lunes, 12 de marzo de 2012

Lac d’Arrious (2.350m). À la recherche de la neige!


La falta de nieve y su irregular distribución en el Pirineo aragonés han hecho que mi hermano Manuel y yo hayamos tenido que “pasar a Francia”, a “la otra parte” del Pirineo, porque “en ésta” la cosa está muy mal repartida.
Y una vez en Francia, ¿A dónde vamos?, pues al pico Gaziès,  montaña ubicada en el Macizo de Sesques, sobre el Lac de  Bious-Artigues que, por su orientación Sur, pensamos que tendrá una nieve “esquiable”, porque en este invierno de frio siberiano y ventiscas, seguidas por intervalos primaverales, donde da el aire no se encuentra nada más que hielo cristal.
Con tal objetivo en la cabeza no dudamos en madrugar de lo lindo, emprender viaje, cruzar el Portalet, bajar hasta Gabas …… ¡Y encontrar que la carretera que lleva al aparcamiento de Bious-Artigues está cerrada con una barrera metálica! Chasco, frustración, ¿Qué hacemos ahora?
Pues a echar mano del plan B, que es el Petit Arriel desde el Caillou de Soques. Así que, de nuevo al coche y vuelta por donde hemos venido, porque Soques está a mitad de camino hacia el Portalet.
Ambos hemos subido ya a este pico con anterioridad, tanto en invierno como en verano. Forma parte de “nuestra reserva invernal” para caso de necesidad.
Con las idas y venidas, son las 10 am cuando iniciamos la marcha desde el Caillou de Soques (1.390m) con las tablas cargadas en la mochila, las botas de esquiar puestas y listos para empezar el porteo hasta donde la nieve comience, con una larga jornada ascendente en perspectiva. Resignación, bocanada profunda, y ¡Aúpa, que por fin comienza la marcha!
Afortunadamente encontramos nieve en las primeras rampas del bosque que puebla la entrada del valle d’Arrious, y poniéndonos los esquíes no tardamos en llegar al puente que cruza el torrente, allá donde el valle se abre en “V” perfecta, hacia el collado del mismo nombre.
En vista de la escasez de nieve, decidimos remontar por su lado izquierdo el curso de agua, avanzando por la sombreada ladera Norte de los picos de Soques y Sobe, ya que la otra vertiente, por la que discurre el camino habitual, presenta amplias zonas descubiertas dejando a la vista la hierba y las piedras.
Las ramas de los árboles obstaculizan el inicio de este itinerario alternativo “habilitado para el esquí” lo que, junto con una nieve bastante dura, nos obliga a progresar con cuidado.
Es necesario algún que otro equilibrio con riesgo de chapuzón, sobre todo cuando el piolet y la mochila pugnan por engancharse con las ramas. Trabajo de cuchillas y riñones.
Una vez que dejamos atrás el bosque y salimos al terreno abierto del valle, la cosa cambia, la superficie se homogeneíza  y el espíritu se serena.
Los esquíes se manejan bien por estas laderas, sobrepasamos sin problemas la cabaña d’Arrious (1.760m) y continuamos el ascenso hacia el punto en el que deberemos abandonar el rumbo que seguimos ahora en dirección al collado d’Arrious, desviándonos a la derecha, para enfilar la pendiente ladera por la que habremos de dirigirnos hacia el collado de Sobe.
La nieve se endurece por momentos  y las ráfagas de aire que nos azotan de forma regular levantan “penachos blancos” en las cimas y los collados, la ascensión por esta superficie venteada, irregular y cada vez más dura se vuelve incómoda.
La pala de nuestra derecha,  por la que iríamos hacia el collado de Sobe, presenta bastantes zonas descubiertas, el empinado corredor que hay a su lado, por el cual se suele bajar, brilla pregonando la dureza de su nieve helada. Nos lo miramos, nos miramos, y nos decimos que “hemos venido a esquiar y no a portear los esquíes mientras gramponeamos pendiente arriba” ¡Total, por un cambio más de planes en el día de hoy!
Así que, variante del plan B sobre el terreno, esto es, ya que estamos aquí, subamos hasta el lac d’Arrious (2.350m).  
El Lac d’Arrious, al pie de la cara Norte del Petit Arriel, es un ibón de montaña encajonado entre dos crestas, y al que se accede desde el collado de Arrious tras superar un desnivel de 100m. En esta época tan sólo se adivina la silueta de su plana superficie totalmente helada y cubierta de nieve.
El viento racheado azota continuamente en las proximidades del collado; la nieve dura brilla al sol del mediodía. La hermosa pala NW del Petit Arriel muestra el hielo de su parte superior, dando la razón a nuestra decisión de haber cambiado de planes. En estas condiciones, saber renunciar es importante.
A cambio, la soledad de este rincón compensa con creces. El pico de Pallas se muestra como imponente vecino de la zona.
En el sentido opuesto, al fondo del valle que acabamos de subir, el Midi d’Ossau pone su nota característica.
Algo más arriba, tras el Pallas, también el Balaitous asoma sus tres mil metros. El entorno es sencillamente agreste y espectacular.
Encontramos un lugar a resguardo del viento para tomar algo de comida, al mismo tiempo llenamos nuestros sentidos de “monte en invierno”, después ajustamos botas, esquíes y mochila, finalmente cerramos cremalleras y nos ponemos en “modo descenso”.
Palas amplias, nieve ya más transformada que se deja esquiar, y rápidamente vamos bajando el valle.
Para evitarnos el tramo expuesto del bosque, con posible baño en el torrente, vadeamos éste poco antes de llegar a los árboles, y descendemos a pie el resto del camino. Los esquíes en la mochila se llevan bien cuando es cuesta abajo.
Desde el soleado sendero por el que vamos caminando ahora, observamos los restos de aludes en la ladera Norte de Soques, a cuyo pie hemos subido esta mañana.
Estamos alcanzando de nuevo el bosque. La sombra se resiste a abandonar esta zona en la cual el sol no toca en todo el día. Sonreímos al recordar los apuros e inconvenientes  de hace unas horas, cuando andábamos sorteando ramas y nos acechaban las frías aguas.
Nos internamos en la arboleda de pino y hayas, deambulamos por este entorno percibiendo la quietud, las luces, las sombras, las variadas formas, ….
….los coloridos contrastes, la naturaleza en fin que va llenando la mente de unas sensaciones que compensan sobradamente el chasco inicial de esta mañana, cuando nos quedamos plantados mirando esa barrera que cerraba el paso a nuestro objetivo original.  
En montaña, las alternativas siempre están ahí, tan sólo hay que estar en disposición de percibirlas. Pensamos que el Pic de Gaziès queda para una próxima ocasión.  

2 comentarios:

  1. Bonitas fotos y bonita crónica!! Parece que la semana que viene vuelve alguna nevada.

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    1. Por si es verdad que nieva, mantendremos los esquíes a punto, los cantos afilados y la imaginación lista para ver si podemos trazar otro itinerario majo antes de que la temporada se cierre definitivamente. Salud brother!

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