Pedriza vista desde el aparcamiento de Canto Cochino |
¡Qué lejos de hacerse realidad
resulta el habitual prejuicio con el que el desconocedor contempla la Pedriza
desde la distancia! Desde fuera este macizo granítico puede llegar a producir
una sensación de desasosiego causada, fundamentalmente, tanto por la profusión
de rocas pulidas y redondeadas como por sus particulares formas.
Cuando, vencida dicha reticencia,
se toma la decisión de conocerla y de hacer la primera inmersión, por ejemplo desde
el aparcamiento de Canto Cochino, el prejuicio se tambalea ¡Pero si hay tanto
verde!
Eduardo quería desde hace tiempo
conocer la Pedriza y yo, que la tengo bien trillada, me apresté con entusiasmo
a trazar un circuito por el que ambos compartiéramos las singularidades que el
lugar ofrece:
Canto Cochino – Collado de la Ventana – Pared de Santillana – Pradera de Navajuelos – Collado de la Dehesilla – Yelmo – Canto Cochino.
La circular reseñada incluye pizcas
de cada uno de los ingredientes típicos pedriceros: algo de bosque, un poco de
trepada a lo más alto de dos de sus riscos emblemáticos (Yelmo y Pared de
Santillana), gimnásticos pasos, pétreos jardines y visita a dos de sus collados
más renombrados: el de la Ventana y el de la Dehesilla; en suma, un circuito de
unos 14km salvando un desnivel en ascenso de unos 1.200m de D+, por un lugar,
La Pedriza, donde las rocas singulares se concentran y se bautizan con los
nombres que la imaginación sugiere.
Deambular por la Pedriza con quien
no la ha pisado antes permite a ambos recorrerla y mirarla con los ojos de la
primera vez. Ritmo y sensaciones ajustados a la situación.
Antes de empezar a caminar,
mientras nos preparamos sintiendo el intenso frío que hace a esta temprana
hora, comenzamos con los intercambios de
preguntas y respuestas:
·
¿Distingues
a la Tortuga tras las hojas?
·
De
aquellos riscos de allá todavía a la sombra, el grupo de más a la derecha es el
Cancho de los Muertos. Tiene una historia de bandoleros algo turbulenta.
Comenzamos la marcha
adentrándonos en la Pedriza por la Autopista; marcado camino entre altos pinos
de corteza cuarteada compartiendo bosque con arizónicas de gran porte y tronco
de corteza lisa de color pardo-rojiza; bolos de roca con distintas formas (la
imaginación comienza a ponerse a prueba).
Una cabeza de perro ¿Verdad? |
El recorrido nos permite divisar
archi-nombradas siluetas que al recién llegado le cuesta reconocer en un primer
momento. No hay duda de que la mente ha de ponerse en “modo imaginativo” (algo
similar a lo que ocurre con la visualización de las pinturas rupestres, que al
principio cuesta, pero después se ve todo).
Superados los primeros casi ochocientos
metros del día alcanzamos el collado de la Ventana (1.798m). Hacia el Norte, el
Cerro de los Hoyos conforma el muro frontal que parece cerrar el acceso al
fondo de la Pedriza Posterior. Todo es compacto granito en esa dirección, si
bien hoy no toca adentrarse por sus vericuetos.
Cerro de los Hoyos, desde el Collado de la Ventana |
Hacia el Este, y ya fuera de la
Pedriza, las brumas cubren parcialmente el Hueco de San Blas, permitiendo, no
obstante, otear contornos de otras sierras.
Retomamos la marcha poniendo
rumbo al Sur, que nos espera la Pared de Santillana y su chimenea de la cara
Norte.
Cara Norte de la Pared de Santillana. En el centro la chimenea de acceso |
Piedras en todo lo alto que no se
sabe muy bien cómo se mantienen en tal equilibrio sin caerse, aunque de vez en
cuando sí que caen, si no de qué otro modo llegan hasta el suelo esos
enormes bolos (tolmos) que tanto nos asombran.
Vista extensa desde la cima
(1.822m), otero desde donde, con la mirada, recorremos lo que aún nos queda.
Estamos poco rato en la punta
porque el frío es intenso, así que descendemos y, bordeando la Pared, dejamos
atrás su cara Sur, por la que discurren las clásicas de escalada, en
dirección al Jardín de Navajuelos por entre los otoñales robles que cubren este
tramo.
Cara Sur de la Pared de Santillana |
¡Es otoño! |
Recorrido sinuoso al pie de
riscos solitarios y altivos ¿Accesibles? Sí, pero sólo para algunos escaladores:
Mogote de los Suicidas y Bola de Navajuelos
Al libre albedrío de la imaginación de cada cual |
Árboles aferrados a la piedra obteniendo
su alimento de un palmo de tierra.
Oteadores sigilosos.
“Acoplamientos” de rocas.
Risco de Mataelvicial |
Contemplamos los reflejos en las
concavidades mientras descendemos por empinada trocha, aferrándonos incluso a
las ramas de los robles.
Collado de la Dehesilla (1.454m),
frontera entre La Pedriza Anterior y la Posterior.
Collado de la Dehesilla. Al frente ladera tapizada de gayuba por la que discurre la senda hacia el Yelmo |
Un alto breve para tomar algo
antes de emprender la subida hacia la zona del Yelmo.
En esta parte de la Pedriza Anterior
la vegetación se compone de arbustos, los árboles escasean; gayuba, brezos y
jaras, muchas jaras.
Dejando a nuestra izquierda la
Cara y las Cuatro Damas ponemos proa hacia el Yelmo.
La Cara; a su izq., Las Cuatro Damas |
Por la gran chimenea / diaclasa
de su cara Norte ascendemos a la cima (1.717m). A estas horas del mediodía toca
“hacer cola” para transitar por el estrecho acceso.
Cara Nor-Este del Yelmo. En la sombra de la pared se encuentra la chimenea de acceso. |
Al pie de su espectacular cara
Sur, surcada de clásicas vías de escalada, nuestros ojos se fijan en los desenvueltos
“escaladores” que se adhieren al granito, o que recorren sus lisas llambrías
con envidiable naturalidad.
Clásicos "escaladores" del granito en la Pedriza |
Y emprendemos ya el franco
descenso por uno de los senderos más transitados de la Pedriza, el que une la
cara Sur del Yelmo con Canto Cochino: empinado, muy caluroso en verano, jaras
por todas partes, arenilla granítica que convierte en muy resbaladizas las
trochas / torrenteras de la parte final, obligando a una atención permanente.
Cara Sur del Yelmo |
Finalmente, tras el Canto con
forma de Cabeza de Cochino, divisamos, algo más abajo, a ras de árboles, Canto
Cochino, lugar donde se cierra la circular que, como inducción a la Pedriza y a
su peculiar entorno, hemos hecho en el día de hoy.
Sin duda que hay otras alternativas “primerizas”, pero ésta incluye en sí misma una parte de todas las esencias que atesora este lugar sorprendente.
Ya me extrañó el título ... que de alguien de tanto renombre la "primera" visita no se podía de tratar ...
ResponderEliminarBonito reportaje de sitios emblemáticos, donde la historia del montañismo español se fue escribiendo.
S2
Trasgu
Hacer de cicerone permite, en cierta medida, recuperar el regusto de la primera vez; si bien no del todo, abre estancias que permanecían cerradas desde hace tiempo. Es bueno el oreo.
EliminarSalud y Montaña, Trasgu
Elegir un recorrido en Pedriza para que un "primerizo" se lleve una impresión "generalista" de este singular roquedo, no es tarea sencilla, ya que seguro quedarán lugares emblemáticos sin visitar; lo típico es hacer la integral, pero en esta ocasión Carmar se ha saltado esta norma no escrita, optando por un interesante recorrido con ascensión a dos míticas cumbres de la Pedriza Posterior y Anterior (como la Pared de Santillana y el Yelmo)...Si el novel ha quedado gratamente impresionado, será cuestión de "llevarle" en repetidas visitas por las Torres, Callejón de Abejas, Corral Ciego, Hueco de las Hoces, Cuerda de las Milaneras, Puente de los Poyos, Salón del Pájaro, El Laberinto, Jardín de Peña Sirio, El Elefantito Y tantos otros lugares que hacen de la Pedriza un paraje único y especial. DEl guía no tengo dudas que habrá quedado satisfecho, falta saber las sensaciones sentidas por el "primerizo". Enhorabuena por la ruta, y un abrazo pedricero.
ResponderEliminarGracias Rafa por tan amable opinión. Tantas cosas ofrece la Pedriza que resulta ciertamente difícil decantarse por una sola; en este caso, siguiendo la filosofía de mi paisano Baltasar (Gracián) apliqué aquello de "lo bueno si breve ..." asumiendo, como así fue, que la primera vez conlleva incluir en el horario los tiempos destinados a "admirar el entorno y los detalles". Como bien apuntas falta por saber las sensaciones sentidas por Eduardo, gran conocedor de la naturaleza y otros entornos, con respecto a su primera Pedriza. Tiempo al tiempo.
EliminarUn abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEduardo tuvo un guía de lujo en la Pedriza, un lugar complejo dónde es muy fácil perderse entre el laberinto de bloques de granito y dónde el primerizo tendrá problemas para identificar los parajes que salen reseñados en las guías y en los mapas.
ResponderEliminarSalud(os)
El guía siente gran satisfacción en guiar a quien sabe apreciar lo mucho y bello de los intrincados parajes que la Pedriza alberga. Sabes de sobra a quién dirigirte cuando decidas (..áis) "perderte" (..ros) por ella.
EliminarSalud y Montaña, Rubén.
Hola Carmar.
ResponderEliminarLa espera mereció la pena, a veces uno va con muchas expectativas a conocer un lugar, y cuando lo has visto, se queda desilusionado, pero en cambio, esto no ocurrió con la Pedriza.
Aunque mi primera opción para conocerla, era descifrar el Laberinto, al final decidí que era mejor, dejarte hacer a ti el recorrido, un recorrido sorprendente no solo por las figuras que las rocas y la naturaleza han formado a los largo de los siglos, sino también por las grandes extensiones de bosque que la pueblan, y por los tramos atléticos, que lo hacen muy entrenenido.
Ojalá que la espera, para una segunda experiencia por la Sierra de Madrid, sea más corta, ya sabes, cual es mi siguiente opción ...
Salud y Montaña!!!
Un buen equipo que selecciona itinerarios y recorridos por lugares escogidos e intrincados consigue un buen fruto en forma de buenas e inolvidables sensaciones.
EliminarNo ha de desesperar quien espera si es bueno lo que le espera, y bueno sí será. Dejemos pasar el invierno y llegar la primavera.
Salud y Montaña.