Una ruta circular clásica, exigente y dura, que permite transitar por los pintorescos
paisajes del mayor conjunto granítico de Europa.
Ascender, descender, remontar, gatear, serpentear, trepar,... Realizar
la integral de la Pedriza consiste en la adecuada sucesión y encadenamiento de
estos simples actos, y puede recorrerse en el sentido de las agujas del reloj,
o en el contrario. Los puntos de partida / llegada son, o Canto Cochino, o el
Tranco.
Lo que pretendemos hoy Luís, Paolo y yo, cuando a las 8:15h comenzamos la
marcha en Canto Cochino (1.000m), camino del Collado del Cabrón, es contemplar
las formas y los contornos tan propios y particulares de la zona, mientras
recorremos sus empinadas sendas y sorteamos sus singulares bloques rocosos.
Modificamos ligeramente el trazado “ortodoxo” de la integral por la Senda
Termes, de forma que nos permita visitar el Puente de los Pollos y el Dedo de
Dios, dos enclaves apartados y originales.
Recorrido (en sentido de las agujas del reloj): Canto Cochino – Collado del Cabrón – Puente de los Pollos – Tres
Cestos – Collado del Miradero – Las Torres /El Dedo de Dios – Comedor de Termes
– Pedriza Posterior – Collado de la Ventana – Navajuelos – Collado de la
Dehesilla – Pradera del Yelmo – Canto Cochino. El itinerario resulta en algo
más de 18km, salvando un desnivel total ligeramente superior a los 1.400m de
D+.
La fría mañana contribuye a que nuestra marcha sea muy viva mientras
ascendemos por la buena pista que, a través del bosque, surca la ladera Oeste
de la loma sobre la que se asienta el Cancho de los Muertos. Dejamos abajo y en
la distancia la Charca Verde y alcanzamos el Collado del Cabrón. Lugar acogedor
y cruce de caminos.
El Cancho de los Muertos desde el Collado del Cabrón |
En este punto el trazado “normal” de la Integral por la Senda Termes nos
llevaría a encaminarnos hacia el Pajarito y el collado de la Romera; en su
lugar introducimos la primera variante, porque queremos visitar el Puente de
los Pollos, y tomamos la Senda de Icona, que bordea por la base y por el Este
la cresta de las Milaneras, a la que accederemos después.
La Senda de Icona permite contemplar unas vistas espléndidas tanto del
fondo de la Pedriza como de los contrafuertes y riscos del Este de la herradura
que forman sus erizados cordales.
Vistas desde la Senda de Icona |
En un punto determinado, en el bosque de los Llanillos, un elaborado hito
en forma de puente en miniatura indica el desvío para acceder al Puente de los
Pollos. Lo tomamos y seguimos hacia las moles rocosas que conforman la base de
Las Milaneras.
Hito indicando el desvío hacia el Puente de los Pollos |
La pendiente se acentúa, la senda se estrecha y por fin aparece el Puente
de los Pollos. Uno de los “monumentos” de la Pedriza.
Puente de los Pollos |
Unos instantes para contemplar el extenso panorama que enmarca el vano del
arco.
Traspasado el cual continuamos pendiente arriba en busca
del entronque con la senda Termes y de las señales blancas y amarillas que la
marcan.
Granito adherente, bloques y molondros amontonándose, creando ventanas y
estrechas fisuras por las que pasar.
Entorno agreste, resoplidos, mimetismo de
buitre y roca, lagartijas asoleándose para templar su sangre y poder comenzar la actividad.
La pared de las Milaneras es empinada y requiere de una gimnasia integral
para alcanzar su punto débil, el collado de Tres Cestos, aislado y hermoso
enclave entre pinos, donde la figura del
Patriarca (denominación propia) se erige dominando ambas vertientes, la Este,
de la que venimos, y la Oeste, por la que continúa la Senda en dirección al
Collado del Miradero.
Empinadas paredes las de las Milaneras |
Tres Cestos o El Patriarca |
Cambiar de vertiente, descender ligeramente, ladear entre bloques, remontar hasta alcanzar el
Collado del Miradero o de La Bota.
Collado del Miradero, seguidamente la cresta de las Torres |
Breve descanso antes de iniciar el cordal de Las Torres (son cuatro), tras
el cual, al Norte, se encuentra el Comedor de Termes, lugar que hemos de
alcanzar para, desde él, internarnos en el roquedo granítico cuyos riscos
limitan y conforman la parte curvada de la herradura de la Pedriza Posterior.
Iniciamos la clara senda hacia el Comedor, que discurre al pie y ladeando
la vertiente Oeste de las Torres para, en un punto determinado, abandonarla y ascender
directamente hacia las brechas en el
cordal de las Torres.Traspasada una de ellas se accede a la base del Dedo de
Dios. No sabemos cuál es exactamente, así que vamos probando una tras otra.
Así como la vertiente Oeste de las Torres resulta cómodamente transitable,
la vertiente Este es áspera y enriscada. Buen refugio de un rebaño de cabras a
las que sorprendemos y que, con curiosidad nos observan desde sus posiciones.
Por el sistema de prueba y error damos finalmente con la brecha adecuada
(punto más alto de la integral de hoy) y pasamos al otro lado. A nuestra derecha: el Dedo de Dios,
El Dedo de Dios |
A nuestra izquierda, tras un enorme bloque partido que vete a saber cuánto durará
en su sitio, otra brecha hacia la que nos encaminamos.
Tras ella podemos
descender al Comedor de Termes, seco lugar rodeado de rocas inclinadas, y punto
de acceso al tramo más externo y curvado de la herradura.
El Comedor de Termes |
Sin detenernos en él afrontamos el recorrido de la parte más pétrea de la
Pedriza Posterior, que nos llevará hasta el Collado de la Ventana. Alejado y
retirado tramo: trepar, serpentear, ascender, descender, atentos a las marcas.
Un paisaje lunar de belleza salvaje.
Desde el punto medio del recorrido, al fondo, en línea recta, Canto Cochino |
“Salimos” del roquedo, echamos la vista atrás, grabamos el duro paisaje en las retinas y continuamos hacia el Collado de la Ventana.
El Puro, enhiesto vigilante del roquedo |
El Collado resulta un
lugar cómodo y agradable en el que aprovechamos para tomar un plátano y unas
barritas energéticas. El setenta por ciento de la integral ya está realizado.
La parte que sigue es menos áspera y hay más verde, si bien la gimnasia no se
ha terminado en absoluto. Por detrás, el rocoso territorio que acabamos de
abandonar.
Continuamos hacia el Collado de la Dehesilla pasando bajo la Pared de
Santillana, hoy inusualmente libre de escaladores.
El calor comienza a notarse. De los 7.5ºC de esta mañana hemos pasado a los
20ºC que tenemos ahora. Agradecemos la sombra del breve tramo de bosque antes
de llegar a Navajuelos.
Bola de Navajuelos |
Al pie del risco de Mataelvicial comienzan una nueva sesión de pasos
gimnásticos y de pendientes empinadas, suerte que es en bajada. Aún con todo,
las piernas ya dan señales de lo recorrido.
La vista del próximo collado de la Dehesilla nos anima, si bien el
pendiente sendero que desde él se encamina hacia el Yelmo pasando por las Cuatro
Damas, se nos atraganta en la distancia.
Collado de la Dehesilla y senda que sube desde él hacia el Yelmo |
Apenas nos detenemos en el collado y emprendemos la última subida del día. Doscientos
metros más por delante para sumar a los mil doscientos que llevamos ya. El sol
calienta de lo lindo, así que, sin demorarlo más, y con la idea fija de llegar
cuanto antes a la pradera del Yelmo y a la fuente que hay en ella, ponemos “el
turbo” y damos cuenta de la cuesta en un santiamén.
La Cara, las Cuatro Damas, Snoopy,
el Acebo, Caperucita, rocas y contornos familiares que vamos dejando atrás en
nuestra búsqueda del agua al pie del Yelmo.
Pausa junto al pétreo Snoopy |
Siluetas, testuces, mimetismos, y alcanzamos la base del paredón Sur del
Yelmo.
Varias cordadas surcan sus vías.
Comenzamos el franco descenso a la carrera; seiscientos
metros de desnivel para llegar de vuelta a Canto Cochino. El tramo menos
gratificante de la integral. Senda descarnada convertida en torrentera de tanto
ser transitada, arenilla deslizante, sequedad y calor, con la temperatura en
los 28.5ºC ¡Cuádruple de la que tuvimos por la mañana!
Llegamos abajo, cruzamos los dos arroyos y cerramos el círculo tras siete
horas de intenso transitar, culminando uno de los itinerarios “clásicos” y más
exigentes de la Sierra de Guadarrama que te dejan con un regusto salado en las
comisuras de los labios y unas imágenes radiantes que después iluminan los
recuerdos.
Notas:
1. La
ruta puede realizarse en el sentido o en contra de las agujas del reloj.
2. Conviene
tener presente que el circuito discurre mayoritariamente por zonas rocosas
donde no se encuentra agua habitualmente, y que el número de horas necesarias
para concluirlo depende de la forma física, del hábito para moverse por terreno
abrupto y del número de integrantes de la partida: cuanto más personas a trepar
/ gatear en los pasos conflictivos, más
tiempo total empleado en realizarlos. En cualquier caso, hay varios puntos
desde los cuales se puede abandonar en
caso de necesidad (collados y callejones por los que se va pasando)
3. Otra
descripción pormenorizada del itinerario se encuentra aquí.
Hola Carmar¡
ResponderEliminarPrecioso lugar, algún día habrá que hacerle una visita, que para mi esta sierra es una total desconocida...
¡Salud!
Fer
Con lo que te mueves por otros lares éste aún te queda, pero está bien tener sitios bonitos pendientes, es un estímulo más. No te defraudará en absoluto. Es uno de esos lugares únicos que, los más afortunados, tenemos al alcance de la mano.
EliminarPor cierto, si cuando te decidas decides contar con un guía, ya tienes uno.
Salud y Montaña, Fer.
Hola Carmar.
ResponderEliminarBuen recorrido, en buena compañía. Con tantas entradas sobre la Pedriza, ya casi me la conozco sin a ver estado en ella.
Hay que ver, como suben las temperaturas en pocas horas, por lo menos tuvisteis suerte de empezar con fresco, porque ahora ya, incluso de noche hace calor.
Un saludo.
Recorridos de este calibre en buena compañía se saborean más. Constato con agrado que me he convertido en "un divulgador" de este paraje soberbio. "Un erudito" en ella se encuentra en http://www.guadarramaymas.com/.
EliminarVa llegando el momento de que te acerques a palpar y adherirte al granito pedricero.
Salud y Montaña, compañero.
Se ve Carmar que no conoces a verdaderos eruditos de La Pedriza...Yo diría que soy un apasionado de este tan especial paraje, y poco más. Buen rodeo que os habéis pegado por el contorno de La Pedriza (incluyendo la variante del Puente de los Poyos). Aunque para futuras ediciones, y para no "aburrirte" en el tramo final, te recomiendo la bajada a Canto Cochino desde la Pradera del Yelmo por el Hueco de las Hoces (que tu bien conoces). ¡Siempre Pedriza! Un abrazo.
ResponderEliminarBuena variante la que propones, Rafa. El Huerto de las Hoces es digno de visitar en toda su longitud. Lo de "apasionado" también es un calificativo adecuado, sin dejar de lado la erudición ¡Siempre Pedriza lo suscribo plenamente! Un abrazo.
EliminarIndependientemente de la discrepancia en cuanto a cierto calificativo, muchas gracias por mencionar la web/blog. Un abrazo.
EliminarPeazo de ruta mocé!!!
ResponderEliminarLa pedriza sigue siendo una de mis grandes desconocidas, que son más de las que me pienso. A ver si un día de estos me animo.
Salud!
Buena y completa es la ruta, ya lo creo. La Pedriza, esa desconocida que siempre responde radiante ante el ánimo de quien la visita. Ahora bien, para la primera cita, mejor primavera u otoño, cuando afloja el calor. Salud y Montaña
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