Les Billare: le Grand Billare (izq), la Grand Breche (ctro) y le Petit Billare (dcha) |
El
circo de Lescun se encuentra ubicado en la cabecera de un pequeño valle lateral
del principal valle de Aspe. Numerosos riscos calcáreos, agrestes y
puntiagudos, sobresalen por encima de los bosques, ríos y prados que los
sustentan.
Este
paraje atesora, en un espacio reducido, la más pura esencia de la naturaleza
montañesa: valles verdes y apacibles; húmedos y frescos hayedos; fuertes
pendientes; agujas retadoras; cimas con panorámicas espectaculares; caóticos
lapiaces; contraluces encantadores. Todo esto, en su conjunto, lo convierten en
una zona de obligada visita y por la que nos movemos con sumo agrado.
El objetivo de Eduardo y mío hoy es el Grand Billare y sus dos
cimas principales, la Oriental (2.315m) y la Occidental (2.318m), desde el Plateau
Sanchese (1.081m). Un itinerario de ida y vuelta con 10,7km de longitud,
salvando un desnivel total en ascenso de 1.324m de D+. Teníamos esta ruta
pendiente desde el año pasado y por fin hemos podido ajustar la fecha
haciéndola coincidir con un día espléndido en Lescun.
El
Petit Billare (2.238m), “hermano pequeño” de los Billare, separado del Grand
por la Grande Brèche (2.115m), queda
fuera del propósito de esta ruta. Si para acceder al Grand tan sólo es
necesario equilibrio y soltura para recorrer su afilada cresta, con algún que
otro paso que no supera el IIº, para el Petit se requieren otras “artes”, pues
el grado en algunos pasos alcanza el IIIº. En ambos hay que reseñar el aéreo transitar
que las partes altas comportan.
Iniciamos
la marcha en el Pla de Sanchese dirigiéndonos hacia la visible Cascada de
Anayé, todavía solitaria y con los caballos pastando en las proximidades.
Cascada d'Anayé |
Será
éste el único tramo llano que haremos hoy pues, tan pronto se pasa al pie de la
Cascada, el camino se pone cuesta arriba, se interna en un hayedo y comienza un
ascenso sin contemplaciones, que es la característica de esta ruta hasta llegar
al mismísimo collado (2.210m) que separa el valle de Anayé del de Lhurs.
Una
primera tregua al llegar a la fuente que hay en un claro del hayedo. Buen punto
para repostar, pues no se encuentra más agua en todo el itinerario.
La
senda atraviesa la última parte de bosque de hayas y accede a la parte baja del
valle de Anayé (1.450m).
Al
frente el valle continúa, al Sur (izq., en sentido de la marcha) la gran mole
rocosa de los Billare y la muy pronunciada pendiente que da acceso al collado a
pie de cresta; tenemos por delante casi 800m de desnivel que conviene afrontar
con resignación y sin entrar en la pedrera.
Fijado
el rumbo y asumida la cuesta no queda otra que ponernos a ritmo y adelante. Por
lo menos, y como es temprano, la realizaremos a la sombra casi en su
integridad. Unos hitos y una clara senda van trazando las mejores zetas por las
zonas herbosas, mientras una pareja de sarrios campa por la pedrera. La subida no da más tregua que un corto rellano hacia la mitad
de la misma.
Al fondo Les Orgues de Complong |
A
medida que vamos ascendiendo la vista, en cada lazada, se nos va hacia detrás,
a la mole del Pic d’Anie que cada vez parece más grande; seguramente se trata
de un acto del subconsciente para distraerse de lo que todavía va quedando por
subir.
L' Anie |
Al
alcanzar el collado o loma del cordal el panorama se amplía de golpe. La
pendiente hacia el valle de Lhurs es vertiginosa; las cumbres que lo cierran
son muy renombradas: el Dec de Lhurs, el Petrechema y las Agujas d’Ansabere, la
Table y la Mesa de los Tres Reyes. Todo un panorama de altura.
Alcanzando el collado o cambio de vertiente |
Vista hacia Lhurs desde el collado |
Pero
hay que continuar, para lo cual seguimos el senderito que, loma arriba, apunta
hacia el inicio de la cresta al Grand Billare.
Cresta hacia el Grand Billare |
La
cresta, aristosa y áspera, no presenta problemas técnicos pero es entretenida,
tan sólo si se tiene vértigo puede proporcionar algún que otro momento de
tensión, pues hay varios tramos con vista al “patio” tanto de Anayé como de
Lhurs (800m más abajo y en caída libre), en los que conviene no desviar la
mirada de las puntas de las zapatillas para evitar cualquier tropiezo y asirse
bien. En cualquier caso los agarres son siempre sólidos y abundantes.
En la cresta |
Finalmente
alcanzamos la primera de las cimas del Grand Billare, tras la cual la estrechez
del cordal desaparece y ya se camina hasta la última de las cumbres.
Las dos cimas que componen el Grand Billare |
El
panorama desde esta atalaya resulta espectacular: enfrente el Petit Billare,
entre ambos, la Grande Breche que los separa. En 360º la vista deambula de un
pico a otro, de un valle al siguiente, deteniéndose en un sinfín de detalles
que llenan el espíritu. Una ascensión en la que la recompensa supera con creces
al esfuerzo realizado para conseguirla.
El Petit Billare, en primer plano, desde el Grand. Al fondo Les Orgues de Complong. Abajo, Lescun |
Ya
sólo queda desandar el camino de ascenso, con cuidado de nuevo por la cresta,
observando cómo los mismos paisajes parecen diferentes con la luz del mediodía.
Retornando al punto de partida en Pla de Sanchese con los sentidos plenos y
confortados por la belleza que este rincón del Pirineo Francés guarda y ofrece
a los que deseen ir a buscarla.
Avistando el Plá de Sanchese |
Ufffff... tive que buscar fôlego extra para seguir lendo e admirando esta magnífica rota!
ResponderEliminarUm beijo
Muchas gracias, Teca, por tu comentario.
EliminarLos parajes de Lescun son espectaculares. Sus montañas calcáreas se alzan con apariencia inexpugnable casi 1.000m por encima del llano. El recorrido de la mayoría de sus crestas sólo requiere de práctica en transitar por las alturas, ajeno a la sensación de vértigo que puede producir su aéreo recorrido con caídas muy importantes a ambos lados.
En algunos pasos hay que contener el "fôlego" y centrarse bien antes de realizarlos. Celebro que, a través de la lectura, nos hayas acompañado en esta airosa (por lo de aérea) cabalgada por las alturas de Lescun.
Un abrazo
A verdade é que aguento extensas caminhadas, mas percebi que grandes altitudes me deixam tonta (até eu descobrir que tenho labirintite por artrose cervical!) Oh... percalços da vida que nem por isso deixo de viver, fazer e ser feliz!
ResponderEliminarOutro beijo (montanheiro, brasileiro e afetuoso)
Hola Carmar.
ResponderEliminarUn itinerario de ida y vuelta, bien motivo, con su punto de dificultad y unas vistas de escándalo. Estas cimas desde Lescún, les da un punto extra.
Un saludo
Es Lescun un punto de encuentro y destino al mismo tiempo. Generalmente siempre sacamos unos instantes para su contemplación.
EliminarUn saludo, Eduardo.
Aquí habéis apurado la ruta con algo mas de riesgo. A pesar de conocer vuestras enormes cualidades como andadores de zonas encrestadas como las que mostráis, no dejéis nunca de prestar atención por esos puntos de especial riesgo.
ResponderEliminarPreciosos sarrios mirándoos como extrañados.
Bellas como siempre las rutas pirenaicas.
Un abrazo desde zaragocilandia.
Lescun es un verdadero paraíso de la naturaleza ¡Qué belleza! Cada año trato de hacer una visita al lugar, y de momento parece que voy cumpliendo.
EliminarSus retadores picachos y formas son, en su mayoría, menos fieros de lo que aparentan, salvo excepciones como les Aguilles d'Ansabere, etc.; es cuestión de buscar la vía de acceso adecuada a las habilidades de cada cual, y no padecer de vértigo ;-) La atención y el cuidado son para no dejarlas nunca en casa cuando se va a la montaña.
Un abrazo fuerte, Javier.