Una ermita era originalmente un lugar de oración y recogimiento que permitía a un fraile o ermitaño poder cultivar en paz su propia vocación particular.
La de San Martín de la Bal d'Onsera,
ermita rupestre de origen visigótico,
está ubicada en un lugar recóndito y singular, enclavado en la cara sur de la
Sierra de Guara adonde resulta intrincado llegar. Recorrido montaraz,
verticalidades y buitres que todo lo ven.
Al fondo, todavía en sombra, se abre el Barranco de San Martín de la Bal d'Onsera |
Son las 10 de la mañana cuando
iniciamos la marcha en la zona de aparcamiento que hay tras pasar el pueblo de
San Julián, caminando por una ancha senda rojiza que desciende hasta el cauce
seco del barranco de San Martín de la Bal de Onsera.
Los arbustos propios de la zona, duros y resistentes, ofrecen sus otoñales frutos precursores del invierno.
Juniperus Sabina |
Juniperus Communis - Enebro |
Quercus Coccifera - Carrasca |
Una vez en el cauce lo seguimos
internándonos en lo profundo del barranco. Los hitos nos resuelven cualquier
posible duda o titubeo.
Las paredes de conglomerado se
van alzando y aproximando cada vez más entre sí. En un punto determinado unos
mojones indican que es el momento de abandonar el fondo de la barranquera y
adentrarnos entre los bojes y las carrascas hasta alcanzar un estrechamiento en
el que las paredes casi llegan a tocarse, se trata de la “Puerta del Cierzo”,
en alusión a cómo debe de enfilarse el aire por ella cuando se desate la
ventolera.
Puerta del Cierzo |
A continuación la pendiente se
intensifica y el camino se interna en un carrascal muy bien conservado.
Llegamos finalmente a una
confluencia de sendas en la que hay una placa en recuerdo de la muerte de un
vecino de Barluenga y un poste indicador con dos alternativas de posible
ascensión hasta el Collado de San Salvador:
·
Por el Paso
de la Viñeta: la de la izquierda, conduce a él de manera rápida y directa salvando
unos 60 metros de desnivel por una cornisa empinada, de no más de 50
centímetros de anchura, dispuesta a modo de rampa muy pendiente con algún que
otro peldaño.
·
Por la Senda
de los Burros: la de la derecha, recorrido más largo si bien no presenta
dificultad alguna.
En este sitio nos encontramos con
Yolanda e Ignacio y decidimos subir juntos por “la Viñeta” para bajar después
por “la Senda”.
El Paso de la Viñeta, sobre-asegurado con sirgas y pasamanos, no
presenta dificultad relevante, con terreno seco; ni siquiera el vértigo
ronda. Otra cosa puede ser en caso de lluvia o con roca mojada, que el vértigo
es muy caprichoso.
Inicio del Paso de la Viñeta |
La estrecha cornisa, con peldaños, está muy bien asegurada. |
En apenas 15 minutos salimos al Collado de San Salvador, desde donde las vistas sobre
el barranco de San Martín y de las formidables paredes de roca que lo custodian
son magníficas. Habitadas por una importante colonia de buitres leonados nos percatamos
de que, mientras miramos, también somos observados.
Un cartel indicador muestra las tres
diferentes alternativas de este cruce de caminos: para acceder a la ermita hay
que descender hacia el barranco de San Martín, al otro lado del collado; siguiendo
la traza por el lomo, iríamos a la senda de los Burros y la tercera es por la
que hemos subido.
Vista hacia Peña Lenases y Matapaños, desde el Collado de San Salvador |
El camino hacia la ermita
desciende franco hacia el interior del barranco, al principio por estrecha
senda, hasta alcanzar unas placas bastante inclinadas de conglomerado, fáciles
y expuestas con tiempo seco, pero no tan sencillas cuando estén mojadas. De
nuevo la zona conflictiva está asegurada por varios tramos de sirga de acero
muy bien colocados. Así que afianzados al cable descendemos los aproximadamente
100 metros de placas hasta alcanzar el fondo del barranco.
Lustroso acebo en el fondo del barranco |
Ahora sí se distingue la ermita, a la que se llega por una
trocha cómoda por entremedio de la vegetación.
En lo más hondo está la ermita de San Martín |
El paraje es de lo más recoleto:
los paredones cierran el barranco por su parte posterior, una cascada cae desde
lo alto, la humedad lo envuelve todo. El lugar transmite soledad y
recogimiento. No hay más sonido que el del agua cayendo sobre la roca y el de
nuestros pasos. Dedicamos un rato a la exploración de este rincón perdido, a la
par que comemos algo y unos tragos de agua para reponer energía.
Campana y cascada |
Pero no podemos quedarnos
demasiado, las placas inclinadas y el resto del recorrido nos esperan.
De vuelta en el Collado de San
Salvador nos despedimos de Yolanda e Ignacio, que se quedan tomando unas fotos,
y emprendemos la marcha por el lomo en pos de La Senda de los Burros, buscando
a la par un acceso factible que nos permita culminar también el Pico de
Matapaños, sin encontrar nada claro, ya que una espesa vegetación de carrascas
y bojes privan de cualquier idea de conjunto, a la par que tampoco es evidente
cómo acceder a los definidos corredores de pedrera que aparecen a la derecha de
la vertical de la cima.
Así que desechamos la idea de
subir al Matapaños y nos adentramos en el bello entorno de bosque de carrascas
por el que desciende la Senda de los Burros, que en poco tiempo nos permite
alcanzar el poste indicador del paso de la Viñeta, en el cruce de caminos que
pasamos a la subida.
Bello bosque de encinas que atraviesa la Senda de los Burros |
Al pie del poste encontramos a
una familia (padres y cuatro hijos entre los 9 y los 14 años) que está
decidiendo sobre qué ruta elegir para acceder al Collado de S. Salvador. Tras
intercambiar una mirada de asentimiento entre nosotros dos nos ofrecemos a
subir con ellos por el Paso de la Viñeta (así luego tendremos oportunidad de
hacerla también en bajada).
Lo aceptan encantados, y sin más titubeos enfilan Viñeta arriba con nosotros tras ellos, todos a la carrera hasta alcanzar el Collado, donde nos separamos: ellos hacia la ermita y nosotros de vuelta por donde acabamos de ascender.
De esta forma, tras una subida y bajada exprés por el Paso, otra vez de regreso en el poste indicador, reemprendemos decididamente el retorno desandando el buen camino por el barranco, sobre la alfombra de guijarros blancos que cubren su fondo, confortados por el sol del atardecer.
Las zancadas cunden y ya de vuelta al terreno abierto podemos ver las vecinas Peñas de Amán y de San Miguel.
Peñas de Amán (dcha) y de San Miguel (izq) |
Finalmente alcanzamos el coche tras haber recorrido unos 14km, salvando un desnivel total en ascenso de 825m de D+, por un terreno mixto y variopinto, con bosques acogedores, cornisas colgadas y vacíos impresionantes, donde el "hermano" buitre supervisa las incursiones dubitativas o decididas de los otros "hermanos", por lugares de barrancos y farallones que guardan circuitos insólitos y agrestes para todo aquel que se decida a explorarlos.
Hola Carmar.
ResponderEliminarSan Martín de la Bal d'Onsera, sin duda, uno de los lugares mágicos de la Sierra de Guara, lugar de visita obligatoria en el pasado, presente, y futuro.
Veo que la cascada, bajaba con buen caudal, que no siempre es fácil, disfrutarla así, yo quiero volver con Adrián, que seguro que le gustará, a ver si el resto del grupo, crece un poco, que las de cinco años, igual es demasiado para ellas.
De la subida a Peña Lenases, pues ya sabes que no hay senda, hay que atravesar la pedrera, si o si, por eso "la mejor forma", es hacerlo en bajada, lo que me recuerda, que tenemos pendiente, el "mágico tridente" del Pico, Lenases y Matapaños, eh? :)
Salud y Montaña!!!
Sí que tenemos pendiente el "tridente", sí, aunque sigue echándome para atrás el "reino del erizón salvaje"; no obstante, le iremos echando una mirada.
EliminarSalud y Montaña.
Jo! hace ni lo sé que no voy a San Martin de la Val d'Onsera... ya me has puesto las ganas, habrá que acercarse un rato de estos.
ResponderEliminarMe alegro mucho que os gustara, la verdad es que resulta una excursión muy completa. Sé que sí hay paso hacia el Matapaños pero no lo he hecho nunca, si me entero bien te aviso.
Salud!
Hola Pirene, si finalmente consigues la reseña, y si esta viene con el track ya ni te digo, me harías un gran favor.
EliminarLa Bal d'Onsera siempre se visita con sumo gusto.
Salud y Montaña
Si, es un lugar encantador de la sierra de Guara. Tal vez, no estuvierais solamente supervisados por la aguda vista del buitre leonado, seguro que también os miró con atención algún quebrantahuesos de la pareja que regenta ese valle.
ResponderEliminarBonito paseo y, ejercitada ruta para aumentar la satisfacción personal.
Un abrazo
Quiero también pensar que la pareja de quebrantahuesos nos oteó, evaluó y ..... siguió a lo suyo, como nosotros a lo nuestro, que procuramos siempre pasar sin dejar más rastro que alguna mínima huella sobre el barro.
EliminarUn abrazo, Javier.
Hola Carmar¡
ResponderEliminarBonito lugar, de los imprescindibles en Guara. Despues de ver tus fotos me entran ganas de volver, que hace muuucho que no paso por allí...
Salud¡
Fer
Si mucho hace que no lo visitas cuando vuelvas observarás que la belleza sigue intacta, mientras que el pasamanos cimbreante que "más valía ni tocar" ha sido firmemente fijado, permitiendo subir a dos manos.
EliminarSalud y Montaña.