lunes, 26 de marzo de 2012

¡Traspasadas las Torres de la Pedriza sigue habiendo montaña! Integral del Hueco de San Blas.

 
Tiende uno a pensar que tras las Torres de la Pedriza Posterior “no hay nada”, pero no es así, “más allá hay mucho”.
De hecho, puede considerarse a la Pedriza como una estribación hacia el Sur de la Cuerda Larga de Guadarrama. Una estribación, eso sí, que encierra uno de los parajes más atractivos y pintorescos de la Sierra. Un reducto granítico merecedor de un sinfín de visitas y recorridos que nunca defrauda.
El circuito de hoy supone “entrar” a la Pedriza por el collado de la Dehesilla, ascender bordeando su perímetro Este y Norte, “saliendo” finalmente por su parte más elevada, las Torres, para acabar en el collado de la Najarra, casi en uno de los extremos de la Cuerda Larga, dibujando lo que he llamado: La integral del Hueco de San Blas.
Esta “integral” discurre por una zona reservada a los que deseen transitar por parajes poco “humanizados”, que no tengan reparo en realizar la larga caminata que supone salir desde el Canto del Berrueco, alcanzar rápidamente el collado de la Dehesilla y, a partir de aquí, irse encaramando por tortuoso y espectacular itinerario granítico,  accediendo a lo más solitario de las Torres, incursionando la Pedriza por su zona más lunar y peculiar, para posteriormente  ganar los 2.000m – 2.100m de altura de la Cuerda Larga,  deambular después por lomas de brezo y granito, cumbreando cimas con nombres tan rimbombantes como: Alto de Matasanos, Peña Linderas,  Asomate de Hoyos,  Bailanderos, hasta el collado de la Najarra, desde donde dejarse caer al Hueco de San Blas por imprecisa senda y empinada ladera de brezo y roca hasta alcanzar la pista que recorre el Hueco.
Manuel y yo comenzamos la marcha desde el Canto del Berrueco (950m), remontando el arroyo de Coberteros en dirección al collado de la Dehesilla, visible su contorno en el horizonte. La primavera ya ha empezado “a mover” la vida en los arbustos, el rumor del agua se mezcla con el de nuestras zancadas. Tampoco falta algún que otro enganchón con las ramas espinosas de los rosales silvestres.
Por delante unas cuantas horas de circuito exigente y prometedor al tiempo.
Una vez en el collado de la Dehesilla ¡Primera toma de contacto con la gimnasia y las duras cuestas! Bordeamos el Risco de Mataelvicial hasta alcanzar el recoleto y pétreo acceso a la pradera de Navajuelos.
Robustas formaciones asomándose por encima de los pinos jalonan nuestro camino hacia la Pared de Santillana.
El día es soleado, no hace frío, el viento está en calma. Nos sumergimos en el acogedor y solitario entorno. No hay más sonido que el producido por nuestro caminar. Vamos absortos en el paisaje.
Casi sin darnos cuenta alcanzamos el collado de la Ventana. Aquí nos encontramos con Rafael y Luís quienes nos comentan que están realizando un tramo de la misma “integral”. Han partido del Hueco de San Blas.
Juntos decidimos encaminarnos hacia las Torres siguiendo la senda Termes, bordeando el Cerro de los Hoyos por el N. No queremos perder de vista el Hueco en ningún momento; es nuestro eje en la marcha de hoy.
A partir de aquí comienza el tramo más “entretenido” de toda la integral. Formas rocosas  de compacto granito, por las que transitar con éxito requiere no perder de vista los mojones, como forma de evitar comprometidos “embarques”.
Pasos a superar por medio de confiada adherencia. La nieve empieza a dejarse ver, pero por suerte aún se puede evitar y mantenemos secas las suelas.

En cuanto damos vista a la cara Norte, el panorama cambia absolutamente. Digamos que el “entretenido” y gimnástico discurrir por el granito se “enriquece” ahora con el blanco entorno de la nieve, encontrándose en la salida del granito a la pendiente nevada la parte más “prometedora”. No defraudó en absoluto ¡Vamos, que si no es por los bastones y porque tres de los cuatro llevaban botas y abrieron huella, para rato paso yo por allí con mis zapatillas de running!  
Y a partir de este momento, todo con nieve hasta el collado de la Najarra. Es lo que trajo la inesperada nevada del pasado miércoles. Lo que nos queda por delante ya no es Pedriza, ni sus cuestas ni sus acrobacias, es marcha por las alturas con el Hueco de San Blas a nuestra derecha.
Y así, llegamos al comedor de Termes, “salimos” de la Pedriza, pasamos por el Alto de Matasanos y, sin pausa, tras superar la corta trepada que supone alcanzar la roca más alta de Peña Linderas, comemos algo y nos hacemos la foto cimera, con cuidado, porque escasamente cabemos los cuatro. Desde aquí, Rafael y Luís retornarán al Hueco por el collado de Matasanos, mientras que Manuel y yo seguimos hacia la Cuerda Larga.
Chapoteando sobre la nieve (a estas alturas mis zapatillas embarcan tanta como agua van soltando) alcanzamos la Cuerda y nos unimos a la procesión de personas que “la surcan”.
Una vez que alcanzamos el collado de la Najarra miramos hacia atrás, observando el perfil de lo que hemos transitado. Tomamos una “delicatessen” de queso con membrillo (¡Obra de Manuel!), una naranja y una galleta (en este secuencia exactamente: dulce – ácido   seco, por lo que no tenemos más remedio que dar cuenta del último sorbo de agua que todavía quedaba en la cantimplora, so pena de quedar atragantados hasta el coche), tras lo cual reanudamos la marcha ladera abajo.

Alcanzada la pista, ojeada hacia lo alto. La Najarra recibe los últimos rayos de sol; desde aquí no se aprecia la nieve que cubre las lomas de más arriba.
La tarde ya pardea cuando llegamos al coche, los contornos de la Pedriza dan alas a la imaginación ¿Un pájaro carpintero encaramado sobre la roca?
Recorrido integral del Hueco de San Blas; 22km de circuito, superando un desnivel total acumulado de 1.400m de D+, con tal variedad de paisajes, aromas (tomillo, jaras y pinos), algún que otro estiramiento, toque de adrenalina en el tránsito de granito a nieve, oxigenación y recarga de los “sentidos” en fin, que bien han valido el esfuerzo. Ganas han quedado para realizar los itinerarios alternativos que se nos van ocurriendo a lo largo del camino. No pasará mucho tiempo para que los llevemos a la práctica.

4 comentarios:

  1. Bos días:
    la realizo un par de veces al año y supone una buena trochada. Con un poco de suerte es posible encontrarse a cierto conocido montañero tirándose en su parapente desde La Najarra...
    Aunque una muy buena es desde Navacerrada, toda la cuerda y regresar, después, a Las Torres por Peñas Linderas y descender por La Autopista pedricera a Canto Cochino, El Tranco y en Manzanares esperar al autobús para Madrid.
    Breves saludos.
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    1. ¡Ya lo dices bien, ya!Buena trochada salió. Muy satisfactoria y bonita, eso también.
      La que tú apuntas tampoco pinta mal. La apuntamos para próxima ocasión.
      Gracias por tu comentario y por visitar el blog.
      Salud y montaña.

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  2. Hola Carlos,
    El título crea la curiosidad ¿Qué habrán encontrado esta gente detrás de las Torres? El desarrollo lo adivina: collados, flanqueos, pasos de hombros, brechas, rimayas, adherencia, jardines de rocas "pascuenses", nieve... ¡Vaya recolección de cosas!. Como siempre buena compañía aliñada con buen humor y sentido de los pequeños detalles. Un bocata imaginario que no llegó, y una secuencia de alimentos dispuestos de forma poco ortodoxa, pero que nuestro paladar agradeció, complementaron la marcha. El Blog a exámen y la noche cerca del Ventosa i Calvell nos aportaron como siempre el lado "humano" de este terreno que a todos nos gusta. Para todos.-
    MANUEL.-

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  3. Hola Manuel,
    Tienes el don de resumir, desde dentro, las sensaciones y vivencias compartidas. Que no nos falten las ganas de seguir zanqueando por estas montañas que tenemos tan a la mano. Salud para todos.

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