domingo, 3 de julio de 2011

Una por el circo de Gredos. Almanzor y La Galana. Desafío al sol -02.07.2011

Fruto del entusiasmo, y de nuestra resignación por madrugar muchísimo, decidimos abordar esta excursión en el día. Son las 5:45 am, cuando Javier y yo salimos de Madrid, si bien, debido a un concierto que organizaban en Hoyos del Espino, con mala señalización y corte del camino habitual, llegamos a la Plataforma a las 9:30h, tras diversos avatares por pistas intransitables.  A pesar de la hora, el tiempo y el ánimo son buenos, por lo que a las 9h 45m comenzamos a caminar. Por delante tenemos un circuito enlazando el P. Almanzor con La Galana, por la cuerda y el collado del Venteadero.
Comenzamos por un sendero muy bien marcado y “humanizado” con piedras de granito, marchamos a paso rápido por el llano de las Pozas. Cruzamos el arroyo y emprendemos animosa subida hacia los Barrerones.
Desde los Barrerones, izquierda Almanzor, derecha la Galana, patronos de este roquedo
Desde lo alto, hermosa panorámica sobre las cimas del “circo”. El Almanzor y la Galana nos parecen estar esperando. Cada uno de nosotros saborea la vista a su manera: Javier, con los ojos de “la primera vez en la zona”; yo, con los del reencuentro tras 9 años sin venir por aquí. En ambos casos, cargados de ánimo, emprendemos trote sostenido de descenso hacia el refugio Elola, junto a la Laguna Grande.
El Pico Almanzor "domina" con su presencia al refugio Elola, asentado junto a la Laguna Grande
La proximidad de la laguna favorece algo de vegetación
Menuda procesión de senderistas hemos ido pasando y menudo sendero “enlosado de granito” de principio a fin; no hay ni un trozo de hierba o tierra, todo piedra ¡Es la zona!, con lo que las articulaciones no descansarán hasta llegar de vuelta al coche.
Apenas cruzamos la laguna, seguimos hacia la hoya de Antón, y emprendemos fuerte subida por el corredor, aquí ya empezamos a sudar, buscando su empinada salida por la Portilla del Crampón, pasando por fin a la cara S, donde damos vista al Cuerno del Almanzor, emitiendo también un suspiro de satisfacción por haber acabado con semejante cuesta.

Desde la Portilla del Crampón echamos vista atrás, hacia la canal que acabamos de subir. Al fondo "los Hermanitos de Gredos" 
Ladeamos unos metros hacia la derecha y trepamos gimnásticamente por unos característicos bloques hasta el Pico Almanzor (2.596m), con algún que otro resoplido ¡Nada que ver con la dificultad que presentan estos pasos cuando se hielan en invierno! Vista espléndida desde esta estrecha cima, en la que milagrosamente estamos solos durante 10 minutos; hasta que llega la siguiente andanada de “intrépidos esforzados”, y debemos hacerles sitio. Hemos tardado 3h 15m desde la Plataforma.


Desde la cima del Almanzor, la imagen de la Galana, nos llama para ir hacia ella.
Como vamos bien de tiempo no dudamos en seguir hacia la Galana, bajando hasta la Portilla de los Cobardes, donde comemos algo. Anda que, vaya con los nombrecitos de los dos colladitos que flanquean al Almanzor.


Echamos una mirada hacia atrás, desde la Portilla de los Cobardes, para despedirnos del Pico Almanzor.
Iniciamos de  nuevo la marcha descendiendo unos metros hacia nuestra derecha, para ladear a pie de cresta hasta el collado del Venteadero (2.476m).

Desde la Portilla de los Cobardes trazamos mentalmente nuestro itinerario a pie de cresta, hacia el collado del Venteadero, la Galana, con "su muesca" a la izquierda de la cima.
El itinerario hasta el collado del Venteadero parece evidente. A fe que hace honor a su nombre, porque el viento procedente del W lo barre continuamente, envolviéndonos con un dulce perfume de flor del piorno de las zonas más bajas. Enfrente tenemos la Galana.

Desde el collado subimos por la ladera izquierda, siguiendo los mojones, hasta llegar a “la muesca” de la Galana, pequeña brecha que se alcanza con un destrepe “entretenido” (II+). En la horcada esperamos a que acabe de descender de la cima un grupo “variopinto” de unas 15 personas. Los hay que las pasan canutas con sus “zapatillas de tenis”.
 Ahora nos toca a nosotros trepar hacia la cima, a la que se llega sin mucha dificultad, aunque con algún paso aéreo (II) “ideal” para los que tengan vértigo,  tal como la cornisita final con vista al tendido de las Cinco Lagunas, unos 300m más abajo, tan hermoso y atrayente. En fin, una acrobacia más y estamos en la cima de la Galana (2.564m). Otra también bien estrecha. Desde aquí vemos el Almanzor en la lejanía, enfrente el altivo Ameal de Pablo y a nuestra espalda el circo de las Cinco Lagunas. Por compañero tenemos al impetuoso viento, que nos recomienda permanecer sentados mientras miramos alrededor. Son las 2h 30m de la tarde, y el calor aprieta.

Desde la cima de la Galana, al W, se ven las primeras de las Cinco Lagunas.
 Decidimos bajar y tomar algo en algún sitio más protegido. Plegamos y destrepamos hasta la brecha. Ahora parece más sencillo. Optamos por descender directamente por el canalón de la brecha, hasta la hierba al pie del Ameal. Otra bajada “entretenida”, palabrita esta que ya empieza a mosquear a Javier. Algún que otro pasito de II (3,para ser exactos), y nos plantamos por fin junto a una charca, próxima al Ameal, donde bebemos y comemos un poco, para ya emprender descenso hacia el refugio, por barranco a nuestra derecha, siguiendo los mojones para evitar embarques.

Reponemos agua en un arroyo junto a la laguna, y con decisión, entereza y ritmo impropiamente rápido a estas horas, nos lanzamos a subir los últimos e indebidos +200m de desnivel  (ahora sólo debería tocar bajar) hasta los Barrerones, a donde llegamos ligeramente “apuntillados”. Ahora sí, a partir de aquí ya sólo toca bajar, pero con cuidado, que las piernas van cargaditas, y las dichosas losas del “humanizado sendero” nos están como esperando para interrumpir bruscamente nuestro trote.
¡Que bien nos sienta el chapuzón que nos damos en el rio al llegar al coche!
Recorrido de unos 18km, salvando unos 1.300m de D+, que nos ocupó 8 horas intensas, por terreno siempre “muy duro”, pura roca, piorno como única vegetación hasta pasados los Barrerones, exigente “pechada”, pasos gimnásticos, ceñidas cimas, “entretenidos” destrepes, en suma, una jornada de montaña.

1 comentario:

  1. A ver cuándo surge la oportunidad de volver por esos parajes acompañándote. Ya ni me acuerdo cuándo estuvimos, creo que no me habían salido pelillos en las piernas todavía.

    A seguir con estas salidas tan chulas.

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