Cencellada en el bosque de Valsaín |
La niebla cubre las partes altas
de la Sierra de Guadarrama por encima de los 1.700m. Hace frío, bastante frío,
en torno a los -5ºC / -6ºC. El aire está en calma y la cencellada blanquea a
fondo los altos Pinos de Valsaín.
Nos fijamos para hoy un recorrido
circular por una zona poco frecuentada de los extensos pinares segovianos que
cubren las laderas Norte del entorno del Puerto de Navacerrada. El Puente de la Cantina, sobre el río
Eresma, es un buen punto de partida para ésta y otras numerosas rutas: Pinareja y Montón de Trigo (esquí travesía), Cítores (esquí travesía), etc.
Son las 9:30h de la mañana cuando
iniciamos la marcha traspasando el torniquete que, a los pocos metros de cruzar
la carretera, da acceso a la pista asfaltada que se adentra en el pinar de la
cara Norte de los Siete Picos, en dirección al Collado de la Fuenfría. De
salida hace un frío intenso que, poco a poco, se hacecada vez mayor.
El entramado de pistas y senderos
que atraviesan los pinares de Valsaín requieren de una buena orientación dentro
del bosque, lo cual no siempre resulta fácil. Para esta ruta vamos siguiendo el
buen “track” dejado por gejota en Wikiloc.
Tan bien se camina por la pista
asfaltada y con tanto ahínco nos afanamos en las zancadas para entrar en calor,
que pasamos de largo el inicio del sendero que, dejando el asfalto, se enfila
hacia la Pradera de Navalazor. De manera que, cuando nos percatamos de ello, hemos
de retornar “bosque a través” hasta encaminarnos correctamente.
Al poco alcanzamos la Pradera de
Navalazor, lugar de confluencia de varias sendas, desde donde la que nos
corresponde comienza su descenso hacia el
Arroyo del Telégrafo por entre altos pinos.
Descendiendo hacia el Arroyo del Telégrafo |
Alcanzado el arroyo lo vadeamos
y, unos metros más adelante, tomamos un sendero hacia la derecha (sentido de la
marcha), que lo remonta próximo al cauce en dirección al Camino Schmidt.
Troncos que ayudan a vadear el Arroyo del Telégrafo |
El tramo de ascenso junto al
arroyo nos adentra en un pinar solitario de árboles muy altos con sotobosque de
helechos. Un corzo que estaba bebiendo, sobresaltado por nuestra presencia, abandona
precipitadamente el cauce y cruza el camino brincando ágilmente para perderse
entre los pinos.
El rumor del agua acompaña
nuestros pasos.
Cualquier charco o regajo está
congelado. Sentimos el frío con mucha intensidad ¡Llevamos toda la ropa puesta
y nada sobra!
Pasamos junto a varias chorreras
o pequeñas cascadas. La helada se deja notar en todas partes.
La cencellada embellece el
entorno blanqueando la vegetación
No hay nieve, pero el efecto es
casi como si la hubiera.
Empezamos a escuchar voces por
arriba, señal de que el Camino Schmidt
está próximo.
Camino Schmidt |
Lo que hasta ahora ha sido un
solitario transitar, tan pronto accedemos al Camino, se torna en un frecuente
cruzarnos con otras personas que lo recorren en ambos sentidos, todos
igualmente ateridos.
Rápidamente alcanzamos el Puerto de Navacerrada, punto más
alto de la ruta de hoy y lugar donde el viento azota fuerte, por lo que vamos
rápidamente a buscar el inicio de la senda de bajada. Para ello debemos cruzar
la M-601 y tomar el emboque de una trocha junto a una próxima torre eléctrica, iniciando
el pronunciado descenso hacia el Camino
de la Sotela que, unos 200m más abajo discurre en paralelo al Arroyo de las Pintadas ¿Quién, desde la
transitada carretera, intuiría esta vereda?
Una vez al amparo del bosque aprovechamos
que el viento ya no se siente tanto para tomar un bocado, que aún queda
recorrido.
A medida que bajamos por la empinada
senda lanzamos esporádicas miradas hacia la cencellada que se ha quedado en
cotas más elevadas, e instintivamente nos abrigamos más si cabe.
La pendiente disminuye, el
sendero se aplana notablemente y a los 1.450m de altitud alcanzamos el Puente
de las Pintadas; tras pasarlo enfilamos hacia el Camino Viejo del Paular.
Puente de las Pintadas |
El agua fluye bajo el Puente |
A los pocos metros cruzamos el
Arroyo del Puerto del Paular y seguidamente el Camino Viejo. A estas alturas ya
hemos perdido la cuenta de los cursos de agua que hemos debido cruzar o vadear
durante la jornada, tal es la abundancia de los mismos.
Arroyo del Puerto del Paular |
Finalmente, y siguiendo unas
marcas amarillas sobre los troncos de los pinos, entroncamos con la Vereda de
la Canaleja.
Llegando a la Vereda de la Canaleja |
Emboscado entre el arbolado un
caballo nos sigue atentamente con la mirada.
El trayecto va tocando a su fin.
Un par de abetos parecen pequeños en comparación con los altos pinos entre los
que se encuentran.
Completamos finalmente la
circular llegando de vuelta a la Fuente
de la Canaleja, junto al Puente de la Cantina, tras haber completado un
circuito de 15km de longitud, habiendo salvado un desnivel total en ascenso de
790m de D+, por el solitario y bello entorno del bosque de Valsaín, en el que
tan sólo encontramos gente en la zona del Puerto de Navacerrada.
Fuente de la Canaleja |
Quedan los altos pinos en el frío
y bajo la bruma a la espera de las nevadas que, quizá, en algún momento de este
invierno llegarán a cubrir de blanco manto árboles y entorno, propiciando, tal
vez, el próximo deambular con raquetas y esquíes.
Hola Carmar.
ResponderEliminarHielo, agua, y pinos, Valsaín nunca defrauda. Bonito recorrido, a pesar de las bajas temperatura, pero oye, estamos en invierno, y es lo que toca.
Seguro que con estas nevadas, la próxima salida será con los esquíes. A disfrutar!
Salud y Montaña.
Nunca defrauda Valsaín, pero un invierno con nieve en todos los sistemas montañosos menos en Guadarrama, pues contraría bastante. Pero bueno, seamos optimistas y esperemos a la nieve, que si ha de venir, vendrá.
EliminarSalud y Montaña.
Precioso pinar, ejemplo de conservación y aprovechamiento. Magnífica ruta por uno de los entornos más hermosos de la Sierra de Guadarrama. Un abrazo Carmar.
ResponderEliminarSólo falta ya que nieve de veras, que de momento se acaba enero y en amago se está quedando. Pero cambiará :-) ¿No?
EliminarGracias por tu visita, Rafa, y un abrazo.