, estimado d:´
Salud, Libertad y Monte...por si acaso.
Así lo haremos, pero al tanto que, preparando, preparando, la primavera se nos está acabando. Salud y Montaña, amigo.
EliminarCuantas y cuantas horas tuve la fortuna de disfrutar desde la garita de guardia en el cuartel de Ingenieros de Hoyo de Manzanares. Seguramente, todos los horizontes que muestras en tus fotos, los disfruté en mis pausadas guardias desde garitas privilegiadas. Por la noche con los conejos y el mochuelo y por el día con todo tipo de aves que abundaban en la sierra.
ResponderEliminarLa mili se me hizo mas llevadera gracias a este entorno natural tan espectacular.
Saludos
Es afortunado quien tiene sierras y bosques a su alcance; en cualquier época o circunstancia se puede uno encantar con la naturaleza. Mira por dónde, anduviste tú, antes, por donde yo me muevo ahora. Saludos, Javier.
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