domingo, 22 de julio de 2018

Pico del Nevero desde el Chorro de Navafría.

Cara Norte del Pico del Nevero

Ya el invierno pasado, ascendiendo con esquíes a esta misma cima desde el Puerto de Navafría, captaron nuestra atención el conjunto de lomas y abigarrados pinares que componen la cara Norte, y consideramos entonces que sería interesante conocer dicha vertiente.

Así que hoy nos planteamos una circular con origen y llegada en el área recreativa del Chorro de Navafría.

Itinerario seguido (19.5km longitud; 1.030mD+) :

Área Chorro de Navafría (1.325m) – Cerro de la Hiruela (1.650m) – Picardeñas (1.860m) – Refugio Navalcollado (1.780m) – Cerro de los Colladitos (1.880m) – Pico del Nevero (2.209m) – El Porrinoso (2.146m) – Peña Cabra (2.028m) – Refugio Piemediano (1.780m) – Arroyo del Artiñuelo (1.350m) – Cascada del Chorro (1.400m) – Área Chorro Navafría.


Son las 8:30h cuando iniciamos la marcha en el Área Recreativa del Chorro que a estas horas está solitaria, muy distinto de lo que ocurrirá a lo largo del día, ya que se trata de un lugar muy frecuentado.

Una particularidad de la cara Norte de esta parte de la Sierra, en cuyo cordal se integra el Pico del Nevero, es la profusión de sendas que la surcan a distintas altitudes, lo cual, de seguir su trazado, conlleva la realización de numerosas zetas, aumentando los kilómetros recorridos al tiempo que se minimiza la pendiente. En cambio, si se decide atajar ladera arriba o abajo conviene leer e interpretar bien el mapa antes, ya que no sólo la pendiente aumenta sensiblemente, sino que la densidad del arbolado en ciertas zonas puede hacer muy penoso el avance. En cada caso habrá que valorar la opción que se toma.

Imbuidos de lo anterior, y dado que deseamos alcanzar cuanto antes el cordal de Picardeñas, optamos por remontar ladera arriba y todo derecho los primeros trescientos metros de desnivel. A pesar de que los crecidos helechos cubren el sotobosque enredándose en las pantorrillas ganamos altura rápidamente.

Por lechos de helechos vamos ascendiendo


Pronto alcanzamos el cordal junto al Cerro de la Hiruela y entramos en la zona soleada.


Una amplia pista lo recorre de Sur a Norte en sentido al Picardeñas (gran caseta de vigilancia en su parte alta) y luego al refugio de Navalcollado. La pendiente es fuerte en según qué partes.

Concienzudo abejorro dedicado de lleno a su tarea en las flores de la digitalis
Tras el Picardeñas toca perder altura unas decenas de metros hasta llegar al refugio, que parece exclusivamente destinado al pastoreo, con un grupo de vacas reposando tranquilamente en la proximidad.

El Picardeñas

Refugio de Navalcollado
Al poco de pasar el refugio la senda entronca con otra que viene del Puerto Navafría. A partir de aquí ya hay carteles indicadores señalando cuál hay que tomar para ir al P. del Nevero. En síntesis, a partir de este punto se sigue la pista dedicada al esquí de fondo que se practica en tiempo de invierno.

A medida que vamos dejando atrás el bosque ya se pueden ver con claridad las zonas altas, las de las cumbres.


Al fondo, justo enfrente, el Pico del Nevero
A partir de los 2.000m los pinos son ya muy escasos. La parte boscosa queda abajo y en su lugar transitamos por zona descubierta. Unas cuantas nubes van desarrollándose.

Mirada hacia el valle, una vez alcanzada la cota alta 
Con la roma cumbre del Pico del Nevero como guía completamos la ascensión rápidamente. A la sombra del monolito cimero tomamos un tentempié antes de emprender el descenso. Observamos con cierta preocupación cómo las nubes van consolidándose y oscureciéndose ¿Habrá tormenta?

Un tentempié en la cima contemplando la lejana Peñalara (a la dcha) 
Sin más preámbulos nos ponemos en marcha orientando los pasos hacia el irrelevante alto del Porrinoso. Con mala visibilidad la orientación en esos parajes de lomas extensas puede ser problemática, además conviene evitar la entrada inadvertida en los barrancos laterales del Artiñuelo (Oeste) y del Chorro (Este), con engañosamente suaves cabeceras para enseguida aparecer las muy empinadas laderas que los flanquean.

Tras dejar atrás los restos de antiguas construcciones en el Porrinoso enfilamos hacia la Peña Cabra, encontrando al poco una senda que nos marca perfectamente el camino. Es ésta una zona especialmente bella, cubierta de enebros enanos, retamas y ejemplares aislados de pinos.

Zona de enebros y pinos en las inmediaciones del Porrinoso


El cielo se ha puesto negro sobre nuestras cabezas, retumban los primeros truenos y tenemos la primera tormenta de la jornada que, afortunadamente, como las que seguirán, serán de corta duración. No obstante aceleramos el paso porque aún nos queda la parte más desconocida de la ruta.

A la altitud de los 2.000m la senda que venimos siguiendo entronca con una clara pista que tomamos hacia la izquierda (al Oeste) puesto que es la que hemos de seguir (plano en mano) para llegar al refugio de Piemediano.

Pino entre dos tormentas
Otra segunda tormenta nos alcanza cuando estamos llegando al punto de la pista en el que según el mapa, abandonándola, deberíamos tomar una senda hacia el refugio. El caso es que nos equivocamos, tomamos una senda diferente y al rato, por el altímetro, comprendemos que hemos derivado ligeramente hacia el Oeste y que el refugio de Piemediano ha quedado atrás ¡Otra vez será!

El problema comienza cuando el camino que seguimos se va difuminando, desaparece al fin y nos encontramos en plena ladera del bosque. Con determinación continuamos rectos hacia abajo. Suerte que el pinar no es demasiado denso y la pendiente es “tratable”. Así hasta entroncar con una nueva pista de las varias que surcan estos parajes (ya lo advertimos desde el principio) a los 1.650m de altitud.

Ladera con pendiente áspera pero "tratable"
De seguirla a dcha. o a izq. vemos en el mapa que daríamos una gran vuelta, retrocediendo bastante, por lo que optamos por cruzarla y continuar al otro lado con nuestro descenso todo tieso en pos de llegar lo más rápido posible a la pista inferior que, a los 1.350m de altitud, acompaña al arroyo del Artiñuelo en su curso hacia el Chorro.

Con esta decisión, al poco de haber iniciado el descenso bosque a través, la pendiente se hace muy exigente apuntando a los aproximadamente 40º / 45º de inclinación sostenida y que convierten los 300m de altitud a bajar en un alarde de equilibrio y manejo exhaustivo de bastones para evitar posibles resbalones y sus consecuencias. Para aderezar el tramo, en un momento determinado, oímos claros y contundentes los rebudios de algún jabalí próximo, a los que contestamos instintivamente con sonoros gruñidos indicadores de que valía más que nos respetáramos mutuamente. Tanto los jabalíes como nosotros parece ser que nos captamos los mensajes, porque ni se dejaron ver ni los volvimos a oír ¡Afortunadamente!

Decisión, entereza, manejo de bastones y hacia abajo por pendiente "menos tratable"


No es claro que ganáramos tiempo “atajando” por en medio del monte en lugar de haber cogido la larga pista, pero sí es cierto que el lugar por donde descendimos era montaraz y hermoso, y que nos sentimos muy aliviados cuando, terminada la extenuante bajada, pusimos pie en la pista junto al arroyo del Artiñuelo, pudiendo finalmente relajar tanto la atención como los abductores.

La sola visión del arroyo del Artiñuelo, tan a la mano, supone un bálsamo para las piernas
Seguidamente emprendimos la marcha hacia el Área del Chorro a donde llegamos tras acercarnos a la cascada del Chorro que no quisimos dejar de visitar.

Hacia la cascada del Chorro

Fuente justo antes de la cascada. Agua fresca que agradecemos sobremanera

Cascada del Chorro

Dejamos atrás la cascada

Retornamos al área Recreativa flanqueados por hermosos helechos
De vuelta en el punto de partida pudimos comprobar que la soledad de la mañana había sido reemplazada por la saturación de vehículos y personas.

4 comentarios:

  1. Con tanto fuera de pista como estás haciendo siento cierto desasosiego de cara a este verano, da igual que sea "tratable" como "menos tratable" que conociendo la zona, a mi me parece todo "intratable e intransitable" y también que es muy mala tendencia esa que estás tomando :-)
    Bonita subida al Nevero, aunque nunca se me hubiera ocurrido complicarme de esa manera ;-)

    Un abrazo y mucha montaña!

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    1. Este comentario tuyo, Francisco, demuestra cuan familiar te es la zona.
      Descubrir lo desconocido es lo que nos guía en estos recorridos inusuales por la bonita vertiente segoviana. La verdad es que la naturaleza se muestra bastante salvaje por alguna de estas zonas, y éste es precisamente uno de sus encantos :-) Al Nevero, como a tantos otros, se puede llegar por varios sitios.
      Salud y Montaña, que ya veremos qué hacemos por el Pirineo. Un abrazo

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  2. Hola Carmar.

    Cambio yo ese monte a través de helechos por los de erizones y boj de la sierra de Guara, que seguro que en próximas fechas no va a tocar hacer.

    Buen recorrido, con dos montañas que si bien son "menores" ofrecen un recorrido atractivo, eso si, de vez en cuando hay que echar un vistazo al gps, para evitar pasarse de largo el camino correcto, que si en esta ocasión salió bien "el atajo", no siempre sucede.

    Un saludo

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    1. Este recorrido lo realizamos con el mapa en la mano, que no había track que seguir. Al más puro estilo pretecnológico, que tampoco conviene perder la intuición. Así que "la pequeña deriva" nos brindó la oportunidad de descender por un bosque con ladera muy, pero que muy empinada. Volveremos a buscar el refugio que se nos quedó por poco.

      Pronto nos veremos recorriendo trochas entre erizones, calizas y granitos, sorteando los parches de nieve.

      Salud y Montaña.

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