Reserva Natural de Larra |
Una ruta circular, de trazado
"casi infinito", pues la ida y la vuelta "casi" confluyen
en un punto o nudo, por los entresijos de la Reserva Natural de Larra, lugar de
monumentales hayedos donde los ejemplares se hacen centenarios y de ásperos
lapiaces donde las aguas, inexistentes en la superficie, fluyen en ríos bajo
tierra.
Comenzamos la marcha junto al
Refugio de Belagua, atraídos desde el principio por la sucesión de siluetas y
contornos que se ofrecen a la vista y hacia los cuales nos encaminamos.
La humedad satura el ambiente y
la hierba enseguida moja las zapatillas mientras, en suave
descenso, nos dirigimos al paso de Zemeto adonde llegamos enseguida.
Paso de Zemeto |
Cruzado el paso nos adentramos en
un fascinante hayedo donde la humedad aumenta todavía más. Las marcas blancas y
rojas indican el camino hacia el collado de Lazagorría. Las pisadas,
amortiguadas por la alfombra de hojas, apenas se sienten, haciendo que el
silencio sea casi absoluto. Ejemplares de hayas centenarias jalonan la senda.
Los hongos xilófagos colonizan los troncos secos |
Tras alcanzar el collado el
camino sale al sol de la cara Sur del Alto de Lapazarra, y enseguida iniciamos
el caminar por la senda colgada que lo recorre en su integridad. Hay que
prestar atención al tramo, pues la trocha entre el abigarrado erizón es muy
estrecha, y "el patio" se las trae. Las vistas son espectaculares.
Pasada esta parte entramos a la
sombra de un bosquete de pinos por el que llegamos al lugar donde el itinerario
de ida “casi” se junta con el de la vuelta, se trata de un enclave recogido y
bello.
En este punto las marcas rojas y
blancas, en un quiebro a la derecha (sentido marcha, al Sur orográfico), “evitan
la confluencia” de ambos itinerarios y nos derivan hacia Aztaparreta por una
zona de pasto y pinares especialmente bonitos, que paulatinamente se va
despejando, dando acceso al lapiaz.
Al Norte, al otro lado, la
montaña muestra la aspereza del abrupto terreno kárstico por el que
retornaremos.
Casi sin darnos cuenta entramos
en lo calizo y cortante, si bien el ralo pasto de altura todavía cubre la mayor
parte.
Finalmente descendemos a la Hoya
del Portillo de Larra, donde serpentea un río de guijarros y sin agua. Aquí hacemos
un alto antes de iniciar el retorno.
Hoya del Portillo de Larra |
La ruta se interna en un
trabajoso y áspero lapiaz que ralentiza la marcha. Agreste y hermoso a la vez. Procuramos
no perder ni las marcas amarillas y blancas ni los mojones, aunque de vez en
cuando hemos de rectificar.
Al cabo de un rato que se nos
hace largo embocamos un tramo de hayedo, fresco y de mullida senda que
agradecemos sobremanera. Nos estamos acercando al “lugar de confluencia”, al
nudo de la circular, al que llegamos seguidamente. El lapiaz ha quedado
definitivamente atrás.
En el "nudo" de la circular |
Siguiendo ahora las marcas
blancas y amarillas remontamos y nos salimos de la vaguada. La senda es buena,
y se interna decididamente en un frondoso bosque de hayas,
Que nos llevará a
cerrar el círculo un poco antes del paso de Zemeto para, seguidamente llegar al
Refugio de Belagua completando un recorrido circular que, realizado en sentido
anti-horario, permite ir contemplando los contraluces y siluetas que el sol
naciente potencia.
Las marcas rojas y blancas del GR
y luego las blancas y amarillas, se siguen muy bien, aunque en la zona de karst
hay que andar con cuidado para no perderlas, no obstante los muy buenos mojones
complementan la función indicadora.
Al comienzo y final, los fascinantes hayedos
húmedos y frescos (cuya reconfortante frescura, a la vuelta, se agradece
después del descenso por el trabajoso lapiaz).
En suma, una circular extensa y
variada donde los paisajes, hayedos y lapiaces dejan satisfechos a los buscadores
de la naturaleza más exigentes.
Largo itinerario, con sucesivos
sube y baja, que requiere de fondo y hábito para deambular por lugares
abruptos, para cuyo recorrido hay que portear el agua que se vaya a necesitar.
Humedad hay, pero el agua discurre sólo bajo tierra.
Hola Carmar.
ResponderEliminarMenudo terreno de contrastes, húmedos bosques con "secas" zonas de lapiaz, que en verano aumentan la dureza ya de por sí, de la circular.
Viendo la trazada de la circular sobre el mapa, el sentido de la circular en este caso, creo que da igual, ya que tanto la ida como la vuelta, van hacia el mismo sentido.
Un saludo
Hola Eduardo,
EliminarSentido en el que se realice esta circular no afecta en absoluto a la belleza, y dureza también, de la misma. Resulta muy atractivo el recorrer esta Reserva Natural.
Un saludo
Es cierto, vaya espectáculo para los sentidos. Es una entrada tan refrescante por sus bosques húmedos que, me produce cierto relax después de haber padecido tanto calor en mi lugar de destino.
ResponderEliminarA veces, me gustaría ir ligero como vosotros, en vez de cargado como los mulos con tanto material óptico.
Una maravilla.
Un abrazo.
El entorno de la Reserva nos sorprendió muy agradablemente. La sabíamos bonita, pero superó las expectativas.
EliminarLa ligereza es un concepto prioritario en nuestro caso, pero claro, la calidad de tus fotografías y observaciones que realizas requieren una impedimenta que ..., vamos, que por eso se llama "impedimenta".
Un abrazo, Javier.