domingo, 10 de febrero de 2019

La Peña la Butrera y el Arco de Piedra, en circular desde Alpartir. Naturaleza próxima en todos los sentidos.

Sierra de Algairén en Alpartir

La circular se desarrolla por la parte más oriental de la Sierra de Algairén. Esta Sierra, al sur de Zaragoza, constituye un paraje apenas tocado por la mano del hombre, por lo que “la naturalidad” está garantizada.



En lo tocante a su vegetación, las zonas más elevadas de la montaña están cubiertas de encinas, enebros y pinos. De entre los arbustos los romeros, las jaras y las aliagas son los más abundantes.

En el valle, olivos y almendros ocupan las partes más cercanas a la ladera, mientras que la zona baja y plana, algo distante de las alturas, se encuentra cubierta por viñedos.

Saliendo del pueblo de Alpartir sigo hacia el Oeste la pista junto al río del mismo nombre durante aproximadamente 1 kilómetro, hasta llegar a un poste indicador “multi-señales” que ofrece varias alternativas para la circular. Hacia la izquierda: “Ruta valle de Tiernas”; hacia la derecha: “Ruta hacia la Mina”. En mi caso opto por realizarla en sentido de las agujas del reloj, ya que prefiero experimentar la umbría y la cencellada de la vertiente Norte, dejando la Sur para la vuelta.

Indicador "multi-señales"
A partir de aquí la pista, paralela al río, se interna en un barranco amplio y atractivo en el que doy vista a las peñas y sus formas.

Adusta y pétrea faz
Las cabras montés, desde la sombra, me miran; el buitre, desde el tibio sol mañanero, las observa a ellas; yo, desde la senda, los contemplo mientras acelero el paso, que la mañana no está para bromas. En definitiva, los cuatro somos ya conscientes de nuestras respectivas presencias.



Los detalles van captando mi atención, tanto los naturales como los debidos a la mano del hombre.


Ladrillos de adobe 
Tras unos 3.5 kilómetros de haber acompañado al río aguas arriba, en un punto determinado un cartel invita a adentrarse en el barranco lateral de Valdelagües; cambio pista por senda cubierta de escarcha; la cencellada está siendo severa estos días. El ambiente resulta sereno y solitario.



Fuente de Valdelagües
Al final del barranco la senda se sale de él, vira hacia el Norte y se aprieta contra las peñas tomando altura e internándose luego entre los pinos.


Al cabo del pinar doy vista al Arco de Piedra (840m), ya en terreno abierto.

El Arco de Piedra

Desde el Arco la senda pica hacia arriba y me encamino hacia la Peña Casca Alta.


A punto de alcanzar el mojón cimero observo movimiento entre las rocas, acelero el paso y llego a tiempo de ver cómo un cabritillo solitario sale huyendo de mi presencia.


Tras seguirlo con la mirada hasta que desaparece entre los árboles me aposento en la cima, y observo el amplio entorno que se divisa desde la Peña Casca Alta (937m), para enseguida continuar camino hacia el Collado del Horcajo (915m), ascendiendo a él por un bello y poblado bosque de pinos.

Desde la Casca Alta se divisa, al fondo, la Sierra de Vicort
En el Collado giro completo hacia la derecha (al Oeste) para enfilar hacia la Peña Butrera, que alcanzo fácilmente.

La Peña Butrera (979m) constituye una excelente atalaya sobre la vecina Sierra Vicort y los Picos de Valdemadera y Falguera. Comparto cima con un gran saltamontes que se inmuta poco por mi presencia. Toda la subida del día está ya hecha.

Cima de la Peña Butrera
Somos dos compartiendo cumbre
Para descender continúo senda adelante, hacia el Norte, siguiendo los mojones.

Dejando atrás la cima
Enebros, encinas y pinos se emulan mutuamente en altura creando una cobertura vegetal densa y atractiva.


Me confundo en alguna intersección con una pista descendente, y he de retroceder, porque pretendo continuar el recorrido por las sendas transversales que voy encontrando (todas indicadas por su correspondiente cartel), la primera, la Senda de la Solana (apelativo bien puesto), al final de la cual tomo la Senda de las Ortigas Viejas, aunque no vi ortiga alguna que justificara tal nombre, sí está, en cambio, jalonada de almendros. 


Desembocando finalmente en una pista que recorre el Barranco del Hontanal hacia el punto de partida (muy corredera), pasando por la boca de la antigua mina poco antes de llegar al poste indicador “multi-señales” del inicio / fin de la ruta.

En resumen, una circular de unos 15,5km de longitud, salvando un desnivel total en ascenso de 700m de D+, por un entorno natural variado y muy agradable, a lo largo del cual no me crucé con persona alguna y sí tuve la oportunidad de ver buitres y cabras montés.

4 comentarios:

  1. Está muy bien eso de partir de Alpartir y regresar, después, alpartir y volver a marchar o desandar lo encaminado y entrar en un bucle atemporal y constante
    Tenga usted, amigo meu, cuidado que no sólo cierzo espacio y tiempo se conjugan por separado que siendo diferentes siempre unidos están. Pues no es uno sin el otro lo que da lugar a este universo de costumbres corredoras a tan natural entorno que la despoblación posibilita.
    Que los vientos cierzos, inciertos muchas veces, atraviesan dando centelladas en considerales alturas, estratos o planaltos arcos por dónde sin refugio dan la vuelta los otros vientos solares, gélidos cómo pocos; procuradores de dolor de oídos...
    Una excursión muy buena para dentro de unos meses si, a partir del miércoles, la cosa mejora. Ya veremos y ojalá podamos andar alas andadas...
    Un abrazo dilecto, Carlos
    Salud y Libertad, meu, qué si falta, no hay Monte ni por si acaso :)´ ¡brummmm...!

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    1. Es la buena salud, dilecto Deicar, un estado necesario para entrar en otros menesteres, que a falta de ella tan sólo a recuperarla hay que dedicar nuestros esfuerzos.

      Bien me place escuchar que a punto vas estando, que sabía de tu travesía, así que en cuanto llegues, ya sabes, daremos alas a los anhelos y al monte iremos, que sin prisa nos espera.

      Cuídate, sánate y nos vemos.

      Un fuerte abrazo.

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  2. Hola Camar.

    La sierra de Algairén ofrece múltiples y variados recorridos, que fuera de temporada de caza, resulta sencillo recorrer en soledad.

    Está circular, me falta por conocer, pero la del valle de Tiernas, ofrece unos bosques espectaculares.

    Un saludo

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    1. Valles y entornos recoletos y bellos, con frecuencia desconocidos, que por su humildad a pocos tientan, teniendo en cambio tanto que ofrecer.

      Las Tiernas son, sin duda, uno de estos parajes.

      Salud y Montaña.

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