Pico Palas (izq) desde el ibón de Arriel inferior |
No encuentro mejor manera de
introducir esta excursión que parafrasear la entrada que ya reseñé en el año 2012:
Si elegante resulta subir al Balaitous por la Gran Diagonal, no lo es
menos el ascenso al Palas por la Chimenea Ledormeur. Podría decirse que el
hermano pequeño emula al grande.
El Palas, con sus 2.974m de altura se queda a un corto paso por debajo
de los tresmil, a los que por porte, escenario y ascensión nada tiene que
envidiar. De hecho, estando junto al coloso de la zona, el Balaitous, no sólo
no pierde su individualidad sino que contribuye notablemente a crear el marco
de alta montaña que, junto con el pico de Arriel, ofrece este recoleto lugar.
Un "casi-tresmil" que
Eduardo y yo teníamos en la lista de “preferentes” desde que al año pasado el
mal tiempo nos impidió realizarlo.
Un recorrido exigente que supone
22km de longitud salvando un desnivel total en ascenso de 1.630m de D+,
típicamente pirenaico: bosque de pinos y hayas hasta los 1.800m; abundantes
arroyos que desaguan tumultuosamente en el barranco de Aguas Limpias; pedrera,
anticipo de las que vendrán después, hasta alcanzar la cubeta lacustre de los
ibones de Arriel, cuyas quietas aguas reflejan las rocosas cumbres que los
circundan y donde los gigantes de la zona se yerguen aparentemente
inalcanzables.
Desde la Central de la Sarra
arranca el sendero que se dirige al embalse de Respomuso, frecuentado y muy
bien trazado, discurriendo junto al río de Aguas Limpias en sentido Sur – Norte
hasta alcanzar el Llano Cheto, punto en el que gira hacia el Este para ya
acceder al embalse.
Hay 4ºC de temperatura cuando
Eduardo y yo iniciamos la marcha y nos sorprende ver que varias de las personas
que comienzan a la par vayan en bañador. El color de sus piernas delata la baja
temperatura ambiente.
La belleza del paraje atrapa
desde el primer momento. El Gran Arriel es visible desde
el comienzo.
Sendero, río Aguas Limpias y Gran Arriel (dcha) |
El camino, unas decenas de metros
por encima del embarrancado río Aguas Limpias, se estrecha y vadea los
arroyos que vierten sobre aquel. El hayedo conforma un paraje acogedor y sereno.
Atrás, cada vez más alejada, queda la inconfundible silueta de la Peña Foratata.
La Peña Foratata |
Nos aproximamos al Paso del
Onso, ducha natural que en verano ni se siente pero que en invierno lo
convierte en una coraza helada cuyo paso requiere toda la atención, antesala
del Llano Cheto.
El río Aguas Limpias desde el Paso del Onso |
Llegando al Llano Cheto |
El Llano Cheto, lugar de
vegetación exuberante y de cascadas, donde el sendero da un giro de 90º para
iniciar su remonte final hasta el embalse de Respomuso, cuyos primeros metros
ascenderemos hasta encontrar un cartel indicador “hacia los ibones de Arriel”.
Torrente de los Arrieles, desde el Llano Cheto |
En este punto una senda estrecha
abandona el sendero principal y se interna en una ladera boscosa muy empinada
que, a medida que asciende, ofrece unas bellas perspectivas del barranco de
Aguas Limpias que acabamos de abandonar.
Salimos del bosque y damos vista
a la parte alta del barranco de Arriel y al torrente que desciende de los
ibones; enfrente a la izquierda una buena “pechada” hasta alcanzar la entrada a
la cuenca lacustre de los lagos. Zona de frambuesas y rocas. Aquí coincidimos con Ainoha y
Josu que, tras una breve charla cambian su plan original de llegar a los ibones
de Arriel por el de subir con nosotros al Palas.
Caminando por la pedrera hacia los ibones de Arriel |
Siguiendo unas marcas rojas vamos
superando la pedrera (no es tan fiera como parece) hacia la cada vez más
próxima entrada a la zona lacustre superior.
Ya tenemos al alcance la embocadura hacia la cubeta de los Arrieles |
El Balaitous asoma ya en el
horizonte, el Arriel muy próximo, y poco más adelante también el Palas se deja
ver.
El pico Gran Arriel sobre uno de los ibones del mismo nombre |
Tras recorrer varios centenares
de metros alcanzamos el ibón superior de Arriel, y el punto en el que diverge
el itinerario hacia la Gran Diagonal del Balaitous (derecha) y el de la
Chimenea Ledormeur del Palas (de frente, derivando a la izquierda). Cubeta ferruginosa, de color rojizo, base de
la incómoda pedrera de bloques que hay que recorrer a partir de este punto, en
diagonal y hacia la base del Piton Von Martin (espolón Sur del Palas). Estamos
a 2.239m de altura; por delante, 735 metros hasta la cumbre. Son abundantes los hitos
que, por diferentes trazados, jalonan la pedrera hasta la base de la pared del
Palas. Si tenemos suerte y no perdemos las escasas y desvaídas marcas rojas que
se dirigen hacia el collado de acceso a Arremoulit, la pedrera sólo será penosa
de subir, si por el contrario las perdemos, como nos pasó a nosotros, la
pedrera de grandes bloques se torna muy penosa.
Cara Sur del Palas desde el Arriel Superior. A la izq. de la cima, el Pitón Von Martin. De frente, la "amedrentadora" pedrera. |
Finalmente alcanzamos la base de
la muralla del Palas. Hay que caminar al pie de la misma desechando las chimeneas
que aparecen (son más expuestas y difíciles de lo que aparentan desde abajo),
hasta encontrar unas marcas rojas que, por sencilla trepada, guían para
alejarse de la pedrera y encaramarse hasta alcanzar la base de la verdadera
Chimenea Ledormeur.
Al pie de una de las chimeneas que NO ES la Ledormeur. |
Hasta hace unos años, para evitar
que los montañeros se embarcaran en otras chimeneas, había un
cartel amarillo donde se podía leer: Chimenea Ledormeur-Palas. Indicación
muy de agradecer y que ya no está porque alguien ha decidido arrancarla. Sin ella los que no estén familiarizados con la zona es bien probable que pasen más de un mal rato si se encaraman por la que no es.
La Chimenea Ledormeur asciende
inclinada hacia la izquierda, la roca es sólida y la trepada no pasa de II inf.
El casco es recomendable.
Ascendiendo por la Chimenea Ledormeur |
Tras salir de la chimenea aún quedan
unos 100 metros más hasta la cima.
Qué agradable resulta contemplar
el paisaje desde lo alto. Recorrerlo todo con la vista mientras descansamos y
comemos antes de iniciar el descenso.
Desde la cima del Palas: el pico Lurien (en primer plano) y el Midi, al fondo |
Las nubes nos impulsan a no
demorar el retorno.
El pico Balaitous entre la bruma |
El descenso de la chimenea es
entretenido y requiere elasticidad, pero no es técnicamente complicado.
Descendiendo la Chimenea Ledormeur |
De vuelta en la base de la pared
tan sólo queda bajar por la “indigesta” pedrera hasta llegar al ibón alto de
Arriel.
Las luces de la tarde contribuyen
a que los parajes muestren su belleza de forma diferente.
Atrás queda el Palas, oculto en la bruma |
Ibón inferior de Arriel |
Ainoha y Josu toman el camino de
herradura que, desde el Arriel inferior, enlaza con el refugio de Respomuso, lugar
donde van a pasar la noche. Eduardo y yo continuamos nuestro camino de vuelta
hacia la Sarra.
A la izq. se aprecia el inicio del camino de herradura que comunica con el embalse de Respomuso |
Tras dejar atrás la cubeta
lacustre de los Arrieles la pedrera para descender al bosque parece hasta
cómoda, comparada con la del Palas.
Un sarrio, camuflado entre las piedras, nos observa |
Alcanzar la mullida senda del
bosque se agradece de veras.
Retornamos por el bosque de hayas
cruzándonos con los que suben a pasar la noche en las alturas, llegando
finalmente a la Sarra tras haber ascendido a una cima de las que dejan un
recuerdo perdurable en la memoria.
".....una cima de las que dejan un recuerdo perdurable en la memoria". Y que lo digas, al leerte he revivido aquella primera vez. Disfruta de las vacaciones!!
ResponderEliminarChimenea Ledormeur, escondida y largo tiempo buscada hasta que la encontramos. Época de botas y camisas de algodón que siempre perdurará en la memoria.
EliminarUn abrazo.
Ufffffffff... uma beleza descomunal esta rota percorrida! Que vistas, que natureza, que vida! Sem palavras...
ResponderEliminarUm beijo
Creo Teca, que "descomunal" es la palabra, junto con "espectacular", que mejor describe el paraje y el recorrido.
EliminarGracias por tu comentario y un abrazo.
Que pena. El día anterior, sábado 19, estuve con el club en la misma cima. Dura ascensión en un mundo de rocas, auténtico mineral.
ResponderEliminarNuestra ruta fue otra, por los Geodésicos y descendimos por Ledormeur.
La satisfacción inmensa. Enhorabuena.
Mucha casualidad y muy agradable hubiera sido veros aparecer por la arista de los Geodésicos mientras estábamos en la cumbre. Parece que la zona tiene "un algo" que nos atrae :-).
EliminarVuestro recorrido fue bien bonito. Una clásica. Enhorabuena también.
¡Salud y Montaña!
Hola Carmar.
ResponderEliminarLarga e intensa jornada de alta montaña la que vivimos, que sin duda perdurará en nuestra mente durante muchos años, en el que el esfuerzo invertido en hoyar la cima del "hermano pequeño", mereció la pena solo por contemplar, el magnifico escenario que atravesamos en nuestro caminar.
Salud y montaña!
Son cumbres e itinerarios completos. Un compendio de las montañas Pirenaicas. Siempre merece la pena el esfuerzo de realizarlos.
EliminarSalud y Montaña.
Hola Carlos, es una pena haberme perdido la subida al Palas, aunque la aproximación sea ya conocida de cuando subimos al Balaitús, no? Me hubiera gustado mucho subir por la verdadera chimenea Ledormeur en buena compañía.
ResponderEliminarUn abrazo y mucha montaña!!!
No pudo ser el Palas, pero sí fueron el Xuans y el Serrato una semana después, que resultaron no ser "moco de pavo", sino todo lo contrario.
EliminarLo importante es mantener el ánimo y la ilusión por integrarnos en una naturaleza agreste, a poder ser por itinerarios poco frecuentados, a lo largo de los cuales uno se siente en comunión con el entorno a la par que los paisajes y sentimientos van llenándonos los sentidos.
Salud y Montaña, Francisco.
¡Que guay! Hace tiempo que le tengo ganas al Palas, pero los mieditos y la falta de tiempo me lo van retrasando ... ya caerá ya!
ResponderEliminarEl Palas espera dignamente. No defrauda, ni debe atemorizar tampoco a quien se le acerca con respeto e ilusión.
EliminarSalud y Montaña, Pirene