El Chozo de Aranguez en la Majada Hambrienta |
Aun siendo en sí
mismo el pico de Peñalara (2.428m) un objetivo atractivo, en ésta, como en
tantas otras ocasiones, para nosotros lo mejor de la ruta realizada no es
alcanzar la cumbre, sino el recorrido hasta la misma. De
hecho, en un principio ni siquiera la cima entraba en los planes. El propósito
inicial era acceder al Chozo de Aranguez en la Majada Hambrienta, pasando por
las cascadas del Arroyo de la Chorranca, atravesando el bello bosque de
Valsaín.
Son las 9 de la
mañana cuando partimos del edificio del Centro Nacional de Educación
Ambiental (CENEAM), en la Pradera de Valsaín (Segovia). De entre los varios caminos que
nacen detrás del pabellón optamos por el que apunta hacia los “Vestigios de la
guerra”. En adelante iremos tomando los senderos que mantengan tanto la línea
ascendente como la deriva hacia el SE que nos aproxime al Arroyo de la
Chorranca.
La niebla y la
humedad nos envuelven mientras transitamos entre jaras y robles. Nos sirve de
guía, la cacera que conduce el agua del Arroyo de Peñalara hacia el antiguo
aserradero de la Máquina Vieja.
Los helechos y los
brotes de roble melojo conforman un sotobosque verde y fresco.
Salimos a una
pista, mantenemos la orientación SE y al poco alcanzamos la Cueva del Monje
¡Estamos ya perfectamente ubicados!
Cueva del Monje |
La niebla todavía
no acaba de levantarse, aunque tardará poco, confiriendo al entorno un aspecto
otoñal bien alejado del comienzo de verano en el que estamos.
A partir de este
punto enfilamos directamente hacia el E, en busca de los Arroyos de la
Chorranca y de Peñalara, respectivamente.
Nos internamos en
el frondoso pinar de Valsaín cuyos ejemplares se distinguen por: tronco recto,
color anaranjado en la parte alta y con pocas ramas en la parte baja, pues la
sombra que les dan las superiores las debilitan hasta que acaban rompiéndose
por el viento o el peso de la nieve.
Los rayos solares
filtrándose a través de las altas copas, junto con el canto incesante de los
pájaros y el rumor de los arroyos cada vez más próximos crean un ambiente
encantador.
Al pie de las
cascadas de la Chorranca (son dos) hacemos un alto para tomar una barrita
energética. En este tramo la senda se empina de veras.
Cascadas de la Chorranca |
La mirada hacia
atrás se fija en el Montón de Trigo.
El Montón de Trigo |
Continuamos
ascendiendo por la margen derecha del Arroyo. Las aguas que minutos antes se
precipitaban en forma de cascada fluyen mansamente ahora.
Accedemos a una
zona boscosa en la que los claros son más frecuentes. Estamos en los 1.800m de
altitud.
Finalmente
alcanzamos la linde del bosque y la holgada zona de pasto que constituye la
Majada Hambrienta, lugar inesperadamente amplio y plano al pie de la cara NO
del macizo de Peñalara.
Majada Hambrienta. Al fondo el Macizo de Peñalara |
El croar de las
ranas nos apercibe que el verde terreno está localmente encharcado, así que
optamos por rodearlo para llegar al Chozo de Aranguez (1.890m), pequeño,
acogedor y limpio refugio libre enclavado en un hermoso lugar al pie del
granítico Peñalara.
Abajo, a la derecha, el Chozo de Aranguez apenas perceptible. Al fondo la loma O de Peñalara. |
El tiempo es bueno,
la hora es temprana y la atracción de un ascenso exprés a la cima muy fuerte.
Así que dicho y
hecho, hacia arriba por la loma Oeste de Peñalara / Dos Hermanas que cierra la
Majada por el Sur.
El buen sendero
salva por fuerte pendiente los primeros trescientos metros, para luego
suavizarse hasta la cumbre.
Mirada hacia atrás desde la loma cimera de Peñalara. Al fondo, en la llanura, La Granja de San Ildefonso |
Como siempre la
cima está muy concurrida, y como casi siempre unos nubarrones empiezan a
cernirse sobre ella. Resulta complicado buscar un espacio sin gente.
Contornos desde la cima de Peñalara. En primer término, a la izq, Los Siete Picos |
Un trago de bebida
isotónica y carrera de vuelta al Chozo.
El Chozo de Aranguez desde la loma de Peñalara |
Llegando a él a tiempo de resguardarnos del
gran chaparrón que descarga seguidamente.
La tarde se mete en
agua y asumimos que hemos de retornar bajo la lluvia.
"Y llovía, llovía, ......" |
Decidiéndonos a abandonar
el recoleto y acogedor refugio, y la bonita zona en la que está ubicado.
La Majada Hambrienta |
La lluvia nos
acompaña durante todo el recorrido de vuelta, pasando de moderada a intensa,
convirtiendo en bastante resbaladizo el empinado tramo junto a las cascadas de
la Chorranca.
Bajo el murmullo
del agua que cae, junto al estruendo de los Arroyos, transitando entre los
altos pinos, desandamos el camino sin preocuparnos por elegir el mismo que de
subida y sonreímos ante los encuentros con otros habituales del bosque.
Seguimos
descendiendo hasta llegar de vuelta al punto de partida, lugar en el que tan
sólo unas pocas gotas alcanzan, tras haber realizado un circuito de 18.5km de
longitud habiendo salvado un desnivel total en ascenso de 1.225m de D+ por los
pinares de Valsaín, extraordinaria extensión de bosque húmedo en donde paz y
sosiego están garantizados.
Los trazos azules señalan el itinerario seguido |
Por la niebla y lluvia que comentas, no estuvimos el mismo día por la zona, yo el domingo algo más al N por el Reventón. Bucólico lugar el de Majada Hambrienta y el Chozo Aranguez, que aunque parezca mentira, aun no conozco. Viendo tu ruta, me motiva aun más en visitarlo, a ser posible cuando amainen los calores. Bonito y remojado "paseo". Un abrazo. Rafa
ResponderEliminarEn lugar de Pajarero jardín optamos por Hambrienta Majada, un domingo antes de que por el Reventón anduvieras tú. Queda en la recámara el recoleto y recóndito rincón granítico. Los calores se soportan si la sombra de un buen bosque nos ampara; el lugar, Chozo y Majada, es de lo más bonito del macizo de Peñalara ¡Y no digamos en invierno, cubierto de nieve! Salud y Montaña, Rafa
EliminarHola Carmar.
ResponderEliminarPero que bonito es Valsain!!!, menuda pasada de pinar, siempre me sorprende, la altura que tienen los pinos en esa zona, que barbaridad!!!, una lucha en altura por la supervivencia.
Como bien dices, lo que importa no es la cima, sino el recorrido, y este es espectacular, yo sinceramente, y sin haber estado en Peñalara, me parece una cima, más bien fea, aunque seguramente las vistas sean muy buenas.
Anda, que con el mal que has dado en alguna salida con el tiempo, os comisteis una buena, jaja
Un saludo.
Valsaín, belleza, paz y sosiego tanto en seco como por la nieve cubierto. Nos aguardan recorridos, con o sin cima, para realizar este verano, sin el apremio de los días ¡Vayamos preparándonos!
EliminarNos comimos toda la que cayó, y ni media queja salió de mis labios ¿Te lo puedes creer? Salud y Montaña, Eduardo
Buena excursión sí señor!! Lo mejor que la lluvia os pilló al regreso, con las pilas cargadas de monte y aventura, así se soporta mucho mejor lo que caiga. Otra cosa es empezar el paseo con mal tiempo... Ahí es fácil cambiar los planes por una buena mesa y almuerzo. ¡¡Viva Peñalara!!
ResponderEliminarRazón no te falta, que la lluvia de camino a casa es llevadera. Buena mesa y almuerzo es, en cualquier caso, buena alternativa de lo que sea. Un abrazo.
EliminarEl sotobosque de helechos invita a pararse y meditar entre los duendes de la niebla. La jarrada de regreso pide una jarra de vino y unos torreznos como dios manda, ¡por Tutatis!: donde no salen jabalíes, buenos son puercos cochinos.
ResponderEliminarSuerte que los jabalíes no nos salieron, porque unas cuantas familias si que en hay por esos bosques, que ya los tengo yo vistos. Alguna parte del puerco cochino, en bocadillo, ya nos agenciamos a la vuelta, ya.
EliminarLa niebla, el sotobosque, las sombras y los duendes nos rondan todavía por la cabeza en forma de recuerdos y olores de húmedo entorno que estamos deseando volver a vivir en directo. Un abrazo, estimado Andrés.