domingo, 2 de diciembre de 2018

El Hayedo de la Pedrosa y los robles de la Sierra de Ayllón ¡Una delicia otoñal!

Extensos robledales cubren las laderas. El Hayedo de la Pedrosa está incrustado entre los robles

El Hayedo de la Pedrosa, junto con los de Tejera Negra y Montejo, todos ellos en la sierra de Ayllón, son los más meridionales de Europa.

 “Incrustado” entre los 1.400m y los 1.800m de altitud, orientado hacia el Norte y atravesado por el río Riaza, está el Hayedo de la Pedrosa. En su interior se encuentran ejemplares centenarios, con retorcidos troncos cubiertos de musgo y líquenes que, gracias a sus poderosas raíces, se agarran a la fuerte pendiente en la que viven.

Este hayedo, unido a los extensos robledales que cubren las laderas de las montañas que separan las provincias de Segovia y Guadalajara, hacen que la zona entre Riofrío de Riaza y  el Puerto de la Quesera constituya un paraje privilegiado en cuanto a vegetación para visitar en cualquier época del año.

En épocas otoñales el color verde de sus hojas cambia a tonos ocres, dorados y rojizos, ofreciendo un espectáculo visual de extremada belleza.

Al pie de la presa del embalse comienza la circular
Iniciamos esta circular, que parte del embalse de Riofrío (1.300m), recorriendo primero el gran robledal situado entre los Chotales y el Pinarejo, hasta alcanzar el Collado de la Hayuela (1.629m). Tan sólo se oye el viento y el suave crujir de la alfombrada senda bajo nuestras pisadas.




En la distancia las brumas se disipan lentamente mientras persisten sobre nuestras cabezas.



Seguidamente el sendero se encamina de Oeste a Este atravesando un extensísimo brezal hasta alcanzar el Calamorro de San Benito (1.872m), punto más alto de la ruta.


A continuación, manteniendo la orientación, dos kilómetros con pinar al Sur y brezos al Norte, hasta llegar al Puerto de la Quesera (1.715m). Ocasionales flashes de color, y vegetación perlada de humedad, jalonan el estrecho camino.



Desde el Puerto un sendero se enfila hacia la Peña de la Silla. Siguiéndolo alcanzamos “la puerta” del Hayedo de la Pedrosa, anodino torno en medio del monte a los lados del cual se extiende una alambrera metálica.

Traspasado el torno viene una estrecha franja de brezo tras la cual aparece la primera línea de hayas.

A partir de aquí se acabó el sendero; en su lugar la intuición nos ha de llevar por un flanqueo  entre las hayas apenas descendiendo unos cien metros de desnivel, a buscar el nacimiento del río Riaza en la fuente del Cancho, ubicada en el hayedo a tan sólo un metro por encima de la carretera que sube al Puerto de la Quesera.





El bosque huele intensamente a hongos. La gran humedad, junto con las no demasiado bajas temperaturas, es el mejor abono para la proliferación de toda clase de setas. Un verdadero muestrario de ejemplares delicados cuya contemplación nos retiene y cuya identificación queda fuera del alcance de nuestros conocimientos.

Foto 1: .........


Foto 2: .........


Foto 3: .........

Foto 4: .........

Foto 5: .........

En este sentido he numerado cada una de las fotos en la confianza de que alguno de los que leáis esta entrada, entendidos en la materia, tengáis a bien identificarlas para conocimiento de los demás. Gracias por adelantado.

Cruzamos la carretera y nos volvemos a internar entre las hayas al otro lado, para seguir bajando por la margen derecha del recién nacido río Riaza. Por delante apenas dos kilómetros a lo largo de los cuales descenderemos doscientos cincuenta metros de desnivel, por un paraje agreste y solitario, a tramos de fuerte pendiente, en el que el río será nuestro guía, pues senda no hay.



Vamos paralelos a una alambrada de espinos que bordea el río por su margen izquierda. Con mayor o menor facilidad, en función de la pericia de cada uno, recorremos el hayedo en toda su longitud.


Con suelo mojado la complicación aumenta por lo resbaladiza que resulta la alfombra de hojas que lo cubren. Sin duda es ésta la parte más intrincada de la circular.


Finalmente alcanzamos el entronque con el camino habitual (puente y marcas azules) de descenso (ascenso) del Puerto de la Quesera y por él, cómodamente transitando, de nuevo entre los robles, alcanzamos la cola del embalse de Riofrío, cuyo perímetro recorremos durante 1km más, por la carretera, hasta cerrar la circular.



En suma, un recorrido de unos 13.5km de longitud salvando un desnivel total en ascenso de unos 750m de D+, transitando por las extensas y tupidas masas boscosas de roble que cubren las laderas de la sierra de Ayllón, con el aliciente del  hayedo intercalado, que en otoño suponen un verdadero deleite para la vista. Una cita anual casi obligada para los amantes del bosque.




10 comentarios:

  1. Hace mucho tiempo que quería hacer esta circular, pero por dejadez y por no tener referencias de por dónde hay que ir (aunque para ir monte a través no hace falta mucha referencia....:-) al final nunca la he hecho, una pena, lo has tenido que pasar muy bien circulando por dentro del hayedo. A ver si puedo hacerla en un futuro no lejano. Muy bonitas las fotos de los hongos, esta vez no hay habitantes móviles del bosque en tus fotos, seguro que hacías mucho ruido con las hojas.
    Un abrazo, salud y mucha montaña!!

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    1. Gracias por tu visita y comentario, ahora ya no hay excusa, tienes descripción y track a tu disposición ¿Qué más se puede pedir?.

      En lo que a mí respecta cada vez me veo más como "un hombre del bosque", especialmente en otoño. La próxima temporada, que ya el otoño está de capa caída, nos hacemos una de bosque en compañía.

      Salud y Montaña, Francisco.

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  2. A ver si podemos hacer una salida de bosque en otoño, que al final la que teníamos pendiente desde este verano aún no la hemos hecho. Aunque a partir de ahora voy a necesitar más previsión aún, que estoy más lejos.
    Por cierto, en cuanto me sitúe y aclimate quedas invitado a excursión si tienes a bien pasarte por la periferia, tiene que haber buenas opciones de bosque también.

    Salud y mucha montaña!

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    1. Azarosa es la vida que llevamos, lo cual propicia poco los encuentros que, no obstante, hemos de seguir buscando.

      La periferia ofrecerá sin duda alternativas novedosas que debemos empezar a explorar.

      Salud y Montaña.

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  3. Me gustó muchísimo cuando estuve en este excelente lugar. Aunque las hayas no eran demasiado grandes debido a la sobreexplotación de la zona para la preparación del carbón vegetal; afortunadamente, aunque sea por unos años más de espera, la gente podrá disfrutar de este hayedo tan meridional que volverá a tener corpulentos ejemplares como antaño.
    Un abrazo.

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    1. Se puede esperar a la par que se pasea por él, tal y como esté, que si grandioso llegará a ser, precioso lo es ya.

      ¿Sabes algo de setas?

      Un abrazo.

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  4. Bonitos sitios andáis Carmar ... donde cuerpo y espíritu encuentran la paz perdida en nuestra sociedad.
    Enhorabuena por el reportaje.

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    1. ¿Qué mejor, querido Trasgu, que en un hayedo hallar la paz?

      Paréceme a mí que largo tiempo ha que no frecuentas mucho estos lares, y que más bien por los astures dominios te prodigas ¿Es esto así, o tan solo son figuraciones de mi mente?

      Si por aquí anduvieras, y ello os placiera, aún podríamos acordar una salida conjunta por estos parajes. Ya me dices.

      Gracias por tu visita y comentario.

      Un abrazo

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  5. Hola Carmar.

    Bonita circular para disfrutar de los últimos coletazos del otoño, que perduran más en los robles que en las hayas, que a duras penas conservan sus hojas.

    Ahora a esperar que nieve para estrenar la temporada de esquí.

    Un saludo

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    1. Tienes razón, Eduardo, queda ya poco, pero que muy poco, para decir adiós al otoño y sus colores ¡Qué lastima!

      Encaramos el invierno deseando que sea pródigo y tempranero en nieves.

      Salud y Montaña.

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