El Tejo de Barondillo no se ve de lejos, tan sólo cuando se está frente a él |
Algo tan normal como acceder a la
Cuerda Larga puede transformarse en una atractiva rareza sin más que cambiar
las coordenadas habituales.
En este sentido decidimos iniciar
la marcha en la zona de La Isla (1.250m), próxima a Rascafría para, de esta
forma, realizar un recorrido fuera de lo común que nos permita contemplar los
tejos de Barondillo y su ejemplar más señero. El tejo milenario de Barondillo /
Valhondillo (entre los 1.500 y los 2.000 años), está ubicado a 1.630m de
altitud junto al arroyo del mismo nombre, en un denso bosque de pinos silvestres,
en una zona bastante recóndita de la cara N de la Loma del Pandasco.
Visitarlo y admirarlo es el
detonante para la circular de hoy, que incluye además en su trazado alcanzar la
Cuerda Larga a la altura del Collado de Peña Vaqueros, ascendiendo por el
atractivo y solitario barranco de Valhondillo, recorrer el tramo de la Cuerda
hasta el otero de Asómate de Hoyos, descendiendo luego monte a través por la
loma de Navahondilla. En total unos 22km de longitud, salvando un desnivel
total en ascenso de 1.000m de D+, a lo largo de los cuales tan sólo en la parte
de la Cuerda Larga se coincide con alguien.
No se encuentran dificultades
técnicas, si bien la loma de Navahondilla, monte a través, sí requiere
manejarse entre piornos que, afortunadamente, no son muy altos y permiten ir
encontrando el mejor paso entre ellos sin más que un poco de sentido de la orientación.
Los mojones ayudan en este tramo.
Apenas son las 8h de la mañana
cuando emprendemos la marcha desde el vacío aparcamiento de la Isla orientando
los pasos hacia el Puente de la Angostura.
Hace frío (3.5ºC), con lo que
avivamos la marcha contemplando, al pasar, las aguas tranquilas de la Presa del
Pradillo, todavía a la sombra.
Presa del Pradillo |
Transitamos por un bosque
acogedor, sin apenas ganar altura hasta llegar junto al Puente de la Angostura.
Puente de la Angostura |
Entroncando con una pista que tomamos hacia la izq. (al E) y cuyo trazado y
revueltas seguimos hasta alcanzar la cota 1.480m punto en el que cruza, por
segunda vez, el arroyo de Valhondillo. Sin llegar a vadearlo esta vez, la
abandonamos y en su lugar tomamos una senda que se interna en el bosque, aguas arriba
del arroyo.
Entramos en un bosque de pinos
que cada vez se hace más montaraz. La senda se estrecha a medida que
ascendemos, manteniéndonos siempre con el arroyo a nuestra dcha. y vadeando un
par de cursos de agua menores que se cruzan en el camino.
Poco a poco, a medida que
subimos, el bosque ofrece un aspecto cada vez más añoso, los altos y viejos
pinos alternan con los tejos. De pronto alcanzamos el
lugar donde se halla el Tejo Milenario (1.630m), descollando entre todos los
demás.
Tejo Milenario de Valhondillo |
Cuando nos encontramos ante
un ejemplar de estas características nos invade una sensación de reverencia
hacia una longevidad que contrasta poderosamente con nuestra inmediatez. El
tiempo parece detenerse durante los instantes en que, mudos, nos dejamos imbuir
de su presencia, absortos en la contemplación de su viejo y ajado tronco que,
sin embargo, sustenta ramas verdes.
Sacudimos la cabeza, tomamos de
nuevo conciencia de que debemos seguir, y continuamos aguas arriba hasta, al
poco, cruzar el arroyo de Valhondillo para acceder al final de una pista
escondida entre los árboles de la otra orilla.
Queda el Tejo milenario en su
escondrijo, viviendo sin prisas, mientras nosotros, a partir de este momento,
seguiremos ascendiendo manteniendo el cauce a nuestra izq. a lo largo del
recorrido íntegro del barranco de Valhondillo, hasta el mismo nacimiento del
arroyo, a los casi 2.200m de altitud, al pie de la Cuerda Larga.
La senda, a veces difusa,
discurre por un entorno agreste y luminoso.
A la altitud de los 1.800m el
pinar se abre y el barranco de Valhondillo se ensancha notablemente, dando paso
a la tasca y a los enebros, mientras ejemplares aislados de pinos, tejos y
algún acebo completan el cuadro.
El barranco de Valhondillo se abre |
Cruzamos la mirada con una cabra
que pasta tranquilamente.
La ascensión es sostenida, hay
hitos que marcan la mejor trocha, y el agua de Valhondillo, por cauce cada vez
más estrecho, nos guía hacia el ya muy visible y próximo Collado de Peña
Vaqueros, al pie de la Cabeza de Hierro Mayor.
Cabeza de Hierro Mayor apuntando al final del Valhondillo |
Donde aflora el agua hacemos un
alto para tomar unas almendras. Por los abundantes restos de plumón que hay
deducimos que es éste un lugar frecuentado por los buitres y sus pollos.
Nacimiento del arroyo del Valhondillo |
Continuamos y enseguida accedemos
al tramo de la Cuerda Larga entre la Cabeza de Hierro y Asómate de Hoyos, que
delimita la vertiente N y S de la Loma de Pandasco, dando vista a la Pedriza.
Cuerda Larga adelante, en un
transitar cómodo y sin apenas altibajos, vamos recorriendo el tramo de cordal
que menos hemos frecuentado en ocasiones anteriores. Peña Lindera y las Torres
de la Pedriza cada vez más próximas. El zoom nos permite localizar “la punta”
del Dedo de Dios, en la zona de las Torres.
Y así llegamos a Asómate de Hoyos
(2.242m) desde donde se desprende hacia el Norte la loma de Navahondilla.
Desde esta atalaya observamos la
Cuerda Larga, tanto hacia el Este (Collado de Pedro de los Lobos, Bailanderos,
La Najarra,…) como hacia el Oeste, de donde venimos (Cabeza de Hierro
Mayor,….), también el Hoyo Cerrado se intuye al pie del Collado de Pedro de los Lobos.
Toca ya bajar, para lo cual
trazamos mentalmente el itinerario descendente todo a lo largo de la loma de
Navahondilla, hasta una nítida línea de pinar que se ve más abajo; 500m de
desnivel por una ladera de pendiente moderada, sin pedreras complicadas y con
una cobertura vegetal fundamentalmente de piorno que, dado que no son muy altos
ni muy densos, permite transitar sin más que ir buscando la mejor trocha,
guiándonos por los hitos que de vez en cuando se encuentran.
Un buitre negro, sorprendido en
su caza, se agazapa entre los matorrales, con su presa retenida, mientras no nos
quita ojo de encima.
Alcanzamos una amplia pista que
bordea el pinar: a un lado árboles, al otro terreno diáfano de pasto agostado;
en la distancia, hacia el Oeste el macizo de Peñalara, hacia el Sur el tramo de
Cuerda Larga que hemos recorrido, claramente visibles tanto Valhondillo como
Navahondilla. Al lado de la pista, un refugio junto al que realizamos una pausa
antes de continuar.
Macizo de Peñalara |
Lo que resta de recorrido es
cómodo y simple; vamos recortando campo a través tanto como podemos, procurando no disturbar,
Hasta
desembocar, finalmente y tras seguir el rectilíneo trazado de un murete en el
pinar, junto al acceso en la alambrada que comunica con la Isla, cruzando el río de la Angostura.
Río de la Angostura a su paso por la Isla |
Y dando por terminada
una circular infrecuente, sosegada y muy gratificante, con encuentros
imprevistos con "los habituales" del lugar, que incluye la visita al recóndito
emplazamiento de un tejo espectacular.
Bayas de enebro |
Buena captura del buitre negro (joven) pero, mas llamativo que los adultos por su coloración mas oscura.
ResponderEliminarEsta rapaz estaba bastante castigada por la baja población pero, ahora, parece que tiende a reconquistar antiguas áreas de nidificación que les fueron arrebatadas.
Un abrazo.
Contaba con tu comentario cuando fotografié al buitre, y con los detalles que estaba seguro de que aportarías. Gracias por ellos.
EliminarUn abrazo
Bonitas vistas desta exuberante rota acompanhada por bichos amigos e vegetação vibrante! Que graciosa fotografia das bagas de zimbro!
ResponderEliminarUm beijo
En otoño la naturaleza se muestra pródiga en ofrecer sus frutos, en forma de bayas de todo tipo, para que los animales puedan ir haciendo acopio y encarar el duro invierno, cuando poco hay para comer, con la suficiente reserva de energía.
EliminarSiempre me han parecido especialmente interesantes las distintas bayas y su valor en el ciclo vital.
Gracias Teca por tu visita y comentario.
Un abrazo
Hola Carlos,
ResponderEliminarSiempre es interesante comprobar las diferentes variantes que puedes disfrutar de un sitio conocido, parece que me hubieras leído la mente con esta.... una vez más! :-)
Un abrazo y mucha montaña!
Gracias Francisco, celebro la sintonía.
EliminarValhondillo y estos parajes de la Cuerda Larga son unas zonas de especial atractivo por las que deambulamos a gusto y a las que acudimos puntuales con bastante asiduidad.
Salud, Montaña y un abrazo
Hola Carmar¡
ResponderEliminarQue bonito ese tejo milenario¡¡. Me apunto esta excursión a una ya interminable lista de pendientes...
Gracias por compartirla¡
Fer
Este Tejo de Valhondillo es el más espectacular de los que llevo vistos (y no son pocos). Tengo por él un aprecio reverente que me impulsa a acudir a presentarle mis respetos cada cierto tiempo. El entorno en sí mismo transmite unas sensaciones difíciles de encontrar en otros lugares.
EliminarSalud y Montaña, Fer.