domingo, 11 de diciembre de 2016

Recorrido por Cabeza Mediana y visita a la Hoya de Pepe Hernando. Bosque, charcas y silladas.


Charca de los Plumeros
La Cabeza Mediana, de 1.693m de altitud, es una elevación montañosa enclavada en la sierra de Guadarrama, próxima a Rascafría.

Su nombre hace referencia a los cercanos picos de Peñalara (2.428 m), y de las Cabezas de Hierro (2.383 m), con los que se establece una comparación de las diferentes altitudes. El apelativo “mediana” proviene de su ubicación encajada entre ambas cumbres, que la superan en al menos 700m de altura.

La Hoya de Pepe Hernando es una escondida depresión u hoyo glaciar que se encuentra en la ladera sureste de Peñalara, a los 1.870m de altitud, cuyo acceso no evidente le confiere la característica de enclave con encanto poco frecuentado de la Sierra.

El circuito de hoy busca deambular por unos parajes algo "dejados de lado" cuando fundamentalmente se apunta a las cimas y a los escarpes, incluyendo en este caso las bellezas que la Naturaleza ofrece en sus bosques.

Charcas recoletas, silladas apacibles, serenidad y sosiego es lo que se encuentra en la primera parte de esta circular que discurre al Sur del Macizo de Peñalara y al Norte de las Cabezas del Hierro para, como colofón y cuando haya templado el día, añadirle “la guinda” de visitar la Hoya de Pepe Hernando.

Antes de continuar veamos la definición de alguno de los términos que se van utilizando:

Sillada: Rellano en la ladera de un monte.

Charca: Pequeña hondonada del terreno, natural o excavada, donde se acumula el agua

Son algo más de las nueve de la mañana cuando iniciamos la marcha a la altitud de 1.600m, en el km 38 de la carretera que une Cotos con el Paular, tomando el estrecho sendero que sube paralelo al Arroyo de Peñalara, por su izquierda (por la dcha. en sentido ascendente) en dirección a la Sillada de Garcisancho. Humedad, abundante caudal y solitario transitar entre los pinos.

Ascendiendo junto al cauce del arroyo de Peñalara hacia la Sillada de Garcisancho
Alcanzamos la gran pradera que constituye la Sillada de Garcisancho (1.675m), lugar del que sale, hacia el Noroeste, un sendero poco evidente y algo escondido que se enfila hacia la Hoya de Pepe Hernando, que después tomaremos, ya que ahora y en esta planicie iniciamos la circular que nos va a llevar hasta la Cabeza Mediana.

Hacia el Este se abren tres pistas; en nuestro caso tomamos el sendero del centro, el más estrecho, que en sentido descendente se encamina paralelo al Arroyo de la Umbría, hacia la zona de Matalascuevas, a lo largo de algo más de 3km hasta los 1.450m de altitud.

Al poco encontramos la primera de las Charcas que veremos hoy, la de los Plumeros. Un rincón cuya contemplación atrae y retiene.

Charca de los Plumeros
Continuamos la marcha paralelos al arroyo internándonos en una zona boscosa que nos permite saborear éste otoño húmedo y todavía no vencido, caminando sobre la alfombra de hojas de roble que cubre el terreno, oteando entre las ramas.

Dejamos atrás la Charca y nos adentramos en el bosque
 
 
Salimos finalmente a una pista que discurre por encima de nosotros y la seguimos hasta entroncar con otra principal que, en sentido Norte – Sur, une el Monumento al Guarda Forestal con la Cabeza Mediana rodeando el Rincón de los Condenados.

Abandonamos la umbría por la que veníamos transitando (de ahí el nombre del arroyo que la atraviesa) y salimos a la luminosidad del pleno sol donde los árboles impregnados de rocío brillan como si estuviesen helados.

La vista, mientras trata de adaptarse a la luz, se fija en la humedad que en forma de gotas se prende de las acículas de los pinos.

A través de las lágrimas que inundan los ojos nos percatamos, más que vemos, de la huidiza presencia de un corzo que atraviesa rápidamente el camino para perderse enseguida entre la vegetación.

El acebo está presente en esta parte soleada de la ruta.

Entre deslumbramiento, lágrimas y corzo pasamos de largo, sin apercibirnos, la trocha que, de haberla visto y seguido, nos hubiese llevado a la vecina Charca Helada, así que queda pendiente.

Unos metros más adelante sí encontramos la segunda y última de las Charcas de la jornada, la de La Fuente, así llamada por estar alimentada por una fuente que sale junto a la pista, unos metros por encima de la charca. De nuevo un enclave para admirar.

Charca de la Fuente
Continuamos rodeando el Rincón de los Condenados dando vista a la cara Norte de las Cabezas de Hierro.
 
Seguidamente, tras un fuerte repecho final, se alcanza la pradera en la que unos bloques graníticos conforman la cima de la Cabeza Mediana (1.693m), afeado bastión provisto de punto geodésico y antenas, sobresaliendo en un plácido entorno.

Desde la cumbe de Cabeza Mediana. Tras las nubes, el macizo de Pañalara.
A partir de aquí el sendero llanea en sentido Este – Oeste con algunos sube y baja, primero la Sillada de Malabarba, con las Cabezas de Hierro a nuestra izquierda, y el Macizo de Peñalara a nuestra derecha, siempre a la vista.


La Cabeza de Hierro Menor, al fondo.
Al fondo, la Cabeza de Hierro Menor; bajo la cima, el inicio del Tubo Norte de Cabezas.
Macizo de Peñalara
Un grupo de caballos nos observa a cierta distancia.

Pasamos por la irrelevante cumbre del Cerrito Sarnoso, sin adornos ni antenas, tan sólo un mojón, y continuamos la marcha hasta cerrar el círculo alcanzando de nuevo la Sillada de Garcisancho.

Desde este lugar, si se encuentra el camino y después no se pierde, tras doscientos metros de empinada subida se alcanza la Hoya de Pepe Hernando.

Iniciando la subida hacia la Hoya de Pepe Hernando
En nuestro caso sí encontramos la senda, pero después, en un punto determinado, seguimos unos mojones que tiraban rectos hacia arriba hasta darnos cuenta, a la altura de los 1.950m y ya pisando nieve de verdad, de que la Hoya estaba justo al otro lado de la loma que teníamos a nuestra izquierda. De modo que retornamos hasta encontrar, a la altura de los 1.825m, los mojones que contorneaban dicha loma en dirección, ahora sí, a la escondida Hoya de Pepe Hernando.

Hoya de Pepe Hernando, bajo el Macizo de Peñalara.
Una vez más resultó complicado llegar a este recoleto paraje al pie del Macizo de Peñalara, donde pocos van, pues si resulta complicado alcanzarlo desde abajo, más lo es si se viene desde arriba. En cualquiera de los casos su visita compensa el esfuerzo que conlleva.

Arroyo de Peñalara, a su paso por la Hoya de Pepe Hernando
El retorno hasta donde habíamos dejado el coche lo realizamos desandando el camino, sin problemas de orientación ya, aprovechando las últimas sensaciones que produce el atardecer en un entorno apacible y solitario.

Sillada de Garcisancho
 
En suma, un recorrido de 14km de longitud salvando un desnivel total en ascenso de 825m de D+ (Sin el extra del despiste el desnivel se hubiera visto reducido en unos 150m).

6 comentarios:

  1. Bonitos y bucólicos parajes nos muestras Carmar. Y como guinda, la Hoya de Pepe Hernando, medio escondida y apartada de recorridos populares. No se si el sendero por el que accediste a la Hoya es uno que vi yo en su día, que venía por la derecha y unos metros antes de pasar el vivac que hay pocos metros antes de entrar en ella, según se llega a la Hoya desde abajo; si es ese sendero, tendré que ir a buscarlo jejeje. Enhorabuena por la ruta, y un abrazo.

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    1. Creo Rafa que tal es el sendero que mencionas, no obstante, la mejor indicación es la que doy en el texto, y estar atentos, ya que a la altitud de unos 1.825m hay que derivar claramente hacia la izq (subiendo), para contornear la loma que lo circunda. Como norma, ante la duda de optar, elegir los mojones que te llevan hacia la izquierda. Y atención porque en Garcisancho lo encontrarás, después fácilmente lo seguirás y luego, si bajas la guardia, como nosotros hicimos, lo perderás. Pero qué más da, más kilómetros, más diversión :-).
      Salud y Montaña

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  2. Caramba!! Con la cantidad de veces que hemos subido a la cabeza mediana a empaparnos de su maravilloso paisaje. También hemos bajado por el camino del medio, que supongo es el GR10, pero sería porque ya ibamos de regreso y sorteando baches no nos habíamos fijado en el desvío hacia la derecha que mencionas. Prometemos ser más observadores la próxima vez, porque seguro que habrá otra visita a nuestra querida cabeza mediana. Enhorabuena por la ruta y salud y montaña

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    1. Cualquier excusa es buena para volver a recorrer los hermosos caminos que surcan esta Sierra. Aun habiendo estado muchas veces, siempre encontramos algo nuevo ¡Esa suerte que tenemos!
      Gracias José por tu visita y por tu comentario. Salud y Montaña.

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  3. Hola Carmar.

    Veo que perdura el otoño por la Sierra de Madrid, desde luego un entorno con encanto, y un recorrido muy bien diseñado, en el que disfrutar de la naturaleza, con tranquilidad, sosiego, y con la mejor compañía posible.

    Viendo las fotos, me da, que para días, estrenas los esquíes, en ese manto de nieve, se ven mucho las piedras.

    Salud y Montaña.

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    1. Buena intuición tienes, Eduardo, que yo también veo para largo el poder usar los esquíes por estos lares. De momento, hasta el año que viene nada de nada. Así que mientras tanto seguiremos exprimiendo el fruto del otoño.
      Salud y Montaña.

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