miércoles, 18 de mayo de 2016

Los caminos de los Mallos de Riglos: el del Solano y el del Cielo

Los Mallos de Riglos
Circunvalar los Mallos de Riglos, observar sus verticalidades, extender el recorrido lo más posible para contemplarlos todos y desde todos los costados; éste es mi objetivo cuando inicio la marcha en una mañana de nubes en retirada, empujadas por el fuerte viento del Oeste, tras haber dejado el coche en uno de los aparcamientos del pueblo de Riglos.

Comienzo callejeando en busca del inicio del camino natural de la Hoya de Huesca, coincidente con el GR1, en dirección a Linás de Marcuello.

Saliendo del pueblo de Riglos
Al trote sostenido en sentido Sur – Norte, y protegido del aire persistente, dejo de lado un desvío a la izquierda con indicación de Camino del Cielo y del Solano. Por ahí descenderé al final, pero de momento voy hacia el barranco de la Mota, siguiendo el camino natural de la Hoya, 

En el camino natural de la Hoya de Huesca
El mallo d'Os Fils y el Mirador de los Buitres
Al principio con poca pendiente a lo largo de la base de los “mallos pequeños”: el Colorado, el Chinchín, etc.; “los grandes” los veré de cerca a la vuelta.

Los mallos pequeños
La buena pista que voy siguiendo apunta decididamente hacia la entrada del barranco, que se abre entre la Pared de los Buitres (izq) y los mallos d’Os Fils (dch).

A la izq. la Pared de los Buitres, a la dcha. el mallo d'Os Fils, al fondo el barranco de la Mota
Algo más adelante dejo a mi derecha la senda que va hacia la ferrata de Cubilillo y continúo hasta encontrar la cercana fuente de los Clérigos.

A partir de este punto me pongo en modo de ascenso por el pedregoso sendero que, encajonado entre paredes verticales, discurre por el barranco.

Ascendiendo por el barranco de la Mota, al pie del mallo d'Os Fils
Los panoramas son “de postal”.

Mallos pequeños, a lo lejos, y Pared de los Buitres, en primer término
Voy ascendiendo el circo, que se abre paulatinamente, hasta entroncar con una pista en la parte superior, en la collada de San Román. 

Llegando a la collada de San Román
A la derecha continúa hacia el Mirador de los Buitres, de frente hacia la Foz de Escalete, y a la izquierda hacia Riglos por el camino de las Árticas y de Solano, que es adonde me dirijo.

Continúo hacia arriba y al poco encuentro hacia la izquierda  el comienzo del Camino del Solano por el que inicio el retorno a Riglos, abandonando la pista que, por las Árticas, también vuelve al pueblo, porque he venido buscando los panoramas verticales.

Inicio del Camino del Solano
El Camino del Solano, estrecho pero bien definido y sencillo de seguir, circunvala en altura los paredones de los Buitres, a cuyo pie he pasado hace no tanto, manteniendo una altitud en torno a los 1.100m.

Las vistas hacia los Mallos d’Os Fils y hacia el interior del barranco de la Mota son de lo mejor.

Torre de Sarsamarcuello (izq) y Mirador de los Buitres (enfrente)
Entre la estrechez del camino, los panoramas, el patio y las fotos, vale más ir atento, porque un tropiezo aquí sería de lo más inconveniente.

A pesar del nombre: “Solano”, hay frecuentes tramos sombreados por encinas y carrascas.

Los mojones se localizan bien, tan sólo en un punto, al llegar a una pedrera, hay que buscar con atención, pues aquí el sendero desciende ligeramente.

Los mallos pequeños lo parecen más desde esta altura.

Los mallos pequeños
Desde lo alto del Camino del Solano se ve el barranco de la Mota, por el que he ascendido.
Al frente, en sentido de la marcha, se ve ya el collado Ventuso, en la continuación de la parte Norte de “la Visera”, gran mole de conglomerado sobre el pueblo de Riglos.

Para alcanzar el collado no hay senda a media altura ni “cantillano”, en su lugar el Camino del Solano inicia franca bajada hasta entroncar, abruptamente, con el Camino del Cielo, junto a un poste indicador.

Hacia la izquierda retornaría a Riglos, hacia la derecha continúo hacia el Cielo. Si hasta ahora ha sido un recorrido en solitario por las alturas poco frecuentadas de los mallos, a partir de aquí está bastante concurrido.

El primer tramo permite contemplar la parte “de atrás” del mallo Colorado y el paredón de la Visera.

Mallo Colorado (izq) y Visera (dcha)
Tras un suave ascenso alcanzo el Collado Ventuso. El fuerte viento del Oeste me da de pleno.

Mirada atrás desde el collado Ventuso: en el centro el mallo Colorado, a la dcha. la Visera
Buen panorama desde el mirador, y apacible la cabaña de la Roseta, en las proximidades.

Desde el mirador, a la izq. el mallo Pisón, a la dcha. el Fire
Cabaña de la Roseta, en el collado Ventuso
Ahora el Camino del Cielo inicia un descenso brusco y pronunciado hacia el “vallecito” que forman entre sí las paredes de los mallos Pisón (a mi izq) y del Fire (a mi dcha).

Vallecito empinado entre los mallos Pirón y Fire
Aún hay unos pocos metros más de sombra entre las encinas y enseguida a bajar por sendero / torrentera que hace penar a más de una de las personas, poco habituadas, que se han animado a “ir hacia el cielo”.

La senda alcanza un rellano, el collado del Fire, con indicaciones hacia la Foz de Escalete y hacia Riglos.

Por fuerte pendiente y con algo de piedra suelta me voy acercando a la base del mallo Pisón, junto a cuyas paredes la sombra todavía refresca.

Llegado al pie del mallo compruebo que llevo recorridos 9.7km y hecho un desnivel de poco más de 600m de D+, así que, como se me hace poco, decido complementarlo realizando “completo” el Camino del Cielo, solo que ahora en el sentido horario.

De manera que, después de tomar una barrita energética, emprendo el ascenso del “vallecito” entre los mallos, empleando a fondo los bastones, pues la pendiente es considerable, saludando al cruzarme con las personas que había adelantado durante la bajada y que me observan extrañadas.

Constato la perogrullada de que “no es lo mismo subir que bajar”, y me veo obligado a reducir el ritmo, moderar los resoplidos y recuperar el resuello para poder alcanzar de nuevo el Collado Ventuso donde, ahora sí, paro un momento para tomar un plátano antes de continuar.

El color de los mallos es cambiante en función de la hora del día.


Tras el collado comienza la parte suave y descendente del camino, cosa que agradezco.

Paso junto al entronque con el Camino del Solano y continúo en clara bajada hacia Riglos, con el mallo Colorada a mi izquierda, 

El mallo Colorado, el primero por la izq.
Por fácil senda que acaba desembocando en el camino natural de la Hoya de Huesca, por el que inicié la marcha esta mañana, junto a un poste indicador.


Retorno a Riglos tras haber realizado un recorrido de 13.8km de longitud, habiendo salvado un desnivel de 980m de D+, por los hermosos Caminos que circunvalan los mallos de Riglos.

Dibujo del Camino del Cielo en el panel informativo del aparcamiento de Riglos

12 comentarios:

  1. ¡Ay los Mallos! Cuanto tiempo en el punto de mira; espero que este año sea el definitivo de ir a conocerlos, ¿otoño es buena época? Veo por las fotos que hay un sendero por el vallecillo entre el Mallo Pisón y el Fire, aunque imagino que la cuesta se las trae. Ya te pediré consejo cuando me acerque. Enhorabuena por la ruta y gracias por seguir ofreciéndonos esos bellos paisajes aragoneses. Un abrazo Carmar.

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    1. Otoño mejor que verano, aunque peor que primavera. En otoño hay que contemplar el color con el que el sol poniente tiñe los mallos. Rojo que te quiero rojo.
      Encantado de aconsejarte en lo que necesites. De momento, el senderito por el vallecito entre Pisón y Fire, mejor en bajada. Si haces el Camino del Cielo en sentido anti-horario lo pillarás bajando. En cualquier caso no son más de 300m de D+, así que se hacen bien. Un abrazo, Rafa.

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  2. Hola Carmar.

    Con tanta vuelta a los Mallos, ahora ya poco te queda por ver. Una opción para haber completado una vuelta circular más larga, hubiese sido, tomar el sendero que nace desde el collado Ventuso, y que sube paralelo a la caseta Roseta, y que sube a la Collada Espinabla, desde allí se desciende dirección Escalete, hasta un cruce, y se toma un sendero que es el que se ve en el vallecito que va entre los Mallos Pisón y Fire.

    Un saludo

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    1. La opción que mencionas "hubiese" sido, así que la apunto para que "sea" en la próxima.
      Salud y Montaña, compañero.

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  3. Una de las maravillas del mundo, indiscutiblemente. Me apasionan estas paredes y este paisaje de formas tan definidas con un color tan particular. Siempre me asombro cuando veo estas moles tan alucinantes.
    Recuerdo cuando escalé en la Aguja Roja una vía de 120 metros. La verdad es que parecen piedras al lado del mallo Pisón pero, son sólo 120 metros.
    Muy guapo el paseo.

    Un abrazo

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    1. ¡Asombran en verdad! ¡Vaya moles! Has tenido el privilegio de escalar en ellas, cosa que yo no pude. En su lugar trepé por otras verticalidades, pero me quedé con las ganas de probar estas que cuando pude no estaba preparado y para cuando lo estuve, ya no estaba por la zona. Un abrazo, Javier.

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  4. Por arriba, por debajo, da igual la vía o la ruta que hagas, los Mallos de Riglos nunca decepcionan!!!!!!!!.
    Salud(os),

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    1. Historia, recuerdos, sueños, materializados unos, pendientes otros, originalidad, verticalidad. Hermosa y particular naturaleza.
      Salud y Montaña, Rubén.

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  5. Muy bonita excursión, las vistas son de postal, como dices. Espero que algún día pueda verlo yo en directo, que hasta ahora solo pasé cerca. Parece bastante entretenida aunque no has mostrado algo que últimamente siempre consigues atrapar en tu cámara... algún habitante del bosque
    Salud y mucha montaña
    Un abrazo

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    1. Algún cavernícola alado si vi en su buitrera, pero se conoce que no contuve bien la respiración así que la distancia y el zoom hicieron el resto, con lo cual el "habitante" salió desenfocado ¿Qué cómo es que saqué sólo una? Pues así fue, y desenfocada salió y, por eso, no la publiqué.
      Los Mallos son un espectáculo natural que vale la pena no perderse, a los que se puede llegar muy bien en moto ;-)
      Salud y Montaña, amigo.

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  6. ¡Toma paseo! anda que no hay tela por ahí para "coser".

    Bueno, ya estoy aquí.

    ¡Salud y orujo pues!

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    1. Gracias por la visita. El paseo salió redondo, con bucle y todo, que si no resultaba corto. Las vistas, de lo más agradecidas. Ahora viene buen tiempo, habrá que enfilar a cotas más altas huyendo del calor. Salud y Montaña.

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