martes, 1 de noviembre de 2011

Ordesa en Otoño. Los colores de la Naturaleza: Turieto – Soaso – Faja de Pelay

Río Arazas a su paso por la Pradera de Ordesa
Pocas cosas son comparables a la evolución de la naturaleza cuando, ajena a las voluntades y antojos “humanos”, sigue su marcha en función de las estaciones ¡Y ahora toca otoño!
Inyección de color para los sentidos atentos y necesitados. Preámbulo del gris y blanco invierno.

Si quieres embeberte del otoño, acude al bosque – me dije; y qué mejor lugar que el bosque que ofrece el Valle de Ordesa. Así que, inmersión total:
·         Desde Torla a la Pradera de Ordesa, por el camino de Turieto: bosque de boj, pino y hayas.
·         Desde la Pradera hasta el Circo de Soaso y la Cola de Caballo, por “la autopista” que discurre por la margen derecha del río Arazas: bosque de hayas y abedules.
·         Retorno por la Faja de Pelay: bosque de altura.
·         Bajada a la Pradera por la Senda de los Cazadores: pinos los del bosque, y bien pina que es la senda.
·         Retorno a Torla de nuevo, por Turieto.
Subiendo desde Zaragoza, una vez que llego a al valle de Tena, éste se muestra inmenso; predomina el amarillo de los chopos, con brochazos impresionistas del rojo de los arces. La jornada se va preparando y promete.
Al llegar a Torla (1.030m), dejo el coche en el aparcamiento junto a los autobuses que suben a la Pradera de Ordesa. La circulación privada está restringida.
Son las 8:30h cuando comienzo la marcha, camino del camping que está algo más abajo, junto al río Ara, para tomar la vereda que discurre por su orilla izquierda.

Antes cruzo el río por el Puente de la Glera, y lanzo una mirada retrospectiva al bravo cauce por el que se embarrancan las espumeantes aguas, camino de Broto.
Al poco de trotar junto al Ara llego al inicio del camino de Turieto, que se interna hacia Ordesa justo en el punto donde el Arazas le vierte sus aguas. Voy adentrándome en el bosque siguiendo la margen izquierda del río; son 6 km de toma de contacto. La mañana es clara, la humedad y el olor a boj me envuelven.

Se corre bien por este tramo. De vez en cuando me asomo a las cascadas del río Arazas, que baja embravecido.
La arboleda se tupe, el sendero está alfombrado por las hojas de las hayas. Voy solo a estas horas mágicas.

Poco antes de llegar a la Pradera me alcanza David (Reburun), quien también ha decidido hacerse “una transfusión de naturaleza” en el día de hoy. Corremos juntos un rato, y en la Pradera (1.300m) nos despedimos: él tira hacia la Senda de los Cazadores (después piensa llegar hasta Goritz), y yo cruzo el río para subir al Circo de Soaso por el bosque de las hayas.

Espectacular el bosque, alfombra roja para mí solito, humedad, zigzags y buena senda hasta llegar a las gradas de Soaso.

El día se abre, el bosque queda atrás y la Faja de Pelay se yergue a mí derecha.
Llego al fondo del Circo de Soaso y al pie de la Cola de Caballo (1.700m). Hay tres personas y por fin me da el sol.
Como aún es temprano (11h) decido subir por las Clavijas de Soaso, para ver el Circo desde arriba. Las clavijas se suben bien, a pesar del agua que moja el paso (la nieve de más arriba se está derritiendo), lo que me obliga a ir atento y con cuidado. La roca está muy pulida, y el hecho de estar mojada añade un “plus de interés” al tramo ¡Qué soledad se respira!
Una vez superadas (1.900m), salgo al sendero que las recorre por la parte superior. A la izquierda se va al refugio de Goritz, pero yo lo tomo hacia la derecha, en busca del inicio de la Faja de Pelay, descendiendo de nuevo hacia el circo de Soaso por “las zetas”, alternativa más llevadera que las clavijas.
Cola de Caballo; en la sombra, a la derecha, las clavijas de Soaso, en el centro, nevado, el pico del Cilindro
Bajo rápidamente unos 150m y entronco con la senda que sale a la izquierda, hacia la Faja de Pelay.
La Faja de Pelay. Abajo, al pie de ella, el circo de Soaso y el "camino normal" junto al río Arazas.
Tengo por delante unos 7km de estrecho senderito que discurre en el entorno de los 1.800m – 1.900m de altura, atravesando tramos de bosque de pino y algún arce, alternando con rododendros (estamos en el límite de altitud donde el pino cede su lugar al arbusto).

En el fondo el valle de Ordesa; enfrente, el Circo de Cotatuero con Taillón (izq), Brecha de Roland (centro) y Casco (dcha)
Constituye un mirador excepcional, tanto del fondo del valle de Ordesa (unos 600m más abajo), pletórico de colorido, como enfrente, hacia el valle de Cotatuero y los “tresmiles” que lo coronan, ahora ya bien cubiertos de nieve.


Es un sendero a tramos muy estrecho y bastante expuesto al vacío. Atención a los momentos en los que te cruzas con gente en sentido contrario: las mochilas abultan y no sobra el espacio. Muy poco o nada recomendable este itinerario en invierno y con nieve; el riesgo es elevado.
Por fin llego al final de la Faja, al Mirador del Calcilarruego (1.850m), justo encima y en la vertical de la Pradera (1.300m). En este punto “nace” o “muere” la Senda de los Cazadores que ¡Salva 550m de desnivel en tan sólo 1km de distancia! Vamos, que la Senda es de las que no deja indiferente a nadie ¡Cuánto echo de menos los bastoneeeees!
Cuando finalmente llego a la Pradera, las piernas, con sus cuádriceps y rodillas, pueden relajarse un poco tras la exigente y rápida bajada.

Ahora hasta Torla, retornando por el camino de subida. Ya no encuentro la soledad de la mañana, pero el entorno sigue igual de espléndido.
Son las 15h cuando llego al coche, algo deshidratado, porque no me preparé bien la bebida isotónica y hacia la mitad de la Faja ya lo he notado, así que a reponer sales, a comer y de vuelta a Zaragoza.
Torla desde el camino de Turieto
Recorrido de unos 30km, salvando un desnivel acumulado de 1.100m de D+, atravesando un variado bosque que me ha dejado con la cabeza colmada de colores, olores y hermosura, lista para encarar de aquí a poco las ladera nevadas del invierno, cuando los esquís de travesía sustituyan a las zapatillas de trial running.

1 comentario:

  1. Envidiaaaaaaa!!!!

    Un otoño sin Ordesa no es Otoño (bueno, es una forma de hablar). Ya me imaginé que os encontraríais el Rebu y tú. Me alegro de que volvieras con la "despensa" llena de imágenes y buenos recuerdos

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