miércoles, 14 de agosto de 2019

Tozal del Cebollar y Punta de Sierra Casa, solitarios parajes y miradores de Ordesa.


Siluetas y contraluces a lo largo de la ruta
Al sur del cordal que forma la Peña de Otal con el calizo Pico de Fenés y su espinazo rocoso que se orienta de Oeste a Este hasta caer abruptamente sobre el valle de Bujaruelo, hay un par de valles de altura, también colgados sobre el río Ara, con sendos puntos culminantes en el Tozal del Cebollar (1.756m) y la Punta de Sierra Casa (1.944m), constituyendo ambos unos miradores excelentes, tanto sobre el valle de Ordesa y los agrestes paredones y fajas que lo componen, como de los enhiestos Otal y Fenés, respectivamente.


Es temprano cuando iniciamos la marcha habiendo dejado el coche en un aparcamiento que hay junto al acceso al camping de San Antón.

Al poco de caminar por la carretera en dirección hacia el Puente de los Navarros ya se encuentra el acceso al bosque, una senda entre hayas que deja atrás el asfalto.

Inicio de la senda
Seguimos el trazado del valle de Bujaruelo, ganando altura pausadamente, dejando cada vez más abajo las aguas del río Ara.

El camino se hace rocoso y luego, casi sin darnos cuenta, entramos en un hayedo donde comienza una dura subida.  El entorno es hermoso y su frescor ayuda a sobrellevar el esfuerzo.




Superado el bosque de hayas y alcanzado el Collado del Cebollar podemos ver ya el espolón calcáreo de Fenés, al Norte, así como la magnificencia del Mondarruego, al Este y guardián de Ordesa. Los paisajes captan durante largo rato las miradas. Los contornos y contraluces, realzados por el sol de la mañana, son admirables.

Cresta del Fenés
Mondarruego
Iniciamos ahora el recorrido del amplio barranco del Cebollar, manteniendo la cota en torno a los 1.850m en pos del Collado de la Plana, enfrente y al Sur, de aquel.

Restos de borda en el Collado del Cebollar
Recorriendo el Cebollar

Al fondo, a la izq. , el Collado de la Plana
La senda de altura enfila hacia el bosque de pinos que cubre la ladera de la Plana, dando vista al Vignemale.


El Vignemale
Y ganando paulatinamente el desnivel hasta alcanzar el Collado de la Plana (1.907m), y en él ¡Una pista apta para vehículos muy utilizada por los ciclistas!

Subimos a la vecina Punta de Sierra Casa (1.944m) para observar desde tal atalaya las profundidades en las que queda Torla.

Torla desde la Punta  de Sierra Casa
Tras retornar al Collado, dejamos de lado la pista (que bien se podría seguir para descender) y en su lugar optamos por tomar una difusa traza que enfila hacia el Sur por una ladera cubierta de erizones de aquellos que más vale no perder la trocha. El paraje se denomina Articafiasta. Al principio cuesta un poco de encontrar el camino pero luego, tras los primeros cien metros, los mojones aparecen y la senda se hace nítida. El GPS resulta, no obstante, de utilidad.

Alfombra de erizones
En la cota de 1.700m se alcanza la margen Norte del Barranco de San Antón. Para cruzarlo hay que remontarlo un poco en altura hasta dar con el vadeo del mismo. Los hitos ayudan. El Arroyo de San Antón sí lleva agua, de hecho es el único punto de aprovisionamiento que hemos encontrado en toda la ruta.

Barranco de San Antón
Las marcas se siguen bien, la pendiente en descenso es muy pronunciada y pronto la senda se introduce en un pinar cuya sombra agradecemos.

Se continúa bajando fuertemente, y los pinos se funden ahora con los bojes. Las lazadas del camino ayudan.

A la cota 1.150m conviene ir atentos, pues hay que abandonar la senda por la que hemos ido descendiendo y tomar un camino a izquierdas (hacia el Norte), que al poco nos lleva a cruzar de nuevo el barranco de San Antón y ya, por su margen izquierda, llegamos enseguida al camping de San Antón y, tras atravesarlo, de vuelta al punto de inicio de la marcha.

En suma, una circular en la que se gana y se pierde altura de forma muy acusada, tanto al principio como al final de la misma, transitando por bosques de hayas, pinos y bojes, que permite contemplar desde las partes altas (por encima de los 1.750m) unos paisajes excepcionales, y todo ello en la soledad y quietud más absolutas a pesar de encontrarse a las puertas del Parque Nacional de Ordesa, o quizás sea gracias a ello.



4 comentarios:

  1. Buen rincón al margen del clásico Ordesa. Es bueno pirarse por estos lares para evitar de algún modo la intensa marabunta de verano si se quiere una ruta tranquila y sin exceso de tráfico.
    A veces, el que no está solo es por que no quiere.
    Un abrazo montaraz.

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    1. Son mayoría los lugares apartados del mundanal ruido, tan sólo hay que salirse de lo trillado, y el monte es muy, pero que muy grande :-)

      Un abrazo, Javier.

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  2. Hola Carmar.

    No resulta complicado encontrar recorridos de gran belleza, cerca de entornos masificados, tan solo hace falta indagar un poco en la red y en esa zona hay unos cuantos.

    Viendo las fotografías, quizás el sol moleste menos para los fotos haciéndolo al revés, que es como tengo en mente hacerla en otoño.

    Un saludo

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    1. Consideramos también hacerla en sentido horario, pero el atractivo de las siluetas y contornos, nos decidió a realizarla en sentido anti-horario. No nos arrepentimos.

      La circular bien vale la pena en cualquiera de los sentidos.

      Un saludo,

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