domingo, 17 de marzo de 2019

El Cerro de Valdemartín y el Circo de las Cerradillas. El último reducto invernal para el esquí de montaña en la Sierra de Guadarrama.

El Cerro de Valdmartín se sitúa en la cabecera del Circo de las Cerradillas

Tras un invierno seco y muy escaso de nieve en la Sierra de Guadarrama intuimos que ésta va a ser la última salida en modalidad esquí de travesía por estos parajes. Nos invade un cierto sentimiento de melancolía, que suele acompañar al cierre de un ciclo.

Teniendo presentes las condiciones que encontramos durante la subida por el Norte a la Cabeza Mayor deHierro hace poco más de una semana, y cómo desde la distancia se aprecia la retirada del manto de nieve, enseguida pensamos que el Circo de las Cerradillas es el lugar idóneo, y el ascenso al Cerro de Valdemartín el punto alto del itinerario a realizar.


Es fría la mañana en el Puerto de Cotos

La luz del amanecer ilumina la cara Este del Cerro de Valdemartín, mientras la Norte sigue a la sombra
El Cerro de Valdemartín (2.282m) y su collado Este (2.153m), del mismo nombre, constituyen la cabecera del Circo de las Cerradilas, bello y solitario paraje que permanece totalmente ajeno al trajín imperante en la vecina estación de esquí de Valdesquí de la cual está como escondido ¡Qué suerte!

Si Valdesquí es sinónimo de bullicio, el Circo de las Cerradillas lo es de silencio.

El Cerro de Valdemartín

Huellas en la nieve y frío en el bosque hasta salir al sol de las cotas superiores
Al pie de las caras Norte de las Cabezas de Hierro y del cordal que las une al Cerro de Valdemart el  Circo es el punto de acceso a cualquiera de dichas cimas, manteniendo la nieve mucho más tiempo que el resto de los lugares de la Sierra de Guadarrama. Para el esquí de travesía constituye un reducto con seguro de nieve. 

Avanzando hacia la cabecera del Circo de las Cerradillas con el Cerro de Valdemartín siempre a la vista

Bordeando por su base el espolón Este del Cerro de Valdemartín
La ascensión por dicho valle al Cerro de Valdemartín por su loma Norte (que con cuchillas se deja y sin ellas suele hacer padecer de lo lindo), siguiendo después hasta el collado del mismo nombre (entre éste y la vecina Cabeza de Hierro Menor), para seguidamente descender esquiando hasta el fondo del Circo de las Cerradillas, permiten un esquiar sereno y agradecido por un entorno hermoso y silencioso donde los sentidos se llenan de paz.

Uno de los tubos que, desde el cordal, se descuelgan hacia el Circo de las Cerradillas
De hecho, cualquiera de los tubos que hacia el Norte se desprenden del tramo de loma comprendido entre el Cerro y el Collado de Valdemartín tiene inclinaciones moderadas, y cuentan hoy con una cobertura de nieve en óptimas condiciones.

Descendiendo desde el Collado de Valdemartín
¡Pero atentos a las pendientes en las proximidades del cordal, que son más pronunciadas de lo que aparentan en la distancia!

Collado de Valdemartín
A lo largo de esta circular se tiene una vista perfecta de las condiciones del tubo Noroeste de Cabezas. Es potestad de cada cual evaluar si lo transita o no.

Tubo Noroeste de Cabezas entre la Cabeza Mayor (izq) y la Menor (dcha)
Uno se resiste a abandonar un paraje tan atractivo.


A la par que retornamos al bosque, cerrando la circular, vamos también cerrando el círculo invernal, mientras las miradas se nos van hacia los paisajes con nieve en retirada que alcanzamos a contemplar.


Macizo de Peñalara, al fondo

Cara Norte de las Cabezas de Hierro
Como única “pega” constatar que la nieve aparece con continuidad a la altitud de 1.850m, lo cual nos obliga a un prolongado porteo de esquíes durante unos 6km, tres al inicio, que aún resultan llevaderos, pero que durante la vuelta, camino del aparcamiento de Cotos, se atragantan sobremanera, haciendo que de pronto nos sorprendamos con el martilleo insistente de la estrofa de la canción que allá por 1960 Nancy Sinatra popularizara, convenientemente adaptada a nuestro caso particular, y que dice algo así como: “Ski boots are not made for walking……” una y otra vez.



4 comentarios:

  1. ¡Que buena pinta! parece también una buena ruta para las raquetas.

    Ya no prometo pasarme, tengo demasiado trabajo por aquí al lado :)

    Salud!

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    1. Este "valle del silencio" es ideal para recorrerlo con raquetas o esquíes, sin olvidar de llevar los crampones en la mochila, que los hielos por la zona aparecen tan pronto la pendiente aumenta.

      Hay que seguir prometiendo, que así la lista crece y después, en algún momento, se podrá echar mano de ella.

      Gracias por tu comentario, Pirene.

      Salud y Montaña

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  2. Hola Carmar.

    Para que sigan existiendo parajes tranquilos como el que hoy nos muestras, tienen que existir otros que aglutinen al resto, no hay mal que por bien no venga. Esos seis kilómetros de porteo son una "gran pega",a la idea va que te va, pero la vuelta se hace larguísima.

    Un saludo

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    1. Gracias Eduardo por tu acertada reflexión, que las masificaciones de algunos parajes ayudan a la preservación de otros.

      El porteo de esquíes es de lo más engorroso.

      Parece que, por estas latitudes, se acabó el invierno y con ello la nieve. No más esquí de travesía hasta la próxima temporada, que se ve muy, pero que muy lejana.

      Salud y Montaña, compañero

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