miércoles, 31 de agosto de 2016

Sierra de Urbasa. El nacedero del Urederra, el río de color azul turquesa.

El nombre Urbasa significa en euskera "bosque húmedo" (de ur "agua" y basa "bosque").

El nacedero del Urederra es un rincón espectacular de la Sierra de Urbasa. Tiene la consideración de reserva natural y supone la mayor evacuación de las aguas del acuífero de Urbasa. El nacedero aparece al pie del anfiteatro rocoso denominado Balcón de Pilatos, en la llamada Pared del Capellán, que se eleva vertical y abruptamente por encima del río.

La sierra de Urbasa está atravesada de sur a norte por la carretera NA-718 la cual, partiendo de Zudaire y cruzando el Puerto de Urbasa, llega a la localidad de Olazagutía.

Unos kilómetros después de dejar Zudaire sale un desvío a la derecha hacia Baquedano, lugar de acceso a la Reserva Natural del Nacedero del Urederra. En la localidad hay habilitado un aparcamiento regulado y obligatorio para los visitantes.

Comienza la ruta en el pueblo de Baquedano. A la entrada misma está el acceso al aparcamiento. El Gobierno de Navarra ha decidido limitar a 450 personas el aforo de visitantes al Nacedero en un mismo momento, pero llegando temprano no hay problema de acceso. Se paga 3€ por el aparcamiento y la entrada es gratis.

Iniciando la ruta se atraviesa la población y, en descenso, vamos atravesando un bosque de encinas que no anticipa el entorno al que nos dirigimos.
La ruta está perfectamente marcada y balizada y casi de sopetón la senda se pone a ras de río, y la primera poza sorprende con sus azules y quietas aguas
A continuación vendrán una serie de cascadas, con sus consiguientes pozas de color azul turquesa o verde esmeralda, que hacen que este río sea bautizado con el nombre de Urederra (cuyo significado en euskera es "agua hermosa")

Si bien el agua es incolora porque todas las longitudes de onda la atraviesan, cuando se trata de una gran cantidad de agua, a la luz le cuesta más atravesarla y refleja cierta tonalidad azul.

El agua absorbe con mayor facilidad las longitudes de onda larga (rojo, naranja y amarillo) que las longitudes de onda corta (azul, violeta); éstas últimas, al reflejarse parcialmente, son captadas por nuestro ojo, originando el fenómeno óptico de ver al agua de color azul-turquesa.

Las cristalinas y límpidas aguas de las claras pozas calcáreas del rio Urederra reproducen este fenómeno.
Observas con más atención y descubres que hay vida en su interior.
En adelante, todo un rosario de ellas componen un espectacular itinerario. Pueden verse directamente o a través de los entramados que forman ramas y hojas.
Es un recorrido para realizarlo lentamente, permitiendo que los sentidos se embeban del ambiente. Pozas, cascadas, vegetación; allá donde se dirija la mirada, ésta se detiene captada por un rincón, un contorno, una transparencia o un reflejo.






Las hayas, aferradas firmemente al terreno y abocándose sobre las aguas, predominan sobre otros árboles.
Las umbelíferas dan cobijo a multitud de ajetreados insectos.

El suelo rojizo y tapizado de hojas caídas, amortigua los pasos.

La pendiente se endurece a partir de un cierto momento. La senda se acerca al pie de la Pared del Capellán por un entorno agreste y primitivo.
Dejamos de lado el entronque de un sendero de ascenso hacia el Balcón de Pilatos (con letrero de “prohibido el paso a personas ajenas al parque”) y llegamos a la cascada inicial del Urederra. Ya no se puede ir más allá. El farallón lo impide.
Llegando al nacedero
Nacedero del Urederra
Pared del Capellán
Lugar éste para hacer un alto y tomar algo, bajo la atenta mirada del pájaro (Arrendajo) que espera alguna sobra que llevarse al pico.
Y retornamos por la misma senda, contemplando de nuevo los reflejos, siguiendo las tranquilas aguas de un río que, a lo largo de un corto tramo, hemos acompañado dejándonos embelesar por un entorno bien merecedor del nombre “agua hermosa”.



A través de los arces podemos apreciar, a pie de farallón, las primeras pinceladas de un otoño que ya se anuncia en lontananza.

19 comentarios:

  1. ¡Ay, el Urederra! y su nacimiento, que preciosidad de rincón. Hice la ruta hace casi tres años y me impresionó, ese agua color azul turquesa ¿única en el mundo?, esas hayas, esa pared del Capellan...en fin, un entorno incomparable, y un capricho de la naturaleza. Dan ganas de volver ya mismo. Una pena que hayan cerrado el sendero que sube al Balcón de Pilatos (supongo que por temas de seguridad) Bonito reportaje y enhorabuena. Un abrazo.

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    1. Dan ganas de volver y también de no alejarse demasiado de tan bello entorno. Pero siempre está ahí, y como en alguna ocasión ya hemos dicho, los rincones, aún conocidos, se renuevan para quien mantiene el interés por la Naturaleza. Un abrazo.

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  2. Muy bien descrito el paseo, breve, sin paja pero con todo lo necesario para hacerse una idea de este paraje tan especial y animarse a visitarlo. Si se quiere divisar este rincón desde arriba, desde el Balcón de Pilatos, basta con volver y proseguir la ruta en coche: una vez arriba del puerto hay un lugar señalizado para aparcar desde el que puedes "asomar" al circo natural del Urederra. No es el Otoño sino la sequía lo que pinta el rojo y amarillo en algunos árboles y es que este verano está siendo especialmente duro en Urbasa en particular y en todas partes.

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    1. Asomándose desde lo alto o accediendo por abajo, tras remontar aguas arriba, el entorno, las vistas y el panorama son espléndidos.
      Razón tienes en cuanto al duro verano, parece que haya que esperar poco ya al otoño para la composición rojo y turquesa que deparará el sitio. Salud y Montaña.

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  3. Refrescante relato y bonitas fotos para un cálido y seco verano. Cuántas agradables sensaciones se agolpan en un bosque..... Abrazos querido Carmar!!

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    1. Bosques, imprescindibles para la vida. Cuan estrecha relación mantuvimos, cuánto nos hemos apoyado en ellos para progresar y, no obstante, cómo los hemos talado y reducido esgrimiendo razones peregrinas como: ser fuente de enfermedades o refugio de bandoleros. A sus reductos tornamos ahora, con respeto, fuerza y decisión en busca de sencillas y agradables sensaciones. Un abrazo, brother.

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  4. El Nacimiento del río Urredera en otoño es un placer para los sentidos, guardo un buen recuerdo de esa excursión. Hemos estado en la Sierra de Urbasa 3 veces y las 3 veces me ha gustado mucho, aunque tengo que reconocer que la hemos recorrido más por dentro que por fuera, esa zona está plagada de simas y cuevas….je,je,je.
    Salud(os)

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    1. Al igual que los cauces subterráneos de las sierras calizas, que de tanto en tanto asoman a la superficie, los afanados barranquistas y espeleólogos, también de vez en cuando, van por arriba y se maravillan de lo que el "mundo de afuera" tiene. Salud y Montaña, Rubén.

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  5. Hola Carmar¡

    Pero que maja es la Sierra de Urbasa, leyendo tu reseña entran ganas de volver una y otra vez...
    Gracias por compartirla!!

    Fer

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    1. Y otra, y otra más, en distintas estaciones y ocasiones, hasta no poder más, hay que volver por parajes así. Un abrazo, Fer.

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  6. Gracias Antonio por tu comentario y por tu visita, que ojalá tenga continuidad. Tras ver tu blog creo que es buena idea parafrasear a Fray Luís de León como forma de decir "hasta la vista":
    ¡Oh monte, oh fuente, oh río!
    ¡Oh secreto seguro, deleitoso!
    Roto casi el navío,
    acudo a vuestro calmo reposo
    huyendo de este mar tempestuoso.

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  7. Hola Carmar.

    Gratos recuerdos me trae la Sierra de Urbasa, con sus extensas masas de bosque, que recorrí hace casi tres décadas. Ya te comente que quería volver a la zona, y sin duda el nacimiento del Urederra, es una visita imprescindible, y que quiero hacer con la familia.

    Sin duda el nombre del río, le viene ni que pintado, menuda preciosidad, no solo por sus aguas azul turquesa, sino por todo el entorno que lo rodea, una joya que debemos preservar, para que generaciones venideras puedan disfrutar.

    Un saludo.

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    1. Son muchos treinta años; es hora de retornar y volverse a maravillar de lo que en su día nos fascinó. Si a la par compartimos con otros tales parajes, la dicha es doble. Salud y Montaña.

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  8. Que vergel más impresionante. Seguro que el frescor de la fronda vegetal era placentera para mitigar el calor sofocante del día.
    Muy guapo el arrendajo, gran colaborador del bosque respecto a su participación como plantador de bellotas, sobre todo, cuando no es capaz de recordar dónde las esconde todas.
    Me encanta este córvido tan elegante y, la foto que le has clavado.

    Un abrazo.

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    1. El arrendajo, en descaro, se asemeja al de la urraca, aunque resulta mucho más elegante y mucho menos chillón. Su desmemoriada y desinteresada contribución con el bosque hacen de él un simpático pajarico.
      El nacedero es un vergel que "se debe" conocer. Pura belleza.
      Un abrazo

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  9. ¡¡¡tomo requete-nota!!! esto sí que no me lo pierdo.... ¡gracias!

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    1. Con el otoño a la vuelta de la esquina, qué mejor excusa para acercarse. Salud y Montaña, Pirene.

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  10. Hola Carmar,
    Hay que agradecer a los navarricos que cuiden con esmero los bosques que tienen, comparando fotos con otras tomadas hace casi 20 años (y con menos arte que las tuyas) se ve que lo hacen bien. Esto siempre da alegría.
    Una pena que no hayas pillado algún ejemplar de comadreja como la que tuve oportunidad de ver por aquella zona, aunque no de capturar su imagen, ya sabes... aunque el descaro fue el mismo que tu arrendajo. Eso es también señal de que los habitantes de dichos bosques se encuentran bien.

    Un saludo y mucha montaña

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    1. Hayedos frecuentemente envueltos en niebla y regados por abundantes lluvias ¿Podría ser que la bruma y la admiración hayan inducido durante generaciones a respetarlos, permitiendo que el bosque se haya conservado casi intacto?
      Huidizos animales que nuestra vista momentáneamente capta y que, tan sólo de vez en cuando, somos capaces de captar con la cámara, por más ágiles que sean los dedos.
      Salud y Montaña, Francisco.

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