lunes, 19 de agosto de 2019

Reserva Natural de Larra desde Belagua. Un espectáculo para los sentidos.

Reserva Natural de Larra

Una ruta circular, de trazado "casi infinito", pues la ida y la vuelta "casi" confluyen en un punto o nudo, por los entresijos de la Reserva Natural de Larra, lugar de monumentales hayedos donde los ejemplares se hacen centenarios y de ásperos lapiaces donde las aguas, inexistentes en la superficie, fluyen en ríos bajo tierra.


Comenzamos la marcha junto al Refugio de Belagua, atraídos desde el principio por la sucesión de siluetas y contornos que se ofrecen a la vista y hacia los cuales nos encaminamos.


La humedad satura el ambiente y la hierba enseguida moja las zapatillas mientras, en suave descenso, nos dirigimos al paso de Zemeto adonde llegamos enseguida.

Paso de Zemeto
Cruzado el paso nos adentramos en un fascinante hayedo donde la humedad aumenta todavía más. Las marcas blancas y rojas indican el camino hacia el collado de Lazagorría. Las pisadas, amortiguadas por la alfombra de hojas, apenas se sienten, haciendo que el silencio sea casi absoluto. Ejemplares de hayas centenarias jalonan la senda.


Los hongos xilófagos colonizan los troncos secos

Tras alcanzar el collado el camino sale al sol de la cara Sur del Alto de Lapazarra, y enseguida iniciamos el caminar por la senda colgada que lo recorre en su integridad. Hay que prestar atención al tramo, pues la trocha entre el abigarrado erizón es muy estrecha, y "el patio" se las trae. Las vistas son espectaculares.



Pasada esta parte entramos a la sombra de un bosquete de pinos por el que llegamos al lugar donde el itinerario de ida “casi” se junta con el de la vuelta, se trata de un enclave recogido y bello.


En este punto las marcas rojas y blancas, en un quiebro a la derecha (sentido marcha, al Sur orográfico), “evitan la confluencia” de ambos itinerarios y nos derivan hacia Aztaparreta por una zona de pasto y pinares especialmente bonitos, que paulatinamente se va despejando, dando acceso al lapiaz.



Al Norte, al otro lado, la montaña muestra la aspereza del abrupto terreno kárstico por el que retornaremos.


Casi sin darnos cuenta entramos en lo calizo y cortante, si bien el ralo pasto de altura todavía cubre la mayor parte.



Finalmente descendemos a la Hoya del Portillo de Larra, donde serpentea un río de guijarros y sin agua. Aquí hacemos un alto antes de iniciar el retorno.

Hoya del Portillo de Larra
La ruta se interna en un trabajoso y áspero lapiaz que ralentiza la marcha. Agreste y hermoso a la vez. Procuramos no perder ni las marcas amarillas y blancas ni los mojones, aunque de vez en cuando hemos de rectificar.


Al cabo de un rato que se nos hace largo embocamos un tramo de hayedo, fresco y de mullida senda que agradecemos sobremanera. Nos estamos acercando al “lugar de confluencia”, al nudo de la circular, al que llegamos seguidamente. El lapiaz ha quedado definitivamente atrás.


En el "nudo" de la circular
Siguiendo ahora las marcas blancas y amarillas remontamos y nos salimos de la vaguada. La senda es buena, y se interna decididamente en un frondoso bosque de hayas,


Que nos llevará a cerrar el círculo un poco antes del paso de Zemeto para, seguidamente llegar al Refugio de Belagua completando un recorrido circular que, realizado en sentido anti-horario, permite ir contemplando los contraluces y siluetas que el sol naciente potencia.

Las marcas rojas y blancas del GR y luego las blancas y amarillas, se siguen muy bien, aunque en la zona de karst hay que andar con cuidado para no perderlas, no obstante los muy buenos mojones complementan la función indicadora.

 Al comienzo y final, los fascinantes hayedos húmedos y frescos (cuya reconfortante frescura, a la vuelta, se agradece después del descenso por el trabajoso lapiaz).

En suma, una circular extensa y variada donde los paisajes, hayedos y lapiaces dejan satisfechos a los buscadores de la naturaleza más exigentes.

Largo itinerario, con sucesivos sube y baja, que requiere de fondo y hábito para deambular por lugares abruptos, para cuyo recorrido hay que portear el agua que se vaya a necesitar. Humedad hay, pero el agua discurre sólo bajo tierra.



4 comentarios:

  1. Hola Carmar.

    Menudo terreno de contrastes, húmedos bosques con "secas" zonas de lapiaz, que en verano aumentan la dureza ya de por sí, de la circular.

    Viendo la trazada de la circular sobre el mapa, el sentido de la circular en este caso, creo que da igual, ya que tanto la ida como la vuelta, van hacia el mismo sentido.

    Un saludo

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    1. Hola Eduardo,

      Sentido en el que se realice esta circular no afecta en absoluto a la belleza, y dureza también, de la misma. Resulta muy atractivo el recorrer esta Reserva Natural.

      Un saludo

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  2. Es cierto, vaya espectáculo para los sentidos. Es una entrada tan refrescante por sus bosques húmedos que, me produce cierto relax después de haber padecido tanto calor en mi lugar de destino.
    A veces, me gustaría ir ligero como vosotros, en vez de cargado como los mulos con tanto material óptico.
    Una maravilla.
    Un abrazo.

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    1. El entorno de la Reserva nos sorprendió muy agradablemente. La sabíamos bonita, pero superó las expectativas.

      La ligereza es un concepto prioritario en nuestro caso, pero claro, la calidad de tus fotografías y observaciones que realizas requieren una impedimenta que ..., vamos, que por eso se llama "impedimenta".

      Un abrazo, Javier.

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