Es final de julio y las
temperaturas amedrentan en la Sierra de Guadarrama, pero hay un lugar apartado
y solitario en el Parque Natural de
Peñalara, todavía desconocido para mí, que me atraía desde hace tiempo, la Hoya
de Pepe Hernando, y cuyo acceso quería ubicar bien.
La Hoya atrajo mi atención ya en
marzo de hace un año cuando, con mi amigo Manuel, circunvalamos con esquíes el Macizo de Peñalara. Vista desde arriba quedó en la mente como “pendiente de
visitar”.
Así que diseño un itinerario
circular que, además de la Hoya, me permita recorrer el rosario de lagunas de
distintos tamaños que se ubican al pie del cordal del Macizo de Peñalara, a la
par que ascender a las cumbres que lo componen. Al final sale un recorrido de
15,3km salvando un desnivel en ascenso de 1.100m de D+ que resulta “bastante
trabajoso”.
Son algo más de las ocho de la
mañana cuando inicio la marcha en el km 38 de la carretera que une Cotos con el
Paular, tomando el estrecho sendero que sube paralelo al Arroyo de Peñalara,
por su izquierda (por la dcha. en sentido ascendente). Llevo presente en la
cabeza la distinta bibliografía que he consultado, en la que se advierte de la
conveniencia de “mantener el cauce a nuestra izquierda, viéndolo o escuchando
el rumor de sus aguas, separándonos de él cuando se encajona demasiado”, de
manera que con esta “letanía” empiezo la jornada. A la vuelta me daría cuenta
del punto exacto en el que, a muy poco de empezar a subir, pasé de largo el
buen sendero que se alejaba del cauce, mientras yo seguía arroyo arriba por
otro poco pisado.
Asciendo pegado al cauce |
A la altura de los 1.670m accedo
a la pista RV5 que comunica Cotos con el Paular. Unos metros hacia la izquierda
hay un puente bajo el que pasan las abundantes aguas del Arroyo de Peñalara,
hacia la derecha continúa la pista (a la bajada comprobaría que en apenas
doscientos metros hubiera dado con la Sillada de Garcisancho), así que
atravieso la clara pista y, “apartándome lo justo del cauce del arroyo como
para seguir escuchando sus aguas”, enfilo bosque arriba por medio de un abrupto
pinar con sotobosque de helechos, sin trocha alguna.
Por el intrincado pinar |
Finalmente, y tras más esfuerzo
del previsto, accedo a una pequeña hoya, que en ese momento creí que era la de
Pepe Hernando (erróneamente; después comprobaría que estaba en otra, pero al Sur de la verdadera Hoya de P. Hernando).
Encuentro que es un lugar
agradable, que se parece a las fotos que he visto pero que, sin embargo, carece
de los detalles que recuerdo de ellas, en fin, aquí estoy, así que tomo una
barrita energética mientras evalúo el mejor camino para continuar.
Primera hoya de la jornada. Detrás de la loma del frente se halla la de Pepe Hernando |
Las laderas tapizadas de verde, engañosamente
amigables en la distancia, se tornan extraordinariamente trabajosas en la
proximidad al estar tupidas de enebros y piornos de mediano porte (en torno al
metro de altura) por donde ni trocha de animales hay.
Así que diagonal hacia el Norte
mientras voy dejando paulatinamente atrás y abajo la praderita.
Praderita de la que vengo (abajo). Al fondo el valle de las Cerradillas. Cabezas de Hierro a la izq. y Cerro de Valdemartín a la dcha. |
Hasta que, cerca
de entroncar en altura con la buena senda que recorre las lagunas, diviso, al
otro lado de la loma que acabo de superar, la verdadera Hoya de Pepe Hernando.
Lo cual aclara todas las dudas que he venido rumiando desde que accedí a la
primera y me hace decidir que volveré por la Hoya a la bajada.
Hoya de Pepe Hernando |
Aclarado el despiste me centro en
el punto en el que me encuentro. Estoy junto a las Cinco Lagunas, espejos de
agua en los que se reflejan las cumbres circundantes de los riscos de Claveles
y Pájaros.
Es todavía temprano y el lugar se
encuentra solitario. El insistente croar de las ranas resuena fuertemente. Los animales se muestran confiados.
Continúo la marcha hacia la
laguna de los Claveles y, posteriormente, la de los Pájaros, desde donde inicio
la subida hacia el cordal.
Risco de Claveles (el más alto), a su dcha. el Risco de los Pájaros |
Encuentro unas cabras asoleándose
entre el risco de los Pájaros y el de
los Claveles.
Me cruzo con pocas personas en la
arista que une Claveles con Peñalara.
Atrás quedan el Risco de Claveles (al fondo) y la cresta que lo une con el Pico de Peñalara, más próxima. |
En la cima de Peñalara, tan concurrida
como es habitual, me tomo un plátano antes de iniciar el trote descendente
hacia las Dos Hermanas por la vía normal de acceso desde Cotos.
En un punto determinado del
descenso hacia Cotos abandono el transitado sendero para dirigirme hacia el
Refugio de Zabala, situado el pie de la Hermana Mayor, en el Circo de Peñalara,
por una senda bien marcada y muy poco frecuentada actualmente.
Desde el solitario Refugio de Zabala, mirada hacia la desierta senda que lo une con el camino de Cotos. |
Bajo él, hacia el Norte, la
laguna Grande que alcanzo enseguida.
Desde el R. Zabala, la Laguna Grande de Peñalara. Sobre ella, el Pico de Peñalara. |
Sin pausa voy completando la
circunvalación del Circo de Peñalara, recorriendo a partir de aquí sus lagunas por el bien habilitado
y muy concurrido camino.
Bajo la mole de la Hermana Mayor, el circo glaciar de Peñalara. |
Dejando atrás el circo de Peñalara. A la izq., la Hermana Menor, al frente, la Hermana Mayor. |
Tras superar un largo repecho veo
de nuevo las Cinco Lagunas, una pequeña meseta verde salpicada por humedales, desde
donde iniciaré el descenso a la Hoya de Pepe Hernando, escondido lugar al que me
está resultando difícil llegar.
Las Cinco Lagunas |
La Hoya de Pepe Hernando. Marcado el descenso por la morrena izq. |
Dejando atrás la meseta comienzo
el descenso a la Hoya bajando por la morrena de la izquierda.
Inicio del descenso hacia la Hoya de Pepe Hernando. Atrás quedan: el P. Peñalara (izq.) y el de Claveles (el más puntiagudo) |
Procuro
mantenerme sobre el lomo de la misma, sin caer en la tentación de derivar a la izquierda
o a la derecha.
Transitando a lomos de la morrena |
Atravesando la abigarrada vegetación,
buscando el mejor paso, y procurando
evitar las ramas de los pinos accedo por fin a la recóndita Hoya de Pepe
Hernando que tanto se me ha resistido.
Hoya de Pepe Hernando ¡Por fin! |
En el límite Sur, desde el
emboque del sendero que no supe encontrar por la mañana contemplo el lugar,
reconozco, ahora sí, cada uno de los detalles que había visto en las fotos. Estoy cansado pero
satisfecho.
Sólo me queda dejarme llevar al
trote por la buena senda descendente, bien marcada y a la sombra, lo que
agradezco sobremanera.
Atravieso sin detenerme la
Sillada de Garcisancho, me aproximo al arroyo, reconozco el punto en el que,
por la mañana, inicié la deriva y retorno al coche habiendo realizado un
circuito intrincado en varios tramos y solitario en gran parte, lo que resulta
bastante inédito considerando lo próximo que está a una de las zonas más
frecuentadas del Parque Natural de Peñalara que recibe más de 130.000
visitantes cada año.
"Pepe Hernando era un zagalillo que estaba al cuidado de un hato de cabras y que tenía su majada en la linde del pinar de Rascafría, a tres tiros de honda de Majada Hambrienta, por bajo de las encharcadas praderas cumbreñas de Peñalara............”
Me parece que te has complicado un poco la subida inicial, espero no confundirme de aparcamiento pero unos 3-5 metros más a la derecha del sendero paralelo al Arroyo de Peñalara hay otro sendero bien marcado que te lleva al mismo sitio sin mayores trabajos.
ResponderEliminarDe todos modos, pedazo de excursión que te ha salido, si señor! Y con fotos de cabras, que ya deben estar poblando todo ese cordal hasta Somosierra, el pasado domingo las vi desde el Nevero, primera vez en la zona hasta ahora (ya sabes que soy un habitual...)
Disfruta, salud y mucha montaña!
Un abrazo
Que me la he complicado un poco es ser optimista, porque me la compliqué del todo. No es raro en mí, la verdad. El Nevero te echa de menos si no lo visitas al menos una vez cada trimestre. Pocos tan asiduos.
Eliminar¿Cómo se presenta el verano? ¿Pirineo?
Salud y Montaña, Francisco.
Hola Carmar.
ResponderEliminarSi es que una cosa es ver, otra es mirar y otra observar ..., y se ve que solo viste la bibliografía, la próxima ya sabes.. eh?, jaja.
Pues está sierra, tiene toda la pinta de parecerse en clima al Moncayo, se ve que hay muchas zonas de solana, y tiene que pretar bien el lorenzo en verano.
Al final, que es lo que importa, te salió una ruta muy maja, así lo reflejan las fotografías, de nuevo la fauna, salio a visitarte.
Nos vemos pronto, un saludo.
La fauna es de lo más agradecida, sobre todo madrugando y sin disturbarles. Pronto nos vemos. Un saludo.
EliminarSalirse del itinerario diseñado y estudiado, a veces nos depara agradables "sorpresas", en tu caso dar con la Hoya del Toril. El macizo de Peñalara, con sus humedales, hoyas y canchales, es digno de ser recorrido y contemplado con pausa y cierto sosiego. Representante del glaciarismo y carácter alpino de la Sierra de Guadarrama, es de nuestra responsabilidad conservarlo de la mejor manera posible. Excelente ruta Carmar, y un abrazo.
ResponderEliminarAsí lo veo yo también, Rafa, cuando te confundes hay que pensar "more kilometers, more fun", y descubrir es un placer. Tengo un amigo cuyo lema al respecto de la naturaleza es: "La naturaleza no es una herencia de nuestros padres, es un legado para nuestros hijos".
EliminarUn fuerte abrazo, Rafa.
Visitaré tu blog no para criticar, sino para deleitarme con los versos. Saludos.
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