lunes, 4 de julio de 2016

Peñalara desde Valsaín, por la Chorranca y la Majada Hambrienta.

El Chozo de Aranguez en la Majada Hambrienta
Aun siendo en sí mismo el pico de Peñalara (2.428m) un objetivo atractivo, en ésta, como en tantas otras ocasiones, para nosotros lo mejor de la ruta realizada no es alcanzar la cumbre, sino el recorrido hasta la misma. De hecho, en un principio ni siquiera la cima entraba en los planes. El propósito inicial era acceder al Chozo de Aranguez en la Majada Hambrienta, pasando por las cascadas del Arroyo de la Chorranca, atravesando el bello bosque de Valsaín.

Son las 9 de la mañana cuando partimos del edificio del Centro Nacional de Educación Ambiental (CENEAM), en la Pradera de Valsaín (Segovia). De entre los varios caminos que nacen detrás del pabellón optamos por el que apunta hacia los “Vestigios de la guerra”. En adelante iremos tomando los senderos que mantengan tanto la línea ascendente como la deriva hacia el SE que nos aproxime al Arroyo de la Chorranca.

La niebla y la humedad nos envuelven mientras transitamos entre jaras y robles. Nos sirve de guía, la cacera que conduce el agua del Arroyo de Peñalara hacia el antiguo aserradero de la Máquina Vieja.

Los helechos y los brotes de roble melojo conforman un sotobosque verde y fresco.

Salimos a una pista, mantenemos la orientación SE y al poco alcanzamos la Cueva del Monje ¡Estamos ya perfectamente ubicados!

Cueva del Monje
La niebla todavía no acaba de levantarse, aunque tardará poco, confiriendo al entorno un aspecto otoñal bien alejado del comienzo de verano en el que estamos.

A partir de este punto enfilamos directamente hacia el E, en busca de los Arroyos de la Chorranca y de Peñalara, respectivamente.

Nos internamos en el frondoso pinar de Valsaín cuyos ejemplares se distinguen por: tronco recto, color anaranjado en la parte alta y con pocas ramas en la parte baja, pues la sombra que les dan las superiores las debilitan hasta que acaban rompiéndose por el viento o el peso de la nieve.

Los rayos solares filtrándose a través de las altas copas, junto con el canto incesante de los pájaros y el rumor de los arroyos cada vez más próximos crean un ambiente encantador.



Al pie de las cascadas de la Chorranca (son dos) hacemos un alto para tomar una barrita energética. En este tramo la senda se empina de veras.

Cascadas de la Chorranca
La mirada hacia atrás se fija en el Montón de Trigo.

El Montón de Trigo
Continuamos ascendiendo por la margen derecha del Arroyo. Las aguas que minutos antes se precipitaban en forma de cascada fluyen mansamente ahora.

Accedemos a una zona boscosa en la que los claros son más frecuentes. Estamos en los 1.800m de altitud.

Finalmente alcanzamos la linde del bosque y la holgada zona de pasto que constituye la Majada Hambrienta, lugar inesperadamente amplio y plano al pie de la cara NO del macizo de Peñalara.

Majada Hambrienta. Al fondo el Macizo de Peñalara
El croar de las ranas nos apercibe que el verde terreno está localmente encharcado, así que optamos por rodearlo para llegar al Chozo de Aranguez (1.890m), pequeño, acogedor y limpio refugio libre enclavado en un hermoso lugar al pie del granítico Peñalara.

Abajo, a la derecha, el Chozo de Aranguez apenas perceptible. Al fondo la loma O de Peñalara.
El tiempo es bueno, la hora es temprana y la atracción de un ascenso exprés a la cima muy fuerte.

Así que dicho y hecho, hacia arriba por la loma Oeste de Peñalara / Dos Hermanas que cierra la Majada por el Sur.

El buen sendero salva por fuerte pendiente los primeros trescientos metros, para luego suavizarse hasta la cumbre.

Mirada hacia atrás desde la loma cimera de Peñalara. Al fondo, en la llanura, La Granja de San Ildefonso
Como siempre la cima está muy concurrida, y como casi siempre unos nubarrones empiezan a cernirse sobre ella. Resulta complicado buscar un espacio sin gente.


Contornos desde la cima de Peñalara. En primer término, a la izq, Los Siete Picos
Un trago de bebida isotónica y carrera de vuelta al Chozo.

El Chozo de Aranguez desde la loma de Peñalara
Llegando a él a tiempo de resguardarnos del gran chaparrón que descarga seguidamente.

La tarde se mete en agua y asumimos que hemos de retornar bajo la lluvia.

"Y llovía, llovía, ......"
Decidiéndonos a abandonar el recoleto y acogedor refugio, y la bonita zona en la que está ubicado.

La Majada Hambrienta
La lluvia nos acompaña durante todo el recorrido de vuelta, pasando de moderada a intensa, convirtiendo en bastante resbaladizo el empinado tramo junto a las cascadas de la Chorranca.

Bajo el murmullo del agua que cae, junto al estruendo de los Arroyos, transitando entre los altos pinos, desandamos el camino sin preocuparnos por elegir el mismo que de subida y sonreímos ante los encuentros con otros habituales del bosque.


Seguimos descendiendo hasta llegar de vuelta al punto de partida, lugar en el que tan sólo unas pocas gotas alcanzan, tras haber realizado un circuito de 18.5km de longitud habiendo salvado un desnivel total en ascenso de 1.225m de D+ por los pinares de Valsaín, extraordinaria extensión de bosque húmedo en donde paz y sosiego están garantizados.

Los trazos azules señalan el itinerario seguido

8 comentarios:

  1. Por la niebla y lluvia que comentas, no estuvimos el mismo día por la zona, yo el domingo algo más al N por el Reventón. Bucólico lugar el de Majada Hambrienta y el Chozo Aranguez, que aunque parezca mentira, aun no conozco. Viendo tu ruta, me motiva aun más en visitarlo, a ser posible cuando amainen los calores. Bonito y remojado "paseo". Un abrazo. Rafa

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    1. En lugar de Pajarero jardín optamos por Hambrienta Majada, un domingo antes de que por el Reventón anduvieras tú. Queda en la recámara el recoleto y recóndito rincón granítico. Los calores se soportan si la sombra de un buen bosque nos ampara; el lugar, Chozo y Majada, es de lo más bonito del macizo de Peñalara ¡Y no digamos en invierno, cubierto de nieve! Salud y Montaña, Rafa

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  2. Hola Carmar.

    Pero que bonito es Valsain!!!, menuda pasada de pinar, siempre me sorprende, la altura que tienen los pinos en esa zona, que barbaridad!!!, una lucha en altura por la supervivencia.

    Como bien dices, lo que importa no es la cima, sino el recorrido, y este es espectacular, yo sinceramente, y sin haber estado en Peñalara, me parece una cima, más bien fea, aunque seguramente las vistas sean muy buenas.

    Anda, que con el mal que has dado en alguna salida con el tiempo, os comisteis una buena, jaja

    Un saludo.

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    1. Valsaín, belleza, paz y sosiego tanto en seco como por la nieve cubierto. Nos aguardan recorridos, con o sin cima, para realizar este verano, sin el apremio de los días ¡Vayamos preparándonos!
      Nos comimos toda la que cayó, y ni media queja salió de mis labios ¿Te lo puedes creer? Salud y Montaña, Eduardo

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  3. Buena excursión sí señor!! Lo mejor que la lluvia os pilló al regreso, con las pilas cargadas de monte y aventura, así se soporta mucho mejor lo que caiga. Otra cosa es empezar el paseo con mal tiempo... Ahí es fácil cambiar los planes por una buena mesa y almuerzo. ¡¡Viva Peñalara!!

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    1. Razón no te falta, que la lluvia de camino a casa es llevadera. Buena mesa y almuerzo es, en cualquier caso, buena alternativa de lo que sea. Un abrazo.

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  4. El sotobosque de helechos invita a pararse y meditar entre los duendes de la niebla. La jarrada de regreso pide una jarra de vino y unos torreznos como dios manda, ¡por Tutatis!: donde no salen jabalíes, buenos son puercos cochinos.

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    1. Suerte que los jabalíes no nos salieron, porque unas cuantas familias si que en hay por esos bosques, que ya los tengo yo vistos. Alguna parte del puerco cochino, en bocadillo, ya nos agenciamos a la vuelta, ya.
      La niebla, el sotobosque, las sombras y los duendes nos rondan todavía por la cabeza en forma de recuerdos y olores de húmedo entorno que estamos deseando volver a vivir en directo. Un abrazo, estimado Andrés.

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