Mariposa, menta y agua: combinación común por esta sierra de Belarra |
Tras el “descubrimiento” de la
Sierra de Belarra, y de los numerosos cursos de agua que esconden sus
barrancos, al realizar la circular entre Lúsera e Ibirque, Eduardo y
yo decidimos completar la exploración con el recorrido de hoy, que nos llevará
desde la chopera de Santa María de Belsué a seguir barranco arriba el río
Flumen, de rocoso lecho y con numerosas badinas, después entraremos en del río
Abarza, y finalmente en el de Barón, que cruzaremos para alcanzar la plana donde
se encuentra la Pardina de Usieto (1.330m); tras visitarla nos orientaremos
hacia el Este (en dirección a Ibirque), recorriéndola sin perder altura hasta
encontrar el entronque con el barranco del río Laña, cuyo cauce seguiremos
aguas abajo hasta Lúsera, completando seguidamente el bucle retornando a la
Ermita de Santa María de Belsué.
Son las 8:30am cuando Eduardo y
yo iniciamos la marcha en la chopera de
la Ermita de Santa María de Belsué y a los pocos metros ya atravesamos el río, que baja
con poco caudal, teniendo enfrente la Ermita.
Ermita de Santa María de Belsué |
La alcanzamos, visitamos el
interior, bastante bien conservado, y continuamos la marcha en pos de la
Pardina de Ascaso.
Dejando atrás la Ermita de Santa María de Belsué |
El Flumen baja con poca agua
durante el mes de agosto, así que se vadea fácilmente. Sus pozas son atractivas
y el baño sería una tentación que hoy, estando nublado, nos cuesta poco
resistir.
Llegamos a la Pardina de Ascaso,
gran edificación que se encuentra en un amplio llano con vistas al Flumen, tras
la cual continúa la senda que vamos siguiendo aguas arriba.
Ascendemos cómodamente por un
primitivo y abigarrado bosque en el que pinos y robles coexisten con el boj,
que se encarga de aromatizar el ambiente con su característico y agradable
olor. El gris de las margas ha dado paso al verde.
Las badinas se van sucediendo,
unas más accesibles que otras. Cruzamos el Flumen para continuar por el barranco
de Abarza y algo después por el de Barón derivando claramente hacia el Noreste.
La temperatura no agobia y el entorno resulta sumamente acogedor.
El paraje es agreste y el boj
omnipresente.
Rincones recoletos que atraen a
cada paso.
La senda por la que vamos
comienza a llanear y entra en un pinar amplio. Ya no se sube más. Siguiéndola
llegamos a la pista que después usaremos para ir a Lúsera, pero antes decidimos
visitar la Ermita y la Pardina de Usieto que se encuentran en las proximidades
(hay unas señales de madera indicativas).
El bosque se ha tornado plácido y amplio.
Las plantas florecen junto a las
pequeñas pozas que forma un exiguo curso de agua.
De la Ermita de Usieto tan sólo quedan sus derruidos muros inmersos en
la maleza.
Ermita de Usieto |
Volvemos al cruce de la pista y
por una trocha algo más difusa nos acercamos a la Pardina de Usieto que está muy próxima. La vegetación y el
abandono han dado cuenta de sus edificaciones.
Proximidades de la Pardina de Usieto |
Restos de la Pardina de Usieto |
Tras ello, y de vuelta en la
pista principal, emprendemos la marcha hacia el Este, en dirección Lúsera,
llaneando por la plana entre erizones, bojes y pinos, hasta entroncar con el
barranco del río Laña.
Al llegar al Laña, y sin
cruzarlo, viramos hacia el Sur para seguir la senda aguas abajo, dejando de
lado la posibilidad de vadearlo y continuar hacia Ibirque.
Arroyo de la Laña. De frente continua la senda hacia Ibirque |
De nuevo nos adentramos en un
entorno primitivo, de vegetación abigarrada, por donde descendemos escuchando
el permanente rumor del agua y de sus numerosas cascadas.
Lúsera ya es visible y está cada
vez más cerca.
Lúsera |
Alcanzamos Lúsera y continuamos
por el Camino Natural de Belsué – Nocito pasando tras la iglesia.
Iglesia parroquial de Lúsera |
El calor es intenso fuera de la
sombra del bosque. Los saltamontes abundan por estas zonas.
Al vadear un regajo las ranas se
apartan del camino lanzándose al agua, aunque alguna parece más insensible que
el resto y se deja fotografiar tranquilamente.
La temperatura ha subido hasta
los 29ºC, las margas reverberan y la deshidratación está al acecho. La vista de
la Ermita de Santa María de Belsué, tan a la mano, reconforta.
Ermita de Santa María de Belsué (dcha) y río Flumen (izq) |
Circular de 13km de longitud con
un desnivel total en ascenso de 600m de D+, muy adecuada para descubrir lo que
la Sierra de Guara esconde tras las grises margas de las partes bajas.
Hola Carmar.
ResponderEliminarNos gusto mucho la primera vez que fuimos, y en esta segunda ocasión, no nos defraudo en absoluto, aunque tuvimos suerte con el día.
Muy bonita la entrada y las fotografías.
Salud y montaña!
La Sierra de Guara, un "refugio" al que acudir cuando otros destinos resultan menos convenientes, y que nunca defrauda.
EliminarSalud y Montaña.
Veo que tienes un poder de atracción tan eficaz como la del flautista de Hamelín pero con todo tipo de especies que, aparte de posarse en tu bastón montañero, posan sin recelo ante tu cámara proporcionándole el trabajo que tanto le gusta; fotografiar sin parar.
ResponderEliminarUna preciosa zona de refrescante verdor con un interesante itinerario.
Un abrazo.
También atraigo moscas y otros insectos voladores a los que no retrato porque estoy ocupado en espantarlos, que hay zonas en las que como no andes con cuidado, hasta por los ojos intentan meterse.
EliminarLa zona es de lo más atractiva.
Un abrazo, Javier.