Ha habido que esperar hasta comienzos de marzo para que la primera gran
nevada del invierno dejara Guadarrama cubierta de una buena capa de nieve.
La llamada del bosque nevado se torna poderosa y cuesta poco preparar el
material de esquí de travesía que, desde el invierno anterior, estaba arrinconado. Luís y yo pensamos un
itinerario boscoso con visita, si el tiempo lo hubiese permitido, a la cima de
Peñalara. No es la cumbre lo que nos mueve, sino el trayecto. La cima es otro
hito más del mismo.
El itinerario de hoy: Puente de la Cantina (1.350m) – Camino Viejo del
Paular – Puerto de Cotos (1.830m) – Senda del Batallón Alpino– En torno a la
Hermana Menor (2.265m) (la borrasca nos absorbió) – Descenso a Cotos por ladera
SE – Camino Viejo del Paular – Puente de la Cantina. En total 16km de recorrido salvando un
desnivel total de 980m de D+.
Son las 9 de la mañana cuando iniciamos la marcha junto a la característica
Fuente de la Canaleja. Calzamos los esquíes y nos internamos en el bosque. Comprobamos
con satisfacción que la nieve lo cubre todo, sin excepción. La borrasca engulle
las partes altas de la Sierra.
Vadeamos o cruzamos, según los casos, varios arroyos que nos vamos
encontrando.
El silencioso entorno resulta acogedor.
Alcanzamos la pista forestal que recorre la falda de la montaña entre los
1.400m y 1.600m de desnivel y la seguimos unos 500m hacia la izquierda, hasta
encontrar de nuevo el entronque del Camino Viejo del Paular. Marcas amarillas
sobre los troncos sirven de indicación.
Continúa el frío.
Los pinos, tras haber abandonado la pista, han ganado claramente en altura.
Vamos entrando en la niebla bajo la que los contornos se difuminan.
De momento la visibilidad es buena. Caen finos copos de nieve; no muchos
en realidad.
Llegamos al final del Camino Viejo del Paular accediendo al Puerto de
Cotos.
Llegada al Puerto de Cotos |
Luís propone “insólitamente” hacer un alto para tomar un café con leche en
la cantina de la estación del tren. Inusual sí, pero acertado también.
Continuamos la marcha y nos enfilamos por la disimulada Senda del Batallón
Alpino, ascendiendo por el pinar que cubre la ladera Oeste de Dos Hermanas.
Sorprende ver la gran cantidad de nieve con la que cargan los pinos, cada
vez de menor porte a medida que la altitud es mayor.
La niebla y el frío se intensifican. A nuestro alrededor hielo y densa bruma.
Es momento de empezar a usar las cuchillas.
La visibilidad se reduce a un par de metros y vamos siguiendo
cuidadosamente las tenues trazas que, sobre la nieve helada, han dejado un par
de cuchillas de alguien que nos precedió.
Sopla viento moderado desde que abandonamos el bosque, por suerte no es de
los que aturden. Para conocer la orientación que siguen las trazas nos guiamos
por el altímetro y por el sentido de las “plumas” de nieve que se aferran a
cada objeto saliente de la blanca superficie. El aire en esta zona descubierta
sopla básicamente del Noroeste y nos da por la izquierda, por lo tanto
concluimos que vamos ascendiendo hacia la Hermana Menor.
El altímetro marca que estamos a 2.260m de altitud y el viento lo sentimos
ahora con menos fuerza, además hace unos minutos que ya no ascendemos, por lo
que intuimos que estamos en el Sureste bordeando la Hermana Menor, próximos a
su cima. La visibilidad sigue siendo mínima y la percepción del relieve en la blancura
que nos envuelve es nula.
Decidimos seguir unos metros más el ladeo hasta alcanzar una estaca de
madera que apenas asoma. Nos abrigamos, tomamos una barrita energética y nos ponemos
los esquíes y las botas en modo descenso.
Con precaución empezamos a deslizar. La nieve está bien. La falta de
percepción del relieve provoca que, en parado, nos caigamos de vez en cuando.
Vamos uno tras otro, próximos y con mucha precaución pues esquiamos a tientas. Una
línea de huellas ascendentes de botas nos indica que alguien ha subido por aquí
y las tomamos como guía. Uno o dos giros más y nos detenemos para escrutar.
Desde nuestra posición entrevemos unas rocas que, unos diez metros más
abajo, sobresalen de la nieve. Tenemos por fin un mínimo contraste que
escudriñamos afanosamente, y finalmente concluimos que la pendiente de unos 45º
que se canaliza entre las rocas aconseja buscar otra alternativa.
Con decisión y cautela iniciamos un flanqueo hacia nuestra derecha. Los
cantos se clavan bien y el deslizamiento es fluido. Finalmente la pendiente
disminuye y asumimos que estamos en la vertical de la Hermana Menor. Bajamos
unos metros y la imagen de unos solitarios pinos cubiertos de blanco hace que
respiremos aliviados.
Tras sucesivos giros dejamos atrás la niebla y podemos ver con claridad. Un
espectáculo para la vista.
Las condiciones son perfectas, unos cinco dedos de nieve fresca sobre lecho
bien compactado ¡Qué delicia! Primero amplia ladera, después frondoso bosque
sin “trampas” en el manto y de vuelta en Cotos.
Nieva débilmente mientras nos deslizamos de vuelta por el Camino Viejo del
Paular.
Toca vadear un torrente
Justo antes de hacer un alto junto al nevado menhir
a cuyo pie tomamos una barrita energética, para luego continuar hacia el punto
donde hemos dejado el coche.
Completamos una ruta circular poco habitual, plena de bosque, incluyendo una dosis de orientación en montaña bajo climatología adversa, con cuatrocientos metros de hermoso descenso por pala y bosque en condiciones óptimas, con el colofón de la legua y media de nevado camino hasta el aparcamiento, que resultaba impensable a estas alturas de un invierno tan escaso de precipitación como el que estamos teniendo.
Qué bonitas fotos Carlos y que gran recuerdo, muchas gracias por el café y tostada en la cantina de la estación, el molinete anticongelante y otros consejos... y sobre todo por la estupenda compañia. SAlud y mucha montaña.
ResponderEliminarEl molinete siempre se tiene a mano ;)
EliminarLa buena compañía permite compartir las sensaciones a la par que resolver acertadamente algunas situaciones complicadas. Salud y mucha montaña, Luís.
Hola Carmar.
ResponderEliminarMás vale tarde que nunca, aunque el día no fue de los mejores, frio, y mala visibilidad, pero a cambio, un buen paqueton de nieve. Haber si hay suerte y da para un par de salidas más!!!
Me ha resultado curioso, el nombre de la senda del batallón alpino, sabes a que se debe ese nombre?, y hablando de pinos, menudos pinos, yo creo que pocas veces, los he visto de esa envergadura.
Pues nada, a disfrutar de la nieve, y nos vemos pronto, compañero!!!
Salud y Montaña.
El nombre de la senda viene de su utilización por el batallón alpino republicano, a resguardo del fuego enemigo, para llevar provisiones a la línea del frente que se estableció en la sierra de Guadarrama durante la Guerra Civil.
EliminarLos pinos de Valsaín son un espectáculo natural de lo mejorcito que tiene la sierra de Guadarrama.
Salud, Montaña, y hasta muy pronto, compañero.
Impresionantes fotos, Carmar!!! Un espectáculo ver nuestras montañas nevadas...un lujazo. Me das mucha envidia transportándote con las tablas de travesía, es una cosa que tengo pendiente, pero...
ResponderEliminarLo dicho, unas fotos espectaculares que nos regalas.
Un saludo desde San Rafael.
San Rafael, con sus preciosos bosques, es un lugar ideal para deambular por ellos, en ésta y en cualquier época del año. El verdadero lujo es tener semejante Sierra de Guadarrama al alcance de la mano. Sería una pena no aprovecharla.
EliminarGracias por la visita y por el comentario.
Salud y Montaña, Santi.
Hola Carmar¡
ResponderEliminarBueno, por fin parece que llega la nieve...ahora a disfrutarla¡¡
¡Salud!
Fer
Tarde ha llegado, pero ¡qué espectáculo! Suscribiendo lo que nuestro convecino Baltasar (Gracián) dijo hace ya algún tiempo "lo bueno, si breve, dos veces bueno", recordaremos esta maravilla, que durar, dura poco en estas sierras.
EliminarSalud y Montaña, Fer.