Valle de Ordiso con el pico de Mallarruego al fondo |
Desde el Pico de Mallarruego y su entorno, situado en
un lugar remoto y poco frecuentado, se contempla tanto la vertiente del río Ara
como la del río Gállego; además hay excelentes
vistas sobre el macizo del Vignemale, la sierra de Otal y Tendeñera, y los ibones de
Ordiso y Mallarruego.
En esta circular, con origen y
final en San Nicolás de Bujaruelo, se recorren íntegramente tanto el valle de Ordiso como el valle colgado de Ferreras, respectivamente, a lo largo de algo más de 24km, salvando un desnivel total en ascenso de unos 1.600m de D+.
Iniciamos la marcha en San
Nicolás de Bujaruelo (1.350m) y enseguida, tras cruzar las tranquilas aguas del
río Ara, entramos en el bosque.
Río Ara |
La primera parte del itinerario discurre
suavemente (la pendiente es muy moderada) por los algo más de 4km del frondoso
hayedo que separan San Nicolás de Bujaruelo del Puente de Ordiso (1.550m),
punto que constituye la entrada al valle del mismo nombre.
Macizo del Vignemale desde el Puente de Ordiso |
En este lugar el camino se
adentra en el valle por marcada senda.
Por detrás vemos cómo las montañas fronterizas retienen las nubes "fabricadas" en Francia |
Tras algo menos de 2km llegamos
hasta la Cabaña de Ordiso (1.800m), al pie de la Cascada de Ferreras, bien
visible a su derecha, en sentido subida.
Plana de la Cabaña de Ordiso con la cascada de Ferreras a la dcha. |
No hay indicación alguna, de
hecho no parece factible hacerlo, pero se puede acceder al valle colgado de
Ferreras remontando la cascada del mismo nombre, algo separados de ella y
por su derecha (sentido subida; por la
izq. orográfica), para lo cual nos encaminamos en fuerte pendiente (entre algún
mojón que encontramos y los que hicimos, ahora ya está marcado el acceso) hasta llegar a una visible faja herbosa al pie del paredón
vertical, que se recorre en su totalidad, aproximándonos a la parte angosta del
barranco. La pendiente es muy pronunciada en todo momento.
Tras la hierba viene una corta
pero expuesta travesía en buena roca (hay cadena de seguridad), seguida de una
pequeña trepada (también asegurada con cadena), accediendo de esta forma algo
exigente al valle colgado de Ferreras por su extremo NE (al tanto con roca
húmeda, que siempre complica las cosas, aunque las cadenas aguantan todo).
“Entrar” en el cerrado valle de
Ferreras tras superar el estrechamiento del barranco es como acceder a un lugar
solitario en el que, sin embargo, la vida y su ciclo están presentes.
Tras dejar atrás el angosto paso por el barranco .... |
... Accedemos al valle colgado de Ferreras |
Entre los
2.100m y 2.500 de altitud se extiende en forma de lengua entre las altas
crestas que lo bordean por tres de sus cuatro flancos, encontrándose su “paso
natural” en el Cuello de Fenés (2.500m), desde donde se da vista al valle del
Gállego.
Lo recorremos en el silencio,
sólo interrumpidos por los ocasionales chillidos de las marmotas, buscando la
mejor trocha, siempre fácil, con la vista puesta en el Cuello de Fenés, sintiendo
una placentera sensación de comunión con el entorno de la alta montaña. Un ibón
solitario proporciona el agua que se pueda necesitar.
Valle de Ferreras |
En el Cuello de Fenés (2.499m) se
da vista a la cuenca del Gállego. Unos pocos metros más abajo el Ibón de
Mallarruego parece un lugar tranquilo y agradable.
Ibón de Mallarruego y cuenca del Gállego, desde el Cuello de Fenés |
Desde el collado buscamos hacia
el Sur el mejor paso entre los picachos, en dirección hacia el Mondarruego,
caminando por pedreras bien asentadas. Giramos la cabeza para ver las últimas
imágenes del valle colgado y escondido que estamos dejando atrás.
Última ojeada al Valle de Ferreras, con el macizo del Vignemale asomando por la izq. |
Alcanzamos el paso que comunica
con la cabecera del valle de Ordiso (2.650m), al pie del Mondarruego, sin
que nos atraiga subir a él.
Desde este paso las vistas sobre
la Peña Otal y Tendeñera son espectaculares. Abajo se ve el ibón alto de Ordiso.
Puede descenderse directamente hasta él y después seguir perdiendo altura por
laderas herbosas y pequeños destrepes hasta encontrar la ruta normal.
Abajo el ibón alto de Ordiso; enfrente, a la dcha., el pico de Otal |
Sin un propósito predefinido optamos
por seguir en altura recorriendo una lengua al pie de la alta cresta, por
encima de la Hoya de Ordiso.
Cresta junto a la que vamos descendiendo. Visible "la pedrera de los sarrios" |
Un ruido próximo, de piedras que
se mueven, nos lleva a fijar atentamente la vista en la pedrera que tenemos a
nuestra izquierda. Un grupo numeroso de sarrios nos ha visto y se apresta a “poner
piedra de por medio” lanzándose en una escalada frenética e inverosímil por las
estrechas fajas que surcan el paredón. En un santiamén, no será más de minuto
y medio, todos los ejemplares superan los 150m de frontal casi vertical y se “ponen
a salvo” en lo alto de la cresta, desde donde ya nos contemplan más relajados.
Nosotros hemos asistido boquiabiertos al inesperado espectáculo.
Continuamos el descenso hasta
vernos abocados a destrepar con cuidado unos 150m para poder acceder a la
Grallera, lugar al que habríamos también llegado de haber pasado junto al ibón
alto de Ordiso.
Valle de Ordiso abajo, vamos perdiendo altura. |
Continuamos descendiendo sin sendas,
vamos encontrando trochas de ganado que, siguiéndolas alternativamente, nos
llevan de nuevo a la cabaña hundida del valle de Ordiso, desde donde retornamos junto a su entronque con el Ara, cauce que seguimos por el hayedo, deleitándonos con los espectaculares farallones de Ordesa.
Puente romano de San Nicolás de Bujaruelo |
Que canchales tan alucinantes hay en los pirineos y, si por ellos transitan los sarrios, la estampa supera cualquier ilusión programada. Vaya repertorio de sarrios has sacado por este trayecto tan espectacular.
ResponderEliminarSeguro que alucinasteis con esa imagen tan sencilla del potencial trepador de estos escaladores tan ágiles.
Francamente otro viaje de ensueño.
Un abrazo social de sarrio.
Recital escalador del grupo nos mantuvo ciertamente entusiasmados durante el poco rato que duró, porque mira que son rápidos y ágiles.
EliminarEn cualquier rincón del Pirineo se encuentran sorpresas, pero hay que andar atentos.
Un abrazo de unos sarrios del Club de Sarrios para ti.
Preciosa rota! Imagens magníficas requintadas com tamanha aparição de animais maravilhosas!
ResponderEliminarBons fluidos emanam em caminhos percorridos com vasta vegetação e grandiosa vibração sentimental!
Um beijo e montanha
El verano toca a su fin, pero antes de que el otoño nos deslumbre con sus fogonazos multicolores, aún tenemos unas cuantas jornadas de bellos recorridos y sorprendentes encuentros. Los iremos compartiendo.
EliminarUn abrazo, Teca, y mucha montaña.
Hola Carmar¡
ResponderEliminarAnda, que vuelta más curiosa, ya hace días que no voy por esos valles...habrá que volver
Gracias por compartirla¡¡
Fer
Hola Fer, esta vuelta puede clasificarse entre las zonas que, por su proximidad a lugares tan emblemáticos como Ordesa o Vignemale, quedan apantalladas y son, por lo tanto, muy poco visitadas, si bien, alejadas de tales prestigiosos vecinos, tendrían una gran relevancia.
EliminarUn saludo,
Hola Carmar.
ResponderEliminarDescartados Collarada e Infiernos por tener un desnivel exagerado ... veo que está semircular no le anda a la zaga. Como ya comentamos no conozco ese valle colgado, pero tampoco los valles inferiores, así que de momento haré un día la clásica circular que une los dos valles.
Alejarse de las zonas conocidas e internarse en otras desconocidas, tiene la ventaja de poder vivir momentos como el de los sarrios, aunque también es importante ir atentos.
Un saludo
Hola Eduardo,
EliminarLargo recorrido por zona muy atractiva, con encuentros sorprendentes. Vale mucho la pena.
Un saludo